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THE POODLES + H.E.A.T
Sábado 24 de Abril – Sala Penélope – MADRID
La invasión sueca se presentó en Madrid para ofrecernos una gran noche de hard rock melódico, de esas que nos gustaría vivir más a menudo. Ni siquiera el volcán islandés de nombre impronunciable pudo frenar el empuje de estos tres grandes grupos que, ni cortos ni perezosos, se subieron a un autocar en Suecia para recorrer un montón de kilómetros y poder estar presentes en el inicio de tour en Madrid tras unas 60 horas de viaje.
Una vez en suelo madrileño y sin demasiado tiempo para preparaciones, las bandas tomaron la recién recuperada sala Rock Kitchen con el afán de conquistarla a base de hard rock del bueno, y a fe que lo consiguieron. La Rock Kitchen (antigua Ktedral) aglutinó un buen número de asistentes, calculo que unos tres cuartos de entrada. Lo cierto es que de haberse colgado el cartel de sold out se hubiera complicado muchísimo la visibilidad en la sala ya que, a pesar de tener varias alturas, el núcleo principal de la gente se agolpa en la zona central, desde la que cuesta observar en su totalidad un escenario demasiado pequeño y muy bajo; quizás este sea su punto más negativo, unido al calor agobiante que nos acompañó, al menos en la noche del Sweden Rocks.
Sin duda alguna H.E.A.T es una de las bandas que más me han enganchado en los últimos tiempos, gracias a un álbum debut que sólo necesita que pasen unos cuantos años para que sea considerado como un clásico del género y que es un digno heredero del mejor rock melódico escandinavo de la década de los 80s. Pero aparte de la calidad de su álbum homónimo, H.E.A.T tienen otro punto que les diferencia de la mayoría de nuevos grupos/proyectos de corte melódico: su actividad en directo. Así como otros álbumes se quedan en la estantería y nunca son puestos a prueba sobre un escenario, estos chavales de Upplands Väsby (sí, de ahí también proceden EUROPE) nos demostraron en la Rock Kitchen que su disco no es sólo una fantástica obra de estudio, sino que son capaces de hacerlo crecer aún más en directo.
Lógicamente se trata de una banda joven a la que le falta curtirse, pero aún así, me pareció que H.E.A.T dieron un auténtico conciertazo a base de buena música, muchas ganas, una gran frescura y la presencia de un frontman que, además de cantar fenomenal (demostrando en muchos momentos que iba sobrado de voz), sabe cómo meterse a la gente en el bolsillo. Lástima que el sonido no fuera el ideal y que la duración del show de 40 minutos escasos no permitiera escuchar el álbum entero (faltaron temas como Never Let Go). Aún así el grupo aprovechó el tiempo al máximo y ofreció canción tras canción sin irse por las ramas, con momentos muy destacables que supieron a gloria como el de Straight For Your Heart tocada a un ritmo altísimo, Cry en la que comenzaron con sólo voz y teclado y que acabó a lo grande en eléctrico, o Keep On Dreaming cantada por todo el público. Por cierto, los suecos fliparon al ver el apoyo de la gente que no dejó de corear las letras de su primer CD, sobre todo en una muy emotiva Cry. Pero aún hubo más, H.E.A.T no desaprovecharon la ocasión de presentar tres temas de su inminente segundo álbum: el corte que da título a su último EP (Beg Beg Beg) que, las cosas como son, me pareció flojo y demasiado blandito, y otras dos canciones algo más acorde con lo que yo personalmente espero de este nuevo disco. En Europa se ha retrasado algo su lanzamiento, pero pronto podremos escucharlo.
THE POODLES es una de las bandas que más ha revitalizado la escena hardrockera en los últimos años, especialmente gracias a sus giras por Europa, las cuales además han tenido parada en España. Sin embargo quizás la cercanía de su última visita a Madrid (hacía menos de 6 meses que habían tocado en la sala Caracol) le restó bastante sorpresa a su set, que resultó muy parecido al de aquella cita. En mi opinión siempre es de agradecer que los grupos cambien en buena medida su repertorio cuando realizan shows muy seguidos en la misma ciudad pero vaya, habrá opiniones para todos los gustos.
Lo que más me llama la atención de los conciertos de THE POODLES es su cuidadísima puesta en escena y ese punto de teatralidad festiva que los distingue de la mayoría de grupos y que busca atrapar la visión del espectador. En eso Jakob Samuel es un as, recurriendo a gestos, poses y a todos los cambios de vestuario que sean necesarios. Jakob fue una vez más líder en el escenario y cantó realmente bien. Además, se vio beneficiado al igual que sus compañeros por un mejor sonido del que habían disfrutado H.E.A.T. Sin embargo creo que un grupo que mima tanto sus directos en cuanto a puesta en escena, debería cuidar también otra serie de aspectos que pueden marcar mucho un concierto. Hablo en especial del uso excesivo (y creo que en su mayoría innecesario) de samples pregrabados, que provocan un sonido demasiado artificial y hacen que la banda pierda bastantes puntos en cuanto a solvencia en directo.
