MONSTERS – METALWAY
Tras la resaca de Zaragoza, vamos a hablar de las actuaciones celebradas, pero antes vamos a dar nuestra opinión sobre algunos temas generales.
La organización de MONSTERS – METALWAY, formada por Gamerco, Rock’N’Chicken y RockNRock, independientemente de la suspensión del evento, cometió fallos y aciertos, pero antes vamos a puntualizar…
RockNRock solo se ocupaba, como en anteriores festivales, de la producción en cuanto a la contratación de las bandas, la responsabilidad de cada uno de los grupos, horarios de actuación, alojamiento y viajes de estos, la producción técnica de equipos y luces, escenario…En resumen, todo lo relacionado con las bandas era su responsabilidad.
El resto de cosas eran y fueron responsabilidad de sus otros dos socios. Rock’N’Chicken (empresa de Zaragoza) fueron los responsables de la producción local: camping, taquillas, autobuses, disco-metal RafaBasa.com, etc.
Dado que se ha hablado mucho, y se seguirá hablando, del escenario, he hecho mis indagaciones y me he encontrado con lo siguiente: el escenario montado en el MONSTERS-METALWAY era prácticamente el mismo (porque era de la misma empresa) que el del KOBETASONIK. Salvo centímetros, -el de Zaragoza era más alto-, era el mismo (escenario realizado con el sistema Allroud de LAYHER, escenarios que se montan en todos los importantes festivales a nivel mundial); y es lógico, porque para este tipo de super festivales hay que montar el mejor escenario disponible, y ese fue el que se montó en los dos festivales heavies más importantes de este verano. La visible diferencia entre el escenario de Bilbao y el de Zaragoza fue que el del MONSTERS-METALWAY no estaba vestido frontalmente por las telas con el logo del evento, o los típicos dibujos o logos de patrocinadores, por lo que «la pinta» al estar sin vestir podía equivocar al público, al ver el escenario bastante desnudo. No se pusieron las telas frontales porque los responsables técnicos decidieron que no era positivo hacerlo, porque previamente ya sabían previamente que durante la jornada iba a haber viento (se informaron mediante el servicio meteorológico) , y era estúpido poner telas cuando estas podían hacer vela. Lo que nunca se podía preveer era que cayera «la que cayó». Si el escenario hubiera sido «de juguete» o una «chapuza» después de la que cayó, hubiera podido haber daños muy serios e irreparables, como posible caída del propio escenario, desprendimiento masivo de partes de este (afortunadamente solo se desprendió una placa del tejado de la mesa de mezclas y cañones de luces), desprendimiento de las toneladas de equipos de luces o sonido…Se podían haber montado «la de Dios». Dado que las estructuras del escenario no estaban en estado óptimo para montar el METALWAY tras la tormenta, la organización (las tres partes) tomaron la decisión, junto con el personal técnico especializado y las bandas de no realizar el festival por motivos de seguridad, tanto de los grupos como del público.
Vamos con los puntos negativos…
Llegué al recinto el viernes a las 10 de la mañana, y vi que SOLO había una caseta con tres ventanas para atender a las miles de personas (6.000 el viernes y las entre 15 y 20.000 que se esperaban para el sábado) donde se canjeaban las pulseras. Eso, sres organizadores, sres del Ayuntamiento, no se puede permitir. Los responsables volvieron a cometer el mismo error del pasado año, el mismo. Muy mal.
Otro punto negativo es que en esa caseta (la taquilla) se debía haber puesto la lista de premiados de las 11 fiestas que organizó esta web por casi todo el país. Pues la lista no estaba allí originalmente…la lista estaba en una caseta que había a la entrada del recinto, justo donde se entregaban las acreditaciones. Menos mal que cuando fui a recoger mis pases logré hacer entender a los responsables que allí no se había concertado que estaría la lista. Es posible que sea un detalle con mínima importancia comparado con otros, pero lo menciono porque ha habido gente premiada en las fiestas que no pudo encontrar la lista de premiados y tuvo que comprarse una entrada. Mal!
