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+ KORN + BLACK LABEL SOCIETY
Foro Sol 8 de Abril 2008
El concierto se venía anunciando a bombo y platillo. El ahora «Mister» (antes «Sir») Osbourne calificado por la prensa desde hace 30 años como «Príncipe de las Tinieblas» se presentaría en el Foro Sol de la Ciudad de México, para ofrecer un merecido concierto de infernales proporciones. Esta vez vendría acompañado de dos bandas secuaces aunque de estilos un tanto dispares entre si: BLACK LABEL SOCIETY cuyo guitarrista principal y frontman Jeffrey Wielandt (alias Zakk Wylde) es también co responsable del sonido actual de Ozzy , y los mega famosos reyes del mateablerapeablebrincable KORN. Días antes del concierto hubo señales extrañas; la ganga de boletos al 2X1, más bien sonaba a una pre venta floja o una organización demasiado benevolente. Si el diablo existe, esto es su obra. Y también es posible que esté encarnado en Mrs. Sharon, cuya mente retorcida es responsable de aquel monstruo llamado Ozz Fest.
Las barras del lugar ya estaban en terceras y cuartas rondas de fermento amarillo y apetitoso, cuando el escenario se ocupó con la primera banda. Zakk Wylde y compañía vinieron a demostrar en vivo su material, que por cierto discretamente ya casi completa la decena de discos. Banda energética, ruda y esencialmente rockanrolera, BLACK LABEL SOCIETY tiene una gran versatilidad sobre el escenario.
Destaca por supuesto el rubio Zakk con ese carisma especial y presencia de vikingo y motociclista. Cambios de guitarra frecuentes (casi una diferente para cada canción) y un buen sector del público familiarizado con los coros, levantando las palmas a la menor provocación. Hay que decir que Zakk se ve con menos cabellera que en la película «Rockstar» (2001), donde su participación en la banda ficticia BLACK DRAGON fue comentada hasta el cansancio. El set list de la banda recorrió grandes momentos, siendo las de estilo «stoner» el favorito de la mayoría. El único pero fueron los bombos que durante todo el tiempo dieron problemas de ecualización, y hasta hubo un momento en que la mala posición de los micrófonos metieron un ruido espantoso, pero no afectó a la banda. Más que profesionales aparentaron que nada pasaba, y siguieron a lo suyo. El esperado solo de guitarra literalmente también tuvo sus bemoles. Buena técnica y derroche de notas. Actitud y agresividad es lo que gusta a la gente heavy, y Zakk la demostró para deleite de todos con ayuda de sus dedos elásticos, sin embargo… un solo de guitarra se disfruta un ratito, y nada más. Casi 15 minutos de solo en las seis cuerdas son innecesarios.
La tarde-noche suponía más rock masivo y como a eso de las 20:00 hrs. una intro como sacada de un circo macabro llenó los altavoces. Juventud enloquecida contra experiencia indiferente. KORN salió al ruedo convencidos de dar lo mejor. Y hay que decirlo con todos los puntos sobres las «íes»: esta banda SI que trae una gran producción. Jonathan Davis se ve muy amanerado con esa faldita tipo Kilt (¿Escocesa?) y su música está saturada de riffs sencillos y repetitivos en compases de 4/4, PERO saben como hacer prender a la gente; y eso es un gran mérito. ¿Es una fórmula? Por supuesto que es una fórmula. Y la repiten una y otra vez. Pero lo hacen bien.
No estoy familiarizado con su discografía pero si escuchas una canción parece que ya escuchaste todas, y esto será lo último que escriba acerca de su música. Sigamos con el audio. Es impresionante. Los casi 27 mil asistentes lo atestiguan, KORN maneja unas frecuencias extraordinariamente altas en sus presentaciones en vivo. Sobre todo en las frecuencias graves. Un bombo que patea en plena jeta y un bajo «K5» tocado totalmente en vertical que termina por sacarte el cerebro con tan solo mover un dedo (que en realidad es lo único que hace el Sr. «Fieldy») realmente es para vivirse, pero con un buen tapón de oídos si se quiere evitar daño fisiológico.
El sonido espectacular que tiene la banda cimbró y acomodó la columna vertebral de cada uno de los asistentes. Les juro que una lumbalgia que me afectaba hacia semanas, desapareció al día siguiente. Su presentación tuvo un gran recibimiento por el sector joven y momentos como cuando el vocal sacó una gaita (que no es muy hábil), o cuando metió en medio de una canción un pedazo de la clásica «We will rock you». Memorable «Blind» (quizá la única que me gusta de verdad) cuya estructura experimental y vocales poderosas hicieron de verdad una locura adolescente. Por cierto aquí sacaron un guitarrista extra, de apoyo a los acordes bizarros que tiene.
Set List KORN:
- Right now
- A.D.I.D.A.S.
- Hold on
- Falling away from me
- Coming up done
- Here to stay
- Big Piece
- Helmet
- Faget
- Frekaleter
- Evolution
- Got the life
- Blind
La noche cerraba y las visitas a la barra se volvían más frecuentes. No así a los baños. Es sabido que en este tipo de eventos masivos hay gente que no acostumbra perder su lugar por pequeños detalles.
