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AZKENA ROCK – Crónica y Fotos de ALICE COOPER, BLACK CROWES, HARDCORE SUPERSTAR,

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Azkena Rock

Jueves 14, Viernes 15 y Sábado 16 de Mayo de 2009 – Vitoria

El fin de semana pasado (14, 15 y 16 de mayo) se celebraba en Vitoria una nueva edición del Azkena Rock, festival que suele cerrar la temporada de festivales veraniegos (pues hasta ahora se solía hacerr en Septiembre), pero que este año se adelantaba a mediados de mayo, curiosamente abriendo esta vez la temporada de grandes eventos que viviremos en nuestro país este verano. Para quien no conozcáis el festival, decir brevemente que el Azkena se centra en el rock sin demasiadas etiquetas, abarcando desde propuestas más cercanas al funkie, soul y blues, pasando por bandas de rock garajero, punk rock y demás, hasta clásicos de siempre, en este caso representados por los cabezas de cartel, tanto ALICE COOPER mirando al hard rock/rock duro más tradicional, y a los esperados BLACK CROWES, representando el rock setentero y más sureño, que hacía 9 años que no venían a España.

Azkena Rock 2009 - Foto: Sergio Blanco
Azkena Rock 2009 - Foto: Sergio Blanco

Es curioso, por cierto, ver la mezcla de público, y de media de edad algo más alta, con respecto a lo que estamos acostumbrados en los festivales más netamente heavies. Aunque por supuesto, una vez más, la convivencia, buen rollo, y buen ambiente en todo momento fue la tónica de todo el festival, como ocurre habitualmente en los festivales donde el rock y/o heavy metal es protagonista.

Azkena Rock 2009 - Foto: Sergio Blanco
Azkena Rock 2009 - Foto: Sergio Blanco

Comentar que me encantó el recinto, situado a las afueras de Vitoria (una ciudad preciosa que no conocía hasta ahora), en la zona de Mendizabal, justo al lado de Mendizorroza, el campo de fútbol donde juega el Alavés, y un par de pabellones más pequeños: un frontón y otro multiusos (donde además permitieron usar los baños y vestuarios, «salvándole la papeleta» a más de uno de los acampados… y eso que la zona de acampada no estaba nada mal, con césped, barra, váteres portátiles y duchas, y situado justo pegado al recinto). Esto hizo que no hubiera ningún problema de accesos, aparcamientos, servicios y demás, aparte de estar en las propias afueras de la ciudad con lo que podías ir a cualquier sitio andando sin problemas (y acceder y salir del festival con toda comodidad, detalle que sigue siendo uno de los principales caballos de batalla de los festivales de este país).

Azkena Rock 2009 - Foto: Sergio Blanco
Azkena Rock 2009 - Foto: Sergio Blanco

Ya en el recinto te encontrabas con una zona asfaltada muy amplia, con césped, varios cómodos lugares habilitados para descansar, puestos de comida y bebida a precios más o menos razonables (ya sabéis como son estas cosas, pero bueno, nos hemos visto en situaciones peores), con una pequeña zona de mercadillo (quizás uno de los puntos más flojos, o más bien limitado, del Azkena en mi opinión), dos carpas donde respectivamente podías jugar al Guitar Hero World Tour (con su batería y todo), o subirse grupos/músicos a tocar libremente, además de los dos espaciosos escenarios (el «Ron Asheton Stage» a modo de carpa grande, por un lado, y el principal, el «Lux Interior Stage», más grande, ambos con grandes pantallas laterales), en donde en general hubo buen sonido, y a nivel visual de comodidad y demás, se pueden poner pocas pegas (incluso la carpa se quedó algo justa en algún concierto más multitudinario)… además de una carpa más pequeña en la que poder seguir la fiesta cuando acababan los conciertos y como alternativa a los DJ’s del «Ron Asheton stage».

Azkena Rock 2009 - Foto: Sergio Blanco
Azkena Rock 2009 - Foto: Sergio Blanco

Eso sí, no puedo cerrar este comentario general sin hacer referencia al tiempo del fin de semana, y es que afortunadamente hubo suerte y no se cumplieron las previsiones meteorológicas que anunciaban lluvia para todo el fin de semana. De hecho, no llovió nada en los tres días de festival, y el buen tiempo fue el protagonista general aunque sin olvidarnos que estábamos en el País Vasco, con lo que el cambio de temperatura en cuanto cayó el sol era radical, y por la noche hacía un frío que pelaba en el recinto, la única pega de celebrar el festival antes de junio.

Azkena Rock 2009 - Foto: Sergio Blanco
Azkena Rock 2009 - Foto: Sergio Blanco

Jueves 14

El festival comenzaba el jueves, cuando el viernes sólo era festivo en Madrid, con lo que obviamente la afluencia fue la menor de los tres días, aunque también es cierto que el primer día era casi de presentación, ya que los grupos fuertes del cartel (con la excepción de JULIETTE LEWIS AND THE NEW ROMANTICS y HARDCORE SUPERSTAR) vendrían los dos días siguientes. De todos modos, viajando desde Madrid y saliendo después de trabajar fue imposible llegar a BURNING, quizás el grupo que más ganas tenía de ver personalmente, (junto a los suecos, por supuesto), que tocaron a eso de las 7 de la tarde ante todavía poco público.