La DiscoMetal RafaBasa.com no se puede instalar en la zona de acampada. Yo lo avisé, pero fue el Ayuntamiento quien lo decidió. ¿Cómo se puede montar una discoteca de heavy metal hasta las 7 de la mañana en una zona donde la gente mayoritariamente quiere dormir y descansar? Al final, como no hubo festival, pues no funcionó, pero yo estaba temblando de empezar con «la tralla» y que a las 4 de la mañana cientos de personas se quejaran de que querían dormir, y con toda la razón del mundo!
¿Los autobuses? Según me contó la gente a la que pregunté, fueron escasos. Menos mal que los coches y furgonetas particulares se podían aparcar en el recinto. Un punto negativo y otro muy positivo.
Rafa Basa
Se había hablado mucho sobre el mal estado de la acampada del pasado año. Los responsables habían trasmitido a esta página que iban a trabajar a fondo para que el acondicionamiento de esta fuera mucho más apacible que el del pasado año.
Pues bien. Nuestro redactor Jorge del Amo durmió como pudo en la acampada, tras la tormenta, y escribe lo siguiente:
La zona de acampada fue algo en lo que inicialmente se anunciaba que se iba a poner mucho énfasis, lógicamente debido a la saturación del alojamiento zaragozano en estos meses de la expo (que también fue suspendida temporalmente debido a la tormenta, por cierto). Pues bien, la verdad es que si bien es cierto que no podemos hacer un balance como es debido sobre su capacidad de acogida porque al final por las cancelaciones no se registró la asistencia prevista, lo cierto es que las instalaciones no estaban mal del todo. Así, aunque un servidor no estuvo el año pasado, me comentan que el terreno era exactamente el mismo que el del año anterior, con piedrecitas y piso duro, como por otro lado ya se esperaba, y la verdad es que si en algún momento se pretendió acondicionar el terreno parece que rápido se desistió de la idea. Por cierto, que dicho terreno, aunque lejos de ser el césped en el que clavar las piquetas a mano como a todos nos hubiese gustado, no me pareció demasiado mal, puesto que con un martillo y unas piquetas decentes no había ningún problema para clavar y con una esterilla normal las piedras no molestaban demasiado para descansar, o al menos a mí personalmente no me molestaron (vamos, que personalmente por tres euros no creo que sea algo como para quejarse…la verdad…). Además, me hubiese gustado ver cómo hubiera quedado el terreno tras la tormenta de haber sido otro, puesto que el que había aguantó sorprendentemente bien sin convertir aquello en un barrizal, algo que agradecí especialmente.
Los servicios a su vez permanecieron razonablemente limpios al menos hasta el Sábado por la mañana, algo que en este país no estaba muy acostumbrado a ver y que no se si agradecer al público zaragozano o a la organización, aunque no me pareció ver ninguna labor de mantenimiento, la verdad (corríjanme si me equivoco).
No se puede decir lo mismo de las duchas, que el Sábado a la mañana presentaban un aspecto ya como para pensárselo, la verdad sea dicha, algo en lo que por cierto se debería incidir mucho más en un futuro, pues es de vital importancia y tampoco creo que cueste tanto. Otro acierto importante fue amplia carpa justo a la salida de la zona de acampada, con bebida excesivamente cara y, afortunadamente, hielos a buen precio que ayudaron muchísimo sobre todo el Viernes, cuando el calor más estaba apretando
Sobre asistencia como ya comentaba antes tampoco se puede comentar demasiado, salvo que fue más bien escasa (estábamos bien anchos…) debido a que no tuvo que soportar la carga que se esperaba para el Sábado, que era el día en que previsiblemente más se iba a utilizar.
