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VANITY BLVD – Rock n’Roll Overdose

11 enero, 2010, 5:27 pm

Es hasta insultante la cantidad (y calidad) de buenas bandas de hard rock (sleazy, glam, melódico, macarrilla, clásico… o como se prefiera denominar) que salen de Suecia día tras día. Y es que el aludir al tópico de «¿qué comerán?» y similares se me hace hasta repetitivo, con lo que al final no nos queda más remedio que rendirnos a la evidencia, aceptarlo e incluso sorprendernos menos cada vez que aparece una nueva y joven banda sueca como si fuera Los Angeles en el año 88, por ejemplo.

Pues bien, hecha la inevitable apreciación inicial, hay que decir que en este caso el grupo es incluso más joven de la media y que además están liderados por una fémina, la guapa Cindi que además se nota que ha mamado todo y más (en el mejor sentido) de Lita Ford, tanto en solitario como con THE RUNAWAYS. De hecho, es curioso el toque incluso casi más setentero y roquero del disco cuando por imagen, temática, actitud y demás es casi imposible no situarles dentro de ese «saco» genial de bandas como CRASHDÏET, CRAZY LIXX, NASTY IDOLS o HARDCORE SUPERSTAR (para mí sin duda líderes de esta «nueva ola de sleazy/hard rock nórdico»), pero ya digo que una vez que escuchas el disco a lo que más me recuerdan es tanto a LITA FORD como sobre todo a eso rollo más setentero y/o de comienzos de los 80 de gente como RUNAWAYS o GIRLSCHOOL incluso, aunque el rollo es más americano… y no sólo por la voz femenina (en un rollo que podían llevar SARAYA por ejemplo a finales de los 90) sino por el propio sonido. Eso sí, estoy seguro que luego les nombras a gente como MÖTLEY, KISS, KEEL, GUNS, (LA y ROSES, por supuesto), ALICE COOPER, POISON,WINGER, STEELHEART, DOKKEN, HANOI ROCKS y demás y no te pueden torcer el gesto, está claro.

Hay que decir que el disco salió hace un año en Suecia, aunque a España nos llegó hace pocos meses, y desde el primer momento que lo pinché me gusta muchísimo el detalle del morro, personalidad y seguridad que destilan todos los temas. Por supuesto que no están descubriendo la fórmula secreta de nada ni inventando un nuevo estilo para el futuro, pero sí recogiendo de maravilla el testigo de un sonido y rollo que, afortunadamente y en gran parte gracias a estas bandas, está más vivo que nunca. Y es que esto es hard rock de toda la vida, pero del divertido y pegadizo, del que te pones a conciencia antes de salir a comerte la noche, y encima con ese toque más roquero y casi setentero que comento que les hace, pese a todo, diferentes. Por otro lado, está claro que, sin ser mancos, no son los mejores músicos pero, ¿acaso lo eran la mayoría (con excepciones, vale) de las bandas anteriormente comentadas? Por contra, tienen esa chispa, actitud y magia, además de muy buenos temas, que les falta al 99% de nuevos músicos con una técnica envidiable, los mejores diplomas de los más reputados conservatorios, además del cinturón negro de jugador de consola y rolero mayor del reino, pero con más horchata que sangre del rock en las venas.

Me ha encantado también el detalle de encontrarnos ante un trabajo corto, directo y que va al grano… y con clarividente título, por si alguien tiene alguna duda «de qué va esto». Y eso que podía sonar un poco mejor, en el sentido técnico de la palabra, (aún así, personalmente creo que Chris Laney ha sabido sacarles el sonido perfecto para este tipo de discos: lo suficientemente pulcro y limpio pero sin perder el punto de suciedad y calle que necesitan estos discos para ser auténticos), pero entonces perdería la chispa porque ya digo que es un trabajo muy fresco, pegadizo y realmente interesante. Es más, el sonido en todo el disco es crudo pero muy melódico, y sobre todo pegadizo, 100% clásico y pese a todo personal. Y musicalmente destacan los buenos riffs y melodías base, sobre lo que se asientan todos los temas, el punto divertido y roquero general, los estribillos y coros totalmente ochenteros y una voz femenina de calidad (cálida, sensual pero muy roquera… y con muchos dejes, como digo, tanto a Lita Ford como luego a otras cantantes más de rock sin más como pudieran ser Alannah Miles o Robin Beck, que seguro que también le han influido a Cindi Savage como vocalista).

