Domingo 25 de Abril de 2010 – Circo Volador – Mexico D.F.
El pasado Domingo 25 de Abril los germanos GAMMA RAY nuevamente hicieron de las suyas en la Ciudad de México, ofreciendo un concierto grande y metálico a tope como ya nos tienen acostumbrados. Y es que estamos hablando de una de las bandas más consentidas en el circuito mexicano, pues cada una de sus visitas ha sido memorable tanto para los que los han visto más de una vez como para las nuevas generaciones que ilusionadas y abarrotando los stands de merchandising, dan fe del fanatismo a una de las grandes agrupaciones europeas. No podría afirmar que fue la mejor presentación en México hasta ahora (me quedo con la del Hard Rock Live), pero en definitiva fue un final de semana memorable.
El concierto estaba programado para empezar a las 20:00 hrs, y previo a la fiesta hubo una banda abridora de Cuernavaca practicantes de power metal llamada DIVINE SWORD, que según entiendo ganaron este honor después de participar en la Batalla de bandas para tocar en el Wacken organizada por el Chico Migraña. Una lástima porque solo me tocó escuchar los últimos acordes de la última canción y el último «Gracias!!!» pero, por los comentarios de la gente fueron buenos y la mayoría quedó conforme con su actuación. Sin embargo, no falta aquél, ya saben. Aún así, esta es una excelente forma de reconocer su esfuerzo y además es un gran empujón para proyectar su nombre. Mira que ser abridores de un concierto de GAMMA RAY no es todos los días.
Pasada algo más de media hora, y una vez que terminaron de ajustar los detalles del escenario, el público comenzó a inquietar el ambiente coreando «GAMMA RAY !!» GAMMA RAY !!» o «Hansen!! Hansen!!» lo que seguramente pinto sonrisas de satisfacción y emoción en la banda. Repito, GAMMA RAY son muy queridos en México. Muchos metaleros con interminables experiencias en los circuitos, pero también la asistencia tenía un alto porcentaje de jóvenes. No, esta ocasión no abarrotaron el Circo Volador pero los ánimos y el volumen de las gargantas cubrieron los espacios sobrantes. Cuando bajaron las luces lo que uno menos esperaba era escuchar «We will rock you!» de su majestad Queen. Interesante selección para abrir el concierto, y lo digo sin trazos de ironía pero si con una interrogante enorme en la cabeza. Para mí y para muchos evidentemente fue poco menos que raro. Y para la mayoría la verdad pasó desapercibida y en el olvido. Arrancando el concierto y uno ya sabe que se va a encontrar. El gran telón del nuevo disco como fondo de un escenario a dos pisos, excelentes juegos de luces, un sonido casi perfecto desde el primer acorde y un Kai Hansen brincando y corriendo de un lado a otro a todo lo que da. Sin duda es de los front man mas carismáticos en el género pues se ve que disfruta cada segundo que se encuentra en el escenario. «Gardens of the sinner» y «New world order» fueron las elegidas para abrir el espectáculo y vaya que sí prendió al público azteca.
En la primera pausa Kai aprovecho para dirigir algunas palabras al público agradeciendo la extraordinaria respuesta obtenida y saludando a quienes ya lo habían visto anteriormente. Gran parte lo habló en español causando buena impresión en la audiencia. Algo que siempre se reconoce este gran vocal es cuando interactúa con el público siempre se denota el gran respeto por sus fans y ese sentimiento rocker a tope de quien sabe que está ante chicos de todas las edades, y debe dar un show con el corazón. En breve, tocaron un par de canciones del último disco «Deadlands» y Emphaty» que seguramente ya habían sido previamente digeridas por el grueso del público porque fueron bien recibidas y coreadas. Después siguieron con la vertiginosa «Fight» con ese toque del viejo Helloween en las guitarras y su adictivo coro «Carry on!!» y con esto desataron un breve pero conciso slam en el centro del público. Regresando al nuevo disco, desataron «Mother Angel» con uno de los solos gemelos en vivo más cuidados y pulidos, aumentando la presión en los brazos de quienes estaban hasta adelante. Observamos a un Henjo Richter en perfecta armonía con el trabajo de Kai, sus dedos son una verdadera danza hipnótica. La máquina de Daniel Zimmerman allá atrás es perfecta y se complementa con el buen pulso del casi manowar Dirk Schlachter y sus pectorales saltarines.