Jorge Del Amo
Del resto de servicios nos habla David Esquitino:
La novedad principal (y creo que acierto) fue la de situar los puestos de comida (variados, a un precio aceptable y lo más importante, de buena calidad) y mercadillo (también bastante grande y con mucha variedad de discos, ropa, accesorios… a buen precio, lo cual se agradece) dentro de un pabellón, con su correspondiente zona con sillas para descansar, relajarse, jugar al futbolín… que se agradecía que además estuviera interior, a la sombra y más o menos «fresquito».
Siempre nos solemos quejar en los festivales de que hay «cuatro» puestos, que para comer no hay nada que merezca la pena más que para engañar (y casi perjudicar muchas veces) al estómago y además con la suela de zapato o la pizza congelada a precios astronómicos, que no hay zonas de sombra ni ningún sitio aceptable para descansar un rato entre concierto y concierto y durante las actuaciones que menos nos interesen… y en este caso hay que agradecerles a la organización (que se les puede tirar de las orejas por otras cosas, pero ni una pega a este respecto sino más bien todo lo contrario) lo bien que lo hicieron este año en este punto (y eso que siempre puede mejorarse y ajustar más los precios, pero vamos, que fue uno de los detalles mejor organizados del festival sin duda).
Los puestos estaban situados en dos hileras, una detrás de la otra, y la verdad es que era una delicia (y un ataque directo al bolsillo, jeje) navegar entre cientos de vinilos, CD’s, DVD’s, buscar esa camiseta de tu grupo favorito, parches, tazas, ropa de todo tipo, pendientes, colgantes… Al final de la zona de puestos teníamos unos cuantos futbolines, de los que muchos dieron buena cuenta a lo largo de todo el día, y finalmente unos 8 puestos diferentes de comida, desde empanadas de todo tipo y tartas, kebabs, platos combinados, pizzas, bocadillos… Vamos, un lujo con respecto a lo que estamos acostumbrados en la mayoría de festivales nacionales habitualmente y de verdad que se agradece que por fin los promotores se den cuenta que en jornadas maratonianas como siempre nos chupamos en los festivales, comer no es un capricho sino una necesidad, y si encima podemos elegir y disfrutarlo (y que no nos dejemos todo el presupuesto del día en un «bocata guarro» y un vaso de cerveza/refresco pagado a precio de oro), mejor que mejor.
¡Ah!, y en ese mismo pabellón se ubicaba también la zona de firmas de las bandas, de las que muchos pudieron disfrutar y es que siempre es bonito poder charlar un minuto con tus músicos favoritos y que te firmen los discos, camisetas, o simplemente poder saludarles y darles en persona la enhorabuena o el tirón de orejas correspondiente por el concierto realizado.
David Esquitino
Hablamos de las bandas que tocaron…
Crónica de «lo que vimos» del viernes 11 de julio en el Monsters of Rock en Zaragoza.
MISS DICIEMBRE
El festival comenzaba bastante pronto, y es que a la 13.30 ya estaban los locales MISS DICIEMBRE dando el pistoletazo de salida con su hard rock/sleazy que puso un primer punto de color y rock al festival. Una pena que tocaran tan pronto y ante aún bastante poca gente porque creo que son una banda más que interesante y a tener en cuenta para el futuro, demostrando que el rock clásico y hard rock gamberro y macarra goza de buena salud en nuestro país. También fue una pena que no les pudiéramos fotografiar, pero a esa hora aún no teníamos nuestra acreditación de «foto pase».
Tuvieron una media hora para tocar, y no se cortaron en ofrecer espectáculo tanto a nivel de imagen como de cierta escenografía, y además no sonó mal a pesar de ser el primer grupo del día. Siendo de Zaragoza y haciendo rock de toda la vida, es obvio que por algún lado tenía que salir la influencia de HÉROES DEL SILENCIO, pero ellos ofrecen un sonido más guitarrero y un rollo más «sleazy», por denominarlo de alguna manera, destacando a un gran frontman descarado y roquero como es Jesús, y esa actitud que les falta a la mayoría de bandas nuevas, pese a que todavía tienen algunos aspectos que pulir.
