Creo que no soy el único que piensa que «Destino perdición» es uno de los mejores discos de rock de nuestra historia y, de la mano de aquella joya UZZHUAÏA, se han convertido en una de nuestras bandas referencias del estilo. Por otro lado, superarlo era un reto más que importante, y más teniendo en cuenta los difíciles momentos que ha pasado la banda en estos dos años desde entonces (cambio de oficina de management, enfermedad de su productor habitual y gran amigo de la banda, una cierta ansiedad e impaciencia por ver que no se terminaba de dar ese último paso hacia arriba…), pero es que, como ellos mismos dicen en el disco, las ganas de llorar son ganas de seguir.
Pues bien, ya tenemos aquí el esperado «13 veces por minuto» (que, por cierto, hace referencia a las veces que respiramos cada minuto) y tengo que decir dos cosas claras al respecto: La primera es que no voy a engañar a nadie, ni a mí mismo, y es que el disco no supera el altísimo listón del anterior… Pero, por otro lado, que nadie se equivoque que por supuesto que mantiene el nivel, estilo, garra y clase del mismo, y como tal se muestra como perfecta continuación y un gran paso de gigante hacia delante para que UZZHAUÏA lleguen arriba de una vez.
Como digo, el sello sonoro de la banda se mantiene sin duda: puro rock n´roll made in «Baja California», con la dosis justa de melodía cuando es necesaria, de rabia cuando hay que gritar, de feeling cuando necesitamos ponernos la patata en un puño, y sobre todo de calidad, actitud y personalidad, algo que les sobra a los levantinos. Además, el sonido es excelente (muy buen trabajo de Manuel Tomás en los estudios de Carlos Goñi, además de la perfecta masterización del famoso Mikka Jussila en Finlandia), dando el último punto de clase al álbum. Muy bien pulido pero con las aristas justas para que siga pinchando, vaya.
También, hay un cierto cambio a nivel de la portada, mucho más colorida y extraña esta vez, (y que personalmente sí me ha gustado menos), que nos podía hacer dudar a nivel del contenido (al menos a mí me lo hacía, además de los temas algo más suaves que nos habían ofrecido en directo últimamente) y me hacía temerme esa viraje hacia caminos más comerciales que tanto miedo me daba. Y es que, vale, reconozco que en España tenemos una gran tendencia a dudar de nuestras bandas en este sentido cuando tienen cierto reconocimiento y potencial para llegar al gran público (a veces con cierta razón como pueda haber ocurrido en casos como M-CLAN o MAGO DE OZ, y otras simplemente siendo algo pesimistas o injustos), yo el primero.
Pero no, ya digo que «13 minutos por minuto» es otra pieza exquisita de hard rock clásico, de rock atemporal, de buena música de la que te hace emocionarte y decir «¡joder, qué buenos!». Es increíble cómo te van llevando desde el punto más duro y guitarrero hasta sus exquisitos medios tiempos, con esas letras cada vez más personales e interesantes de un Pau que está inmenso a todos los niveles, y manteniendo bien presente su extenso abanico de influencias (del hard rock de los 70 a MÖTLEY, THE CULT o GN´R, y entre medias todos los nombres especiales que se os ocurran: Neil Young, Bruce Springsteen, Ted Nugent… o nuestros BARÓN o BURNING, ¿por qué no?).
Además, estamos antes un disco redondo de 10 temas donde no sobra ni falta nada y que se te mete bien dentro de la cabeza y el corazón de rock y ya no te suelta… ¿Y pensaréis ahora que porqué no tiene más nota entonces? Bueno, pues las comparaciones son inevitables y ya digo que me parece que pese a todo está un peldaño por debajo de «Destino perdición» (aunque ellos mismos vayan a acabar hartos de las referencias en las correspondientes críticas que vayan saliendo).
De todas formas, lo dicho, desde la tralla ya 100% reconocible como «sonido guitarrero UZZHUAIA» de temas fantásticos como la propia «13 veces por minuto» (primer single, y del que han grabado un chulo videoclip), «No quiero verte caer» (¡uff, que grande!), u «O.C.K.» (con ese toque THE CULT que tanto les gusta), o el punto especial de los cortes a medio tiempo (siempre especiales) como «Magnífico fracasado» (¡vaya melodías y guitarras!) o «Ante la tempestad» (todo un hit single a la vieja usanza), un nuevo discazo del quinteto valenciano. Y no me olvido además de canciones diferentes pero con un gusto increíble como «La mala suerte», la genial «Antes del amanecer», además de la gran «Durango» (con deje incluso rockabilly/country macarrizado de fondo pero con toda la chispa del mundo), dedicada a la sala roquera por excelencia de su ciudad y un tema que partirá la pana en directo.
No es como me siento, es como estoy… enamorado de UZZHUAÏA.
David Esquitino (david_esquitino@rafabasa.com)
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