Sexto trabajo de los suecos MANEGARM, una banda luchadora como tantas, y poseedores de un sonido que se ha ido domesticando con el tiempo. Si bien aún conservan parte de su furia, los retazos Black se han dejado de lado, orientando su sonido hacia terrenos podemos decir, más Heavys. No en vano, encontramos la prueba del delito en las baterías y en un doble bombo sospechosamente constante, con un tempo algo más sosegado.
Líricamente siguen adentrados en los terrenos paganos o como queramos llamarlo, aunque más no se puede profundizar (mi sueco es todavía muy pobre), se puede asegurar que la trama versa sobre los miedos y la noche. Esto podría dar lugar a pensar que estamos ante una música oscura, tenebrosa y con manifiestas malas intenciones, pero nada más lejos.
Sinceramente, aunque el disco se deja escuchar, y tiene algunas melodías realmente brillantes, no es esto lo que me esperaba. Quizás, siendo malos, podemos decir que se han asentado en una posición muy cómoda, abriendo sus miras hacía públicos más mayoritarios alejados de la corriente más extrema, y también utilizando los toques folk casi de una forma anecdótica. Pero siendo buenos, también podemos considerar que es una evolución natural hacía terrenos más maduros (yo los llamaría stándards). De todos modos, esta gente lleva el suficiente tiempo dando guerra (14 años), como para respetar sus decisiones o su evolución, faltaría más.
Riffs de guitarras acelerados, algunos cortados por patrones demasiado similares, y con un sonido demasiado parco en matices.
El empleo, uso y disfruto de los elementos más folkis (ya sabéis, acordeones, flautas y todos esos instrumentos extraños), hacen acto de aparición para confrontar los pasajes instrumentales, que a la postre son los mejores de todo el trabajo, aunque algunas de las armonías tienen un toque Celta que en ocasiones no acaba de cuadrar con el conjunto. Por supuesto, alejados del toque circense de algunos de sus colegas.
En algunos pasajes, la voz y las melodías, se asemejan demasiado a esa banda de Heavy Metal con voces brutales (no confundir con Death Metal), llamada CHILDREN OF BODOM. Puede parecer raro (llamémoslo así, que no vengo a buscar bulla), que una banda con más experiencia pero con menos éxito se haya dejado influenciar tanto por un disco como «Hatebreeder» (un disco que me encanta por otra parte).
La punta de lanza del trabajo la encontramos en los más de siente minutos de «I Den Svartaste Jord», donde los cambios de ritmos y las ideas fluyen de forma casi alucinante. Los violines se baten en duelo con unas guitarras solistas (que requieren un poco más de atención por parte de ellos), todo bajo una galopada a lo MAIDEN auspiciada por una más que solvente colección de melodías, armonías… y con un final realmente épico. Notable tema sin duda.
Algunos riffs algo más oscurillos y macarrillas, me han recordado a los buenos tiempos de WITCHERY, más que nada por el tratamiento en cuanto a ambientación, y con alguna influencia al Heavy Metal ochentero, (las armonías de «Bergagasten» son 100% ACCEPT). De su pasado más agresivo, encontramos reminiscencias en «Vetrarmegin», con trepidantes ritmos y voces agudas y desesperadas, donde el violín mantiene la tensión y crea esa ambientación que se hace tan necesaria en un grupo del denominado Pagan. Y de su pasado más folkye tenemos el tema homónimo, donde los cánticos femeninos hacen las veces de Valkirias, o algo parecido… de todos modos esos cantos me parecen un tanto amanerados para lo que pudiera o pudiese ser MANEGARM.
Un trabajo que se deja escuchar (nos ha jodido el plumilla, como todos), agradable, con algunas melodías pegadizas, pero con cierta falta de imaginación en algunos pasajes, y un monótono sonido en el computo global. Cada uno hace las cosas con la mejor intención, faltaría más, pero eso no quita que a pesar de todo, otros esperen otro tipo de cosas.
Àlex Sánchez Cerro.
alex_sanchez@rafabasa.com
Lista de Temas:
- Mina Fäders Hall
- Nattsjäl, Drömsjäl
- Bergagasten
- I den Svartaste Jord
- Hraesvelg
- Vetrarmegin
- Draugen
- Nattväsen
- Delling