Comentar que presentaron los temas de su primer debut, «Biografía del Marqués de Sade», pero perdonarme que no pueda decir mucho más porque no pude terminar de verlos al tener que estar pendiente de gestionar las respectivas acreditaciones, primeros contactos con el festival… Me emplazo a mí mismo a verles en una actuación completa la próxima vez que tenga ocasión porque la impresión inicial fue excelente y creo que tienen un gran futuro por delante.
RAGE
Y tras ellos y el pertinente cambio de batería y breve prueba de sonido, ya teníamos a RAGE encima del escenario, quizás demasiado pronto para un grupo de su categoría e historia pero, como ellos mismos explicaron, tocaban por la noche en otro sitio y tenían que actuar y marcharse temprano (de hecho, teníamos entrevista concertada con ellos pero fue imposible hacerla porque casi en cuanto terminaron de tocar se marcharon). Aunque todavía la asistencia no fue demasiado masiva por la hora y el «solarín» que hacía en ese momento, lógicamente los de Peavy y Victor tienen mucho tirón y se demostró durante el concierto que había ganas de ver a RAGE de nuevo, tras su última gira hace pocos meses presentando su nuevo «Carved in stone» (del que pusieron el correspondiente telón de fondo… «tamaño sala», por cierto).
Tocaron unos 45 minutos, con la gente bastante entregada y ellos mismos, como siempre, ofreciendo su mejor cara, sabiendo que en España son muy queridos. El set list centrado en los últimos años del grupo sigue sin terminar de convencerme, pero es cierto que en conjunción con el estilo más crudo y directo del nuevo disco vuelven a sonar más heavies y menos rimbombantes que en los últimos años (con todo el tema de la orquesta y demás que, para gustos los colores, pero que los viejos fans seguimos sin terminar de aceptar ese faceta que tanto les gusta a los dos líderes de la banda). Comenzaron dándole cancha a su nuevo disco, con dos temas de los que sin duda me quedo con la genial «Drop dead!», posiblemente el tema más «old school» del trabajo, pero demostrando que siguen teniendo mucho que decir en la escena actual y es que, más de 20 años después, siguen siendo una de las mejores bandas de power metal (del de verdad) que existen en la escena, y encima sonando como un cañón siendo sólo un trío… detalle que, no por ya asimilado, me deje de impresionar todas las veces que les he visto en directo.
Me encantó comprobar lo engrasada que está la formación con André Hilgers (ex-batería de AXXIS) ya 100% acoplado a la formación, y Victor (con un corte de pelo ochentero donde los haya, detalle friki que tenía que comentar, jeje) al 100% el sonido del grupo, mientras que Peavy pone la voz y la fuerza de base que siempre han sido santo y seña del estilo de la banda, además de esa simpatía innata y carisma que tiene encima del escenario. Aunque siempre se echa en falta muchos temas, es cierto que ofrecieron 45 minutos excelentes, tocando en general sus temas más heavies de los últimos años como «Down» de «Unity» y la gran «Soundchaser» que daba título al, para mí, mejor disco desde «End of all days», además de las sorpresas de «Under control», del citado trabajo del 96, y la cañerísima «Refugee» del «Missing link» (previa presentación de los músicos), y una parte del «No regret» de «Speak of the dead». Tocaron también un par de cortes más del nuevo trabajo como son «Lost in the void», más melódica, y una gran «Long hard road» (para mí de los mejores de «Carved in stone») que quedó perfecta en el set. Ya en el final del show, la reacción fue excelente con «Set the world on fire» (que se ha convertido sin duda en uno de los clásicos más rotundos de la banda) y un breve mix con sus dos temas bandera como son «Higher than the sky» y «Don’t fear the winter» pero que, sinceramente, sigo pensando que ya es hora de dejarlos atrás y refrescar el set al respecto (cuando además no tocaron mucho más del estribillo de ambos).
