El pasado viernes 20 de agosto los riojanos TIERRA SANTA certificaban su retorno musical sobre las tablas de Valencia, ofreciendo a los allí presentes un soberano e intenso concierto plagado de mágicos momentos en una velada para el recuerdo. El show ché supuso un alto en el camino ( de fuego ) mientras gestaban en Esparza de Galar lo que será su nuevo y esperado álbum después de tres largos años de parón musical. Con la grabación de ‘Caminos de Fuego’ casi concluida, a falta de las mezclas y posterior masterización, un servidor de todos vosotros se personó en los estudios Sonido XXI para realizar una fugaz pero reveladora escucha de este nuevo trabajo.
A priori las sensaciones recibidas fueron inmejorables. Si bien es cierto que al escuchar los primeros acordes identificas sin ningún problema el sello tan característico de TIERRA SANTA, claramente notas que algo ha cambiado. Suenan grandes, las canciones están muy trabajadas y sorprenden por el amplio espectro que ofrecen. Te abren el oído hasta un límite del que nunca hubieras sospechado, y suenan bien, muy bien. Te recuerdan las típicas producciones yankees que tanto hemos anhelado durante todos estos años. Y es que hacía muchísimo tiempo que no escuchaba a una banda nacional sonar bajo estos rangos. Más de uno se va a quedar con la boca abierta, os lo aseguro.
El álbum, como ya se ha comentado, llevará por título ‘Caminos de Fuego’ y está formado por diez cortes que, sin llegar a ser un disco conceptual, abordan la eterna lucha entre el bien y el mal, oscilando entre los tres y cuatro minutos de media. La batería ha corrido a cargo de David Carrica. El responsable de los teclados, en esta ocasión, ha sido Juanan San Martin, recientemente incorporado a la banda y antiguo miembro de los navarros Satira. A las cuatro cuerdas, como siempre, Roberto Gonzalo, y en las guitarras Arturo Morras y Angel San Juan, que también ha puesto su voz. En la producción Javi San Martin, como es costumbre. En el disco aparecen las eficaces colaboraciones de Jon ( guitarra del grupo TYR ) y Eduardo Zamora ( Satira, entre otros ).
Pulsamos el ‘play’.
Libre; es un medio tiempo muy bueno, con un sonido muy americano y un reposado punteo de los que arrancan sonrisas de satisfacción. El cambio es brutal. La batería suena super natural, el bajo ataca poderoso mientras la producción de las guitarras sienta cátedra. La voz está muy limpia. Lo dicho, no se asemeja en nada a lo que esta banda ha hecho en el pasado. El estribillo me pone la piel de gallina : «…al fin soy libre, podré el paraíso llegar a ver».
Ejércitos de las tinieblas; de estribillo muy épico como su título, es rápida y con mucho Hammond, empapándola de un tufillo a Rainbow bastante agradable y rockero. Es el típico tema para abrir un concierto y poner la parroquia patas arriba. Me recuerda a la época de Tierras de Leyenda, pero salvando las distancias, claro. Aquí el trabajo que hay es enorme y canta por sí solo.
Caminos de fuego; le da nombre al disco y es junto con la anterior, de las más veloces de este trabajo. Me cuentan los propios músicos que será la pista número uno del cedé, las demás están por decidir. Con una entrada a base de charles, bajo y riff maideniano, os aseguro que nunca antes se habían podido escuchar en TIERRA SANTA unos arreglos a las seis cuerdas como en este trabajo. De verdad que aquí se notan sobremanera los meses invertidos componiendo el nuevo material.
La leyenda del holandés errante; con muchísimo texto, es un cuatro por cuatro muy sólido y rockero, haciendo gala de una batería que se despacha a gusto con los breaks y platos, dándole un regustillo añejo que es toda una delicia.
Arde Babilonia; está condenada a convertirse en todo un himno gracias a un estribillo tremendamente épico, donde Angel desata su garganta hacia lo más alto cantando aquello de: «…y borrar, borrar del mundo la ciudad de Babilonia» . Además, propone unos cortes y silencios que son novedad en la trayectoria de la banda.
Reina de Egipto; con dos partes bien diferenciadas, será la más larga del plástico, con un primer pasaje de acústica y voz muy bonitos que dan paso a un ritmo tranquilo, que sin llegar a ser considerado un medio tiempo, sirve de apoyo para un bajo muy sereno y presente, que soporta a la perfección el virtuoso solo de Jon ( TYR ). Posiblemente estemos ante una de las mejores canciones que TIERRA SANTA hayan escrito jamás.
Ciudad sagrada; es el título provisional de un tema que atesora mucho hard rock, con unas guitarras de alto mordiente y un estribillo de lo más pegadizo. Aquí aparece la segunda colaboración del disco,a cargo de Eduardo Zamora, donde se atiborra – en el buen sentido de la palabra – de una espiral de notas que alcanzan velocidades de vértigo. Con un momento donde la batería se queda marcando el ritmo sola – ideal para el directo – el final es de lo más heavy que hayan hecho los riojanos nunca, apoteósico vamos.
Condenado; cuyo título también es momentáneamente provisional, lleva mucho Hammond y un riff otrora bastante reconciliable con bandas como Rainbow, por ejemplo. Un cuatro por cuatro muy eficaz.
El fin de los días; contiene unas guitarras muy buenas. Es un medio tiempo solemne y progresivo, globalmente pegadizo y contagiosamente rítmico, de los que te hacen mover las cervicales al son de la música sin darte cuenta. Como novedad contiene un pasaje muy ambiental, de los que gustaba usar la serpiente blanca en tiempos, y lleno de efectos que se va abriendo hasta la apoteosis final. Me recuerda a los buenos momentos que te puedes encontrar en los vinilos de antaño.
Para siempre; mi favorita. Para que os hagáis una idea, es el corte que más se asemeja a una balada, aún sin serlo. Medio tiempo muy marcado por un charles abierto, muy hard, con un guitarreo heavy que quita el sentío, como dirían los flamencos. El punteo, de nuevo a cargo Jon, respira genialidad. Es un temazo, quizás el mejor del disco, aunque ya se sabe en estos casos, …para gustos los colores.
En resumen, ‘Caminos de Fuego’ supondrá ser el mejor álbum dentro de la dilatada carrera de TIERRA SANTA, ahora ya no me cabe la menor duda. La manera de concebir las canciones, los esquemas establecidos y la forma en la que están tratadas, certifica el paso de gigante que ha dado esta banda para convertirse en todo un grande.
TIERRA SANTA, naturalmente Rock.
Francisco Gonzalo