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Viernes 11 de julio de 2009 – Parc del Fórum – Barcelona
SLIPKNOT
Reconozco que SLIPKNOT nunca ha sido una banda de mi devoción, ya que siempre he sobrevalorado el aspecto musical sobre lo visualmente efectista, aunque hay que tener claro que el metal no sería lo que es sin su dosis de espectáculo. Y que conste que no descalifico a SLIPKNOT en el terreno musical, más aún cuando encontramos entre sus filas a reconocidos músicos como Joey Jordison, Jim Root o Corey Taylor. No obstante, SLIPKNOT ayer me sorprendieron gratamente. Desde primeras horas del festival, se preveía que iban a deleitarnos esta noche con toda su parafernalia escénica, en parte visible durante las actuaciones de las anteriores bandas que tocaron en el escenario principal del festival. Nada que ver con sus anteriores visitas, tanto en salas cerradas como cuando actuaron en Zaragoza abriendo para los mismos METALLICA.
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Con un ambiente abarrotado y múltiples seguidores en las primeras filas, SLIPKNOTsaltaron al escenario para dar todo de sí en la que iba a ser la última actuación de su tour europeo. El set-list fue calcado al que han realizado en sus últimos conciertos. En esta ocasión, la banda se presentó con ocho miembros y no nueve, ya que Chris Pehn tuvo que ausentarse por temas familiares. A modo de divertido recuerdo, su máscara se situó estratégicamente en el escenario.
Cuando abres un concierto tocando del tirón «742617000027», «(sic)» y «Eyeless», la euforia está más que servida. Destacable la puesta en escena de Corey Taylor, animando al público a saltar continuamente y corear cada una de las partes más melódicas de temas como la siguiente «Wait And Bleed». Pese a que el sonido no era excepcionalmente bueno, si que fue mucho mejor que en sus anteriores visitas donde este aspecto fue desastroso. Las guitarras sonaban poderosas y la batería era demoledora, con un Joey Jordison que, a pesar de ser el menos visible y lógicamente estático, es para muchos el músico más valorado y reconocido de la banda. Tras «Before I Forget», «Sulfur» fue el primer tema recurrente del reciente «All Hope Is Gone» con un, de nuevo, inspirado Corey Taylor en su estribillo más melódico. «The Blister Exists» sirvió para mostrar la fuerza del lado más percusionista del grupo, con Jordison a la batería y el clown golpeando con un bate de beisbol los bidones de las plataformas. La más asequible «Dead Memories» fue dedicada a Chris Pehn. Un tema más tranquilo, sin dejar de sonar potente y efectivo. Y un único respiro para un tramo final sin prácticamente descanso. La intensidad recobró vigor con «Disasterpiece», al que la audiencia se rindió finalmente a ritmo de palmas. Momento que enlazaron con el corte «Psychosocial», el tema-single del último trabajo de la banda. Haciendo callar al público, e iniciando a solas el verso «I put my fingers on my eyes» Corey invitó a la audiencia a desfasar con «Duality», uno de los grandes éxitos del grupo. Ante de los bises, la brutal «People=Shit» llevó a los límites la locura tanto sobre el escenario como entre la audiencia, que no paró de botar ante un tema tan contundente y radical como su propio título.
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Con un sonido bastante saturado, SLIPKNOT iniciaron los bises con «Surfacing», con el público dejándose la garganta a grito de «Fuck it all!». A mi gusto, son los temas del disco con título homónimo de la banda los que peor suenan en directo. Del mismo modo pasó con «Spit It Out», tema que cerró el paso de SLIPKNOT por el Sonisphere, tras anunciar una vuelta a nuestro país con mayor brevedad, algo que se verá lógicamente contribuido por la mayor popularidad que cada vez incrementan entre el público europeo. Uno de los momentos más esperados fue cuando se alzó la plataforma de la batería de Joey, totalmente anclado al igual que su kit, inclinándose 90 grados al mismo tiempo que rotaba giratoriamente. Un toque más de espectáculo y originalidad, para una actuación que para la gran mayoría superó las expectativas creadas.
Carlos Oliver
Fotos: Carles Rodríguez – Cortesía de Rockzone
METALLICA
Sobrio, Sorprendente, Soberbio, Sobresaliente, Sooo… esta es la última palabra que quisieran escuchar los cuatro jinetes del thrash en su señor concierto en el SONISPHERE barcelonés. Directo a los oídos, sin más parafernalia que la pirotecnia y dedicado a los fans de siempre. Empezar con «Fight Fire With Fire» y «Creeping Death» fue toda una declaración de intenciones, así como el rescate de «No Remorse».