Se hizo corto y todos nos quedamos con ganas de más, pero esto suele ser buena señal, especialmente cuando personalmente sus últimos conciertos me habían acabado cansando. Por cierto, no puedo dejar de destacar la clase, fuerza y actitud de un Victor Smolski que no para de moverse, vivir el concierto, mover los pelos… y todo ello sin dejar de sonar perfecto y aportar a la banda ese toque de clase heavy que la hace tan especial. Además, André demostró desde su enorme batería de doble bombo que es la elección perfecta tras la polémica salida de Mike Terrana (y es que ahora se vuelve a notar un buen rollo en el grupo que evidentemente no había con Mike), y de Peavy poco podemos decir más que quitarnos el sombrero ante uno de los personajes claves y más queridos y apreciados de nuestra escena.
PRETTY MAIDS
Muy bien el concierto de RAGE y, tras CANDLEMASS, que os lo cuenta Jorge, nos tocaban otros clásicos y curiosamente, junto a los alemanes, de las bandas más injustamente valoradas de la historia del heavy metal, unos daneses PRETTY MAIDS que volvieron a demostrar que por calidad y temas tenían que estar muchos niveles más arriba de los que lamentablemente están 25 años después de su debut con el excelente EP homónimo. Por ello, ocurrió exactamente lo mismo que el año pasado, que empezaron viéndoles «cuatro gatos» y poco a poco fue llegando más gente para ver «a esa banda tan buena», y de nuevo terminaron con el auditorio lleno y todo el mundo coreando los últimos temas. Una lástima que de nuevo tuviéramos que verles a eso de las 4 de la tarde, con una chicharra de impresión, y ellos mismos (que son daneses de piel blanca nórdica) poniéndose «color cangrejo guiri» al momento.
¿Sobre el concierto? Siempre lo digo y lo reitero las veces que haga falta, PRETTY MAIDS son un grupazo, en directo demuestran unas tablas que tienen poquísimos grupos, y si encima le sumamos a esto el carisma de su vocalista Ronnie Atkins y la ristra de temazos que tocan en directo, tenemos de nuevo uno de los mejores conciertos del día, y eso que comenzaron sonando bastante mal, las cosas como son. Comenzaron sorpresivamente con «Sin decade», que daba título a su disco del 92, seguido de una gran «Rock the house» del «Jump the gun», que comenzó a mover a los todavía pocos que estábamos viéndoles al principio de la actuación. El siguiente corte fue el tema que daba título a su último disco, excelente por cierto, «Wake up to the real world», aunque el puntazo hasta el momento lo puso la grandísima «We came to rock», con la que definitivamente se convenció la mayoría de la gente que «pululaba» por el recinto que PRETTY MAIDS era un lujo que merecía toda la atención, y así desde entonces ya sí que vimos el concierto que los daneses merecían, con mucha gente delante, coreando los temas y aplaudiendo la que a la postre sería de las mejores del día. Por cierto, al final del tema el vocalista hizo un guiño a la Eurocopa dándonos la enhorabuena por el título, como días antes habían hecho WHITE LION en Madrid por ejemplo.
Aparte de los dos líderes de la banda, Ronnie y Ken Hammer, tengo que destacar a un batería increíble como Allan Tschicaja, buenísimo, que le aportó una fuerza increíble a los temas, además del bajista Ken Jackson, con su eterna imagen de «guiri de Mallorca», y su inseparable camisa con las caras de Ozzy y sus zapatillas «All Star»… Seguíamos escuchando clásicos, y ahora era el turno de uno de sus temas más rotundos, ese «Back to back» que versioneron HAMMERFALL en sus primeros tiempos pero que indudablemente pertenece al primer disco de los daneses y en directo sigue siendo un cañonazo. La gente fue totalmente de menos a más, y la reacción con «Back to back» ya fue realmente entusiasta, con toda la audiencia metida en el concierto, y ganas de mucho más (y eso que Ronnie a estas alturas mantiene el carisma y personalidad, pero de voz anda más justito, las cosas como son… eso sí, de imagen está excelente, de nuevo con el pelo rubio más largo, y pantalones/mallas negras ajustados como años ha, muy bien).