Por cierto, comentaros que en esta crónica general me ceñiré a los grupos que más nos interesan o que más relación estilística tienen con www.rafabasa.com, así que si alguien echa en falta el comentario de otras bandas «menos duras» que pudieran tocar en el festival, es obviamente porque no tienen mucho sentido en una web como la nuestra.

Dicho esto, y tras ver el final de THE BREEDERS (un grupo bastante popero a mi entender, pero que contaba con el aliciente de tener en sus filas a gente de THE PIXIES), llegaba la curiosa actuación de la actriz Juliette Lewis y su nueva banda, que personalmente no había llegado a ver anteriormente y que, fuera del innegable morbo que tiene para todo el mundo el ver a la famosa actriz «macarreando» encima de un escenario (de hecho, la carpa estaba llena durante su actuación), me pareció un interesante concierto. Quizás en un estilo más setentero y cuasipunkroquero (aunque suave, las cosas como son), ofreció un buen espectáculo donde ella es la protagonista absoluta sin parar de moverse por el escenario, hacer poses, hablando con el público (y tratando de chapurrear palabras en castellano, lo que siempre se agradece) y ofreciendo una actitud y personalidad roquera que, de primeras, no me imaginaba. La banda que le acompaña (con bajista también femenina), «The romantics» (y que sustituía a sus anteriores «The Licks») me parecieron algo limitados (menos su batería, que era fantástico), aunque cumplieron sin problemas durante la hora y cuarto que estuvieron sobre el escenario, y lo cierto es que, quitando un par de temas mucho más farragosos y aburridos, ofrecieron un show entretenido y roquero que gustó a la mayoría, quedándome sin duda con el desparpajo, simpatía y actitud de una Juliette Lewis que incluso acabó tirándose al público y revolcándose por las primeras filas en uno de los últimos temas, y canciones como «Fantasy bar» (que me recordó al rollo de «Abierto hasta el amanecer», no lo pude evitar), o la setentera «Hot kiss», con Juliette emulando una Janis Joplin que imagino que le gusta bastante.

Hardcore  Superstar - Foto: David Esquitino
Hardcore  Superstar - Foto: David Esquitino

De todos modos, la noche del jueves a nivel de rock duro era de HARDCORE SUPERSTAR, y es que había muchísimas ganas de ver a los geniales suecos de nuevo en España y además presentando su excelente nuevo trabajo, «Beg for it», que me ha encantado y que tiene un montón de cañonazos perfectos para el directo. De hecho, pese a no haber salido aún a la venta, tocaron ya bastantes temas del disco en su concierto de aproximadamente una hora. Eso sí, hay que ser justos y dejar los gustos personales aparte y reconocer que no dieron un buen concierto en el Azkena, ya fuera porque quizás no era el festival adecuado para ellos (de hecho, fueron posiblemente el grupo más duro que hubo en el festival junto a los particulares japoneses ELECTRIC EEL SHOCK, de los que luego os hablaré), con la consiguiente indiferencia de gran parte de la gente que había en la carpa el jueves (por mucho que el cantante Jocke Berg se empeñara en todo momento en levantar y animar un concierto que, en otro momento y en otro lugar, hubiera resultado matador), innumerables problemas técnicos (especialmente con la guitarra de Vic Zino), un sonido que no terminó de estar bien ecualizado en ningún momento, y sobre todo un cierto enfado progresivo de la banda ante el mal sonido, los problemas y la respuesta tan escasa de la gente que ya digo que no hizo mucho caso a una banda que por calidad, actitud, desparpajo y temas mereció muchísima más atención y respuesta de la que lamentablemente recibió en su actuación en el Azkena.

Hardcore  Superstar - Foto: David Esquitino
Hardcore  Superstar - Foto: David Esquitino

Aún así, dieron un buen show, demostrando que a día de tienen muy pocos rivales encima de un escenario y que el trono del hard rock sleazy y macarruzo tiene que ser de ellos. Me pareció además que cada vez están más acoplados y que la actitud y sonido del nuevo guitarrista, Vic Zino (mucho más heavy que el anterior Thomas Silver, por mucho que fuera el original del grupo), beneficia totalmente al grupo. Además, Jocke es un auténtico animal de escenario, algo sobreactuado incluso por momentos (cuestión de gustos eso sí, que a mí me encanta ver a un cantante que no para de moverse, bailar, animar a la gente, corretear por el escenario…), pero que aporta una energía increíble en directo al grupo, que además suena como un cañón (mucho más duro que en disco, que ya suenan a tope) gracias a la fuerza de la base rítmica de un Martin Sandvik y sobre todo un «Adde» Andreasson que es todo un «Tommy Lee» en potencia, excelente. Comenzaron con la intro vaquera de fondo de su reciente «Beg for it», para empezar «a saco» precisamente con el tema título, seguida de la increíble y ya clásica «Wild boys», uno de los mejores temas de esta nueva etapa de la banda (creo que es obvio decir que, por si quedaba alguna duda, ya no hay ni rastro de los HARDCORE SUPERSTAR de antes de su homónimo discazo del 2005, en este caso para bien porque cuando realmente han roto moldes y se han convertido en una banda que será referencia para la historia es con sus ya tres últimos discos)… aunque después de dos temas ya me había dado cuenta (y ellos posiblemente también), que no iba a ser el concierto supremo que esperaba ansioso, y que esta vez no tenían delante demasiado público sleazy o heavy que devolviera esa fuerza, ganas y ambiente que ellos ofrecían desde el escenario.