También convencieron los temas elegidos para presentar su nuevo «Death Magnetic», el álbum que ha devuelto la ilusión a los que como yo empezamos a perder el interés en METALLICA a partir del «Load», una desazón alimentada con «Reload» y completamente rematada con «St. Anger». Orquestas de San Francisco, documentales que muestran las interioridades un poco desquiciadas de los angelinos y denuncias a Napster solo han acabado de sepultar toda la credibilidad que METALLICA se ganó a base de cuatro obras maestras y un disco negro que iniciaba una transición hacia un futuro del mismo color. Esta etapa oscura, afortunadamente desaparecida del setlist que nos brindaron en esta actuación, parece estar enterrada con su nueva entrega en la que el riff, la velocidad y la potencia han vuelto para honrar a los clásicos que les abrieron las puertas de la excelencia thrashera.
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Como demostración «Broken, Beat & Scarred», «All Nightmare Long», «My Apocalypse» y «The Day That Never Comes» no desentonaron entre grandes como «Master Of Puppets», «Blackened», «Fade To Black» o «Seek And Destroy». Sobre el escenario Hetfield se justificó por un dolor de espalda que lo tuvo en silla de ruedas 24 horas antes del concierto, y solicitó disculpas por adelantado si se sentaba en algún momento. Evidentemente no lo hizo y se mantuvo en pie las más de dos horas que duró el concierto, fruto de su entrega y la del público. Sé de otro que hace poco, y en circunstancias similares, optó por pasarse al público por el forro y marcharse por la puerta de atrás.
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El resto del grupo estuvo también a un nivel excelente, de Hammet y sus solos a un Lars Ulrich técnicamente perfecto, pasando por el incansable Robert Trujillo. El sonido hizo justicia a lo que estábamos presenciando, pese a que no había alcanzado un nivel óptimo con los grupos anteriores.
Completaron la alineación de lujo «Of Wolf And Man», «Sad But True» (dedicada a mi máquina, que me dejó tirado en el foso de fotógrafos durante el «Creeping Death», perdiendo las fotos de METALLICA y SLIPKNOT), «One», «Nothing Else Matters», «Enter Sandman», «Phantom Lord» y la versión de Queen «Stone Cold Crazy».
Inmensa vuelta de METALLICA a los escenarios barceloneses tras seis años de ausencia. Según prometieron en su agradecida despedida esto no volverá a pasar. Que así sea.
Texto: Hèctor Prat
Fotos: Carles Rodríguez – Cortesía de Rockzone y Sergio Blanco
Si bien la puntalidad fue de carácter británica en todo momento, METALLICA se hicieron esperar, ante más de 41.000 seguidores impacientes de presenciar a la banda más esperada del cartel. Los californianos se presentaron en el Sonisphere con un montaje escénico paupérrimo en cuanto a artilugios y con plataformas a dos niveles. Más efectistas fueron, a diferencia, la potente iluminación y los elementos de fuego y pirotecnia que se mostraron en momentos especiales de su actuación la cual sobrepasó las dos horas de duración. El sonido fue, para un servidor, la gran baza del concierto de METALLICA. Directo, sucio incluso, muy ‘a pelo’ y casi rehuyendo de efectos digitales. ¿Qué buscar este sonido es algo premeditado? Evidentemente, no cabe ninguna duda. Sonaron como un grupo que ensaya un fin de semana en un garaje, sólo que amplificando por mil la potencia y ante una gran masa de acérrimos fans. Por otra parte y al mismo tiempo, personalmente veo innecesario que METALLICA con esto reivindique un quiero y no puedo, una intentona de volver a parecerse a lo que les hizo llegar a lo más popular a partir de mediados de los 80 aunque, no obstante, fue de agradecer que ellos mismos, una banda que pueden conseguir todo lo que quieran sobre los escenarios, renieguen de ello, en pro de un sonido auténticamente puro. Por otro lado (y sin ánimo de herir sensibilidades ni abrir susceptibilidades) hay que tener en cuenta que METALLICA nunca fueron ni serán unos músicos de altísimas exigencias técnicas en cuanto a interpretación en directo. Suelen cometer errores, como cualquier ser humano, y se permiten numerosas licencias (Kirk Hammet toca los solos bastante a su libre albedrío improvisando muchísimo gran parte de las notas, por poner sólo un ejemplo).
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METALLICA confirmaron de nuevo que siguen siendo reyes de reyes dentro del metal. Hagan los discos que hagan, sus directos son explosivos, pura energía. ¿Qué cada vez dependen más de sus clásicos? Sí. Pero también es verdad que los temas de «Death Magnetic» fueron los que mejor y más potentes sonaron. Eso sí, la etapa de «Load», «Reload» y «St. Anger» fue íntegramente olvidada en su set list. La banda me gustó más considerando a sus integrantes de forma individual, más que como grupo o conjunto. Me encantó la fuerza de Hetfield, no sólo a nivel vocal donde estuvo magnífico, sino especialmente también en cuanto a motivación personal. Pudimos ver a un James ilusionado y con ganas constantes de motivar al público. Y eso que la sombra de la suspensión, hizo presencia unas horas antes del Sonisphere con un Hetfield que, como él mismo comentó, estaba postergado en una silla con un dolor terrible de espalda. Pero a estas alturas y después del conciertazo que dieron, ¿quién se acuerda de ello?.
