IHSAHN – After

22 enero, 2010, 8:31 pm

Desde la triste ruptura de EMPEROR en 2001, todos los fans de la mítica banda noruega han ido consolándose como buenamente han podido con la carrera en solitario de un Ihsahn que comenzó hace escasos cinco años, en 2005, y que aunque con diferencias, comenzó con «The Adversary» una carrera en solitario que todavía tenía bastantes vestigios de EMPEROR como para contentar a un público que por cierto no quedó demasiado satisfecho con el último trabajo de los blackers, o al menos quedó bastante dividido. «angL» por su parte fue otro gran disco, diría que en una línea muy similar a la de su predecesor que seguía cuestionando en parte la originalidad de un Ihsahn en solitario que parecía querer reinventarse a sí mismo pero sin a la vez poder dejar de lado la música de su banda madre (música que componía y compone mejor que nadie, por cierto, dos discos tremendos…), que sin quererlo ni saber cómo parecía perseguirle de uno u otro modo, también imagino porque gracias a la reunión era un capítulo que no terminaba de cerrar en su carrera musical. Pues bien, con todo ese trasfondo llega «After» hasta nuestras manos, un tercer disco que cambia el guión de la película por completo y que se puede decir que, ahora sí, nos enseña un Ihsahn completamente original, creativo, decidido y abstracto que por fin se desvincula totalmente del legado de EMPEROR para escribir a fuego su nombre con un disco que no te esperas y que eleva su música a la enésima potencia…

Y es que son muchos los cambios que se auguran para este nuevo «After», tantos, que no se ni por dónde empezar. Decir por ejemplo que este es un concepto musical que poco o nada tiene que ver con el de «The Adversary», con el de «angL», ni muchísimo menos con el de EMPEROR, como antes comentaba. «After» es un disco único en su discografía, absolutamente inédito, que coge retazos mínimos de sus dos anteriores obras pero que en general resulta algo sumamente creativo de principio a fin, un trabajo muy progresivo, si se le quiere llamar así, lo que no estoy seguro de que haga justicia, por cierto. Algo muy novedoso y muy definitorio de lo inédita que resulta esta nueva obra, es que por primera vez Ihsahn ha utilizado el saxofón en sus composiciones, instrumento que juega un papel decisivo a la hora de crear ambientes y texturas, que por otro lado son la razón de ser de un disco que suena en muchas ocasiones más a jazz que a otra cosa. Para la tarea ha contado con un saxofonista de lujo, Jorgen Munkeby de SHINNING (los de Kvarforth no, los otros…), quien es muy culpable de la majestuosidad del disco con un trabajo impecable y emocionante con su instrumento, que ha sabido acoplar tremendamente bien a las atmósferas y pasajes de Ihsahn enriqueciéndolos muchísimo.

Siguiendo un poco con la descripción de «After» en lo musical, cabe destacar que se trata del disco más abierto de miras y más variado que ha grabado nunca. Lo de abierto de miras ya había quedado claro, pero lo variado se demuestra con tan sólo escuchar los dos primeros temas del disco, diferentes entre sí como la noche y el día y ambos espeluznantes a su manera. Es un disco en el que no te esperas lo que vendrá a continuación, en el que todo vale, y en el que el músico noruego ha puesto al servicio de la música toda su imaginación para desarrollar ocho temas y unos cincuenta y tres minutos de atmósferas desérticas, sonidos intrincados, tempos que cubren todo el espectro y, en definitiva, una obra tan buena o más en lo compositivo que las anteriores, pero con el factor determinante de la originalidad y la complejidad que ha logrado ahora con «After».

