Miercoles 24 de Noviembre – Palacio Vistalegre – MADRID
Personalmente nunca he sido el mayor fan musical del señor Vincent Fournier, o más bien de su alter ego «femenino», (aunque me guste, vaya, que nadie entienda lo contrario) pero luego en directo es cuando verdaderamente Alice Cooper toma el cetro de mando y se convierte en uno de los grandes… Y como tal, hay que ir a verle siempre que tengamos ocasión, y rendirle pleitesía y admiración a ser posible, porque es más que de agradecer que a día de hoy un artista se siga preocupando de ofrecer un espectáculo total, llámese incluso teatral. encima de un escenario.
Dicho esto, hay que decir que, aunque hubo buena aceptación general, quizás muchos esperábamos más de esta nueva venida del señor ALICE COOPER a nuestro país, y más cuando hace año y medio nos maravilló en el Azkena Rock con un espectáculo algo más básico que su actual «Theatre of death» aunque quizás más efectivo. Tal vez influya que son los últimos coletazos de la gira y no estén tan frescos como hace algunos meses (como se muestra en el impresionante DVD grabado en el Hammersmith de Londres a finales de 2009), que personalmente había visto hace un par de días el citado DVD, con lo que todas las sorpresas y espectáculo en sí ya se me había desvelado, o simplemente que los que somos más seguidores del ALICE de los 80 que de los 70 nos terminamos quedando un poco a medias cuando el repertorio se centra tanto en la etapa primigenia de la banda (cuando de hecho era THE ALICE COOPER BAND, que no se nos olvide), dejando sólo mínimas pinceladas de la etapa más hardroquera y echando siempre inevitablemente de menos los temas de «Constrictor», «Raise your fist and yell» y sobre todo «Trash» y «Hey stoopid», de los que sólo cayeron una versión muy descafeinada de «Poison» y un correcto «Feed my Frankenstein», por cierto… ¡Ah!, y que duró hora y media más que raspada, que ahí sí le tiramos de las orejas a Alicio y su banda, que creo que fueron un tanto rácanos esta vez.
Decir que el recinto se presentaba en su aforo reducido, con las lonas blancas circulares tapando el graderío, con lo que el aspecto de Vistalegre era más de sala grande que de pabellón, y es que al final no creo que hubiera más de 3.000 personas en el recinto…
No fue ni de lejos de los conciertos que mejor hemos escuchado en Vistalegre. Es más, las guitarras permanecieron realmente bajas en todo momento, la voz de Alice no terminó de sonar bien en otro momento (también es cierto que él no estuvo a su mejor nivel a este respecto, y ya que estamos, es innegable que ya no se mueve con la misma soltura que por ejemplo en 2003, cuando le vimos por primera vez en España en la impresionante gira de «Dragontown»… pero es que tiene más de 60 años, ¿qué queremos?) y sobre todo que por momentos había una cierta bola de sonido que no terminó de arreglarse en ningún momento, una pena…
Volviendo al show en sí, tenemos que decir que para abrir el concierto los teloneros fueron una banda de Barcelona llamada THE BLACK ROSE ROAD, a los que muy pocos conocíamos (incluso ni siquiera se habían anunciado hasta un día antes del concierto, con lo que mucha gente no sabía ni si había teloneros y mucho menos quiénes eran).
Pero el caso es que estábamos allí para ver de nuevo en España al inventor del shock rock, del espectáculo musical como tal encima de un escenario, y allí estaba de nuevo con sus 62 años haciendo lo que mejor sabe hacer: actuar (y nunca mejor dicho tratándose de Alice Cooper) y entretener. Como digo, fue muy corto esta vez y aunque el escenario inicialmente presentaba un gran aspecto (con un enorme telón de fondo con la cara de Alicio embozada en negativo, y éste coronado con dos tétricas gárgolas envueltas en telarañas), creo que luego no fue para tanto (aunque ya es mucho, muchísimo más de lo que ofrece la mayoría… y sobre esto me quito el sombrero siempre con ALICE COOPER). Siguiendo con la descripción, el propio escenario como tal estaba dispuesto a dos y casi tres niveles, con la batería atrás, en una segunda altura y varios cachivaches y mini plataformas por las que irían campando a lo largo del show los protagonistas), aunque ya digo que de alguna manera me pareció un espectáculo más justo que otras veces, por muchas cuatro muertes diferentes (guillotina, jeringuilla gigante, horca y caja de pinchos) que nos ofreciera a lo largo de la noche.
