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Viernes 11 de julio de 2009 – Parc del Fórum – Barcelona
En una ciudad de festivales como Barcelona se echaba de menos uno de metal, como los célebres Monsters Of Rock de antaño. Primavera Sound, Sónar y ahora SONISPHERE. Los tres festivales incorporan de alguna manera referencias al sonido, pero el SONISPHERE es el encargado de propagar el que más nos gusta. Es cierto que el Primavera Sound presentó anecdóticamente a Motörhead hace tres años, quienes actuaron entre bandas Indie/Pop. Pero de ahí a tener un festival 100% metalero dista un trecho.
Los organizadores del itinerante SONISPHERE han incluido Barcelona en su hoja de ruta, y y para tal ocasión han reunido a un cartel bastante homogéneo en lo musical, si somos capaces de despojar a los grupos de etiquetas a elegir entre deathcore, thrash, metalcore, groove metal, hardcore, death, hatecore, stoner, sludge, southern, crossover thrash o de su pertenencia o no a colectivos subjetivos como el NWOAHM.
El 66% del plantel del festival es norteamericano, lo que salvo en algunas excepciones, marca ciertas características perceptibles en su música. Quizás el grupo más impermeable en este aspecto sean precisamente los influyentes METALLICA. De los tres representantes europeos, THE EYES, aún y ser un grupo local, muestran tendencias contemporáneas americanas en su hardcorizado death. No en vano han fichado por una filial de Roadrunner, que cuenta con SLIPKNOT y MACHINE HEAD en sus filas. También en este sello, SOZIEDAD ALKOHOLIKA han ido incorporando nuevos elementos que han modernizando y madurado su genuino thrash punk. Y los siempre prometedores GOJIRA son comparados con otros de los participantes del festival, MASTODON (aunque no del todo acertadamente), y en su última entrega discográfica han contado con al colaboración del cantante de LAMB OF GOD Randy Blythe en el tema «Adoration for None», tras confesar su adoración por los galos.
En resumen, este SONISPHERE ha sido un festival europeo de corte muy americano.
El recinto seleccionado para acoger el festival ha sido el Parc del Fórum, en su día muy criticado por el desembolso económico que supuso para albergar un evento como el Fórum de las Culturas, y al que pocos veían su futura utilidad. Pero se está erigiendo como un buen recinto para albergar conciertos al aire libre de cierta magnitud.
El día acompañó, pues ni hizo el sol al que estamos acostumbrados en estos meses veraniegos, ni acabó de llover, acompañando la velada unas nubes que se comportaron y solo dejaron caer algunas gotillas de nada. También fue todo un lujo poder ver las actuaciones del escenario dos con vistas al mediterráneo, una bonita vía de escape visual. Para los que aún se quisieran relajar más, existían zonas verdes naturales donde sentarse, o artificiales como la habilitada al lado del container de máquinas de tabaco. Otra zona vallada contenía sillas y mesas bajo la zona cubierta, sillas que acabaron desperdigadas por todo el recinto avanzada la noche.
Completaron la oferta puestos de merchandising y carpas promocionales como la del Metal Hero de METALLICA, de donde salieron los ganadores que subieron al escenario tras SLIPKNOT para mostrar sus habilidades en «Fuel».
Como peros, uno de los más claros fue el de los lavabos. Pocos para dar un respiro a las 41.000 personas que entraron al recinto, lo que provocó que sus vallas acabaran siendo un gran lavabo público y sin colas. Hablando de colas, las hubo para comer y beber en algunas zonas, aunque había otras más despejadas y apartadas que no tenían tanta afluencia de gente y que bien merecían la caminata.
En cuanto a los dos escenarios sinceramente poco más se puede pedir, me parecieron los más adecuados para presentar a los grupos. El grande estaba flanqueado por dos pantallas gigantes, complementadas por una tercera que ofrecía también los conciertos del escenario secundario y que estaba ubicada tras la torre de control, a medio camino entre los dos escenarios, un camino que recorrimos rápidamente entre concierto y concierto unas cuantas veces al no haber pausa entre actuaciones separadas físicamente. Decir que la puntualidad, a excepción de unos pocos minutos de espera antes de METALLICA, fue total y absoluta.