Seguro que Scott Gorham y John Sykes sonrieron en el backstage cuando escucharon la versión del «Please don’t leave me» que hacen PRETTY MAIDS desde hace muchísimos años y que en directo les queda de maravilla, sinceramente, por mucho que sea un tema bastante relajado. Para el final del concierto nos reservaron una más melódica «Love games» que siempre me ha parecido más sosa pero bueno, y el final ya a modo de bises no podía ser otro que los dos clásicos más rotundos del grupo con los que suelen cerrar siempre sus conciertos: la esperadísima «Future world» (lo escribo sin que me tiemble la mano ni un segundo, y es que creo que es de los 5 o 10 mejores temas de la historia del heavy metal) y el final firmando exactamente lo que ocurría encima y debajo del escenario, que estábamos y éramos todos en ese momento totalmente, «Red, hot and heavy».
Geniales, incombustibles y muy grandes pese a que, 25 años después, los sigamos apreciando y disfrutando los mismos de siempre…
THIN LIZZY
Y si hablamos de geniales e incombustibles (referencias necrológicas aparte, por supuesto), aunque en este caso afortunadamente con un reconocimiento más masivo y una leyenda e historia detrás justamente merecida, ¿qué decir de THIN LIZZY? Está claro que sin Phil Lynnot lógicamente estamos hablando de otra cosa, y que incluso no sería erróneo afirmar que estamos ante la mejor banda tributo a los irlandeses que existe, pero es que encima esto es así pero de la mano de su pareja de guitarristas más famosa, el gran Scott Gorham (además con mucho mejor aspecto actualmente que en su momento, y eso que esa perilla de «anciano venerable» le hace parecer todavía más mayor y respetable de lo que realmente es), y el «guaperas» John Sykes, que además sigue siendo el mejor «imitador» de la voz del gran Lynnot que existe, dotando a los temas de THIN LIZZY de esa magia y deje especial que de otro modo no tendrían más que cuando los escuchamos en su concepción original. Comentar que ya no está con ellos Marco Mendoza, pero el italiano Francesco Di-Cosmos cumple con su papel a la perfección, sonando también a Phil Lynnot, y no desentonando en absoluto con los «abuelos de oro» Gorham, Sykes y Aldridge (que sigue exactamente igual que hace 25 años, impresionante).
La actuación fue un sueño y una delicia, sonando de maravilla y atacando de la manera más elegante, respetuosa y sobre todo excelente muchos de los clásicos del cancionero popular de THIN LIZZY… una de las formaciones que, sin tener el status de las superbandas de la historia, ha sido posiblemente una de las más importantes, marcando estilo, siendo posiblemente los primeros en jugar con las guitarras dobladas, haciendo algunas de las canciones clave de la historia y, lo más relevante para mí, influenciando cuanto menos al mismo nivel que los clásicos como RAINBOW, PURPLE o SABBATH a todas las formaciones posteriores, desde IRON MAIDEN o METALLICA hasta mil nombres más de menor rango pero igualmente históricos como WHITE LION, JORN o SINNER, por ejemplo, además de al propio GARY MOORE obviamente.
Y nada, allí estábamos 30 años después sonriendo al escuchar temas como «Jailbreak», «Waiting for an alibi» (¡qué elegancia!) o «Don’t believe a word» (muy grande) con las que comenzaron, sentando cátedra desde el principio, y demostrando que los mejores temas no son los más enrevesados y que los músicos más especiales no tienen que ser necesariamente los más virtuosos (y eso que no estamos hablando de instrumentistas mancos o mediocres precisamente). La verdad es que nos hubiera gustado tener a John Sykes en primera línea sin gorra y coleta pero bueno, aún así, nos hizo soñar desde el primer tema al último, cantando de maravilla, y demostrando que siempre ha sido uno de los guitarristas con más gusto y clase del mundo (que lástima que en la época de «1987» a Coverdale le pudiera más el ego que el sentido común…). Y seguíamos escuchando clásicos y soñando de la mano de cortes más cañeros como «Are you ready» o la preciosa y movida «Rosalie» que puso a bailar a todo el auditorio.