El concierto avanzaba y en cada canción el público se olvidaba del calor, los apachurrones y pisotones. Las delicias de un concierto de metal ni más ni menos. El momento de relajarse llegó con la balada del nuevo disco «No need to cry» para lo que Dirk (si no me equivoco autor de la canción) preparó su atril de micrófono para hacer su participación. Gran canción emotiva que solo Kai en su interpretación le dio la fuerza que necesitaba. A la mitad de la canción Dirk sacó una curiosa guitarra acústica, pequeñita pero con forma de «Flying V», y toco sentado esa parte correspondiente a capella con aires a Rush en la potencia y coros. Gran momento del concierto.
Una breve pausa y los acordes en el bajo anunciaron una conocida intro extraída del disco «Land of the free». «Saviour» que precedió naturalmente a la épica «Abyss of the void». Buena selección y buen ambiente el que se sentía ya en el lugar. El público seguía respondiendo con la misma fuerza de un principio y emulando hasta lo posible los impresionantes coros del disco. Por algo el público mexicano es famoso. Terminando el track, la banda salió unos minutos del escenario dejando a Dan Zimmerman con su solo de batería. Este señor no hizo el solo de la historia, pero su potencia y precisión son irrefutables. Por ahí en alguna parte incluyó y siguió con los tambores un trozo de música clásica, algo ya visto anteriormente sin lugar a dudas pero aquí fue bien ejecutado y demostró su gran capacidad y experiencia. Terminando esto, los demás integrantes no se hicieron esperar y minutos después ya estábamos escuchando un track de regreso al disco «Power Plant» con «Armageddon» que fue recibida muy bien. Los solos de Kai y Henjo se complementan y en ocasiones fueron idénticos, soberbios, rozando la excelencia. Solo para puristas de la técnica y la velocidad. Pero más adelante demostrarían su maestría, ahora seguía el mal logrado «To the metal», track rockerisimo del nuevo disco que ha sido acusado de ser una copia de «Metal Gods» de Judas Priest. Puede que sí, pero ver a Kai Hansen tocar esta canción, con un gorro de piel tipo Brian Johnson con toda la esencia rocker, motociclista, pandillera y callejera; y además terminar con un solo de guitarra simple y sencillamente fenomenal… Bueno, la cosa es que Kai debió tener muchas buenas razones para hacer una canción así, sabiendo el gran parecido con los británicos favoritos de todos nosotros.
Siguieron con «Rebellion in Dreamland» marcando el regreso a ese fabuloso disco «Land of the Free» del ’95, pero también confirmando nuestras sospechas de que no tocarían canciones de épocas previas a ese disco. Es más, el «Somewhere out space» se lo saltaron olímpicamente. Ni hablar.
Ya para terminar, y saliéndose del set list original los acordes conocidos helloweenescos hicieron retumbar el Circo Volador hasta (sin exagerar) dos o tres cuadras a la redonda: «Ride the sky» fue la elegida y de verdad fue el mejor momento de la noche. La reacción fue inmediata y no es para menos. Rápida, potente y significativa como pocas, esta canción marcó generaciones enteras de admiradores del metal germano. Aquí en México causo locura y desgarres en la garganta a muchos (ciertamente es muy difícil seguir esos agudos) Kai Hansen tocó y cantó como si los años no hubieran pasado, como si los veinticinco años (quizá mas) que han transcurrido desde que se estrenó la canción no le hubieran tocado un puto pelo. Al término se siguieron con «I want out» subiendo a la banda a niveles casi apoteósicos. Sin duda esto fue un gran regalo para México y se agradeció con varios minutos de aplausos y ovaciones.
El concierto terminó con «Send me a sign» cuyas excelentes melodías y guitarras gemelas puntualizaron el gran estilo y sonido propio de estos alemanes, echándose a la bolsa perfectamente al público mexicano. Gran final que todos dejó con ganas de más, pero totalmente extasiados por el carisma de los cuatro músicos.
Agradecemos a Luis Jasso por las facilidades para hacer esta reseña y a Dilemma Entertainment
Texto: Victor Varas
Fotos: Germán García (cortesía de Bajo Tierra Prensa)
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