Discografica: Season Of Mist
Puntuación: 9/10
Si en los últimos años ha habido una banda que ha sorprendido de verdad dentro del metal extremo (y fuera), esa ha sido sin lugar a dudas SEPTICFLESH. Y es cierto que en los tiempos que corren es complicadísimo llamar la atención tanto como ellos lo hicieron de entre toda la maraña de bandas de death metal que salen de todas partes, pero lo que la banda griega consiguió con "Communion" en 2008 fue de veras algo único y sin precedentes en un género en el que, mira tú por dónde, parece que todavía no estaba todo inventado… De hecho, y para más inri, la banda venía de un parón indefinido después de un muy correcto "Summerian Daemons" en 2003 tras el cual se echaron a dormir, y quién les iba a decir a ellos que, desde 1990 como llevan en esto, iba a ser entonces cuando de verdad despertase la bestia, cuando explotase ese potencial que llevaban dentro y que ahora les ha coronado como los maestros de lo oscuro, los legítimos compositores de la banda sonora del apocalipsis…
Escuchar "Communion" resultó ser toda una experiencia a muchos niveles, por eso es un gustazo descubrir que con su regreso, SEPTICFLESH continúan por la senda marcada entonces e incluso mejoran la fórmula para marcarse un trabajo difícilmente superable en el que se nos mete de lleno en una epopeya de death metal y orquestación obscura, dramática, épica, agónica y maquiavélicamente sofisticada que no deja títere con cabeza ni un solo segundo para pestañear, algo así como si la mismísima furia del Olimpo se nos viniera encima en la peor de nuestras pesadillas…
Poco había en lo que mejorar con respecto a su resurgir de 2008, pero estos griegos lo han conseguido… De hecho, el mayor cambio que encuentro sería la producción, donde esta vez han echado el resto contando con Peter Tägtgren y sus Abyss Studios, aunque tampoco diría que sea la típica producción de Tägtgren en lo que a la parte "metálica" se refiere. En cambio, sí que puede decirse que en general el disco suena mejor, más depurado que "Communion", más rimbombante y muy bien equilibrado entre la magnificencia de las orquestaciones y la parte más puramente death del grupo, que sigue estando ahí como siempre, en eterno litigio.
Por lo demás, aparte de una producción más cristalina y meticulosa no veo apenas diferencias en lo musical, pues como comenzaba diciendo, SEPTICFLESH vuelven a apostar por un trabajo de orquestaciones masivas y macabras, un trabajo de metal sinfónico como pocos se han visto hasta la fecha en el que el death por supuesto también está ahí pero ocupando un relevante segundo plano, y digo relevante segundo plano porque aunque es obvio que las orquestaciones tienen el control absoluto, los griegos no han caído en el error de centrarse sólo en eso y no han dejado de sonar a death, o en otras palabras, que no por ser más sinfónicos son menos extremos sino todo lo contrario (de hecho las sinfonías son también muy extremas, sobre todo mezcladas con los tempos rápidos y contundentes de Fotis Benardo). A nivel individual, desde luego ha quedado ya claro que Christos Antoniou ha cuajado un trabajo vibrante y superlativo con las orquestaciones, mejor que en su predecesor, y sólo él sabrá dónde está el techo, pero además hay que mencionar otro gran trabajo de Seth en las guturales, que me da la sensación de que esta vez lo son un poquito menos, y también de Sotiris con las voces limpias, que suenan tan bien como en "Comunnion" y son ese contrapunto que hace que su música termine por resultar tan singular. Además, en este nuevo disco cuentan con la colaboración de la soprano Androniki Skoula (CHAOSTAR), lo que le da un nuevo aliciente que añadir a un disco estremecedor, variado y del todo impredecible, como si de una caja de sorpresas de la que salen truenos se tratase, donde en esta ocasión me resulta harto complicado decantarme por algún tema en concreto porque cada uno tiene muchísimo que ofrecer por sí mismo y son un verdadero mundo aparte (además tampoco han caído en el error de hacer un disco demasiado largo).
Un disco casi perfecto que se convierte en toda una experiencia y en una doble tarea realmente complicada para SEPTICFLESH, por un lado la de llevarlo al directo de manera digna, y por otro la de intentar superarse en el futuro, algo que veo harto difícil y que no obstante, estoy segurísimo de que van a conseguir.
Jorge del Amo Mazarío (jorge_del_amo@rafabasa.com)
Twitter: @Jorge_del_amo
Lista de temas:
- The Vampire from Nazareth
- A Great Mass Of Death
- Pyramid God
- Five-Pointed Star
- Oceans Of Grey
- The Undead Keep Dreaming
- Rising
- Apocalypse
- Mad Architect
- Therianthropy
Para mi, lo mejor que ha caido en mis manos en lo que va de 2011. Un discazo apoteósico
DISCAZO con mayúsculas!! Totalmente deacuerdo con la crónica, es realmente complicado resaltar algún tema por encima de los demás, si tuviera q elegir alguno probablemente serian los dos últimos. Una maravilla para el q sepa apreciarla. En lo único q no estoy deacuerdo es en q en este disco mejoren la «formula» usada en Communion, para mi Communion es el mejor disco de Death sinfónico o atmosférico o como querais llamarlo de todos los tiempos, aunque este esté muy cerca para mi no lo supera, Sangreal es un tema q pesa muuuucho en ese disco.
No cabe duda de que es un tremendo álbum. Lograron combinar 2 ramas musicales de manera perfecta, quizás en forma más notoria que en Communion. Llevo mas de 1 mes escuchándolo y cada vez lo encuentro mejor. Sin embargo, creo que en cuanto a brutalidad, ese toque mas «crudo», no supera a Communion, especialmente en el sonido potente de las guitarras. Pero en cuanto a composición, creatividad y acople con la parte sinfónica y lírica, de todas maneras es mucho mejor. Además de incorporar voces más completas, le da un toque único, que literalmente nos trasladan a las civilizaciones antiguas. En lugar de comparar cual de estos dos últimos discos es mejor, prefiero anticipar lo que se viene para el siguiente álbum: una combinación perfecta entre la brutalidad, potencia y lado más «metal» del «Communion», con la majestuosidad, ambientación y composición de «The Great Mass»