Tras un parón de cuatro años desde la edición de «Don’t Fear The Reaper», soplan vientos de cambio en el seno de WITCHERY, una de las bandas más originales, sorprendentes e interesantes que nos dio Suecia durante la pasada década, cuando alcanzaron su mayor cota de impacto tras emerger a finales de los noventa, cuando por cierto parecían una banda totalmente diferente a la que en 2010 regresa con nuevo disco y nuevo vocalista, un viejo conocido de la escena extrema sueca como Legion (DEVIAN, ex-MARDUK), quien sustituye al fundador Tony «Toxine» Kampner a las voces, un cambio importante como es lógico que se ha notado y mucho en este quinto disco, que incluye un cambio bastante significativo en la dirección musical del grupo, alejándolo todavía más de unos inicios que ya quedan bastante atrás y que ahora con este novedoso «Witchkrieg» terminan de diluirse. De todos modos, cabe también señalar que a pesar de ello este no es un disco que diste tanto de «Don’t Fear The Reaper», y de hecho es obvio que Legion es una muy buena alternativa a un Toxine que no es superado pero que sí que tiene un sustituto digno y vocalmente cercano en esta nueva etapa de WITCHERY, por lo que si nos ajustamos al pasado más reciente del grupo tampoco habría que dramatizar ni hablar de cambio drástico, porque realmente no lo hay, sino simplemente un paso más en el alejamiento de los que para mí fueron sus grandes años, sobre todo hasta el «Symphony For The Devil», con aquellos tres fulgurantes tres primeros discos y un EP entre 1998 y 2001 que todavía hoy siguen estremeciendo a quienes a ellos se acercan por primera vez.
Lejos quedaron aquellos primeros trabajos en los que WITCHERY tan bien mezclaban el speed/ thrash más clásico con las mejores voces y melodías al más puro estilo sueco, una época también mucho más propicia para una mezcla entre metal clásico y melódico que estaba pegando fuerte con CHILDREN OF BODOM en plena ebullición , aunque lamentos aparte, pasemos a comentar lo que nos espera con «Witchkrieg» que, para ser honestos, tiene un poco de todo, y en parte sigue sonando a WITCHERY, o al menos a los últimos de 2006, que ya es algo.
El primer cambio que se atisba son obviamente las voces, un apartado vocal en el que Legion imprime ese toque oscuro, maldito, más gutural a la música que le da exactamente ese toque a los nuevos temas, más oscuros en general que los de «Dont’ Fear The Reaper», un cambio bastante notable que viene acompañado por una pequeña modernización de su sonido que también hace que el ‘feeling’ en general sea distinto, apartado instrumental en el que WITCHERY parecen ir hacia unos derroteros que no estoy seguro que sean lo que la gente quiere escuchar, sobre todo a tenor de esos primeros discos que les situaron donde ahora están.
«Witchkrieg» se me hace algo insulso por momentos, sobre todo porque no encuentro ese espíritu de sus inicios, que se ha perdido casi por completo. El disco transcurre a medio tiempo en su mayoría, abusando quizás en exceso del riff pesado, del tempo lento y casi marcial, aludiendo al curioso concepto del título y la portada, con unos temas en los que en general falta pegada y ese algo que te engancha desde el principio, algo de lo que llevan adoleciendo un tiempo, por cierto. Temas como «The God Who Fell From Earth» no me pegan lo más mínimo con WITCHERY, una faceta del grupo quizás demasiado moderna casi a caballo entre el groove y el metal más indistrial que no me convence lo más mínimo, aunque en la otra cara de la moneda alguna joya como el propio single, «The Reaver», hacen que el disco merezca una oportunidad sobre todo si te gustó «Don’t Fear The Reaper», uno de los cortes más clásicos del disco con un desarrollo thrasher a más no poder y un solo matador. Por cierto, comentar que para su vuelta WITCHERY han contado con una ristra de colaboraciones puntuales en solos de auténtica excepción, con gente como Kerry King, Hank Shermann (MERCYFUL FATE), Gary Holt y Lee Altus (EXODUS), Andy LaRoque (KING DIAMOND) y Jim Durkin (DARK ANGEL) haciendo solos enormes a lo largo de todo el disco. La melodía sigue estando ahí, y así lo muestran temas como los citados o alguno en el que es más evidente como «From Dead To Worse», aunque el ‘feeling’ en general es como decía muy diferente, más heavy, menos melódico, más lento y algo menos inspirado, en un disco en el que por cierto se nota una producción muchísimo mayor que en trabajos anteriores.
Un trabajo correcto sin más, deudor de su más inmediato predecesor aunque llevado un nivel más allá gracias sobre todo al aporte de Legion a las voces, un paso más lejos de la que para mí y para muchos fue una de las revelaciones de primeros del siglo pasado de la que cada vez queda menos. Una pena…
Jorge del Amo Mazarío (jorge_del_amo@rafabasa.com)
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