Por supuesto que no faltaron las teatralizaciones, actores (con Tiffany Lowe al frente, esta vez generalmente de enfermera loca, aunque remató muy acertadamente vestida de novia de Frankenstein), cambios de chaqueta, en el buen sentido, y/o vestuario constantes de Alice, además de sus juegos e instrumentos habituales como las espadas, muleta de huesos, muñecas y demás (por cierto, ¿donde habrá quedado su pitón de antaño?…). Lo que me gustó menos es que el show iba como acelerado, empalmando los temas unos con otros e incluso en muchos casos tocándolos más como casi un medley continúo que como canciones en sí, por mucho dinamismo que le imprimiera esto al espectáculo.
El show se presenta de alguna manera en cuatro partes, aunque es cierto que esta vez empezó primero con dos de los temas festivos que suele dejar para el final, como son «School´s out» y «No more Mr. Nice Guy», aunque después ya digo que el espectáculo se desarrolla como en cuatro partes, divididas por las correspondientes cuatro muertes citadas (y curioso que metieran «Poison» bastante pronto y como parte del espectáculo más teatral, que no suele ser lo habitual). Así, tuvimos a la «Nurse rozzeta», pudimos ver a Alice cantando con su camisa de fuerza en «The ballad of Dwight Fry», el juego macabro con la muñeca ensangrentada de «Only women bleed», con Keri Kelli perfecto a la acústica, a Alice en plan araña en «Vengeance is mine» (único tema que cayó del último disco) y cantando desde una elevada plataforma/escalera, el juego tirando billetes desde el florete y el posterior sacrilegio con la Barriguita pintada como el jefe en «Billions dollar babies», el humor negro de la pequeña parte de «I love the dead» o «Go to hell» (aunque se me sigue haciendo bizarro ver a Alice tocando las maracas), o la caña roquera tirando collares de perlas de la gran «Dirty diamonds». Y no me olvido de ese bicho peludo de peli friki setentera (concretamente de «Jason y los Argonautas», jeje) que acompañó a «Feed my Frankenstein», además del final festivo con «Elected», con chaqué y chistera de espejos incluidos (además de bandera de España, en algo que hay que ver como detalle del artista y quitando cualquier matiz político, por supuesto) y la repetición de «School´s out» ya con los enormes globos con confetti que Alice iba explotando con el florete… Por cierto, me encantó la camiseta del Tío Sam en plan zombi y con la frase «I want your brains» debajo, que portó el colega en esta última parte del bis.
A nivel de sorpresas en el set, comentar que fue un placer escuchar temas setenteros diferentes como «The awakening/From the inside», (con Alice demente sentado en silla de ruedas mientras la enfermera comienza a putearle…) o «Killer», además de un «Cold ethyl» que siempre fue de mis temas favoritos y que personalmente nunca la había escuchado en directo. Y luego siempre es un lujo volver a recuperar joyas como «Be my lover» o «Is it my body?», que no son de las fijas en los set, aunque por contra por ejemplo no cayó «Desperado» o «Welcome to my nightmare», que creo recordar que sí están en el DVD del Hammersmith de la misma gira.
Por cierto, no he hablado aún de la excelente banda que lleva ALICE COOPER ya desde hace años, con un gran Jimmy de Grasso a la batería (ex MEGADETH o Y&T entre muchos otros), un Chuck Garrick cuadrado y tatuado (y que con la tontería es el músico que lleva más años con Alice en la banda), que además tiene un papel muy importante como corista, aparte de ser un sólido muro sónico al bajo, claro; y por supuesto una pareja más que efectiva de guitarristas como son Damon Johnson y sobre todo un Keri Kelli fantástico, todo un animal de escenario y con una imagen fantástica (y es que Alice siempre ha sabido rodearse de guitarristas roqueros impresionantes, desde Keane Roberts a Ryan Roxie, por citar dos de los que más me han gustado de la larga lista). Me gusta que están muy involucrados en el show y no son sólo meros comparsas al servicio del jefe sino más bien secundarios de lujo con mucho peso en el sonido de la banda y por ende en el espectáculo de ALICE COOPER en directo.
En definitiva, fue un buen show seguro, y es que estamos hablando de alguien con la clase, personalidad, elegancia y carisma que sólo los realmente grandes pueden mostrar encima de un escenario. De todos modos, ésta era la sexta vez que veía a ALICE COOPER en directo (y casualmente 5 de ellas en giras distintas) y seguramente ha sido la que menos me ha impactado y la que he salido más indiferente tras ver el espectáculo… Y es que a lo mejor es el momento de renovar de verdad el set y los trucos escénicos de cara a no quemarse prematuramente. Aunque bueno, es sólo una opinión de fan, aunque imagino que tampoco es casual que cuando se rumorea que de cara al nuevo disco haya una cierta reunión con miembros primigenios del grupo, de repente el show tenga cada vez más presencia de temas y rollo setentero, ¿no?… Lo dicho, bien pero al menos en Madrid con bastantes reservas esta vez.
Texto: David Esquitino
Fotos: José Luis Frías
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