GRANITO ROCK X aniversario. |
Sábado 24 de julio de 2010 – Collado Villalba – Madrid
El festival ya va por su décima edición, que se dice pronto, y es que parece que fue ayer cuando año tras año iba creciendo y anunciando bandas mayores y de relumbrón, además de contar siempre con excelentes «caramelos» nacionales (sin que se me enfaden tipos duros como MURO u OBÚS por la definición, por supuesto), y cuando éramos cada vez más los que nos acercábamos al Parque de las Bombas «el finde del Granito» en Villalba. Pues bien, aunque este año la maldita crisis nos tiene a todos locos (e imagino que habrá influido para que no haya cabezas de cartel internacionales como SAXON, UDO, DORO o RAGE en otras ediciones), vivíamos el cambio de ubicación a la Plaza de los Belgas, quizás de tamaño similar al anterior (aunque en este caso dispuesto a lo largo más que a lo ancho), pero en una zona más urbana, asfaltada y sobre todo con un escenario ya sí digno de un evento como es el Granito Rock a día de hoy. Además, rodeado de bares de todo tipo, con terrazas, barras y demás 100% adaptados para estar realmente a gusto, con precios populares de verdad (ya podrían aprender la mayoría de festivales y/o eventos similares) y gran variedad de bebida y comida para que a los asistentes «no nos faltara de ná». Además, algunos pocos puestos de ropa, camisetas (superchulas, una vez más, las del festival), ceniceros/bandejas/relojes customizados… para seguir dándole color a un festival que una vez más triunfó a nivel de organización siempre trabajando desde la sencillez y la humildad. ¡Ah!, y por si alguno no lo sabía aún, festival gratuito, que siempre es un lujo y se agradece, por supuesto.
La jornada del sábado comenzaba a eso de las 8, y aún con la gente llegando tranquilamente al «recinto» o desperdigados por los bares, parques, terrazas conlindantes y demás (y es que hacía una tarde/noche realmente agradable), con tres de las bandas ganadoras de los concursos de bandas noveles correspondientes. Comenzaron LOVE DIVISION, una interesante nueva formación de rock que nos presentaban los temas de su interesante primer trabajo «The velvet revolution», y que dejaron bastante buen sabor de boca pese a ser los primeros y que no mucha gente les conocía (aunque hubo una buena representación de amigos y seguidores apoyando al grupo, ¡vaya que sí!).
Destacar algún tema como la macarruza y guitarrera «Troubled ways» y algún otro corte más tranquilo pero que dejó buena impresión. Les seguiremos la pista… aunque es verdad que no son una banda 100% dentro del hard rock más duro o como se quiera llamar.
Tras ellos, cambio de tercio con una propuesta más metalera con los locales MIDGAR, con buena cantante femenina al frente, que hicieron un buen concierto de heavy/power con tintes de metal progresivo (y con bastante presencia de teclados), aunque quizás no les acompañó 100% el sonido… y todo ello sin dejar de proyectarse el guapo motivo principal del cartel del festival de este año, que la verdad es que les quedó niquelado.
Una banda a tener en cuenta, especialmente para los que gusten de este tipo de bandas de calidad y sonido elegante (y no demasiado rimbombante ni con cantante en tesituras operísticas, por si alguien los estaba ubicando en ese saco), y es que la verdad es que los chavales demostraron nivel y un dominio ya importante del escenario.
UNSOULED
Acercándonos a las 10 salían la escena los también madrileños UNSOULED, una de las bandas de esa excelente nueva cantera de thrash metal que están surgiendo en España en los últimos años. Ya hemos hablado muy bien de su interesante debút «Start over», que salió hace ya algunos meses, pero personalmente no había tenido la oportunidad de verles hasta ahora (pese a las buenas referencias de mis compañeros Cerezuela y Del Amo) y el sábado me pude quitar la espinita. Pese a que les presentaron como «metal supertécnico» yo creo que la definición más correcta es que son una banda de buen thrash metal clásico, aunque con toques actualizados en algún momento, como es lógico, en una onda que me recordó en varios momentos a ANGELUS APATRIDA (y eso que UNSOULED quizás tienen un sonido de guitarra menos afilado pero más pesado), quizás la banda nacional punta de lanza a día de hoy del estilo, y por ende, con las lógicas influencias de formaciones clásicas como MEGADETH, METALLICA, SLAYER, PANTERA y demás, pero manteniendo en todo momento su rollo y personalidad. Lástima que no contaran con demasiado buen sonido, y es que sobre todo la batería de Carlos Ayuso se comía bastante del sonido general. Tuvieron la suerte de tocar ya anocheciendo y con más público en la explanada, lo que le dio bastante vidilla al concierto, que la verdad es que entre el apoyo de la gente y el buen hacer encima del escenario, acabó siendo uno de los momentos recordados de la noche.
