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Días 8, 9 y 10 de Julio – Kobetamendi – Bilbao
Debido a motivos laborales y al retraso en subir hasta el recinto, cuando llegué, los británicos SKUNK ANANSIE ya se encontraban descargando sobre las tablas del escenario pequeño, nunca mejor llamado, ya que de todas las ediciones en las que he acabado subiendo al monte Kobeta de Bilbao, creo que este es el más pequeño que he visto nunca, aunque admito que falte a la última edición, por lo que no hablaré demasiado por si acaso.
No soy en absoluto fan de esta banda, pero he de admitir que pese a que no comparto su peculiar idea de entender el rock, sobre un escenario son dignos de elogio, no en vano y por algo poco a poco consiguieron llenar casi al completo la explanada en frente al escenario, y eso que la gente fue llegando con cuentagotas por así decirlo.
Skin es un animal del directo, que manera de moverse, saltar, correr, cantar…una de esas personas que se entregan al completo ante su público, si poder dejar de nombrar al batería Mark Richardson, un portento que en cierto modo veo desaprovechado, aunque para gustos los colores. Buena descarga la de los británicos, aunque he de admitir que ya fuera por la calidad de sonido o por ella misma, vi a una Skin demasiado gritona y estridente, aunque quizá sean imaginaciones mías.
RISE AGAINST era el siguiente plato del día, esta vez en el escenario principal y actuando frente a un público muy diferenciado, y es que no pocas pulseras de cuadros y camisetas de BULLET FOR MY VALENTINE, AVENGED SEVENFOLD y más bandas por estilo eran las que abundaban en las primeras filas, con lo que ello implicaba en la media de edad de sus dueños.
Su descarga fue correcta dentro de su estilo supongo, los presentes parecían pasárselo bien e incluso se atrevieron a hacer un par de ‘circle pits’, algo que no entiendo muy bien tratándose de una banda con un sonido muy cercano a gente como BAD RELIGION, NOFX o los primeros THE OFFSPRING, pero como aquí lo que cuenta es el disfrute del personal, perfecto en ese aspecto, nada que reprochar, todo lo contrario.
Musicalmente hablando, el sonido fue bastante correcto, sin ninguna estridencia reseñable, su vocalista Tim Mcllrath se mostró en todo momento muy comunicativo y con ganas de agradar al respetable, por lo que puedo decir que nos encontramos ante un concierto más que notable.
No acabo de entender muy bien el porqué de ver a SLAYER en el escenario pequeño, por historia, antigüedad en importancia en su estilo específico creo que deberían haber actuado en el escenario principal, que es el lugar que se merecen, pero claro está, esa es mi opinión, y como tal, puede ser compartida o no.
Desde que comenzará a sonar ese cañonazo de su último trabajo que es «World painted blood», todos los presentes estaban ya a sus pies, y es que como siempre he dicho, SLAYER son una banda que incluso en una mala noche son capaces de dar conciertos de un nivel, fuerza e intensidad que otras bandas no logran nunca ni siquiera rozar.
No vi demasiado animado a Tom Araya en ningún momento del concierto, aunque si tenemos en cuenta recientes cancelaciones voy a darle un voto de confianza ya que quizá no estaba en su mejor momento, todo lo contrario que Kerry King y su inconfundible Warlock, y es que si no fuera por la ausencia de pelo (según donde) nadie diría que por este hombre pasen los años. Cómo siempre en un segundo plano, Jeff Hanneman y su cervecera guitarra, comenzó un tanto más tranquilo el show, pero poco a poco se fue desperezando y no dejo de mover la melena al viento, mientras que el señor Lombardo a la batería…bueno, lo de este hombre no tiene nombre, auténtica sala de maquinas de la banda, siempre enérgico, siempre animando el cotarro…SLAYER en estado puro, qué será verlos en una de esas noches en las que se dejan la piel…
«Jihad», «War ensemble», «Dead skin mask», «Mandatory suicide» o «Raining blood» entre otras pusieron aquello al rojo vivo, aunque fue con la traca final a case de «South of heaven» y como no, «Angel of death», las que nos desnucaron a todos a base de riffs asesinos.
En resumen, no fue seguramente el mejor concierto de los californianos, pero cumplieron con nota. SLAYER siempre cumplen.
El plato fuerte de la jornada era sin duda alguna RAMMSTEIN, la razón por la cual se habían reunido en la punta de un monte nada más y nada menos que algo más de 24000 personas, (según los datos de la organización), y eso que no han pasado más que unos meses desde su última fecha en el cercano BEC de Barakaldo.