Como os decía el concierto se basó en un set muy similar al de la última visita en Caracol (a excepción de la parte acústica, si no recuerdo mal) así que la actuación se fue haciendo demasiado previsible, lo que contribuyó a una pérdida de fuelle tras un inicio intenso en el que destacó Metal Will Stand Tall. La parte central del show, con varios temas de Clash Of The Elements, no acabó de explotar (quizás un Band Of Brothers o un Kiss Goodbye no hubieran caído nada mal) y llegó a su punto más bajo en los solos consecutivos de bajo, guitarra y batería. Este momento permitió otro cambio más de vestuario de Mr. Jakob, pero se hizo bastante largo hasta que el vocalista regresó al escenario para, esta vez sí, ofrecer tres de los temas más celebrados
de la noche: Thunderball, Flesh And Blood y Seven Seas. Aún hubo tiempo para los bises (THE POODLES hicieron el set más largo de la noche con unos 75 minutos de duración aproximada), hasta que finalmente Night Of Passion cerró esta nueva actuación de los caniches que, por lo que casi todo el mundo comentaba, estuvo bien pero sin alcanzar el nivel de satisfacción de pasadas ocasiones.
Por fin llegó el momento del show de TREAT, quienes, a pesar de sus años de existencia como banda, nunca habían actuado en España. Afortunadamente la nube volcánica no impidió este debut y, para mayor satisfacción, se iba a producir con un fantástico nuevo álbum debajo del brazo. Y es que estoy convencida de que Coup de Grace estará en las primeras posiciones de los discos del año a nivel melódico. Para muestra, lo que sucedió en la sala Rock Kitchen. Muy, muy pocas veces he visto a un grupo clásico presentar un nuevo trabajo incluyendo bastantes temas en el set list y que estos fueran recibidos con tanto entusiasmo (o incluso más) que los temas antiguos. Chapeau para los suecos, que han demostrado que es posible editar un disco a la altura de una larga trayectoria, inmerso en la actualidad, pero sin dar la espalda al sonido que les caracteriza.
En mi opinión el show de TREAT fue el más completo musicalmente hablando de la noche. La banda se mostró enérgica y acertada, especialmente en cuanto a la guitarra se refiere, y Robert Ernlund estuvo a la altura, a pesar de notársele a veces que llegaba un poco justito y con una voz menos fina y melosa de lo podemos escuchar en Coup de Grace, donde en muchos pasajes recuerda enormemente al también sueco Joey Tempest. Eso sí, la entrega fue total tanto por él como por sus compañeros, firmando así un concierto realmente bueno. Lamentablemente, a TREAT les pasó como a H.E.A.T y sonaron mucho menos limpios que THE POODLES. Posiblemente ese fue el punto negativo de su actuación.
Ni qué decir tiene que el concierto arrancó presentando el ya mencionado Coup de Grace con dos de sus mejores temas, The War Is Over y la poderosa All In, que en un instante pusieron a todo el mundo a cantar, a bailar y a disfrutar del show. Pero estas no fueron las únicas novedades presentadas, ya que sonaron hasta cuatro temas más del último álbum, reservando incluso la fantástica Skies Of Mongolia para los bises.
La otra mitad del show estuvo dedicada a los clásicos. Lástima no haber dispuesto de más tiempo (TREAT tocaron unos minutillos menos que THE POODLES) de forma que se hubiera podido ampliar el set list, pero aún así no faltaron temas como Ready For The Taking, Conspiracy o la súper aclamada World Of Promises. En este punto sí me gustaría darle un tirón de orejas a la banda, ya que optaron por ofrecernos un medley en el que mutilaron Changes, Rev It Up, Party All Over y Too Wild. Ese medley me dejó muy mal sabor de boca (me hizo recordar la despedida de TALISMAN en Madrid en la que hicieron algo similar), ya que personalmente hubiera preferido escuchar Changes entero, por ejemplo, que una mezcolanza de temas. Junto con el sonido, para mí lo peor de la actuación de largo. Todo lo demás fue de sobresaliente.
Para terminar me gustaría destacar la entrega de los grupos en el escenario y fuera de él con los fans. Después de tres días viajando, las bandas no sólo rubricaron una fantástica noche de hard rock melódico, sino que tras sus conciertos acudieron a la mesa de merchandising para atender a todo aquel que quiso una foto, una firma o simplemente charlar un rato con ellos, mostrándose cercanos y atentos con todo su público. Una vez más, ¡enhorabuena!
Texto: Mar Tomás
Fotos: Juan Ramon Felipe Mateo (La Máquina de Sonrisas) (Correspondientes al concierto de Puentelarreina, Navarra)
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