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Jueves 3 de Abril de 2008 – Circo Volador – Mexico D.F
Los holandeses estaban de vuelta en la Ciudad de México, ahora como parte de la Gira promocional para el nuevo disco «The Heart of everything». Varias fechas se anunciaron en su paso por México y los Estados de Guadalajara, D.F. Monterrey serían los huéspedes.
La sorpresa de la gira en primer lugar es la ausencia de Robert (Guitarra) quien por motivos personales (aclarados en la página de la banda) dejaría el trabajo a cargo del otro guitarrista Ruud Jolie. Pero el mundo del rock dejaría de serlo si las sorpresas no vinieran en racimos. Dado el éxito en la venta de las entradas, días antes de su presentación se confirmó una fecha más en el D.F. ahora en el Hard Rock Live, domingo 6 de abril. La aclaración fue que no sería un concierto acústico como ya se planeaba, sino con un set list diferente que encantaría al bien enterado público mexicano.
Jueves 3 de abril en la Ciudad de México, y hay que mencionarlo. El calor agobia cada vez más conforme pasa la primavera. Todos sabemos que entrar a un concierto de metal es entrar a una pequeñita parte de infierno. El calor emanado por (en este caso 1500) los metaleros es sentir la maldad literalmente y a aguantar. Pero no importa. Ya entrados en calor y con la expectativa del concierto se le olvidan a uno los grados centígrados que aun crujen el pavimento de afuera, y que las hordas infernales hagan los suyo el día que nos toque allá abajo. Pero con una buena banda y unas buenas cervezas.
No lo había notado, pero la nueva reglamentación mexicana sobre fumar en recintos cerrados entraba en vigor por esos días y la apuesta por lugares libres de humo de tabaco ahora ya sería real. No fumo y no me molesta que fumen. Pero fue digamos un ambiente diferente un concierto sin humo de cigarro. A las 8:30 p.m. las gargantas de los asistentes se abrieron cuando Sharon y compañía aparecieron en el escenario. «Jillian» hizo lo suyo en las emociones oscuras cuando salió por ahí del 2004, y ahora vendría a soltar cascadas de coros y un público mexicano que como siempre responde de manera ejemplar. Guapísima, no hay otra palabra. Sharon vestida Princesa y gigantesco su carisma animó desde el primer minuto a seguir con ella la letra. «The Howling» y «Frozen» siguieron y para muchos con el coro entre pecho y espalda sabían lo próximo en el set list: el single «What have you done» que hizo literalmente estallar el lugar. Buen track del nuevo material que por cierto Keith Caputo participa en la grabación. En vivo la banda tuvo la curiosa idea de samplear su voz y además proyectar su imagen al fondo. Para estas alturas la ausencia de Robert no era tema de conversación, y si bien venía grabada su guitarra, la ejecución de los demás músicos y una ecualización memorablemente buena prometían la gran noche.
Uno tras otro los temas fueron repasando la discografía a partir del «Mother Earth» y los mexicanos seguían haciendo y reafirmando que los shows en estas tierras son de lo mejor. «Hand of sorrow» y «Forsaken» súper emotivas, a pesar de la temperatura asfixiante. Luego una de las más significativas con el tema que ya trascendió la moda y ahora es preocupación mundial, los actos bélicos y su visión en «Our solemn hour» con todo y su intro de W. Churchill, apoyada en todo momento por imágenes proyectadas en la pantalla. Los tracks de la nueva producción fueron de los mejor recibidos como «All I need». Es cierto que la gente de este lado del mundo tiene el beat cardiaco más acelerado y con la euforia en un concierto de metal como éste, las partes sentimental, melódica y poderosa del metal resultan consecuencias bioquímicas insospechadas.
«Angels» y «Aquarius» magistrales, y ya se extrañaban tracks del «Mother Earth». Precisamente la canción homónima del disco se encargo a revitalizar los ánimos de la audiencia y coreando hasta el final «Caged» fue otra excusa para aplazar el viaje a rellenar los vasos de cerveza. El gran cierre lo hizo la buenísima «The thruth beneath the rose» cuyo feeling en composición se presta mucho para desbordar público latino.
Una breve pausa en que la banda fue a dar un respiro tras bambalinas y el escenario aguardaba. Palpitantes las orejas todavía hubo quien corrió por otro trago para regresar a tratar de no perder el lugar. Las notas de «Deceiver of fools» atronaron el equipo y pareció que el concierto apenas comenzaba. Gritos, euforia y nuevamente palmas arriba el público estaba como loco. Sharon en ningún momento dio muestras de cansancio, al contrario entregada en todo momento hizo gran noche para los amantes del género que se negaban a dejar espacio entre canción y canción. Terminó la canción y amable dijo unas palabras de agradecimiento sobre la Gira sudamericana. Es un ángel. Entretanto Ruud cambió su guitarra por una electroacústica y junto con el piano comenzaron una de las piezas más grandiosas de la noche: «Never ending story». Cadencia, elegancia y calidad en una sola. Celulares arriba y el recuerdo de escuchar esta canción en vivo y con ese audio insospechadamente bueno se grabaron en los chips y en las neuronas. De lo mejor.
Faltaba una canción para finiquitar el concierto perfecto y los familiarizados con la discografía ya sabían de que se trataba. «Ice Queen» sonó y que mejor para cerrar el extraordinario concierto. Impresionante el público que coreó de principio a fin la canción y con renovadas ganas.
Buena noche cargada de belleza, emotividad y grandes sentimientos transmitidos por los holandeses. A pesar del ya insoportable calor que se sentía, el público apoyó como siempre la primer presentación de la banda. Algunos fans ya prevenidos habían hecho el viaje a comprar sus boletos para el show programado el domingo 6. Bien clásico en los verdaderos seguidores de una banda siguiéndolos a donde se presenten, y cuando la calidad es innegable bien vale la pena. A pesar de la ausencia de una pieza fundamental, la banda supo arreglárselas y ofrecieron un gran espectáculo. Buen concierto!
Texto: Víctor Varas
Fotos: Germán García (Cortesía de Servicio Clandestino).
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