Sinceramente, lo mejor que puedo decir ante este disco es recomendar su escucha obligada a todos aquellos admiradores del metalcore más abrasador y agresivo que jamás pueda destilar el metal. No puedo sino deshacerme en halagos ante este «Invictus» puro chorro de desgarro, abrasador e incendiario metal en su vertiente más agresiva, elaborada y melódica. No soy un gran admirador del metalcore sin sentido, ese que reparte caña bestia gratuitamente con unos alaridos pasmasos y una base rítmica machacona y rompe cuellos, creo que en el afán de muchas bandas por repartir toda su fuerza sin control pierde precisamente todo el sentido de la fuerza. Pero HEAVEN SHALL BURN ha desarrollado una pieza donde la fuerza tiene un carisma sobrecogedor, puro cañonazo de rabia controlada, con un sonido y una producción que es mágica e insuperable en este sentido (lo bien que deben trabajar en Century Media) donde no se puede desmerecer a un solo miembro de la banda. Marcus Bischoff está sencillamente sobrecogedor a las voces con unos registros muy amplios con guturales ásperos y cavernosos, gritos de desesperación. La pareja de guitarras, formadas por, Maik Weichert y Alexander Dietz, son capaces de crear un muro sonoro implacable, un rodillo con forma de riff que impone. La base rítmica que forman Matthias Voigt (bajo) y Eric Bischoff (batería) tiene carisma y personalidad, esa el la clave, para mi gusto. Muchas bandas se esfuerzan en una base rítmica abrasiva que al final termina perdiendo el sentido entre tanto ir y venir, pero HEAVEN SHALL BURN, no. Incluso puedo decir, que este juego de base rítmica impone otro muro infranqueable y entre esos dos muros insuperables, el de las guitarras y el de la base rítmica, juega la voz de Bischoff acorralada dando un resultado sublimemente agresivo. En cierto aspecto me recuerda al concepto que manejan bandas como INSOMNIUM y DARK TRANQUILLITY donde imponen muros sonoros sin fisuras. Son puros rodillos.
«Invictus» no deja un solo segundo de respiro desde el momento en que abren el grifo, sin contar la visita a «Intro» y «Outro» que inspiran terror con ese juego de teclados. Pero es un mero espejismo. «The Omen» quita el sentido con el juego de vocales y tumba al más fuerte cuando aparece el estribillo reforzado con una batería con muchísima pegada donde el doble bombo se convierte en un rodillo invencible. Es el tema que han decidido convertir en single y está colgado en su Myspace, una visita os hará comprender como mis palabras se quedan cortas.
Si hay algún tema que me ha cautivado del disco desde el primer momento es «Combat». Donde jamás pude imaginar una base rítmica tan crujiente y nítida pero tan arrolladora, más aún si cabe incrustarle una base pregrabada muy al estilo hardcore (de la música electrónica) que convierte aquello en una jodida obra revienta tímpanos, pero no es solo eso. Como traté de deciros líneas arriba, no es puro bestialismo gratuito. Es que los riffs elevan un muro melódico (creo que hay bastante de la técnica slide lo que dice mucho de la melodía que factura el grupo) ante ese bestialismo y la voz de Bischoff simplemente te resucita. Yo personalmente, hubiese escogido este tema como single porque es una muestra magistral del control de la furia que tiene la banda. «I Was I Am I Shall Be» es otra de esas demostraciones donde nos enseñan que los «rompe cuellos» no son incompatibles con el sentido común, con la organización musical. En cierto aspecto, es que simplemente son más «metal» que «core».
A estas alturas van solo cuatro temas y parece que llevo horas exprimiendo mi cerebro ante la furia controlada de los alemanes. Las piezas agresivas siguen una tras otra «Buried In Forgotten Grounds», «Sevastopoll» y «The Lie You Bleed For» no dejan un solo instante de calma, aunque es cierto que son temas donde hay una pequeña parte donde dejan descansar el tímpano y un cierto componente más melódico protagonizado por las guitarras, ellos retoman fuerzas y vuelven con más brutalidad controlada si cabe, es lo que se dice, un uso magistral del breakdown. Sinceramente, solo con este «Invictus», HEAVEN SHALL BURN me ha demostrado muchas más cosas que algunas bandas en toda su historia. Los alemanes me han cautivado con una demostración de lo que debe ser metalcore donde siempre habrá más de metal y death que de reminiscencias modernas. Creo, que a día de hoy, es una de las bandas que sobresale con sentido y personalidad propia a pesar de estar encuadradas en el género metalcore.
Faltan tres temas (descartando el outro) y se me repite la sensación de llevar horas exprimiendo mis tímpanos al límite. Y así será hasta el final. «Return To Sanity», «Against Bridge Burners» y «Of Forsaken Poets» me dejan serieamente noqueado. Pero queda lo mejor.
«Given In Death». Podría escribir párrafos sobre el concepto musical que destapan los alemanes con este tema y asombrosamente no consigo comprender como más bandas no se atreven a «mezclarlo». Una vez lancé al aire la siguiente pregunta «¿existe alguna banda donde el protagonismo sea de un gutural rasgado respaldado por una voz femenina en una banda de metal tal y como se conoce ahora mismo?» las respuestas fueron miles, pero todas se centraron en bandas de shymphonic metal donde se juega a la bella y la bestia que siempre llevarán un fuerte componente lírico, ya sea black o doom. Pero mi origen musical no esa sinfonía, es el death metal en terminos más modernos. Concretando ¿por qué esa cuna de gothemburg metal debe estar reñida con respaldos vocales femeninos? Así a corto plazo recuerdo unos cuantos temas así, y sinceramente me parecen la mezcla perfecta, el equilibrio sublime entre la brutalidad de unos riffs, la fuerza de la base rítmica machanoca y áspera junto con los guturales y la sutileza y dulzura con una vocalista femenina como respaldo (que no es lo mismo que una vocalista femenina con un respaldo masculino). Me viene a la mente un tema de IN FLAMES, unos pocos de DARK TRANQUILLITY, otro de IMPERANON, uno de EMPYREAN SKY y otro de LILITU. Ahí termina mi sueño del metal melódico con apoyos femeninos. Pues HEAVEN SHALL BURN me ha demostrado con «Given In Death» que una cosa no esta reñida con la otra.
No puedo decir con muchas más palabras lo que he descubierto en «Invictus» solo me queda mi más sincera recomendación y quitarme el sombrero ante el quinteto alemán.
Jorge Cárcamo Yagüe
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