Hardcore  Superstar - Foto: David Esquitino
Hardcore  Superstar - Foto: David Esquitino

Al final me quedó con la propia actitud de la banda, el sonido y estética (como se puede apreciar en las fotos) ya 100% enmarcada dentro del hard rock guitarrero de vieja escuela, y las hechuras de una banda que ya están arriba, pese a que esta vez se quedara en un concierto irregular. Por cierto, comentar que los temas del nuevo disco me sonaron supremos en directo, y es que nota que están hecho para disfrutar encima de un escenario, y es que cortes como «Nervous breakdown», «Bad reputation» (donde la guitarra casi no se oyó, todo sea dicho) o «Illegal boy» quedaron empastados de lujo junto a sus ya clásicos como «Dreaming on a casket», «Medicate me» o el cañonazo punkroquero «Bag on your head» con la que, lamentablemente tuvieron que cerrar el show antes de los bises… que se quedaron finalmente en nada por los citados problemas técnicos y tuvieron que decir adiós sin ni siquiera poder tocar la esperada «We don’t celebrate sundays» que tenían prevista para terminar.En fin, una lástima y un concierto que pudo haber sido mucho, muchísimo más, y que espero poder disfrutar en todo su esplendor dentro de unos meses en la gira que seguro pondrán en marcha para presentar el gran «Beg for it» que sale en unos días.

Viernes 15

Pese a las amenazas de lluvia, el día volvió a amanecer soleado, estado que afortunadamente se mantuvo hasta que ya por la tarde de nuevo el cambio drástico de temperatura volvió a hacer aparecer sudaderas, chaquetas, pañuelos en el cuello y demás, aunque al menos nos mantuvimos secos, detalle que sinceramente pocos esperábamos. Musicalmente era el día de THE BLACK CROWES, y es que de hecho fue el más numeroso del festival, con unas 15.000 personas que, a veces casi en exclusiva, habían venido a ver a los famosos «hippies» norteamericanos, que hacía 9 años que no pisaban España, como comentaba al principio. Además de esto, la noticia del día fue la sustitución de BAD BRAINS, sorprendente y veterano combo que menzclan reggae con rock, por los legendarios punkroqueros ingleses UK SUBS, en un cambio que no gustó demasiado pero que personalmente los más duros agradecimos.

The Black Crowes - Foto: Sergio Blanco
The Black Crowes - Foto: Sergio Blanco

Además de esto, y antes de meternos en harina con los grupos que más tenían que ver con el rock del viernes, comentar que me sorprendió mucho un grupo/cantante llamado ELI «PAPERBOY» REED, que fue sin duda el gran triunfador de toda la tarde en la carpa, con un estilo más funkie y «bailón» que otra cosa, con una formación donde no faltaron saxos y trompetas, y una voz y un rollo que se mereció las más grandes ovaciones del día. Todo un crack, sinceramente, que, fuera de los grupos más netamente roqueros del festival, para mí fue sin duda lo más interesante de todo el festival.

The Black Crowes - Foto: Sergio Blanco
The Black Crowes - Foto: Sergio Blanco

Pero a nosotros para mal o para bien nos interesan más las guitarras chirriantes que las trompetas, y a este nivel el viernes para mí fue el día más flojo, a no ser por los japonenes ELECTRIC EEL SHOCK que personalmente me salvaron la jornada. Destacar buenos conciertos como los que dieron los veteranos THE ZOMBIES (con su rock&blues sesentero y setentero, tocando con mucho buen gusto y dando lecciones de experiencia y buen saber hacer… y además remataron con el tema original de ARGENT, la banda del teclista del grupo, Rod Argent, un «God gave rock n’roll», que muy pocos sabían, yo el primero, que es de ellos y es que los KISS sólo lo reescribieron con la ayuda de Russ Ballard), o los citados UK SUBS, puro punk rock británico de vieja escuela por parte de una banda que junto a SEX PISTOLS, GBH o THE EXPLOITED fueron posiblemente formación más importantes del mítico estilo, al menos en Gran Bretaña. De la mano de su veterano frontman Charlie Harper, al que ahora le acompañan tatuados músicos punks de ascendencia oriental, siguen proclamando con «mal gusto» y coherencia aquello de que «no hay futuro», aunque su tema más conocido sea el «Down in the farm» que versioneran GN’R en su «Spaguetti incident» del 96. No les vio demasiada gente en el escenario principal a media tarde pero a mí me pareció una actuación muy interesante, con actitud, mala leche y ese sonido básico, sencillo y tremendamente efectivo que, le pese a quien le pese, enseñó tanto a bandas como los propios METALLICA, GN’R, MÖTLEY o los citados HARDCORE SUPERSTAR. ¡Buen punk rock de vieja escuela desde el 76, vaya!