Y pasando a hablar de los temas (10 y a correr, por cierto), hay que decir son sencillos pero atractivos, más que suficiente para lo que muchos le pedimos a un disco: que nos guste, que nos divierta… y nos obligue a movernos y a querer ser una rockstar. Además, de esto, me llama la atención el hecho de que comienza sonando muy sleazy y ochentero, y a mitad del «metraje» cambia un poco y pasamos más bien a un deje más setentero y melódico, en una curiosa evolución a la inversa que le da ese punto de variedad e interés que al final pueden acabar faltando en ciertos lanzamientos del estilo.

Comienza con la rotunda «Talk of the town» (con guapa voz marcando territorio y esos coros 100% hardroqueros que dan vidilla, además de la guitarra cruda y macarrilla como base que tiene que ser «así» en cualquier disco de influencia MÖTLEY que se precie). «Sweet saturdaynite» es algo más rotunda y con deje GIRLSCHOOL, («facilona» en el buen sentido y con un ritmo del que te mueve los pies aunque no quieras). Por contra, «Private hell» es más hardroquera y pegadiza, muy guapa y de las que más me han gustado (sí, muy ochentera y macarrilla, tenía que decirlo). A medio tiempo aparece «Share my pain», con un feeling clásico brutal y una bonita voz más sugerente y guitarra melódica (del que han grabado vídeo, por cierto, en un tema con deje a VIXEN y LITA FORD muy claro, por cierto). «Summer teaze» es un corte roquero pero bastante accesible que me ha recordado bastante al rollo de RUNAWAYS incluso de SUZY QUATRO. La balada como tal del disco es «Come dance with me», totalmente ochentera, bonita y comercial recordando a tantas y tantas cantantes y grupos femeninos de la época pero haciéndolo con el mismo buen gusto y clase que entonces (típica y tópica, en el buen sentido, balada de hard rock melódico americano de toda la vida, vaya). Con «Nasty girl» se recupera el rollo más movido y macarruzo, con guapas guitarras base y un rollo pegadizo. Ese punto más bluesy que casi siempre aparecía en los discos de cualquier banda de hard rock americano de la época aparece aquí representado «The love of rock n’roll», que es más divertida, un tema sencillo de rock n’roll directo (y en este caso además con sincero mensaje en la letra). Y con «Feed my obsession» recuperamos el punto hardroquero y guitarrero (directo y con coros pegadizos) para cerrar más suave con otra balada/medio tiempo muy clásico como es «Since u been gone», otro temazo (y eso que es casi poppie) pero con mucho encanto, un corte con base acústica y con la bonita voz más suave de Cindi como protagonista del tema que pone broche a un discazo.

En definitiva, un disco de esos que ya no se hacen y que encantará a todos los que echamos en falta de verdad los buenos álbumes de todas las bandas citadas, especialmente «esos» que tenían producciones algo más «comerciales» y pegadizas (pero con un gusto y clase exquisito) y que estaban cargados de temazos de los que, hay que repetirlo una vez más, hace años conseguían llenar pabellones sin esfuerzo. De todas formas, la fórmula debería ser mucho más sencilla: banda joven de hard rock con excelente imagen y chica guapa al frente (pero de las que son mucho más que una cara y cuerpo bonita), muy buenos temas y esa dosis justa de comercialidad bien entendida… ¿tanto han cambiado los tiempos para que esto ya no funcione? No lo sé, pero al menos tengo claro que dentro de unos años este disco será un clásico, o al menos lo merece.

David Esquitino (david_esquitino@rafabasa.com)

Listado de temas de «Rock n’Roll Overdose»: