Incluso antes de meternos con el incierto título, quizás profético o tal vez sólo pequeña broma muy a la gallega, hay que decir que, aunque supusiera de verdad la despedida de la mítica banda orensana (que no lo creo), estaríamos ante un digno broche a la carrera de una de las formaciones más importantes y queridas de nuestra historia. Y es que, como nos reconoció el propio Charly, bajista original de la banda, hace un par de años cuando el futuro del grupo estaba más que pendiente de un hilo (con la entonces anunciada salida de Alberto Cereijo y Yosi en el peor estado de su historia): un flojísimo «El jardín de las delicias» no podía ser epitafio para la importante historia de LOS SUAVES. Pues bien, se han echado la manta a la cabeza, sin hacer mucho ruido han sabido resolver sus diferencias y conseguir que Yosi volviera a sentir la magia del gato negro, y consiguen volver a parir un gran disco de LOS SUAVES con el que todos los fans, y ellos los primeros, nos podemos seguir sintiendo orgullosos.
Dicho esto, comentemos que si el disco anterior se reconoció por activa y por pasiva que era más bien un trabajo en solitario de un Yosi en horas bajas (incluso a nivel letrístico), aquí sí tenemos un disco 100% SUAVES, con todos los elementos con denominación de origen del grupo, pero quizás con un deje un tanto más melódico, un tanto más hardroquero, y más elegante incluso, elementos totalmente deudores de la asociación Alberto Cereijo/Fernando Calvo, y con un punto más THIN LIZZY/GARY MOORE que nunca, que apuesto a que viene del lado de los hermanos Domínguez (y esta vez me aventuro en afirmar que Charly ha participado más que Yosi al respecto). Y aparte de esto, en cualquier disco bueno de los gallegos (que son casi todos, por cierto) no puede faltar la melancolía habitual y magia en los textos de un Yosi más centrado de nuevo en su labor de poeta urbano (y «cantando» mucho mejor que en el disco anterior) reflexionando sobre los aspectos oscuros de la personalidad, tristeza y clarividencia pese a todo que siempre han sido santo y seña de su estilo… y por ende de LOS SUAVES, ¡faltaría más!
Puestos a hablar de algunos discos, para centrarnos, podemos citar algún pedazo de «Maldita sea mi suerte», una pizca de «Malas noticias», un deje de «Santa Compaña», un puntito pequeño de «Ese día piensa en mí»… y todo ello aderezado como digo con ese «novedoso» toque más melódico y casi de AOR incluso en ciertos temas (sabiendo que estamos hablando de LOS SUAVES, claro) y sobre todo arreglos de guitarra. Es decir, que con la sabiduría que da la experiencia, han cambiado esta vez potencia y explosiones guitarreras por melodías más preciosistas y pasajes instrumentales más «relajados» para ofrecernos un disco de más que agradable escucha y que ya digo que va a satisfacer al 100% a todos los que acabamos más que defraudados con «Víspera de todos los santos» y sobre todo «El jardín de las delicias» (con la tregua intermedia del infravalorado «Si yo fuera dios», del que también coge retazos este disco). Y eso que no entra a la primera escucha, pero amigo/a, deja que actúe el veneno negro de la tristeza y que se infecte un poco la herida producida por zarpazo suave de gato, para ya no poder soltarlo.
A nivel musical, obviamente los protagonistas son los dos guitarristas, quitándonos una y otra vez el sombrero en cuanto suena la guitarra de Alberto (ya sea dando cera como acariciando melodías), más que bien secundado por el excelente trabajo de Fernando Calvo, como gran escudero de lujo y al que se le nota más que acoplado a la banda después de ya unos cuantos años en la misma. Aparte de esto, quiero destacar el buen trabajo de Yosi, más limitado obviamente que hace años, pero al que se le vuelve a entender cuando canta (y todos sabéis que no es de perogrullo lo que comento) y además ha sabido volver a darle punto especial de sentimiento a sus frases y entonaciones, algo que tanto se echaba de menos en los últimos años del grupo. Y ya que estamos, muy bien también Tino y Charly metiendo potencia y precisión en la base rítmica para redondear el conjunto… además del buen sonido general (con la firma de Cereijo), potente pero preciosista, que termina de envolver para regalo el álbum.
Hablando ya de las canciones, estamos ante un álbum redondo, con 10 temas rotundos, sin ninguno que merezca quedar fuera o ser considerado de relleno, y que ya es cuestión de gustos personales el elegir las favoritas o las que serán coreadas junto con los clásicos en los futuros conciertos de la banda (como por ejemplo ya ha ocurrido con «Mi casa» de «Si yo fuera Dios» en los últimos tiempos). Además, me gusta mucho el detalle de la variedad y clase que destila el conjunto, contando en un mismo disco con temas más movidos, otros más suaves (dibujo yo mismo el juego de palabras, vale), algún punto diferente, una versión, una excelente balada…
Por un lado cito temas más melódicos y casi a medio tiempo como la propia «Adiós, adiós» (muy pegadiza), la entrañable «Esta noche me perdí» («loco, es verdad, pero loco por tí»… y que me recuerda, salvando las distancias, al rollo bisoño de «Llegaste hasta mí» de su segundo trabajo), la más THIN LIZZY «Frío como una llave» (pero con guitarras potentes y gran letra) o la bonita versión en castellano, «Se alza el trueno», del «Thunder rising» de GARY MOORE (donde las guitarras de Cereijo son brutales). A nivel de temas más movidos, comentar el rock n’roll macarruzo, gamberro y divertido marca de la casa que es «Corre, conejo, corre» (al modo de un «Chaquetas de cuero» o «Peligrosa María»), o una «Cuando los sueños se van», primer single y que me ha encantado, además de una más metalera y atractiva «Han matado al rock n’roll» (y eso que la base es más pesada y actual), aunque el estribillo y melodías son soberbias (a lo «Dulce castigo» o la propia «Maldita sea mi suerte»). De todos modos, los dos temas que más me han gustado quizás sean «El último pecado» (un corte más largo pero muy especial, prácticamente a medio tiempo pero con muchísima chispa y excelente letra), y la preciosa «Miau, miau» que cierra melancólicamente el disco (aunque el final real del tema a modo de outro es totalmente guitarrero y heavy), una balada con base de guitarras acústicas y la voz de Yosi a lo «Parece que aún fue ayer», «No me mires» o «Siempre igual», transmitiendo desidia, sabiduría y triste realidad a un tiempo.
En definitiva, pese a que no piense que sea el final de LOS SUAVES, sí lo fuera, sería un más que digno punto y final, un barco que zarpa orgulloso de la misión cumplida mientras los pañuelos se agitan tristes pero diciendo más «gracias» que «adiós» (aunque, como comienza diciendo Yosi en el primer tema del disco, adiós es un grito que quiere decir bienvenido). Y la última frase de la crítica se la robo al bigotudo cantante, si me permitís, dentro de las muchas e interesantes citas que nos regala una vez más en el disco (aunque la mayoría nos remitan una vez más al agridulce perdedor): «Amante de la luna llena, gato bueno, hombre malo»…
David Esquitino (david_esquitino@rafabasa.com)
Listado de temas:
- Adiós Adiós
- Cuando los sueños se van
- Esa noche te perdí
- Frío como una llave
- Corre conejo corre
- Se alza el trueno
- El ultimo pecado
- 27000 Dias
- Han matado el Rock and Roll
- Miau miau