The Zombies - Foto: Sergio Blanco
The Zombies - Foto: Sergio Blanco

Pero el concierto grande del día era la esperada actuación de la banda de los hermanos Robinson (que no se aprecian demasiado fuera del escenario y el contexto de la banda, esto no es nada nuevo), y es que de hecho durante todo el día no se hablaba de otra cosa en el recinto, con multitud de camisetas sobre todo de los dos primeros discos del grupo (sin ninguna duda sus trabajos más inspirados), y múltiples comentarios sobre qué versión de la banda veríamos en el escenario esa noche. Pues bien, tras una sosísima actuación de SOUL ASYLUM, una de las bandas importantes de la oleada de rock alternativo que intentó sin éxito desbancar al rock y heavy metal en los 90, y que siguen en activo y en buen estado en la actualidad, era el momento de que los cuervos negros sobrevolaran sobre la abarrotada explanada del Lux Interior Stage, en una actuación que comenzó a eso de las 00:15/00/30 de la noche, y que durante hora y tres cuartos iba a teñir de marrón sureño y tranquilo blues rock el escenario principal del Azkena. Desde el principio me sorprendió que llevaran dos coristas de color (aunque ni un mísero telón de fondo, por muchas luces impresionantes de las que disfrutamos durante todo el concierto) y el armazón de guitarras que a cada lado del escenario se vislumbraban desde bien lejos (de hecho, no exagero si comento que cada uno de los dos guitarristas del grupo sacó unas 10 guitarras diferentes durante todo el show… algo que aún pensándolo hoy me sigue pareciendo a todas luces innecesario y excesivo, pero a los hechos me remito, nada más).

The Zombies - Foto: Sergio Blanco
The Zombies - Foto: Sergio Blanco

Venían presentando su reciente disco de reunión, tras un parón de 7 años, «Warpaint», del que sólo tocaron dos temas, y aunque salieron a tope con la movida «Sting me», el movido concierto de rock sureño quedó muy pronto convertido en una larga sucesión de temas a medio tiempo, muchos y larguísimos sólos e improvisaciones y una actuación que, fuera de los fans más acérrimos o de los que gusten de esa tónica 100% propia de los grupos en los 70 de alargar los temas hasta la saciedad y ofrecer largos desarrollos instrumentales constantes, se nos antojo a muchos simplemente correcta (ahí ni un pero se le puede poner a la banda, y es que técnicamente estuvieron perfectos, y además el conciertos sonó de 9,5) pero terriblemente pesada… Y es que un concierto aparte de demostrar lo buenos que son unos músicos, o del mero hecho de tocar música en directo, tiene que tener un dinamismo, una comunión con el público, una calidez y un ritmo, y lamentablemente la actuación de BLACK CROWES tuvo mucho de calidad y clase, pero muy poco de lo que precisamente sí tuvo todo el show de ALICE COOPER que comentaré en un rato.

Pese a todo, serían unas 12.000 personas las que disfrutaron con la actuación, y en general las valoraciones fueron muy positivas al final del concierto, destacando sin duda la sencilla pero a la vez poderosa y carismática presencia de un muy barbudo Chris Robinson como foco principal de todas las miradas (y eso que no habló demasiado, por no decir nada, entre canción y canción fuera de los «gracias» de rigor), que es innegable que tiene un gancho especial que ha contribuido mucho a que a día de hoy BLACK CROWES estén tan arriba y sean leyenda. Gustaron mucho temas como «Hotel illness», «Thorn in my pride» o «Sister luck» (donde Chris sacó la armónica), pese a que ya digo que la improvisación, el medio tiempo y los largos desarrollos instrumentales fueron la tónica, pero no fue realmente hasta el final cuando el concierto se animó gracias a los temas más conocidos y sobre todo animados de la banda, como las grandes «Jealous again» (que despertó a todo el mundo del letargo inmediatamente… ¡y vaya sí se notó!) y «Remedy», o la roquera «Hard to handle», uno de sus primeros éxitos, además de la preciosa balada «She talks to angels», que siempre me pareció su máxima joya, al menos a nivel de temas lentos. Tras un sólo bis, se despidieron de manera también bastante fría con «Thick n’thin», dando las gracias por el apoyo y diciendo que volverán antes de 9 años.

