En el año en que se cumplirán diez del nacimiento del grupo, creo que no hay manera mejor de celebrarlo que con un nuevo y esperadísimo trabajo de estudio de una de esas bandas de las que a mí siempre me han gustado, y de las que se ve nada más escuchar su primera nota o su primera canción que, desde luego, no son una más, sino una entre muchas, muchas otras.
ALCEST son de Avignon, Francia, y aunque se fundaron como comentaba en el 2000, su carrera a nivel de ediciones discográficas ha sido más prolífica en demos, compartidos y EP que a nivel del largos de estudio, formato en el que solo tenían editado hasta la fecha su disco de debut, un «Souvenirs d’un Autre Monde» que controversia y disparidad de opiniones al margen, fue un disco que a mí me cautivó y cuya magia está fuera de toda duda. Eso fue en 2007, y es que tuvieron que pasar siete años entonces para que el ahora dúo compuesto por los ex- PESTE NOIRE Neige y Winterhalter editasen un primer disco que sorprendió a todo el mundo con un estilo que lejos del black metal que se les presuponía y que habían demostrado en sus dos primeras demos, se decantaba mucho más por las texturas ambientales y melancólicas que el mejor shoegaze puede evocar, algo en lo que ya habían hecho sus pequeños pinitos y que con «Souvenirs d’un Autre Monde» perfeccionaron hasta el extremo, en un disco hecho por y para los sentidos y que aunque en ocasiones pueda pecar de plano, para mí es una de las obras más a tener en cuenta de segunda mitad de década sobre todo por lo novedoso y llamativo que resultó, como así demostró la polémica y la citada controversia que suscitó en su día.
Por todo eso, «Écailles de Lune» es desde mi punto de vista uno de los lanzamientos más esperados del año en lo que a los terrenos más ‘avantgarde’ se refiere, un disco ansiado por muchos desde hace tiempo que promete y mucho y que, muy probablemente, satisfaga sobremanera ya no solo a quienes difrutaron tremendamente con «Souvenirs…», sino también a todos aquellos que demandaban a los ALCEST del black metal más sucio y melancólico, en un nuevo «Écailles De Lune» que es todo lo que se podría esperar del grupo y que está llamado a conciliar a unos y a otros.
Me atrevería a decir incluso que este segundo trabajo del dúo galo es lo que la inmensa mayoría de quienes les han visto crecer esperaban de su anterior debut, un trabajo casi perfecto, repleto de vuelcos, emociones, diversidad y dinamismo, donde están muy pero que muy presentes tanto las raíces hasta de PESTE NOIRE diría, con el black metal que comenzaron mostrando en sus inicios y que casi dinamitaron con «Souvenirs…» (salvo por alguna atmósfera y algunos ‘blastbeats’ muy esporádicos), donde vuelven las voces rasgadas, pero también ese estilo susurrante, melancólico, distorsionado y desgarrado siempre, eso que algunos llaman shoegaze, que roza lo ambiental, que atropella lo armónico y melódico (donde recuerdan ocasionalmente a los para mí siempre maestros SIGUR RÓS), y que en parte ha redefinido y dado una vuelta de tuerca más a un estilo que quizás en su primera entrega ni se pudiera llamar black metal, pero que ahora supone el abrazo perfecto entre este y el mejor sonido ambiental/ shoegaze/ melancólico de su debut, o lo que es lo mismo, una prematura obra maestra de los franceses, en la que han sabido fundir de golpe todo lo que mejor saben hacer, en un disco brillante, hipnótico, camaleónico, etéreo, elegante, fiero y hasta onírico, que les reafirma como unos auténticos genios de su música, una de esas que se disfruta más con los ojos cerrados.
El trabajo, que por cierto no peca en absoluto ni de largo ni muchísimo menos de plano o tedioso (justo al contrario), inicia con «Écailles De Lune (part I)» un tema sencillamente espectacular que plasma esa fusión perfecta entre los ALCEST de «Souvenirs d’un Autre Monde» y los «nuevos», que recuperan esa esencia de black metal ya no solo por los blastbeats y los ‘growls’, sino por una producción muy cercana a la de su anterior disco que le da a ese black un toque diferente a todo, y que lo llega a hacer incluso hasta evocador. Aquí mismo ya te das cuenta de que el disco suena abrumadoramente inspirado, que hay mucho cambio y variedad incluso dentro de los propios temas, y de que el amplio rango vocal de Neige. El tema mantiene una trayectoria muy en la línea de «Souvenirs…» hasta el final, donde arranca la sección de black metal elegante, triste y desgarrador, que me deja absolutamente sin palabras. Después viene la segunda parte, Écailles De Lune (part 2), que inicia con esa guitarra acústica que tanto protagonismo tenían en el debut pero que luego vuelve a ponerte el corazón a prueba con una avalancha de black sentido, fiero y razonado a la vez, todo muy bien pasadito por el tamiz de la elegancia y el buen gusto del que ALCEST van sobradísimos. Estas partes me resultan sealmente distorsionadas, como si las bases se sentasen sobre un black metal old – school a la noruega con reminiscencias hasta de BURZUM diría. Finalmente el tema acaba nuevamente más comedido, jugando con las atmósferas y las tesituras más exquisitas.
La cosa sigue con «Percées de Lumière», un medio tiempo de melodía repetitiva y sinuosa, con una voz que nuevamente transmite desesperación con cada nota y que no deja de cambiar constantemente, otro de esos temas vibrantes de principio a fin en el que las vocales juegan un papel crucial. Luego casi por inercia irrumpe del modo más natural «Abysses», un misterioso interludio que le allana su oscuro camino a «Solar Song», un tema que quizás sea lo más parecido del disco a «Souvenirs d’un Autre Monde», para que luego Sur «L’Océan Couleur de Fer» despida un trabajo que tan sólo creíamos acabar de haber empezado a escuchar, con los momentos más emotivos del disco y una combinación entre guitarra acústica y voz alucinantes, en unas tesituras inusitadamente limpias. ¿Mi consejo?
Dale otra vez al ‘play’. Este viaje mágico en escala lunar no acaba más que comenzar.
Jorge del Amo Mazarío (jorge_del_amo@rafabasa.com)
- Écailles De Lune (part I)
- Écailles De Lune (part II)
- Percées de Lumière
- Abysses
- Solar Song
- Sur L’Océan Couleur de Fer