Me gustó la voz del guitarra/cantante José Gil (curioso ver una Les Paul en una banda de thrash, por cierto), y en general la actitud de los 4 miembros de la banda, aunque quizás se mostraron un tanto estáticos por momentos (aunque esto se «cura» con carretera, que diría aquel). Hablando de los temas, me quedé especialmente con un fantástico «Fire in the wormhole» (sí, cantan en un apañado inglés, que nadie crea que en 2010 las bandas se amilanan por esto), y con el final con «Human waste», uno de los temas más rápidos de su discos, además de una más que correcta versión de un tema nada fácil como son los 6 minutazos y pico del «Blackhenet» de METALLICA a mitad de la actuación que nos dice dos cosas: una de las influencias más claras de la banda por un lado, y el desparpajo y calidad que tiene el grupo por otro.
Una banda joven pero con bastante proyección, que suenan bien, tienen rollo, buenos temas y se nota que poco a poco van dando forma a esa personalidad que seguro que les va aupando más arriba.
CENTINELA
Tras ellos, era de el momento de volver a ver a una de las formaciones más esperadas de la noche, esos CENTINELA que, de la mano de su quinto trabajo, «Teoría de la fidelidad», siguen al pie del cañón y ofreciendo conciertos correctos en este 2010. Fue curioso que desde donde yo me encontraba (delante y en el lado izquierdo, mirando al escenario), el sonido no fue demasiado bueno, sobre todo con una batería y bajo saturadísimos que se comían al resto, y unas guitarras que no se oían nítidas, pero luego me dijeron que desde más atrás se escuchaba bastante más compensado así que no puedo asegurar nada al respecto… pero ya digo que al menos desde delante no contaron con buen sonido. Dicho esto, y después de verles dos veces ya en este año, está claro que la banda apuesta 100% por la evolución y continuidad diferente que les han dado «Claustrofobia» y «Teoría de la fidelidad», con un sonido más pesado, contundente y grave. Obviamente es tontería aludir a que los fans de «Pánico», «La nueva ira» o «Sangre eterna», por ir en orden descendente, no están de acuerdo con esto, pero aquí manda el músico, faltaría más, y luego son ellos los que tienen que demostrar con hechos encima del escenario que llevan razón o no.
Así, desde el comienzo comenzaron desgranando temas de sus dos últimos trabajos como «Más fuertes», buen corte para empezar, «Seis almas» o una guapa «Cerca de mí», destacando desde el principio una vez más a un Cano sobrehumano, que sigue mandando en la banda desde el centro del escenario con su imponente figura y su voz estratosférica que sube hasta el infinito… una vez más, ¡impresionante! También, y comiéndome mis palabras de otras veces, esta vez me gustó ver a un Javier Simarro moviéndose bastante más sobre el escenario, y de nuevo me encantó re-comprobar que Michel sigue siendo un fantástico batería… Donde sigo sin terminar de pillarle el punto a la actualidad de CENTINELA es a nivel de los nuevos guitarristas, y es que aunque cada vez están más acoplados a la banda, no creo que le hayan aportado un plus positivo al sonido del grupo, «obligandoles» a sonar cada vez más graves y rítmicos pero perdiendo gran parte de la rapidez y melodía que les hizo hacerse un nombre más que importante en nuestra escena hace no tanto tiempo. Supongo que es cuestión de elecciones, pero la banda «así» no termina de sonar en directo, y es una pena porque el potencial sigue siendo grande pero humildemente pienso que especialmente Fernando Moya no termina de aportarle el punto solista que los temas de CENTINELA requieren (especialmente en temas como «La herida» o «Como un huracán», que en directo han perdido mucha de su magia por esto) o simplemente es que no es el tipo de guitarrista que necesita la banda para levantar el vuelo de una vez como se merecen… incluso a veces parece que él se siente a disgusto tocando ciertos temas y esto el público lo nota sin duda.