En definitiva, un muy buen concierto objetivamente pero que ya digo que me dejó friísimo, helado, y que fuera de los fans acérrimos de la banda o los amantes de las jams eternas, no creo que nadie pudiera decir sin sonrojarse que fueron los triunfadores del festival o tópicos parecidos porque no fue así. Buena banda, buenos temas pero que ya sea porque están fuera de época o porque en directo sólo tocan para darse placer a ellos mismos, sus conciertos son muy aburridos. Era la primera vez que les veía, y al menos desde mi punto de vista de fan del rock duro, la última… cómo se suele decir, a lo mejor es que no está hecha la miel para la boca del asno, ¿quien sabe?, pero en directo siempre espero mucho, muchísimo más que sólo buenos músicos interpretando canciones e improvisando encima de un escenario.

Electric Eel Shock - Foto: Sergio Blanco
Electric Eel Shock - Foto: Sergio Blanco

Menos mal que la formación que cerraba el cartel el viernes nos quitaron de un golpe todo el mal sabor de boca y sobre todo el aturdimiento que teníamos tras BLACK CROWES, y es que los japoneses ELECTRIC EEL SHOCK fueron rotundamente la sorpresa positiva del festival, una banda de heavy metal bastante joven pero que tienen el desparpajo, la actitud y ese morro innato para llegar muy arriba. Tres músicos muy jóvenes, pero con personalidad que fueron por derecho propio uno de los destacados del Azkena 2009 y dejaron una excelente impresión a todos los que les vieron, les gustara el heavy metal o no. Como detalles para la posteridad, comentar que el batería toca completamente desnudo (a excepción de un largo calcetín/leotardo tapando sus partes pudendas y con el que aprovecha para tocar el bombo de vez en cuando… y una camiseta de HANOI ROCKS cuando me imagino que el frío le agarrotaba) y con dos baquetas en cada mano, el guitarrista (con camiseta de MUNICIPAL WASTE, demostrando buen gusto) con instrumento de flecha y erigiéndose en protagonista absoluto y frontman vacilón y divertido en todo momento, y el bajista que por ejemplo de repente aparece tocando en lo alto de una torre lateral, impresionante. Comenzaron viéndoles cuatro gatos y acabó su actuación con la explanada a tope, demostrando que tienen ese algo especial que atrae a la gente, además de ser los únicos junto con ELI PAPERBOY REED que arrancaron esos «oés» y «vítores» que, inexplicablemente, cada vez es más difícil de ver y escuchar en España en los conciertos.

Electric Eel Shock - Foto: Sergio Blanco
Electric Eel Shock - Foto: Sergio Blanco

Además, musicalmente son sencillos pero con mucho gancho en todos los temas, en un cruce musical entre la NWOBHM y el heavy metal netamente nipón de grupos como LOUDNESS o EZO, además de un atractivo deje roquero, lo cual dicho en 2009 para mí tiene mucho mérito. Y para muestra un botón, y es que comenzaron tocando el «Iron Man» de BLACK SABBATH como intro, y a partir de ahí fueron encadenando temazo tras temazo como «Suicide rn’r», «Bastard», «Out of control» (del que será su nuevo disco… que tiene muy buena pinta), «Boom metal» o la cachonda «Scream for me, baby» con la que terminaron entre aplausos unánimes y ellos realmente felices con la respuesta de la gente. Todo un descubrimiento y para mí sin duda el mejor grupo del viernes con diferencia (aunque mirado con «ojos del metal» o desde el punto de vista de rock duro, por supuesto). Echarles un ojo en Youtube y similares, y desde aquí animo a promotores y demás a pensar en ellos de aquí al futuro porque sus conciertos son impresionantes… y en un festival más acorde a su estilo pueden ser un grandísimo acierto.

Sábado 16

Y llegaba por fin el sábado, el día a priori más esperado por los netamente hardroqueros y heavies, y es que la oportunidad de poder ver por fin a MOLLY HATCHET después de tantos años, y sobre todo al gran ALICE COOPER de nuevo, era el caramelo más apetitoso de todo el fin de semana. Como ya me esperaba, hubo menos gente que el viernes, quizás «sólo» unas 9 o 10.000 personas, y tímidamente aparecían entre el público más melenas, camisetas heavies y parches que los dos días anteriores juntos… y es que es obvio que el sábado fue bastante gente para ver al creador del shock-rock, y a uno de los más espectaculares artistas en directo que todavía podemos ver en la actualidad. Es obvio que a muchos nos hubiera gustado más ver a ALICE COOPER en el Mëtal Wäy o Kobetasonik (o tocando en solitario) que en el Azkena, porque es innegable que se perdía ambiente, devoción y actividad entre el público (y es que hay que reconocer que había mucho que estaba allí «a ver qué tal el viejecillo famoso éste» más que a disfrutar del show en sí). Pero no nos adelantemos y vamos con el sábado en sí, que nos dejó también conciertos interesantes como los de los roqueros THE NEW CHRIST o de MIKE FARRIS, posiblemente el concierto más numeroso del día en la carpa Ron Asheton. De todos modos, el sábado era el día de las dos bandas citadas y ninguno defraudaron…