Un escenario muy similar al utilizado entonces era lo que teníamos en frente, y como no pudía ser de otro modo, «Rammleid» fue la encargada de empezar a caldear el ambiente tras descubrir el escenario, oculto hasta entonces tras una inmensa bandera alemana, tomo un temazo que no viene sino a demostrar el gran estado de la banda, con un reciente álbum muy superior a sus anteriores entregas.
«B*******» (Büsckstabü)» y «Waidmanns heil», donde Till apareció con un enorme trabuco a cuestas fueron las siguiente en caer, y todo sea dicho, con un sonido bastante mejor que en los compases iniciales del concierto, lo que animo desde un inicio a los presentes a saltar y botar sin parar.
Cantidades industriales de humo acompañaron a «Keine Lust», aunque lo realmente espectacular fueron los lanzallamas bucales empleados durante la ejecución de «Feuer frei», todo un clásico ya en sus directos que siempre funciona.
Y el espectáculo siguió sin decaer a base de «Wiener blut» y «Frühling in Paris», un tema cantado por todos para regocijo de Till, aunque como apunte friki decir que poca gente sabe que cierta estrofa esta tomada de uno de los temas más conocidos de la diva gala Edith Piaf, «Non je ne regrette rien», aunque eso es algo que ya creo haber dicho anteriormente.
Durante «Ich tu dir weh» Till metió, como suele ser habitual, en una bañera al histriónico Flake, alzándose después en una plataforma sin dejar de cantar mientras vertía una lluvia de fuego sobre el pobre teclista. «Du riechst so gut» fue sin duda la sorpresa de la velada, unos de su más grades clásicos que pilló descolocado a más de uno viendo la reacción del público.
En «Benzin» el señor Lindemann apareció arrastrando el habitual surtidor de gasolina al que más tarde prendería fuego a modo de lanzallamas y de paso prender también a un falso espontáneo que subió al escenario, y es que una mano me juego a que quienes nunca hubieran visto antes su espectáculo se llevaron un buen susto.
La marcial «Links 2-3-4» fue todo un espectáculo de fuego sincronizado a la perfección con el ritmo de la canción, mientras que la desconocida «Du hast» puso a todo hijo de vecino a saltar y cantar, llegando a hacer hasta un poco cansino el repetir tantas veces el mismo estribillo hasta la saciedad, y entre eso y que «Pussy» es uno de los mejores temas de la banda, me lo pase una vez más como un enano viendo a Till montar su falo mecánico mientras rociaba a las primeras filas con espuma sin fin.
Tras este tema la banda se retiraría del escenario y no pocos fuimos los que pensamos que allí se acababa todo, pues los técnicos empezaron a moverse por el escenario con toda la calma del mundo, personalmente sabía que volverían a salir, pero tardaban tanto que comencé a marcharme, y no fue hasta un buen rato después y tras comenzar a sonar los primeros acordes de «Sonne» que di media vuelta y corrí hacia el escenario. Buena jugarreta la de los germanos, quienes darían finalizada su actuación con «Haifish» y el clásico «Ich will».
Quien va a un concierto de RAMMSTEIN sabe de sobra a lo que va, quizá se quedaron muchos temas en el tintero pero el tiempo programado no daba para más, así que puedo decir que solventaron su paso por el BBK Live con nota.
Tras ellos ANTI-FLAG comenzaría su actuación en el escenario pequeño, nuevamente una banda estadounidense de punk rock vegetariano, un punk para todos los público que ni me enganchó a mi ni al 80% por ciento de los presentes me atrevo a decir, pues hubo desbandada general tras la descarga de RAMMSTEIN, aunque sus incondicionales tenían.
Puede que no sea una forma muy ortodoxa de hacer las cosas, pero para no levantar suspicacias ni malestares, he disculparme antes de que nadie diga nada por no haber crónicas de las posteriores jornadas del festival, yo tenía tantas ganas como el que más de ver a ALICE IN CHAINS y PEARL JAM (y aunque suene raro me encantan los DROPKICK MURPHYS), así como FAITH NO MORE, banda que escuchaba mucho en mi adolescencia, pero supongo que debido al chaparrón durante el concierto de RAMMSTEIN y a lo que tardé en bajar del monte, me pasé los 2 siguientes días con fiebre y síntomas varios. Mi más sinceras disculpas a todos por ello.
Texto: Ángel Ruiz
Fotos: Juan Ramon Felipe Mateo (www.musifota.com)
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