En lo musical, realmente todo salió a la perfección, con el broche final de un conciertazo de METALLICA. A continuación resumimos las actuaciones.
Texto y Fotos: Hèctor Prat
THE EYES
Con mucha ilusión, un álbum que presentar llamado «Insignis» y poco tiempo para ello, a THE EYES se le encargó la difícil tarea de abrir el SONISPHERE a las 15:30.
Lo hicieron ante un público bastante numeroso para ser la hora que era, con ganas de fiesta y receptivo al death del grupo barcelonés. «The Sight Of Weakness» inauguró oficialmente el concierto y el festival, y tras él fueron desgranando su segundo trabajo con «Soul’s Whisper», «Leaded To Distrust», «Crucified Lie» y «Grey Light» para acabar con «Above The Real».
Su combinación de energía y melodía, encabezada por un incansable Jordi al micro, provocó los primeros mosh pits de la tarde. Corto pero intenso, tal y como se despidieron desde el escenario 2 del festival.
Texto y Fotos: Hèctor Prat
GOJIRA
Ya tuve la oportunidad de disfrutar del grupo de los hermanos Duplantier cuando telonearon a In Flames a finales del año pasado. Entonces ya mostraron su gran habilidad a la hora de llevar a escena su death personal, progresivo y técnico. Y no solo eso, también su capacidad de convocatoria, pues no fueron pocos los que se acercaron entonces al Razz principalmente para verles a ellos. A base de tenacidad y sobretodo de calidad, poco a poco han ido atrayendo fans, hecho corroborado en su actuación en el SONISPHERE donde se pudo ver alguna bandera francesa y no pocas camisetas con su logotipo.
Así pues fuimos bastantes los que nos congregamos a disfrutar de un buen concierto de GOJIRA, aunque las 16:10 no sea una hora que invite a la participación. Como telón de fondo la portada de su último «The Wall Of Flesh», y sobre el escenario un grupo muy compacto que lleva más de 12 años sin alterar ni su formación ni su rumbo musical. Del repertorio disfruté especialmente con la espectacular «Oroburus», que sirve normalmente de perfecta apertura en sus conciertos, mezcla de técnica, oscuridad, épica y garra. La tralla se magnificó en «Flying Whales», con un gran Mario Duplantier a la batería marcando el pulso juntamente con el bajo de un Jean-Michel Labadie que aún debe tener agujetas en la nuca.
Lástima que el sonido no acabó de atinarse en toda la actuación, algo que se repetiría en casi todos los grupos que actuaban en el pequeño de los escenarios del festival, embarullándose tanto como para obligar a Joe Duplantier a desgañitarse más de la cuenta.
Texto y Fotos: Hèctor Prat
SOZIEDAD ALKOHOLIKA
Suerte que los tentáculos de la criminalización de S.A. no han llegado a Barcelona, y hemos podido disfrutar una vez más de uno de mis grupos «de siempre». Para su actuación nos trasladamos por primera vez en lo que iba de tarde al escenario 1, y al entrar en el foso de fotógrafos me invadió una sensación extraña. Y es que esta es la segunda de la casi veintena de veces que he visto a los vascos en la que no hago honor a su nombre, y aparte de estar completamente sobrio y sin moratones producidos por un pogo mal llevado, me dedico a fotografiarlos y a reseñarlos musicalmente.
Para que el cambio no fuera tan radical, me permití la licencia de guardarme la libretita de anotaciones y disfrutar del concierto. En esta misma libreta, esa que produce tanta coña entre los más graciosos que me piden una cerveza y unas aceitunas, o me firman un autógrafo, para el concierto de los vascos solo hay una anotación «brutal», como siempre.
Aunque esas eran horas para hacer el café, como el vocalista Juan recordó, fueron muchos los que obviaron el final de la actuación de GOJIRA para hacerse un sitio en el escenario principal.
El repertorio intentó pillar un poco de aquí y de allí adaptándose a los tres cuartos de hora programados de actuación. Eso sí, se omitió por completo «Y Ese Que Tanto Habla ….», del que eché de menos «Ariel Ultra». Una tras otra fueron cayendo con contundencia «Nadie», «Polvo En Los Ojos», «Palomas Y Buitres», «Cuando Nada Vale Nada» y las nuevas y rápidas «Política Del Miedo» y «Sangre Al Fin». «Ratas» desató una locura que se prolongó con «Piedra Contra Tijera». Tras «Peces Mutantes» llegó la anhelada mirada a los inicios con «S.H.A.K.T.A.L.E» y «Nos Vimos En Berlín» canción thrashcórico-festiva que cerró un set que se nos hizo muy corto, sobretodo para los que tuvimos que abandonarlo con prisa para llegar a tiempo a MASTODON.