Como marca la tradición, la proyección de la película y la banda sonora de «El bueno, el feo y el malo» de Enio Morricone marcó el inicio del show, con un público abarrotado y exultante. A partir de ahí, todo fue sobre ruedas. Especialmente, la primera media hora fue impresionante. Empezar con «Fight Fire With Fire» fue todo un acierto, a la cual siguió la recurrida «Creeping Death». Nunca deja indiferente a nadie ver miles de puños al aire al grito de «Die!, die!, die!…». Tras un «Are you feeling good?… We will make you feel better!» lanzado a la audiencia, dos agradables sorpresas: «No Remorse», que fue gratamente recibido por los seguidores de la época más thrasher de los californianos, y «Of Wolf And Man». «Fade to Black» sonó muy emotiva, con un Kirk Hammet sobresaliente en la parte más épica y final del tema. Hasta Hetfield reconoció al acabar la canción que adora cuando la gente canta las notas de guitarra. Fue en ese instante cuando se sinceró y anunció que sus problemas de espalda casi llevan al traste la actuación de esta noche, pero que viendo a tanta gente desde el escenario se sentía con fuerzas para dar lo mejor de si mismo.
Momento para presentar dos temas de los cuatro que ejecutaron de «Death Magnetic»: una correcta «Broken, Beat And Scarred» y, tras el público decantarse por un tema rápido ante uno lento («you want something slow or fast?»), una potentísima «My Apocalypse». Hetfield empieza cantar rasgando las cuerdas su guitarra el inicio de «Sad But True» y empieza así uno de los temas más consagrados del álbum negro. En esta canción me sorprende la fuerza que impone Robert Trujillo al bajo, literalmente aporreando las cuerdas y sobrepasando en volumen a las dos guitarras. Juego de luces y efectos de fuego (enormes llamaradas a los lados del escenario) y pirotecnia para el clásico inicio de «One». Un tema que fue tocado de manera algo imperfecta, aunque ese final a dúo entre Hetfield y Hammet sigue poniendo los pelos de punta. Y para rematar con «Death Magnetic», una soberbia y contundente «All Nightmare Long» (posiblemente el tema mejor interpretado de la noche) y «The Day That Never Comes». El ya demandado «Master Of Puppets» fue el siguiente tema, con un James levantado el pie de micro hacia el público para que éste entonase con fuerza el famoso estribillo de la canción. Para continuar, otro temazo, «Blackened». Si el tema ya es rápido de por sí, esta vez fue tocado de forma aceleradísima. Lars Ulrich estuvo muy acertado en todo el concierto, pero en esta canción le vi sufrir de lo lindo. Tras un intento fallido de mini-solo por parte de Kirk Hammet, METALLICA tocan sus dos temas más populares: «Nothing Else Matters», con una primera parte cantada e interpretada a pelo con la audiencia y la inevitable «Enter Sandaman» donde pudimos deleitarnos con los humorísticos y primitivos andares agachados del señor Trujillo, todo un jefe.
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En sus últimas actuaciones, METALLICA han solido iniciar sus bises con temas de grupos que han influido en su música y trayectoria. El tema elegido en Barcelona fue «Stone Cold Crazy» de Queen. Volviendo al «old stuff» deleitaron a la audiencia con «Phantom Lord», tras la cual se despidieron, por segunda vez. Evidentemente, el público quería más, demandando «Seek And Destroy». James pidió que las luces iluminaran a la audiencia, porque quería ver que la mirada de la gente era verdadera cuando le prometieron que cantarían lo más alto posible este tema, el cual empezó al grito, en castellano, de «¿Están listos?». Fue con el tema más reconocido de «Kill’em All» con el que METALLICA cerraron la primera edición del Sonisphere de Barcelona. Tras una despedida que se alargó durante varios minutos (con el típico lanzamiento de púas, baquetas, etc…), todos los miembros de la banda, uno a uno, se despidieron y agradecieron el soporte de la gente congregada.
A resumidas cuentas, una buena nota general para todas las bandas participantes (aunque las primeras tuvieron que soportar un sonido bastante deficiente), muchas cosas por mejorar por parte de organizadores y un excelente para la audiencia. Por fin, se demostró que Barcelona necesitaba ser sede de un festival de metal de grandes consideraciones y las cifras de asistencia son la mejor referencia de ello. El Sonisphere no ha hecho nada más que empezar y Barcelona se ha convertido ya meritoriamente en paso obligatorio y sede de este nuevo festival itinerante.
Carlos Oliver
Fotos: Carles Rodríguez – Cortesía de Rockzone y Sergio Blanco
Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre ellas.
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