Tenía mis dudas acerca de si debía o no escribir esta crítica, he ido dejando pasar los días para tomar una decisión, y al final he optado por eso que se suele decir acerca de que hay discos sobre los que hay que escribir si o si, bandas que se no se pueden ignorar para bien o para mal, y los noruegos 1349 son una de esas formaciones.
Recuerdo muy bien que «Liberation» y «Beyond the apocalypse» me parecieron dos discos más que correctos dentro del black metal, pero fue sin embargo con «Hellfire» donde me dejaron con la boca abierta, uno de los mayores bombazos dentro del género en la última década y uno de los mejores álbumes de black metal de la historia sin lugar a dudas, una de esas compras seguras que no se puede pasar por alto.
Cuatro años tuvieron que pasar para que ese excelente disco tuviera continuidad bajo el nombre de «Revelations of the black flame», y no puedo sino decir que fue una de las mayores decepciones de mi vida en cuanto a discos se refiere, un bodrio infumable, un experimento difícil de catalogar y que no solo me decepcionó sino que logró que quisiera olvidar los minutos perdidos escuchándolo.
«Demonoir» era la prueba de fuego, su salvación o condena para toda la eternidad, y la verdad, no sé muy bien que decir. El disco cuenta una portada que a más de uno le recordará a los viejos discos de BATHORY, sencilla pero evocadora, mientras que para la producción han contado con los servicios Tom «Warrior» Fischer, en pos de un sonido más clásico a la vez que potente, y en ese aspecto parece que han dado en la tecla. Lo que más me desconcierta es que pese a que el álbum cuenta con trece temas, solo seis lo son realmente, pues se trata de extraños pasajes, a veces instrumentales, otras veces sencillamente ambientales, por lo que me centraré únicamente en comentar los seis con letra, por así decirlo.
«Atomic Chapel» desconcierta, por un lado Frost es una maquina, que manera de machacar sus parches sin piedad (y que desaprovechado está en SATYRICON), inicialmente solo tira de dobles bombos, pero más tarde nos taladra a blast beats sin piedad. La voz y las guitarras son harina de otro costal. Si bien las segundas cuentan con momentos reseñables, distan mucho de aquellos incendiarios riffs de su «Hellfire», mientras que Ravn en cierto modo es un despropósito a la voz, decepcionante en ese apartado ya que muy puntualmente ejerce como se espera de él. En «When I was flesh» la cosa cambia un poco, pero si he de ser sincero, no han acertado mucho con el tratamiento de la voz en este disco, lo mismo que las guitarras, que no solo no tienen la calidad de pasadas entregas, sino que suenan demasiado lejanas, nada que ver con el protagonismo del disco que los encumbró y que elevó sobremanera sus cotas de popularidad, aunque cuando menos estos temas suenan a black metal, que ya es más de lo que paso con «Revelations of the black flame».
«Psalm 7:77» comienza de forma un tanto diferente a lo que se esperaba de una banda de black metal, pero luego arremete con furia y sin piedad, un tema que de no haber sido por la horrible producción de señor Tom «Warrior», seguramente no habría estado mal del todo, pero que se queda en agua de borrajas por el horrible tratamiento de la voz de Ravn y el hecho de que las guitarras suenen lejanas, como si estuvieran tocando dentro de una cueva no ayuda en absoluto. Más de lo mismo con «Pandemonium war bells», un tema excesivamente largo para un estilo tan directo como es el black metal de corte clásico.
La sensación de que «The devil of the desert» podría haber sido un buen tema si no hubiera contado con una producción tan espeluznante es una constante, solo Frost se salva al igual que a lo largo de todo el disco, es como si hubieran querido cederle todo el protagonismo, algo exageradamente perceptible en «Demonoir», tema sin embargo más acorde con lo que se espera de ellos pese a ser más denso y lento, y es curioso, porque este es el único tema compuesto por el propio Frost.
Desde luego ha sido un mejor intento si lo comparamos con su anterior trabajo, pero a nivel personal, me parece que están a años luz de su «Hellfire», disco en el que deberían fijarse más y dejarse de tonterías y experimentos raros, esto debería ser un disco de black metal noruego, y no lo que me he encontrado, que ha sido un querer y no poder. Esperemos que vuelvan pronto a la buena senda.
Ángel Ruiz
|
Lista de Temas:
|
 |
 |
 |
 |
 |
