Desde más o menos la década de los noventa, enfrentarse a un nuevo disco de QUEENSRŸCHE es todo un reto. Atrás, muy atrás quedaron los primeros años de puro y duro heavy metal ochentero, y a día de hoy, y desde hace ya un montón de años, los del incombustible Geoff Tate han optado por, ante todo, no apartarse de su línea heavy, pero diferenciándose y mucho de aquel heavy metal primigenio y «chillón» que todos en mayor o menor medida añoramos. Además, no se puede decir que los últimos trabajos hayan gozado del unánime apoyo de sus fans, por lo que bien podría decirse que desde «Tribe» mantienen una dinámica peligrosa que levantó quizás un poco el vuelo con la segunda parte de su ópera prima «Operation Mindcrime», pero que no en vano nos tiene a todos un poco «mosca» a la espera de volver a encontrarnos con unos QUEENSRŸCHE que saben hacer las cosas muy bien pero que, por lo que sea, van muy a su bola y siguen editando discos casi más para ellos que para los fans.
Así las cosas, lo primero que hay que advertir es que uno no puede enfrentarse ni muchísimo menos a un trabajo con «American Soldier» buscando una obra maestra de heavy metal, ni mucho menos aun buscando a los RYCHE en sus más enterradas raíces. «American Soldier» es un trabajo conceptual bastante complejo a su manera, por lo que la predisposición y la mente abierta son cualidades indispensables para sacarle al menos algo de jugo a este nuevo trabajo que, ya aviso, no pasará a la historia por ser el mejor trabajo de los de «Seattle», ni con sus buenas intenciones ni con toda su complejidad.
«American Soldier» como comentaba es un disco conceptual más de los americanos, siendo esta vez el tema a tratar las consecuencias de la guerra desde la perspectiva del soldado americano, asunto a tratar patriota donde los haya al igual que su portada, que a mí no me termina de convencer, y el CD, donde se muestra el logo de QUEENSRŸCHE relleno de las rojas y blancas barras, rodeado de las blancas estrellas de fondo azulado, vamos, la bandera de los EEUU modificada para la ocasión. En el plano productivo el disco no falla. Limpia, nítida, adecuada, cristalina y, en definitiva un trabajo cuya producción, llevada a cabo por Jason Slater y Kelly Gray, es simplemente perfecta, en la línea de prácticamente todos sus discos sobre todo desde mediados de los noventa, para saborear tranquilamente y degustar cada tonalidad, arreglo y fraseo.
Hablando ya del disco en términos de lo que de verdad nos importa a todos, la música, estamos probablemente ante el disco más intimista, progresivo, «tranquilo» y, por ende, menos relacionado con el heavy metal de cuantos han editado en veintiocho años de trayectoria musical. Heavy es, cuidado, pero veo tras varias escuchas, veo a este nuevo «American Soldier» como un disco muchísimo más orientado al excelso trabajo vocal que lleva a cabo Geoff Tate, como siempre, y mucho menos duro, con unas guitarras que aparecen y desaparecen intermitentemente en su versión «más cruda» con muchas partes que casi me recuerdan más al jazz casi ambiental, como por ejemplo las estrofas y estribillo del tema inicial, «Silver», con una pista de bajo que se aprecia bastante más de lo normal y en las estrofas con la guitarra de Michael Wilton prácticamente en modo acústico, con un único punteo que aliña la épica y sentida voz de un Tate, como digo, pletórico, pero sin demasiada necesidad de lucirse.
Estamos ante uno de esos discos que precisa de más escuchas de lo normal para ser degustado, pero a fe que, con buena predisposición, se le acaba sacando bastante jugo a un buen disco, que ni mucho menos es para tirar cohetes pero que tiene algunas muy buenas canciones, sobre todo en la parte inicial y final. Por lo demás, creo honestamente que QUEENSRŸCHE se han equivocado. No se si habrá sido intencionado, pero en su afán de hacer de «American Soldier» un disco cuidado, con buen gusto, épico, accesible y con ese puntito progresivo al que nos tienen acostumbrados, se han olvidado casi por completo de las guitarras y la caña, como si lo uno estuviera reñido con lo otro, y mucho me temo que a mucha gente se le acabe la paciencia en el tercer o cuarto tema con un disco que no me cabe la menor duda que no va a satisfacer las ansias de heavy metal/ rock del metalhead, por lo que si no eres muy fan de los de Geoff Tate probablemente te sientas frustrado desde el comienzo con este disco.
