ÑU en directo en las Fiestas del barrio de Hortaleza de Madrid – Crónica y fotos

Sábado 26 de mayo de 2012 – Auditorio Pilar García Peña – Fiestas de Hortaleza – Madrid

Llega el buen tiempo y el verano, lo que significa que (aparte de festivales y demás) se abre la temporada de fiestas populares en barrios, pueblos, etc, lo que a su vez se traduce la posibilidad de ver conciertos gratuitos de muchas de nuestras bandas favoritas (aunque cada vez más con cuentagotas, al menos si hablamos de rock duro). En este caso la ocasión la pintaban calva (o peluda, según se mire) en el auditorio Pilar García Peña de las fiestas del castizo barrio de Hortaleza (barrio de los PORRETAS, como muchos sabéis) con la presencia de los ÑU de José Carlos Molina, que parece que le vuelven a coger el gusto a tocar en directo tras el pistoletazo de salida a la "nueva temporada" que ya nos ofrecieron el año pasado en las fiestas de San Blas.

Con la nueva banda ya consolidada y en muy buena forma, se presentaban en Hortaleza el pasado sábado a partir de las 23:30 de la noche para volver a demostrar que son unas de nuestras formaciones más queridas y especiales… y aún con gran tirón pese a no ser el mejor día para tocar en Madrid, teniendo que competir con el día grande del Sonisphere, con METALLICA a la cabeza, lo que restó público sin duda a un concierto que de haber sido en otra fecha hubiera presentado un estado aún más multitudinario. Pese a todo hubo buena entrada mezclando público de ÑU de toda la vida (y con muchos músicos entre el público, tanto ex- miembros de la banda como Enrique Ballesteros, Jorge Calvo o Jero Ramiro, como fans del grupo con miembros de OKER, CICLÓN, CALIBRE ZERO… a los que tuve la ocasión de saludar, por supuesto) con gente que andaba por las fiestas, curiosos y demás en este tipo de conciertos gratuitos y al aire libre. Y es que ver en directo al Molina y sus secuaces (los que sean en cada momento) siempre es puntazo en cualquier circunstancia… aunque muchos comentamos que lo que realmente tenemos ganas es de verles en Madrid en una sala de una vez, por cierto.

Dicho esto, hay que comentar que fue un concierto un tanto particular y peculiar, con unos ÑU que actualmente están 100% metidos en unas tesituras más sinfónicas e instrumentales, y es que al final, pese a ser un concierto muy en la onda de lo que ya vimos en San Blas hace más o menos justo un año, lo cierto es que dejaron un sabor agridulce para muchos de los presentes. Es más, fue curioso que a la salida había dos tipos de opiniones: los que alababan el punto más musical, peculiar, variopinto y con ese punto de concierto 100% setentero con muchas partes instrumentales, momentos casi de jam session (con esa locura controlada sobre todo por parte del sin par Peter Myer, actual teclista de la banda, genial, y que le da un punto muy especial a la banda desde su Hammond vintage) y demás del concierto; y por otro lado estábamos los que hubiéramos preferido en este caso un concierto con más canciones sin más y sin tantas "idas de olla" 100% molinescas. Eso sí, siempre alabando la personalidad y esa filosofía de hacer siempre lo que le parezca dónde y cómo le plazca de un José Carlos al que se le ve encantado con la nueva encarnación y etapa de la banda, todo sea dicho. De hecho, cuando en los primeros momentos del concierto se encontró con un sonido horrible (que luego afortunadamente mejoró muchísimo conforme se iba desarrollando el show) algunos esperábamos algún ataque de furia marca de la casa pero lo cierto es que lidió con los problemas con una sonrisa constante y bromeando sobre el tema (siempre con ironía, eso por supuesto).

De todos modos, fueron dos horas y cuarto de show completo, que se dice pronto, y con un concierto en el que hubo de todo y recuerdos a casi todas las etapas (incluso con muy agradables sorpresas inesperadas), mucha participación de la fantástica banda que lleva José Carlos a día de hoy (destacando a su espigado guitarrista Nacho de Carlos, con mucho protagonismo en todo momento y tocando muy bien) e incluso la sorpresa final de la aparición de la violinista Judith Mateo (que es todo un torbellino y además una de las pocas personas del mundo que se permite el lujo de quitarle el micro al Molina, ¡ups, que valiente!). Eso sí, quizás el concierto empezó algo frío, con la gente aún entrando en el recinto, y lo cierto es que el público estuvo bastante comedido y parado (sobre todo con respecto al ambientazo del año pasado en San Blas, en un espacio mucho más pequeño y recogido entonces pero con mucho más calor humano que el sábado en Hortaleza, las cosas como son), quizás viendo un concierto mucho más musical y tranquilo que lo que algunos hubieran esperado y deseado, como os decía.

