Siento un poco de orgullo al hablar de esta banda de power metal sueca, y es que recuerdo muy que muy pocos los conocían, yo el primero, cuando hace ya unos años vinieron de gira junto a los alemanes EDGUY y decidí hacerme con su primer disco, «Primo Victoria», pocas compras mejor hechas he hecho en cuanto a lo que a música se refiere. Y orgullo porque fui yo quien se los presentó a muchos amigos y conocidos, y todos sin excepción acabaron tarareando el estribillo de «Primo victoria» por las esquinas.
«Attero dominatus» fue una más que digna continuación, «Metalizer» y «The art of war» cumplieron pero no me convencieron de esa manera, pero me atrevo a decir que en está ocasión lo han vuelto a conseguir, nada nuevo en el horizonte, pero este «Coat of arms» vuelve a engancharme a ellos, de nuevo a base de sencillez y estribillos pegadizos.
El disco arranca con el tema de igual nombre, y desde un inicio esa melodía de teclado deja claro que este va a ser un clásico de su repertorio, y es que a la vez que relatan la ofensiva italiana sobre Grecia el 28 de octubre de 1940, van desgranando un tema poderoso, sin necesidad de ir a toda velocidad, pero siempre con ese belicoso estilo tan propio de ellos. Batallas navales como solo las hubieron en la segunda guerra mundial dan forma a «Midway», un tema de guitarras un tanto más repetitivas y en general con menos velocidad puesto que el doble bombo es inexistente en este caso.
«Uprising» es un corte que por el motivo que sea (posiblemente porque hablan de cosas y sitios que conozco bien) consigue ponerme los pelos de punta con sus aires marciales, lentos y solemnes, desgranando en unas pocas líneas el comienzo de la WWII el 1 de septiembre de 1939, coincidiendo con el ataque sin previo aviso a la ciudad de Gdansk (de donde son naturales BEHEMOTH) y comenzando con ellos la invasión de Polonia, teniendo lugar heroicas hazañas como la defensa del polvorín de Westerplatte. «Screaming eagles» es un tema muchísimo más rápido y agresivo, quiza contagiado por el hecho de tratar acerca de la rápida invasión de Francia a manos del ejercito alemán, en parte gracias su poderío aéreo.
Con «The final solution» consiguen ponernos los pelos como escarpias una vez más solo de pensar en la famosa «Kristallnacht» de 1938 o noche de los cristales rotos, cuando se empezaron a deportar judíos a los campos de Sachsenhausen, Burchenwald y sobre todo a Dachau, algo que acabaría desembocando en la decisión de sembrar Polonia de campos, entre ellos los tres más grandes y tristemente famosos, Treblinka, Chelmo y cómo no, Auszchwitz-Birkenau.
Parece ser que en está ocasión se han centrado mucho en la figura del pueblo Polaco, puesto que «Aces in exile», un tema de alegre estribillo y de nuevo a lomos del doble bombo, vuelve a narrar como muchos de los pilotos polacos exilidos defendieron con sus vidas los cielos britanicos en pos de una venganza que pagaron con sus vidas, al igual que muchos camaradas checos y canadienses. Y es que para entender bien los temas de SABATON lo mejor es entenderlos hasta en su contenido, y así disfrutarlos aún más.
No estoy muy seguro pero me jugaría una mano a que «Saboteours» versa sobre los valientes que se jugaron la vida para poder poner fin al terror de los mares que era el acorazado Bismarck, refugiado y custodiado siempre en un fiordo noruego. El tema en si quizá sea el más flojo de los escuchados hasta ahora, un poco simplón aunque siempre medianamente pegadizo, algo de lo que carece «Whermacht» por mucho que hable de uno de los mayores y mejores ejércitos que jamás han hoyado la tierra, y es que se trata de un tema lento, plomizo, sin nada que haga que lo queramos escuchar de nuevo.
La cosa mejora con «The white death» aunque sin llegar al nivel de los primeros temas, aunque su contenido es digno de mencionarse, y es que salvo que me equivoque, el aquí ensalzado es nada más y nada menos que Vassili Záitsev, el legendario francotirador ucraniano con 242 bajas alemanas confirmadas a sus espaldas, casi nada. Y para terminar el disco y siendo fieles a la tradición, «Metal ripper» se presenta como último corte del álbum, y como suele ser habitual, toda la letra del tema está formada en este caso por títulos de famosas canciones del rock y/o metal, aunque en esta ocasión creo que les ha quedado un tanto floja.
En resumen, un disco bastante entretenido que ya no viene a descubrir nada nuevo en estos chicos ni en general en el mundo del metal, pero entretienen, y personalmente me lo paso muy bien destripando el contenido de sus canciones. Sus fans quedarán satisfechos.
Ángel Ruiz
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