Al grito de On your feet! Comienza «Silver», un tema cambiante pero en general bastante comedido, con la voz de Geoff ocupándolo prácticamente todo en las estrofas y el repetitivo estribillo, donde también aporta su voz A. J Fratto, buen amigo de Geoff. Muy destacable la elegancia del solo y de las guitarras en general, que aunque no destaquen por su contundencia, hay que reconocer que van sobradas de buen gusto y elegancia. El siguiente tema en caer es «Unafraid», un tema que se queda rápido, con inicio de sirenas y helicópteros para ir metiéndonos ya en el concepto del disco y, algo muy característico a lo largo del disco, voces del testimonio de un soldado intermitentemente. Tiene un inicio muy progresivo que desemboca en un riff, ahora sí, bastante heravy, pero simple y tapado por las voces del soldado, buena muestra de que esta faceta del grupo ha quedado en buena medida enterrada en este nuevo trabajo. Son estos testimonios por cierto las estrofas del tema, y las únicas voces cantadas que vamos a encontrar son las del estribillo, muy sencillo también, donde nuevamente me quedo con el solo.
«Hundred Mile Stare» goza de un inicio muy melódico, agradable, así como sus estrofas, plagadas de musicalidad y sentimiento interpretativo, con un estribillo pasable, pero nuevamente nos encontramos con la alarmante falta de movimiento y esa chispa que le faltan prácticamente a todos los temas. Le sigue «At 30 Thousand Ft.», que vuelve a iniciar con el testimonio de un soldado (muy en la línea del «One» de METALLICA, para que os hagáis una idea) y unos simples acordes de guitarra introductorios de lo que va a ser el tema, una delicatesen hasta que se endurecen cuando alcanzan su clímax las estrofas en lo que podríamos considerar el estribillo, épico y, ahora sí, más propio de los mejores QUEENSRŸCHE, uno de los puntos fuertes del disco. «A Dead Man’s Words» es la larga del disco, y además el tema más extraño. Creo que Geoff abusa demasiado de los efectos vocales, y aunque cambiante y con sus matices, creo que es un tema que se acaba haciendo largo y que no engancha en absoluto, un tema muy abstracto, casi hasta rebuscado, que por supuesto tampoco tiene esa chispa que te impulsa a darle al replay.
El inicio de «The Killer», como el de «At 30 Thousand Ft.», es melódico y muy armónico, de estos que parece que te acarician el oído. Estamos ante otro buen tema de QUEENSRŸCHE, bastante aceptable y reconocible, con pasajes algo más crudos y muy buena alternancia con los más delicados, con una parte preciosa de redobles y guitarra armonizada muy interesante. Mientras que «Middle Of Hell» es un tema muy conceptual, intimista y a un medio tiempo que se hace algo pesado, «If I Were King» es el primer single del disco, y curiosamente se termina haciendo uno de los mejores cortes del mismo (si no el mejor), con un curioso inicio que no es ni más ni menos que un extracto literal de una entrevista mantenida por el propio Geoff Tate con un veterano de guerra en Kosovo y Somalia (Sean Lenahan), seguido de una parte acústica con unas estrofas muy cuidadas y preciosistas que terminan en un estribillo genial, hasta pegadizo, y hasta con una buena ración de guitarrazos en plan épico que le dan al conjunto un algo muy especial que me atrevería a decir que no tiene ningún otro corte. Luego el testimonio continua, y la parte del solo es de esas que ponen los pelos de punta.
Encarando la recta final del disco, «Man Down!» comienza nuevamente con las declaraciones de un soldado y, sorpresa, nos regala un comienzo de guitarras heavys y melódicas a la vez (dobladas imagino). Otro gran tema, donde te das cuenta de que la segunda parte del trabajo es infinitamente superior a la primera, un tema en el que Tate consigue que nuevamente te enganches, y donde demuestran que se puede ser complejo, ornamentado, sin renunciar al riff, algo de lo que es muy buena muestra este tema, donde la calidad interpretativa en las voces es colosal. «Remember Me», que también comienza con discurso, es casi más una balada, muy bien hecha por cierto, de muy agradable escucha, mientras que «Home Again» es un tema parecido, pero más puramente balada, con más sentimiento y, sintetizando, mejor tema, de lo mejorcito del disco, donde presta su voz Emily, hija de Geoff (y cuya voz no me termina de convencer), un grandísimo acierto donde nos muestran otra cara del grupo, que dominan también a la perfección. La cosa se termina con «The Voice», un tema muy en la línea del disco, que mantiene la media aunque sea un tema muy de atmósferas (sobre todo con esos teclados finales), donde prima Geoff y su versatilidad vocal por encima de todo.
En definitiva, estamos ante un buen disco, que te gustará sobre todo si aprecias discos como «Empire» o «Promised Land», con muy buenas canciones sobre todo el la segunda parte del disco, que confirma a unos QUEENSRŸCHE que siguen ahí con un Geoff incomesurable e inconfundible, pero que quizás te aburra si buscas en este disco material más directo, pues es este un disco como comentaba de matices, musicalidad, concepto, muy al gusto de los RYCHE actuales
Jorge del Amo Mazarío (jorge_del_amo@rafabasa.com)
Lista de Temas:
- Sliver
- Unafraid
- Hundred Mile Stare
- At 30,000 Ft
- A Dead Man’s Words
- The Killer
- Middle Of Hell
- If I Were King
- Man Down!
- Remember Me
- Home Again
- The Voice