Soul Asylum - Foto: Sergio Blanco
Soul Asylum - Foto: Sergio Blanco

Comencemos con los legendarios MOLLY HATCHET (sí, los de las portadas vikingas y guerreras 100% marca de la casa… y que tanto nos confundían a los jovenzuelos «metalheads» cuando empezábamos en esto, jaja, casi lo mismo que las de NAZARETH, ¿o es que yo era el único que pensaba que estaba ante dos de las bandas más heavies del planeta cuando veíamos sus discos?), una de las bandas de rock sureño más importante de la historia, con el permiso de LYNYRD SKYNYRD o de los propios ZZTOP, si me permitís meterlos en esa misma categoría. Y lo cierto es que los de Jacksonville, Florida, me encantaron durante los aproximadamente 60 minutos que estuvieron en el escenario desde las 20:30 de la tarde y aún de día. Me sorprendió el detalle de que, pese a su edad (de hecho, creo que sólo el batería bajaría de los 45), todos conservaban intactas sus melenas, (menos el teclista, vale) y sus botas vaqueras (predominando el blanco, «como los buenos roqueros» que diría el tito Lemmy). Como decía, comenzaron de día, con muy buen sonido desde el principio, una actitud completamente amistosa y cercana del que tiene ganas de agradar (incluso saludaron varias veces y se despidieron en vasco al personal, en un detalle que en este caso me pareció hasta entrañable, porque posiblemente no supieran nada de la problemática o la diferencia, si es que la hay, entre España y el País Vasco, pero se tomaron la molestia cuanto menos de informarse), y sobre todo esa personalidad de viejos lobos de mar que se las saben todas y encima del escenario derrochan clase, estilo y tablas, muchísimas tablas. Liderados por su eternos guitarristas Bobby Ingramm y el orondo Dave Hlubek (que volvió a la banda en 2005), además de por el cantante Phil McCormack, que ya lleva 16 años en la banda, nos ofrecieron un show puro y duro de hard rock sureño, con protagonismo absoluto de las guitarras y con un set cargado de clásicos que dejó bien patente, por si alguien tenía alguna duda, que los viejos roqueros cuando son auténticos y están en forma son imparables.

Soul Asylum - Foto: Sergio Blanco
Soul Asylum - Foto: Sergio Blanco

Tras la épica intro de «Carmina burana», comenzó la fiesta con «Whiskey man», y tema a tema el concierto se convirtió en una sucesión de himnos y de lecciones de buen hard rock de vieja escuela. Desde «Bounty hunter» a la fantástica «Sons of the south» (Hell yeah!), con la que acabaron antes de los bises, y pasando por temazos como «Devil’s canyon», Gator country» o la brutal y más heavy «Beating the odds», demostraron oficio, mucha pasión, y esa sangre especial que sólo tienen los verdaderos roqueros que conocen al dedillo todos los secretos de una vida dedicada a esto. De hecho, era un lujo mirar al escenario, ver el gran telón negro con el clásico logo de la banda, y a seis roqueros de vieja escuela disfrutando de verdad con el concierto, sin parar de sonreír y animar a la gente, y además sonando de maravilla y tocando temazo tras temazo para convertirse junto con ALICE COOPER y TOY DOLLS como el tridente de lujo del sábado. Personalmente me quedo con el gran medio tiempo «Fall of the peacemakers», que me sigue poniendo los pelos de punta, y por supuesto el momento especial en los bises del recuerdo a sus compañeros LYNYRD SKYNYRD con «Free bird», o el remate con la imprescindible «Flirting with disaster» con toda la «pradera» botando. Fantásticos, mucho más «duros» de lo que sinceramente me esperaba y un concierto perfecto… y es que, lo reconozco, me sigo emocionando viendo músicos veteranos dándolo todo, tocando como los ángeles y además sonriendo desde el escenario y disfrutando ellos mismos como el primer día que dieron un concierto… y es que, como me dijo un amigo una vez, en el rock n’roll siempre se puede confiar en los viejos roqueros con melenas y botas blancas.

De todos modos, el cabeza de cartel y la razón real de ir a Vitoria al Azkena era ALICE COOPER, y ahí teníamos el telón tapando por completo el que ya se suponía que era un espectacular escenario, con las letras bien claras del mago y creador del shock rock y del que tanto aprendieron posteriormente desde gente como WASP, MOTLEY CRUE, TWISTED SISTER o los propios KISS, hasta bandas más actuales como WHITE ZOMBIE, LORDI y demás (incluidas la gran mayoría de formaciones de Black metal, por mucho que ellos lo nieguen). La actuación vino precedida por el particular concierto de unos FUN LOVIN’ CRIMINAL que todavía no tengo muy claro si me gustaron o me aburrieron, con una buena dosis de funk-rock elegante y de calidad pero basculando entre recuerdos a Elton John o Barry White en sus temas, o ataques más roqueros como las versiones del «Foxy Lady» de Hendrix o el «Rock n’Roll» de LED ZEPPELIN con la que terminaron prematuramente (y es que el que sale tarde y antes del cabeza de cartel ya sabe que tendrá que recortar…), y dejándome una sensación de «todo vale» que no me termino de convencer.