De todos modos, son opiniones, nada más, y el caso es que la gente de Villalba en general respondió bastante bien al concierto de CENTINELA (por cierto, interesante juego de proyecciones en la pantalla, con diversas versiones del logo de la banda, efectos tipo lásers y cosas así, que les quedaron muy chulos, además de los dos telones laterales con la «C» del logo del disco anterior), en el que durante una hora desgranaron una buena ración de temas de todos sus discos, desde la mirada al primer disco con «El sabio» hasta cortes muy especiales como la preciosa balada «Frío» (que dedicaron a su amigo Cristobal, batería de THE HERETIC, y «pipa» ocasional del grupo, recientemente fallecido). Por supuesto, no faltaron los ya clásicos de la banda como «El desterrado» o «Pánico», que todos cantamos con ganas, aunque por otro lado hubo también un par de temas en los que la banda sonó rara, muy deslabazada y sin ese toque compacto de otras ocasiones, especialmente en «Siéntelo» y «Sin control», ya en los bises, que nos hicieron a algunos mirarnos torciendo el gesto.
Ya para cerrar, era imprescindible que nos regalaran de nuevo «La herida», el que creo que se ha quedado merecidamente como su gran clásico, aunque nunca entenderé porqué le han cambiado la impresionante melodía base original por un toque más crudo y pesado, quitándole feeling y fuerza sin duda. Terminaron poniendo de nuevo las cartas sobre la mesa de un puñetazo y afirmando a los cuatro vientos que están 100% convencidos de su «Nueva vida», poniendo punto y final a un buen concierto aunque algo irregular por momentos.
WARCRY
Los cabezas de cartel de la noche eran los asturianos WARCRY, una banda que en estos tiempos cuentan con un público muy amplio, variopinto y variado, y con mucha gente joven muy fiel al grupo, que hizo que la «pradera» de la Plaza de los Belgas se encontrara a tope cuando hacían acto de presencia pasadas las 12 de la noche en el amplio escenario del Granito en su décima edición. Hay que reseñar también que mejoró el sonido con respecto a los grupos anteriores, y es que el final el cabeza de cartel siempre cuenta con ciertos privilegios, está claro, y lo cierto es que durante las dos horas de concierto de los asturianos tuvimos un sonido en general bastante decente. Por otro lado, en cualquier concierto de WARCRY está claro que la gente está 100% con Víctor García, apoyándole cada gesto entregado, cantando con él y siguiéndole en cualquier requerimiento que éste haga, y una vez más fue así, aunque por contra hay que decir que el ovetense no tuvo su día a nivel vocal, especialmente en la primera parte del concierto, en la que dejó cantar a la gente más de lo habitual, y lo cierto es que sufrió más de lo que le he visto otras veces. Aún así, se notó que la voz se le fue calentando poco a poco y sin duda fue de menos a más, acabando a buen nivel.
He hablado de Víctor, obvio protagonista, pero está claro que aparte de él los cariños de la gente se reparten entre «los barbudos», como alguien me comentaba in situ, un Pablo y Roberto García que han sabido ganarse el respeto, cariño y apoyo de la gente con trabajo y una gran entrega en directo, sin parar de moverse (bueno, el guitarrista es más calmado) y aportando un buen nivel musical. Especialmente hay que destacar a un Pablo que me parece un guitarrista excelente (con su habitual guitarra «militar» en ristre), quien se ha ganado con creces el puesto de «mano derecha» de Víctor en el grupo. Por otro lado, creo que personalmente aún no había visto en directo al actual batería Rafael Yugueros, que cumplió con su papel perfectamente, al igual que un Santi Novoa, teclista, con cada vez más protagonismo en el sonido de estos tiempos en los que ya el power metal con el que nació la banda en su momento ha quedado bastante atrás en discos como «¿Dónde está la luz?», «Quintaesencia» y «Revolución» (del que tocaron lógicamente bastantes temas, por cierto).
Está claro que WARCRY tienen algo que les ha llevado a ser una de nuestras formaciones más importantes y punteras a día de hoy, y es que la comunión con su público y a su vez la identificación de su gente con ellos es impresionante. Y eso unido al carisma indudable de Víctor, gustos y opiniones de cada uno aparte, hacen que WARCRY estén donde están y que sus conciertos sean exitosos, como volvió a ocurrir en su actuación en el Granito. De hecho, no fue raro por momentos escuchar más al público que a Víctor (aunque ya digo que no tuvo su mejor noche), o notar ese entusiasmo de los que no han visto muchos conciertos aún y asisten ensimismados a la oportunidad de disfrutar en directo de una de sus bandas favoritas (comentar en este punto que obviamente pudieron presenciar los conciertos todos los menores, y de hecho había muchas familias con niños por allí).