Por otro lado, comentar que el disco lo ha grabado en sus Symphonique Studios y un poco también en los Toproom Studios, y de la mezcla se ha encargado un auténtico maestro del género contemporáneo como es Mr. Jens Bogren, culpable también de que «After» suene tan exquisito como suena, primera vez si no me equivoco que el ingeniero trabaja con Ihsahn, aunque sólo haya sido en las mezclas. El disco comienza lúgubre a más no poder con «The Barren Lands», un tema que alardea de un preciosismo inusitado que evoca precisamente eso, las tierras estériles, lo austero… Musicalmente el tema resulta progresivo hasta decir basta, una especie de metal extremo muy progresivo e incluso ‘jazzero’, a medio tiempo, que no deja de pegar cambios, de una musicalidad espeluznante y un acierto compositivo al alcance de muy pocos en este mundillo en el que nos movemos. Ihsahn aquí ya utiliza el registro gutural o mejor dicho rasgado y el limpio, unas limpias que por cierto son las mejores y más cuidadas que ha grabado hasta la fecha. En sus guitarras, no puedo evitar que me venga a la cabeza el último trabajo de MASTODON, casualidad, supongo, aunque el parecido musical está ahí…

Luego llega «A Grave Inversed» y todo cambia, con un tema plagado de ‘blastbeats’ por doquier que se desarrolla de forma fugaz y que por momentos roza lo disonante, sobre todo por la guitarra que acompaña esos tempos frenéticos, guitarra que por cierto es por vez primera de ocho cuerdas, lo que se ha traducido en un sonido un poco más grueso, pero poco más… Muy curiosas las guitarras experimentales que ayudan a que la locura sea mayor en un tema realmente extravagante… «After», además de ser el tema homónimo del disco, es uno de los temas más preciosistas del disco, uno de esos que rebosa musicalidad, melodía, armonía y que nada tiene que ver con el antiguo Ihsahn… Es un tema de texturas exquisitas, guitarras sinuosas, que incluso me recuerda por momentos a PORCUPINE TREE, para hacernos una idea… Eso hasta que cambia, porque luego entran las guturales enfermizas y el tema pega un pequeño subidón de riffs entrecortados y contratiempos hasta que vuelve a llegar el estribillo, muy carismático por cierto. «Frozen Lakes On Mars» cuenta con un inicio tan épico como espectacular que da lugar a un riff muy potente que desemboca en unas partes que recuerdan al thrash más que otra cosa. Luego aparecen teclados complicados, algún parón, pero en general bastante más caña y rapidez de la que encontramos en el disco en general. «Undercurrent» por su parte es seguramente la pieza más completa y definitoria del nuevo Ihsahn que nos vamos a encontrar en su nuevo disco. Es un tema que se inicia a lo OPETH totalmente, con guitarra acústica, efectos por detrás que le dan un toque totalmente atmosférico, y así se mantiene un tiempo hasta que entran las caóticas guitarras y la cara más cruda de la voz de Ihsahn. Aquí en este tema el saxofón pone los pelos de punta, abrazando la música de Ihsahn como si sólo fueran uno. «Austere» vuelve a tirar por su parte de inicio acústico, precioso, con Ihsahn cantando como los ángeles en limpio, con melodías celestiales y un par de guitarras dobladas muy sencillas que logran el efecto deseado, y sólo al final del tema el paisaje que dibuja esa música se ve ennegrecido por algún gruñido muy puntual, pues el tema mantiene esa línea constantemente.

Ya al final del CD, «Heaven’s Black Sea» me recuerda quizás un poco más a los anteriores trabajos del músico, más en la línea metal extremo y sinfónico progresivo, menos experimental quizás, mientras que «On The Shores», además de ser el tema más largo del disco, es un cuadro impresionista espectacular que refleja lo este caos crómatico perfectamente organizado que es «After», un tema que suena a KING CRIMSON interpretando un tema del mejor doom atmosférico imaginable, una delicia para escuchar una y un millón de veces sin cansarte, un «21st Century Schizoid Man» moderno que resulta toda una caja de sorpresas.

Podemos decir por tanto que Ihsahn ha explotado definitivamente como músico en solitario y que este disco tiene que significar un antes y un después en su carrera musical. Así, si «In The Nightsade Eclipse» supuso toda una revolución en medio de la ebullición black metalera de los noventa en Noruega, «After» es el homólogo de IHSAHN como artista independiente, un disco que no hace sino recordarnos que estamos ante el músico más innovador y creativo de la escena extrema noruega y seguramente europea, algo que ya sabíamos, pero que a muchos, a pesar de sus buenos discos, se nos estaba ya olvidando…

Jorge del Amo Mazarío (jorge_del_amo@rafabasa.com)

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