Texto y Fotos: Hèctor Prat
MASTODON
Para mi uno de los grupos más interesantes del festival. Su último «Crack The Skye» es de escucha recomendada para el que quiera realizar un viaje astral subido a una nave cuyo combustible es una original mezcla de metal, doom y sludge con toques progresivos, psicodélicos y particulares estructuras compositivas.
Aunque sus explosiones controladas de ruido no fueron bien encauzadas por el técnico de sonido y resultaron una tortura para los oídos de los que se encontraban en las primeras filas de los laterales, los de Atlanta rompieron con todo desde que subieran al escenario 2 del Parc del Fórum. A pesar del intermitente barullo sónico, la original propuesta del cuarteto cuajó entre los espectadores desde los primeros acordes de la gran «Oblivion».
En «Bladecatcher» vimos a Brent Hinds silbando como poseso parte del estribillo (por llamarlo de alguna manera, sintetizado en el original), que enlazó con «Colony Of Birchmen», siguiendo fielmente su orden en «Blood Mountain».
Hablando de Brent tuvo algunos problemas con su guitarra, al igual que Bill Kelliher que no paró de protestar en todo el concierto para que subieran el volumen de la batería (¿más?, me preguntaba yo, aunque se refiriera solo al volumen de su monitor).
Fue toda una experiencia ver interpretar la montaña rusa en forma de canción titulada «The Czar», que junto con «Crack The Skye» acabaron de representar al disco al que da nombre. «Blood And Thunder» presentó a la versión más agresiva de Troy Sanders a la voz y «The Wolf Is Loose» la de Hinds.
Interesante concierto para una interesante propuesta.
Texto y Fotos: Hèctor Prat
LAMB OF GOD
Uno de los cachorros de Pantera, los también sureños LAMB OF GOD son uno de los grupos pertenecientes a la llamada New Wave Of American Heavy Metal más en boga en EEUU.
Quizás por eso estos dignos herederos del camino que iniciaron Dimebag Darell y compañía no habían pisado hasta ahora nuestro país.
Mucha, muchísima gente y por lo general muy joven disfrutaron de un buen concierto que se alimentó con la energía apabullante de Chris Adler tras los parches y un Randy Blythe quien solo salir ya parecía que llevara media hora de concierto, enchufado, sudado y tirándose agua por la cabeza.
El silencio de los corderos se rompió con «The Passing», «In Your Words» y «Set To Fail», para completarse con «Walk With Me In Hell», «Now You’ve Got Something To Die For», «Ruin», «Laid To Rest» y la celebrada «Redneck» entre otras.
La actuación me pareció muy potente en general, pero un poco lineal y descendente en su tramo final. No en vano a Randy Blythe no le acabaron de convencer los «walls of death» que promovió desde encima del escenario. Aún y así, los de Richmond firmaron un gran debut por nuestras tierras.
Texto y Fotos: Hèctor Prat
DOWN
Y los corderos de Dios (o en este caso de Pantera) dieron paso a dos de sus pastores, Phil Anselmo y Rex Brown, que junto a Pepper Keenan, Kirk Windstein y Jimmy Bower forman DOWN.
La última vez que vi a Phil Anselmo fue con Pantera en el Monsters del 92, así que tenía ganas de volverle a ver (a pesar de cierta tirria que le tengo en lo personal al negarme entonces el autógrafo, después de pillarme libreta y bolígrafo). Traumas adolescentes aparte, aproveché una de las pocas oportunidades que se nos presentan de ver al prolífico vocalista al frente de un grupo intermitente en sus periodos de actividad.