Las luces se apagaron y en las pantallas gigantes aparecieron unos videos cómicos sobre Ozzy. Todos sabemos que es una persona mayor y que a estas alturas puede hacer lo que él quiera, pero me parece que es excesivo parodiar su persona y aparecer en series de la televisión norteamericana como «Los Soprano», «The Office», «Lost», «The Queen» (donde hace un cunnilingus a Isabel II) Tras una intro con la conocidísima y por todos usada «Carmina Burana» y donde de pronto se escuchaba la voz de Ozzy probando el micrófono, el concierto comenzó.
«I don’t want to stop» fue la encargada de re vivir al público. El audio volvía a hacer bromas pesadas con la voz, pero tarde nos dimos cuenta que el problema venía de origen. Zakk venía con renovadas fuerzas, en el bajo el extraordinario «Blasko» (ex Cryptic Slaughter y también con Rob Zombie) que tardaron en localizar su ecualización correcta, y en la batería, si no me equivoco estaba el veterano Mike Bordin de los desaparecidos Faith No More. Buena noche se anunciaba. «Bark at the moon», «Suicide solution» y una breve e inesperada llovizna haciendo «chipi chipi» molesto. – «Ya hizo emputar a Tlaloc»- dijo el luchador «Heavy metal» que estaba a mis espaldas. Después de unas breves palabras de Ozzy y el primer baño con cubo a las primeras filas, los acordes de órgano sonaron a tope anunciando uno de los mejores momentos de la noche: «Mr. Crowley» y a agitar cráneos. Hay que decir que la interpretación del ex-Sabbath es única, pero en vivo se queda peaueña ante aquella magistral de «Ripper» Owens en el Tributo. Además, esta y muchas otras canciones las tocaron como a cámara lenta. Muy lenta. Bueno, mucho quejarse y poca sustancia.
Ozzy anunció –»Es hora de una canción de BLACK SABBATH. ¡¡War Pigs!!» La clásica de clásicas fue memorable. Escucharla en la voz original valió la noche. La gente coreando y el rostro de Ozzy parecía contento y emocionado, aunque ya cansado. Llegó «Road to nowhere» melódica y con un solo muy emotivo y siguió «Crazy Train» recordando las glorias que le dio su primer disco solista «Blizzard of Ozz» hace ya 28 años.
No lo podía creer. No conforme con haber ya hecho un solo kilométrico en BLS, el señor Zakk hizo otro con Ozzy. ¡Si, claro! Es muy bueno y su estilo ha ganado un buen lugar en el mundo de los guitarristas contemporáneos. Tuvo unas hormas de zapato muy grandes que llenar al sustituir a Randy y otros, y las llenó con mucho esfuerzo y talento. Pero ¡Crucifíquenme! Más de diez minutos en otro solo de guitarra fue excesivo. Convencido de haber impresionado y anonadado al público, el señor Zakk comenzó otro clásico sabbathesco que en su momento definió todo un estilo y sonido: «Iron Man» y a agitar nuevamente los cráneos. Gracioso, no hay mejor palabra: Míster Osbourne entró mal en la primer estrofa. La banda corrigió el acorde y todos contentos. Al abuelo hay que dejarle pasar estos detalles…
«I don´t know» y «Here for you» sonaron bien, con energía y sonido hard rock que emociona y apasiona sin importar la edad. El momento de «I don´t want to change the world» fue grande y también de las mejor coreadas en la noche.
Ozzy seguía bañando las primeras filas. Los rockers generosos desde atrás también colaboraban. Había transcurrido una buena parte del concierto y la gente se preparaba para el final de la historia. «Mama I’m coming home» volcó nuevamente la euforia nostálgica mexicana y les juro que vi a una pareja a dos pasos de mi bailando abrazados románticamente el tema. El buen Sergio Alvite está de testigo y no me dejará mentir. Ya para cerrar no podía ser otra que «Paranoid» Otra de los grandes ejemplos y de las canciones más versioneadas por grupos de rock y sus distintos estilos. Nuevamente hay que reconocer que escucharla en la voz original es algo único y aunque ya la garganta de Ozzy no es la misma de antaño, los reflejos son los de un adulto de sesenta años (¿Estoy en lo correcto?) con todos los excesos imaginables en el pasado y por supuesto, la generación de músicos es otra, la piel se sigue erizando.
Concierto para recordar, quizá (esperemos que no) sea la última oportunidad que tengamos para ver a Mister Ozzy. Veintiséis mil seiscientas personas fue la cifra oficial de asistencia. Nada mal para ser martes, pero si muy mal si tomamos en cuenta la longevidad del acto principal. Para un lugar cuyo cupo es de cincuenta mil, pone a uno a pensar mucho.
Gracias a OCESA por las facilidades.
Set List OZZY:
- I don’t want to stop
- Bark at the moon
- Suicide solution
- Mr. Crowley
- Not going away
- War pigs
- Road to nowhere
- Crazy Train
- Zakk (solo)
- Iron Man
- I don’t know
- Here for you
- I don’t want to change the world
- Mama I’m coming home
- Paranoid
Texto: Victor Varas
Fotos: Fernando Aceves – Ocesa.
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