A nivel de «show», comentar que llevaban un par de telones laterales con motivos de su último disco, aunque lo que realmente daba más juego era la pantalla de fondo que iba emitiendo imágenes de las portadas de cada discos de WARCRY (según el tema que estuvieran tocando), o algunas proyecciones visualmente muy atractivas como el logo en llamas o los tonos azules en los cortes de «El sello de los tiempos», por ejemplo, además de la sucesión de fotos de bandas clásicas durante «La vieja guardia», rematadas, como no podía ser de otro modo con la imagen fija de Ronnie James Dio a modo de recuerdo. Aparte de esto, y un buen juego de luces, el espectáculo lo puso la propia banda clavando los temas y es que, nos guste la música de WARCRY más o menos, hay que reconocer que han llegado a un muy buen nivel en directo, algo que no ocurría tanto en sus primeros años precisamente, y que de nuevo pusieron de manifiesto en Villalba.
También, creo que eligieron muy bien el set list del concierto, entremezclando con tino cortes de todos sus discos y satisfaciendo por igual a los fans más powermetaleros de sus primeros trabajos, tocando sus temas más conocidos (y es que no eludieron casi ninguno de sus clásicos imprescindibles, incluso con alguna sorpresa que no siempre tocan en directo), como dando cancha a sus últimos trabajos, en un repertorio compensado que creo que agradó por igual a todos los seguidores de la banda presentes en el concierto. Comenzaron mirando a «Revolución», aunque rápido «Nuevo mundo» comenzó a calentar de verdad a la gente (que cantaron con ganas el pegadizo estribillo del tema). Tras una acertada referencia del vocalista a que es muy difícil que un festival de estas características llegue a su décima edición, atacaron con la épica «Ulises» y la muy coreada «Aire». Comenzando con una preciosa intro de guitarra clásica, era el momento de volver a «Revolución» con un gran medio tiempo como es «Coraje» (si no me equivoco en el título), uno de los mejores temas de la noche sin duda. Tras un guiño al conocido «Highway to hell», era el momento de volver al tono más power y rápido con «¡Qué vengan ya!», otra de las favoritas de la gente, antes del bonito momento citado de «La vieja guardia» (dedicada por Víctor a los más viejos, y a los que empiezan… ¡incluso a Bob Esponja!, y es que había por allí alguien con un globo con la imagen del dibujo animado, jeje), rematada con guiño a «Enter sandman», por cierto.
Seguíamos adelante con una canción de amores imposibles con la más hardroquera «Devorando el corazón», un buen tema aunque con una letra en mi opinión demasiado tópica. Seguían cayendo canciones mientras la voz de Víctor iba mejorando y la gente seguía muy metida en el concierto coreando «La vida en un beso», o la totalmente power «Señor» de sus comienzos (con el logo de su primer disco en la pantalla). Para el siguiente tema, Víctor quiso contar la historia de un chaval, fan de la banda, que murió hace poco sin poder verles y que su familia sí estaba por allí y que les dedicada la bonita «Contra el viento» (un bonito gesto), sin duda una de las favoritas de la gente de los últimos tiempos de la banda. Volvíamos atrás con «Alejandro», otro de los temas marca de la casa de sus primeros años y que volvió loca a la gente, que tenían ganas de seguir cantando, aunque en este caso en las tesituras más suaves de «Un poco de fé», introducida con intro de «piano».
Íbamos casi terminando y no podía faltar «Capitán Lawrence», otro de los ya clásicos rotundos de la banda, y que se volvió a corear con ganas, antes de los bises ya con las imprescindibles «El guardián de Troya» (con el logo de «Alea Jacta es» mandando imponente desde la pantalla) y las «populistas» «Tú mismo» y «Hoy gano yo» (con recuerdo a la selección española de fútbol incluido) para poner broche final a un buen concierto de WARCRY que encantó a su público y que seguro que a los propios músicos les dejó muy buen sabor de boca de la respuesta que obtuvieron en Villalba. WARCRY después de muchos años se han ganado su lugar en nuestra historia y, con oficio y siendo fieles a su fórmula de éxito, en Villalba siguieron adelante en su buena progresión, siendo cada vez una banda más generalista, y mostrando el buen momento que es evidente que vive la banda después de muchos cambios, peregrinaciones en el desierto y momentos más irregulares.
Texto: David Esquitino
Fotos: José Luis Frías y Daniel Garrido
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