Pero no estábamos ahí para ver a estas bandas sino al gran Alice Cooper y su banda (fantástica, por cierto, renovada y donde sólo se mantiene el forzudo bajista Chuck Garrick, que por cierto, le apoyó muchísimo en los coros y segundas voces, como fijo desde hace años). Del resto, y antes de meternos en el show como tal, destacar sin duda a un Keri Kelli (ex-FASTER PUSSYCATS, CINDERELLA, ADLER’S APPETITE y que ya había tocado previamente con «Alicio») que estuvo inconmensurable, siendo la mano derecha del protagonista y aportando una imagen, energía, actitud y, también, elemento escénico que hizo ganar muchísimos enteros al concierto. Y también me encantó Jimmy DeGrasso (ex-MEGADETH, Y&T… entre muchos otros), aportando experiencia, técnica y mucha potencia a los temas desde arriba (que esta vez la batería estaba a la vieja usanza, detrás, y encima de una gran plataforma con escaleras a los lados). Pero obviamente en los conciertos de Alice Cooper siempre hay dos protagonistas claves: primero el propio protagonista, que es un espectáculo y actor en sí mismo (y que año tras año sigue haciendo más o menos lo mismo, pero sigue impresionando y haciendo que te quites el sombrero), y el espectáculo, el show teatral a modo de musical/circo de los horrores que siempre son los espectaculares conciertos del señor Fournier y su banda.

En este caso venía supuestamente presentando «Along came a spider» (aunque sólo tocó un tema del mismo) y aquí teníamos la excusa perfecta para el escenario, con telas de araña/mallas de pesca destruidas que colgaban de paneles al fondo del escenario, dos grandes plataformas laterales a los lados de la batería y luego por supuesto toda la pléyade de actores (con su hija Calico al frente) y jueguecitos varios que siempre «adornan» y acompañan al inmortal showman. Y no quiero dejar de recordar a un Alice que siempre tiene ese gusto exquisito y decadente para vestirse en los conciertos, más allá del mero maquillaje y sus instrumentos de apoyo habituales (la muleta, sombreros de copa, floretes, bastones y demás). En este caso el show comenzó de manera un tanto atípica, en el sentido de que empezó con sus temas más conocidos y fiesteros, que suele dejar para el final, mostrando la parte más teatral y espectacular en el medio (con la enfermera con el carrito de bebé, la geisha oriental, los «loqueros», la camisa de fuerza y demás), y ya el fin de fiesta con menos artificio y sólo puros temazos clásicos historia viva de nuestro rollo.

El comienzo ya fue espectacular, con un gran telón naranja en la que de repente aparece a modo de sombras chinescas el «caballero» Alice Cooper acabando con su «gemelo bueno», y ya cae el gran telón con el «cadáver» vestido de blanco en lo alto de las escaleras y Alice (elegante y macarra como siempre, único) bajando por ellas cantando «It’s hot tonite» seguida de la gran «No more Mr. Nice guy», «Under my wheels» y «I’m eighteen», poniendo toda la carne en el asador desde el principio. Muy buen sonido, espectáculo y Alice de nuevo demostrando que por muchos años que cumpla no tiene rival encima de un escenario… con la única pega, si acaso, que siempre hace más o menos lo mismo y que su set list base prácticamente no ha cambiado en 30 años. Para «Is it my body» Alice canta sobre el ya maniquí del principio, mientras dos «loqueros» vestidos de cuero se llevan el cuerpo al final del tema, mientras la banda me estaban encantando, especialmente el guitarrista principal, Keri Kelli, que como digo se lució en todo momento. Una sorpresa que me encantó fue la interpretación de la fantástica «Woman of mass distraction» de su genial «Dirty diamonds», uno de sus mejores discos en años» (del que también sonaría el tema homónimo más adelante, mientras Alice tira al público multitud de collares «de perlas»). Para «Feed my Frankenstein» la banda saca instrumentos blancos, antes del breve sólo acústico (con acordes de guitarra española) de Keri Kelly que precede a «Be my lover». Con «Vengeance is mine» de su último disco se cerraría esta parte más netamente roquera del concierto, para dar paso al show propiamente dicho, que comenzaría con el tema oriental que abría «Dragontown», donde ya aparece por primera vez la hija de Alice caracterizada de «asesina oriental», justo antes de un sólo de batería donde participan los dos guitarristas a modo de «batucada».

Tras esto, el show vuelve a dar un giro para el medley que comienza con «Welcome to my nightmare» y Alice Cooper ahora vestido de vaquero oscuro, con ropa muy guapa, la verdad, y el escenario a modo de pesadilla visual con los actores con cabezas de animales. Todo se relaja para «Only woman bleed» con la chica bailando ensangrentada a modo de «novia cadáver» mientras Alice canta suave la «bonita» canción, «Dead babies» completa el momento teatral con la famosa escena del carrito de bebé y Alice matando primero a la madre y luego a la «Barriguita» de turno justo antes de que los enfermeros le pongan la camisa de fuerza para cantar «The ballad of Dwight Frye» antes de cogerle y llevarle a la horca (en este caso la cambió por la guillotina habitual) en uno de los momentos más espectaculares del show, mientras era el bajista el que cantaba «I love the dead» ante los estertores de Alice en la enorme horca medieval.