Empezaron de manera 100% sorpresiva con "El golfo de la guerra", que yo creo que no la tocaban desde los tiempos de aquel inmortal "Imperio de paletos", aunque ya digo que el sonido en los primeros compases fue nefasto. Así, en la primera parte del show tuvimos la parte más de canciones como tal con clásicos como "Animales sueltos", "No hay ningún loco", "La granja del loco" y demás que nunca pueden faltar en un concierto de ÑU y que todos cantamos con ganas. A partir de "Cuentos de ayer y de hoy/Preparan/El Juglar" ya comenzó un poco la dinámica de jam session con muchas partes y desvaríos instrumentales, lo que bajó un poco el buen ritmo inicial, y más cuando retomaron la costumbre de tocar "Títeres" de manera instrumental. Cuando recurrieron a tocar seguidos creo que tres temas del último disco (que personalmente me encantó) lo cierto es que la gente estaba más parada y fue una pena, porque temazos como "Arreando mi suerte", "Cantarás sin fé" y la propia "Viejos himnos para nuevos guerreros" pasaron muy desapercibidas, mientras José Carlos nos picaba diciendo que si queríamos clásicos de ÑU iban a tocar dos temas nuevos más (Molina, ¡no cambies nunca tu actitud, por favor!).

Incluso se permitieron el lujo de tocar un viejo tema instrumental de José Barta (antiguo teclista de la banda) llamado "Irlanda" en el que aprovecharon para despacharse instrumentalmente con profusión de solos incluidos entre medias (de bajo, guitarra y batería… muy bien Bumper, por cierto). Un tema de aires celtas, pero guitarrero y muy atractivo pero que la gran mayoría desconocía, y a que a su vez alargaron hasta la saciedad, en la tónica 100% de los conciertos de los 70, a los que irremediablemente José Carlos mira cada vez más. Retomábamos el punto de concierto "normal" de la mano de la inmortal "Tocaba correr", que personalmente no me acaba de convencer en su versión acústica, para retomar el punto más heavy con "El hombre de fuego", otro incunable rescatado de las catacumbas del archivo de ÑU y que los viejos fans agradecimos sin duda. Lástima de la manía del Molina (o necesidad de descansar la voz, que no descarto esa posibilidad en absoluto, y eso que le vi bastante bien al respecto) de querer meter canciones clásicas de manera instrumental, y es que hacer "Manicomio" sin voz me parece hasta una broma pesada… pero es el Molina, genio y figura hasta la sepultura, ¿qué vamos a decir? De hecho, tuvo que recurrir a "El tren" para levantar a la gente, un tema tan manido y facilón que no me gusta ni tocado por Rosendo ni por los propios ÑU, pero evidentemente la gente a mi alrededor, desperezándose con gusto, no pensaba lo mismo.

Tras esto, vivimos algunos de los momentos álgidos del concierto con la presencia sobre el escenario ya de Judith Mateo, que es todo un espectáculo en directo. Preciosa, vestida de fiesta y 100% molinesca, demostró que aparte de una gran violinista es todo un animal de escenario, simpática, desenfadada y todo un torbellino, dándole ese punto especial a "La danza de las mil tierras", ¡gran sorpresa!, y "El flautista", en la parte más folk del concierto pero a su vez de las más animadas y con la gente ya despierta y bailando por fin. Finalmente, retomaban la parte más netamente ÑU y heavy de la mano de la imperial "Sé quién", una de las mejores y más auténticas canciones que se han escrito en la historia de nuestro rock y de verdad que aún tengo el vello de punta recordando lo que significa para mí escuchar en directo esa declaración de intención (y letra de referencia absoluta)… Sé que nos miran y piensan algo, pero a tu cara no lo dirán, ¿a qué no?

Cuando parecía que se acababa el concierto, volvían de la mano de la festiva "De fiesta", valga la redundancia, con guiños a PURPLE y a JETHRO TULL, dos bandas con las que obviamente Peter y José Carlos guardan una relación muy especial. Por cierto, curioso que el sonido en esta última parte del concierto fue PERFECTO, algo increíble según había empezado la noche al respecto. Y tras un largo sólo de teclado, presentación de los músicos y demás, era el momento del broche final de la mano de una rotunda y siempre atractiva "Más duro que nunca", que ponía carpetazo a una noche extraña pero siempre mágica y especial.

De todos modos, y como decía al principio, hubo dos opiniones absolutamente contrapuestas al final del concierto: los que lo disfrutaron mucho y los que se aburrieron y esperaban otra cosa. Personalmente, y en este caso siendo subjetivo al 100% (y vaya por delante el estigma de ser fan irredento de ÑU hagan lo que hagan, cuándo y cómo sea), yo esperaba ver otro tipo de concierto en Hortaleza, pero está claro que el Molina nunca va a cambiar y siempre va a hacer lo que quiera y cuando quiera. Es parte de su magia, de su leyenda y de su grandeza, y esperemos que siga así aún muchos años, con su melena y pose intacta (¿cómo lo hará o en qué marmita de la juventud se cayó de pequeño?), su alma juglaresca, pícara y gamberra por bandera y ese punto especial de su voz, presencia, flauta y carisma que no puede cambiar. Y si encima se acompaña de una banda tan excelente como la que tiene actualmente mejor que mejor…. Y es que no me puedo enfadar con José Carlos ni aunque quiera, ¡maldito juglar encantador!

David Esquitino (david_esquitino@rafabasa.com)