Tras un buen sólo de Tommy Aldridge (sí, vale, el mismo de toda la vida pero sigue molando verle golpear los platos con los puños o reventar la batería a baquetazos secos pero rotundos, ¿o no?), seguíamos en la máquina del tiempo con «Emerald», «Suicide» o la bonita «Cowboy song». Era inevitable que ya llegará «The boys are back in town» y seguíamos en una nube, disfrutando de una maravilla de banda interpretando pedazos de historia y homenajeando a uno de los más grandes, ese Phil Lynnot que, esté donde esté, seguro que está orgulloso de «sus chicos»… John Sykes de muy buen humor nos pregunta en castellano si queremos «¿un otra, una más?» y de nuevo volvemos a la tralla con «Cold sweat» para cerrar finalmente con la preciosa y siempre emotiva «Black rose» del 79 para cerrar un concierto corto pero excelente, tremendamente emotivo y que puso de relieve una y otra vez que los temas de THIN LIZZY son irrepetibles. Ahora falta volver a verles de nuevo en una sala para poder soñar durante más tiempo, poder escuchar más joyas de su discografía, y volver a homenajear las veces que hagan falta al gran Phil Lynnot de la mano de sus perfectas composiciones y dos de los músicos clave de la historia de THIN LIZZY (y eso que Sykes sólo estuvo en la última época a principios de los 80).
Y ahora venía TED NUGENT y la que sería tristemente la última actuación del festival… Os lo cuenta Jorge y yo me despido todavía enfadado e impotente ante la mala jugarreta que Thor, Odín, y demás dioses de la tormenta, trueno, lluvia y demás nos jugaron minutos después, y es que el anciano marinero esta vez no superó el aguacero y se ahogó, al igual que muchas de nuestras ilusiones de travestirnos, viajar al antiguo Egipto, al infierno, tatuarnos rosas y disfrutar de una ópera rock única encima de un escenario.
En fin, fue un placer lo que vimos pero la sensación final no puede ser más que triste y decepcionante… De todos modos, como se suele decir, lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible… ¡Maldita danza de la lluvia del Piel Roja Nugent!
David Esquitino (david_esquitino@rafabasa.com)
CANDLEMASS
Era pronto, y lo cierto es que hacía un calor de órdago, pero la asistencia en el gran concierto que acababan de dar RAGE invitaba mínimamente al optimismo, puesto que aun fueron bastantes las personas que se expusieron al calorazo que por entonces descargaba contra el asfalto del recinto, y aunque fuera solo por un momento, reconozco que tuve alguna esperanza de que a CANDLEMASS se le diera la acogida que después de casi 25 años entregados al doom bien merecían. No fue así. Tras RAGE comenzó la espantada, y solo iban a quedar tres filas muy dispersas para ver a los suecos, que se convirtieron, muy a mi pesar, en grupo cerveza, grupo merchandising, grupo sombra, etc…así que supongo que lo de preguntarse por qué en España todos los festivales importantes son del mismo estilo año tras año sobra. Dicho esto, tengo que decir con todo el orgullo del mundo que los que aguantamos estoicamente mientras nos regaban con las mangueras disfrutamos de un show prácticamente perfecto, en el que CANDLEMASS hicieron gala de una profesionalidad y un buen hacer apabullante, como bien reconocieron al final muchos que presa de la curiosidad sea acercaron a verles y que, como no podía ser de otro modo, quedaron gratamente sorprendidos.
Abrían con un clásico fijo como el «Mirror, Mirror», con un gran sonido y un tempo fúnebre donde los haya, con un sol de justicia «cascando» a base de bien. Me gustó mucho la banda al completo, desde Leif, que pese a ser el indiscutible frontman del grupo no se mostró para destacado sobre el resto del grupo, hasta Lars y Mats a las guitarras, todos bastante participativos y muy comunicativos con el público, a quien no dejaron de agradecer su asisntencia.
