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NASTY IDOLS – Boys Town

20 abril, 2009, 7:59 pm

Como no podía ser de otra manera, este grupo de hard rock guitarrero y macarruzo vienen de Suecia, aunque en este caso no es ni una banda nueva ni especialmente joven, sino más bien todo un clásico del norte de Europa y con muchos años de historia a sus espaldas. De hecho, en 2007 editaron un DVD en directo de reunión, tras haber vuelto a la carretera en 2006 tras separarse (como tantos y tantos grupos de hard rock y heavy metal) a mediados de los 90, y ahora vuelven con un rotundo y explícito «Boys town», reivindicando ese hard/sleazy netamente de corte angelino con el que comenzaron allá por 1989 con un interesante «Gigolos on parole».

Como digo, y para quien no conozca a la banda, esto es rock directo, sucio y con todas las influencias a lo MÖTLEY, HANOI ROCKS, GN’R, FASTER PUSSYCATS, primeros LA GUNS, SKID ROW y demás buenas bandas de este corte que surgieron en Estados Unidos (con el permiso de los daneses) a finales de los 80. Pero son suecos, y para seguir con referencias, está claro que gustarán a todos los que disfrutamos con esa increíble hornada escandinava que ha surgido en los últimos años (incluso posiblemente muchos de ellos recordando a los propios protagonistas de esta crítica) como CRAZY LIXX, CRASHDIET, GEMINI FIVE, FATAL SMILE o los grandes HARDCORE SUPERSTAR, quizás la punta de lanza y grupo más importante de esta nueva generación.

Sin ser los mejores instrumentistas, y ni falta que hace cuando tienes la personalidad y el morro necesario para comerte el escenario, nos ofrecen un trabajo fresco, directo y realmente roquero y divertido, de esos que te pones para que te suban el ánimo y cuando te sientes realmente poseído por el espíritu de Nikki Sixx y quieres salir a comerte el mundo y a quien se te ponga por delante. Puro sleazy en 2009, vaya, con una producción cruda, sucia y totalmente macarruza, acorde al 100% con el estilo y los temas del disco, con dejes punkroqueros, claro, mucha actitud y ese toque pegadizo pese a todo necesario para que estas bandas calen.

De hecho, desde la portada ya sabemos al 100% lo que contiene el disco: cuero negro, rock, el toque imprescindible de provocación y el deje sleazy de toda la vida que creó escuela hace ya 20 años en varios suburbios de Los Angeles y de la mano de gente con nombres raros como Nikki Sixx, Tracii Guns, Slash, George Lynch y demás. Son 12 temas sencillos y de corte directo y netamente roquero, sin concesiones al moderneo, experimentación ni modas que valgan, y donde encontramos desde la caña a la yugular de «Method of my madness» (totalmente «nasty» y hardroquera) o «48 hours» (temazo para el directo); dejes más heavies y macarruzos en cortes como «Evil one» (de esos temas que casi te empujan a salir del garito a buscar bronca en algún callejón), «Need the nite» o «Crashlanding», e incluso el punto más divertido y «bailón» de «Rock out» (con estribillo de los que taladran) o «It’s not love» (muy pegadiza). Y además, como todos sabemos que todos los tipos duros tienen su corazoncito, no faltan un par de temas algo más suaves pero realmente atractivos como un gran medio tiempo como es «Nite like this» (con aires casi sureños, con acústica y que incluso recuerda un poco al rollo de «Used to love her» de GN’R) o «It ain’t easy», emotiva y guapa para terminar algo más relajado, ya después de haber conseguido conquistar a la «nenita» de turno con tu rollo duro y rudo, y comienza a bajar la cremallera del top de cuero…

Tópicos y bromas aparte, una banda que personalmente no conocía mucho hasta ahora (aunque ya he tomado buena nota) y que, sin ser unos nuevos GN’R o MÖTLEY CRÜE, porque para eso aún les falta beber mucha grasa de motor usado y que les toque la varita mágica de los elegidos antes de ponerse a componer (que sí reconozco que les puede faltar un punto de chispa y dinamismo sobre todo si los comparamos con los super nombres del género), no lo hacen nada, pero que nada mal. De hecho, en Suecia son bastante grandes, y allí no tienen mal gusto para el rock duro precisamente. Vamos, que sin ser un «Apettite for destruction», este «Boys town» te da de sobra el espíritu roquero, y las ganas de comerte la noche que en estos últimos 15 años han conseguido conseguir muy pocos. Y no les falta ni calidad, ni gancho ni por supuesto imagen… A partir de aquí, ya es cuestión de cada uno elegir caviar, langosta y Don Perignon o un buen chuletón grasiento, sanguinolento y bien cargado de salsa angelina por encima.

David Esquitino (david_esquitino@rafabasa.com)

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