Alice Cooper - Foto: Sergio Blanco
Alice Cooper - Foto: Sergio Blanco

Ya sabíamos que iba quedando poco para el final y era el momento de cantar y bailar «School’s out» mientras se despliega de fondo un enorme telón con los ojos de Alice Cooper pintados y él que sale ya con traje blanco mientras vuelan los grandes globos de colores con confetti que Alice pincha con su florete mientras todos disfrutamos del clasicazo. Ya en los bises nos faltaba «Billion dollar babies» (mientras Alice reparte los billetes desde su florete) y la siempre especial «Poison», que muchos estaban esperando y que, pese a que fue el tema que peor cantó Alice de todo el show, es imposible que no te ponga la piel de gallina, como volvió a ocurrir una vez más. Y nada, ya sólo quedaba «Elected» (Why not me!?) para volver a despertar del sueño/pesadilla/musical/obra de teatro que siempre son los conciertos de ALICE COOPER, y una vez más tengo que decir que fue una pasada, y es que es un espectáculo que hay que ver al menos una vez en la vida… y eso que, erre que erre con estas cosas, un concierto de estas características hubiera lucido mucho, muchísimo más en su contexto natural: en un festival de heavy metal, o al menos en un concierto con muchos más fans de siempre de ALICE COOPER que los que había en el Azkena.

Alice Cooper - Foto: Sergio Blanco
Alice Cooper - Foto: Sergio Blanco

Y ya sólo quedaba el fin de fiesta que supuso el genial concierto de los TOY DOLLS, ya en la carpa, mientras los técnicos, operarios y demás desmontaban todo el entramado del show de Alice. Fue curioso porque mira que han tocado en España pero nunca les había prestado demasiada atención al mítico trío británico, y la verdad es que me arrepentí de tantos años ignorándoles porque en directo son una de las bandas más animadas, energéticas y divertidas que se pueden ver, desde su imagen típicamente característica, con sus trajes, botas, minicorbatas y sus gafas de sol de colores (amarillo, azul y rojo, respectivamente), hasta su actitud irreverente y tremendamente positiva encima del escenario… y es que además suenan tremendamente bien y sobre todo cañeros en directo, algo que no me esperaba, pues hay momentos en los que más que divertido punk rock clásico parece que están tocando furioso thrash.

Alice Cooper - Foto: Sergio Blanco
Alice Cooper - Foto: Sergio Blanco

La verdad es que se quedó mucha gente a verles para cerrar y fue todo un acierto porque pusieron el broche de oro a un festival que, quizás sin un final tan divertido se hubiera quedado mucho más cojo. Fue espectacular ver a toda la carpa bailando clásicos como «Lambrusco Kid» (con botellón enorme de Lambrusco y confetti incluido), «Doogie», «Alec’s gone», «Harry’s hands» o la inolvidable «Nellie the elephant» (que versionearan incluso MÄGO DE OZ para su «Resacosix in Hispania»), y a los de Michael «Olga» Algar sin parar de bailar y escupir buen rollo y caña punkroquera desde el escenario. Fantásticos y todo un descubrimiento en directo para mí (que más vale tarde que nunca, ¿no?).

Alice Cooper - Foto: Sergio Blanco
Alice Cooper - Foto: Sergio Blanco

En definitiva, una edición más del Azkena Rock 2009, que dejó buen sabor de boca general pero que reconozco que si buscas rock duro, como era mi caso, quizás te puedas sentir un poco fuera de lugar en algunos momentos y viendo determinados conciertos. De todas formas, en la variedad está el gusto, y lo que es innegable es que el festival está situado en un recinto impresionante, y ojalá todos los buenos eventos similares que hay en nuestro país se celebraran en un recinto y ubicación tan ideal y agradable como la del Azkena. Luego ya entran los gustos personales de cada uno y a mí me hubiera gustado algo más de hard rock y heavy metal para redondear un festival que me dejó un tanto a medias. Aún así, un gran placer viajar a Vitoria 3 días para disfrutar de un potente festival que aún no conocía personalmente y que me dejó buena impresión general… Y ya sabéis que al final el tema de los triunfadores y decepciones son algo más subjetivo que otra cosa, así que dejémoslo en que los BLACK CROWES gustaron mucho, que ALICE COOPER fue el concierto más espectacular del fin de semana, y que hablando con gente de todo tipo había tres bandas en boca de todos: ELI «PAPERBOY» REED, ELECTRIC EEL SHOCK y MOLLY HATCHET. Y ahora, ¡a por el próximo festival de la temporada!

Texto: David Esquitino

Fotos: Sergio Blanco

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