A Anselmo se le vio entregado aunque un poco limitado de voz. Como solución realizó una huída hacia delante, gritando incluso en los pasajes más melódicos. Su actitud sobre el escenario la habitual, cara de pocos amigos y desprendiendo agresividad. Aún y así se mostró comunicativo, coreando «Barcelona, Barcelona» en respuesta a los «Anselmo, Anselmo» del público, estirándose al borde del escenario para cantar directamente a la cara de un espectador que burló la línea de seguridad, promoviendo «oés» que fueron seguidos por el resto del grupo a sus instrumentos, o solicitando una pancarta del público, que por cierto fue a parar a la cara de un miembro de seguridad contando con la aprobación del vocalista: «Good Shot».
A la espera de un «DOWN IV» que está por llegar, el set se repartió entre sus tres álbumes publicados hasta la fecha con representantes como «The Path», una «New Orleans Is A Dying Whore» que desató la locura o el metal de raíces setenteras y aires sureños de «N.O.D», que finalizó con un «Fantástico» de Anselmo.
Los lentos y pesado riffs del dúo Keenan/Windstein iniciaron «Eyes Of The South», el tema que transpiró más groove a lo Pantera de un repertorio que se enterró con «Bury Me In Smoke». Por primera vez en todo el festival, los cimientos del Fòrum bajo el escenario dos parecieron venirse «DOWN».
Texto y Fotos: Hèctor Prat
MACHINE HEAD
Tras los ritmos más densos de Down, tocaba reencontrarse de nuevo con una de las bandas que, surgidas en el boom del nuevo metal en los 90, ha sabido con dignidad desmarcarse de tendencias para crear su propio espacio. Con el carismático Robb Flynn al frente poco se puede decir ya de Machine Head, una banda que se ha hecho un nombre a base de tocar en numerosas giras y festivales. Como viene siendo habitual, los de Oakland estuvieron a la misma altura de siempre, es decir, a un altísimo nivel. Desde que cuentan con la actual formación, han incrementado notablemente su bien logrado éxito, especialmente también entre el público más joven. A Machine Head no les hacía falta presentar ningún nuevo disco en el Sonisphere, para poner con suma facilidad el recinto del Fórum patas arriba. Sabes de entrada que son de esos grupos que casi nunca van a fallar.
Machine Head enfocaron su actuación en el Sonisphere en su sentido más festivo y no dudaron en recurrir en sus temas más reconocidos y demoledores para configurar un set list de una escasa hora de duración. Con temas como «Imperium» y el clásico «Ten Ton Hammer» en la parte inicial poco más les bastó para meterse a la audiencia en el bolsillo. A destacar un eufórico Phil Demmel a la guitarra solista a quien se le vio disfrutar de lo lindo durante toda la actuación. Dave McClain y Adam Duce corroboraron su trabajo marcando la solidez en cada tema.
Y de Robb Flynn no hay nada nuevo que se pueda decir. Su admiración por el público español no es nada figurado, sino una realidad absoluta. Así como al vino, donde entre canción y canción no dudaba en saborear nuestra bebida más internacional, lanzando posteriormente y de manera pretendiente el vaso al público para ver quien lo cogía al vuelo sin derramarlo, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados. Sin duda, nos encontramos ante uno de los frontman realmente más entregados de la escena. Uno de los momentos más brutales de su actuación y, a bien seguro, de todo el festival fue la interpretación de la contundente «Beautiful Mourning», cuyos primeros compases revolucionaron el pit. Los duelos a las guitarras entre Robb y Phil, tan recurrentes en la última obra de la banda, marcaron algunos de los pasajes más efectistas. Con «Old» y «Struck A Nerve» se siguió desatando la locura especialmente entre los fans más veteranos del grupo. «Bulldozer» sonó como eso, una apisonadora apabullante y miles de fans botando a unísono.
Realmente, la actuación de Machine Head había alcanzado un clímax insuperable y fue comprensible que a partir de aquí la intensidad aminorase. La pausa necesaria vino de la mano de los primeros compases acústicos de «Descend The Shades Of Night», un tema ‘in crescendo’ que, a gusto propio personal, sigo encontrando demasiado largo para tocar en festivales, más aún en medio de trallazos como las canciones citadas. Pero cuando luego te contraatacan con la ineludible «Davidian» todo queda en el olvido. El broche de oro a una actuación que, sino fuese porque nos tienen tan bien acostumbrados (o mal, según como se mire) sólo puede calificarse con nota alta.
Carlos Oliver
Fotos: Hèctor Prat
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