El set por su parte fue eminentemente clásico debido al reducido espacio de tiempo de que disponían, y al tema inicial le siguieron otras tres fijas en sus setlists, como «Dark Are The Veils Of Death», «At The Gallows End» (pelos de punta en la intro) y «Samarithan», también de «Nightfall», un auténtico lujazo poder disfrutar de estas canciones aquí en nuestro país.
Mención aparte me gustaría hacer a Robert Lowe, un recambio muy diferente a lo que fue Messiah tanto a nivel vocal como a nivel de escenario que me encantó precisamente a esos dos niveles, puesto que no solo demostró contar con una voz idónea para el doom sino con una presencia discreta, muy misteriosa y apropiada para la música que llevan descargando tantos años los doomsters. Sí que hay que destacar que le da un toque algo diferente a los temas (el suyo propio) precisamente en ese sentido, puesto que parecen ser algo más fúnebres si cabe, un poco menos heavys en las voces, más cercano a SOLITUDE AETURNUS quizás.
Luego vinieron dos de los mejores cortes de «King Of The Grey Islands», «Emperor Of The Void» y «Devil’s Seed» presentando el disco debut de Lowe que sonaron de maravilla, para acabar cerrando con «Solitude», con un poco de pena por no haber tiempo para otros cortes inmortales que a todos nos hubiese encantado poder oír como «Bewitched» o «The Well Of Souls» por ejemplo pero con un sabor de boca inmejorable de quien ha visto un soberano conciertazo, sea con 200 o con 200.000 personas. Bravo por ellos, y cruzo los dedos para que algún promotor se atreva a traerles aunque sea a una sala pequeña, esperando quizás una suerte mayor…
Jorge del Amo Mazarío
Setlist CANDLEMASS:
Mirror, Mirror
Dark Are The Veils Of Death
At The Gallows End
Samarithan
Emperor Of The Void
Devil’s Seed
Solitude
TED NUGENT
Tras la sonada actuación de una leyenda viva como son THIN LIZZY llegaba, sin saberlo, la que iba a ser la última actuación del fin de semana, un TED NUGENT que lo bordó, aun saliendo con los primeros síntomas de la que se avecinaba, con un viento que empezaba ya a soplar con ganas como vaticinio y que obligó a quitar a las primeras de cambio la gran bandera de los EEUU que el bueno de Teddy utiliza como telón en sus conciertos, supongo que para evitar el ya mencionado efecto vela.
Gran concierto como comentaba de Nugent, que abriendo con «Wango Tango» y seguida de «Free For All» sonó muy compacto, rockero y potente, y quién por cierto no dejó de gesticular y moverse hondeando su tradicional cola de zorro mientras destrozaba a una audiencia ya a tener en cuenta a base de ‘bendings’.
Su banda le acompañó fenomentalmente bien, aunque sí que es cierto que a Ted se le notó muy inseguro, pues parecía como si no dejase de mirar constantemente para arriba hacia los focos, que no dejaban de moverse, y lo cierto es que es raro que con su peculiar carácter no decidiera dejar el escenario por cuenta propia. Al final decidió seguir con la actuación y no se notó demasiado lo peculiar de las circunstancias, y entre otros temas se pudo oír, como no podías ser de otro modo, el «Cat Scratch Fever», hacia el final de su actuación, y un «Great White Buffalo» sensacional para despedirle entre aplausos, en lo que para mí fue una de las actuaciones del día, también porque el calor había desaparecido, pero sobre todo por ese espíritu rockero con tan mala leche y esa actitud que demuestra en cada concierto, que han hecho del loco de Detroit una referencia clave dentro de la historia del rock n roll.
Jorge del Amo Mazarío
Fotos: Estrella y Rafa Basa
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Más fotos:
RAGE
CANDLEMASS
PRETTY MAIDS
THIN LIZZY
TED NUGENT