Dicen por ahí que no hay mal que por bien no venga, y debe ser verdad, puesto que de la definitiva escisión de STRAPPING YOUNG LAD, con el fiasco que supuso para todos aquellos que disfrutábamos con sus discos y las excentricidades Mr. Townsend, nos hemos quedado en contrapartida con el regreso de unos olvidados ZIMMER’S HOLE, quienes formados en 1991 como proyecto paralelo de los propios Jed Simon y Byron Stroud de SYL, vuelven ahora en 2008 con su tercer trabajo de estudio después de siete años en el dique seco, retorno motivado precisamente por el parón definitivo de SYL, aunque es necesario que desde ya avise y deje claro que poco o nada tiene que ver lo que hacen Jed y Byron aquí en ZIMMER’S HOLE que lo que venían haciendo hasta ahora, por lo que nadie debe esperar nada que se parezca a Devin Townsend porque aunque sí que hay algún retazo, en general se verán ampliamente defraudados.
La formación de ZIMMER’S HOLE la completan, junto con los citados Jed Simon (TENET, STRAPPING YOUNG LAD) y Byron Stroud (FEAR FACTORY, STRAPPING YOUNG LAD), el inmenso y bizarro vocalista conocido bajo el seudónimo de The Heathen, quien también pasó por la formación de SYL pero como teclista de gira en 2002, y un nuevo batería sustituyendo a Steven Wheeler, el inmenso y ya curtidísimo Gene Hoglan, todo un trotamundos del metal que hasta la fecha ha pasado, entre otras, por bandas tan diversas como la “banda de animación” DETHKLOK, SYL, DARK ANGEL, DEATH, TESTAMENT, OLD MAN’S CHILD, MELDRUM y hasta los PHANTASM de Katon W. De Pena, siendo esta su nueva aventura por petición de sus amigos Byron y Jed, quienes le pidieron unirse a la banda.
Como datos adicionales, decir que, cómo no, David Townsend (STRAPPING YOUNG LAD) está metido en el ajo, y ha sido el encargado del proceso de mezcla, así como de la producción vocal de The Heathen, algo que salta a la vista, pues es muy característica de éste a pesar de que sea sustancialmente diferente a la de Devin…(quiero decir, que el tratamiento que se le ha dado es típico de Townsend pero la voz no tiene prácticamente nada que ver).
Por lo demás, lo que caracteriza a esta panda de cachondos es precisamente eso, el constante toque irónico que le ponen a su música, a sus letras, a sus títulos, y su firme convicción (que expresan también de manera muy desenfadada…) de hacer prevalecer el puro y verdadero METAL por encima de modas pasadas y venideras, “dejando en la cuneta” a todo tipo de “infieles” que no dejan de aporrear en sus temas una y otra vez.
Luego a la hora de acotar su estilo tenemos que seguir diciendo, aunque suene quizás demasiado genérico, que ZIMMER’S HOLE son practicantes y adoradores del metal, porque paradójicamente estos chicos son partícipes de una “moda” que se lleva mucho desde hace algunos años (y que apoyo totalmente), que no es otra que mezclar muchos estilos en uno solo, y aquí concretamente vamos a encontrar partes que suenan indudablemente a heavy metal, en algunos casos bastante épico, por cierto, y pistas que sonarán a death y hasta tempos de power metal, todo metido dentro del mismo tema, por lo que como os imaginaréis la mezcla es cuanto menos curiosa.
Aun así, el conjunto tiene como un algo raro, y es que a pesar de distinguirse perfectamente bien los elementos que acabo de mencionar, todo junto no suena como quizás esperaríamos que sonasen unas guitarras puramente heavies, e incluso la batería tiene un “algo” que te deja con la mosca detrás de la oreja, sensaciones que desde mi punto de vista se derivan precisamente de la mezcla, que tiene un toque frío, áspero, típicamente industrial y típicamente Townsend que aunque puede que sea el toque original del disco, creo que no le va nada bien si que pretende ser únicamente una declaración de heavy metal sin más, y es que parece claro que no puedes tratar un material heavy como tratarías uno de cualquier otro género, porque como es el caso, al final te quedan partes sin potenciar y en definitiva un resultado algo deslucido, sobre todo en unas guitarras que en muchas ocasiones quizás deberían haber tenido un protagonismo bastante mayor que desde luego no tienen.
El tema homónimo (de kilométrico título) abre el disco in crescendo con un auténtico amasijo sónico en el que destaca un tempo impuesto por Hoglan de power metal total, donde rápidamente se echan en falta unas guitarras muchísimo más definidas y algo de “cordura” en general. Las voces son potentes y versátiles, y tan pronto se desgañitan en agudos como pasan al gutural en tres segundos, lo que me gusta, a pesar de que descoloca un poco y de que me gustaría a mí ver eso llevado al directo, pero bueno.
En “We Rule The Fucking Land” las cosas parecen cambiar. Un riff arrollador y conciso abre del tema y se apodera de él hasta su fin. Las voces me siguen sorprendiendo sobremanera y ya se me hacen lo mejor del disco, en un tema que en su conjunto me recuerda a los RAGE del “Soundchaser”, salvando las distancias, claro está.
“Flight Of The Knight Bat” es un tema muy cortito que nos trae de vuelta lo que en general ha salido del nuevo disco de ZIMMER’S HOLE, con sus virtudes y carencias. Un tema en el que me vuelve a faltar las guitarras y en la que sobresalen los fríos samplers que le dan un toque épico a todo, en nuevo contrapunto con “1312”, donde las guitarras me vuelven a sorprender positivamente acompañadas por un ritmo eléctrico a la batería y unas voces en su mayoría “gritonas”.
“Devil’s Mouth”, obviando su inicio con eructos y pedos, es un corte que se me antoja muy sencillo, con buena voz y poco más, puesto que aunque gracias a las voces es un tema heavy y bastante pegadizo, las guitarras una vez más me siguen chirriando.
“The Vowel Song” es un minutos de “satánico discursito” y otro minuto de locura death/ industrial bastante a lo SYL, mientras que “Fista Corps” arranca con una batería ensordecedora y un ensombrecido buen riff secundado perfectamente por The Heathen, en un corte bastante lento, por otra parte, que se acelera repentinamente cuando vuelve la locura de batería y el solo.
“Anonymous Esophagous”, a pesar de su título que sugiere a ‘grind’, tiene un inicio de lo más clásico del disco, aunque después ya va cambiando con la aparición de efectos y voces ‘death’, con un solo bastante pobre, por cierto.
¿Cuántos temas se han escrito que comiencen con el arrancar de una moto? Pues bien, “Alright” es otro más que añadir a la lista, de la que destacaría nuevamente el portento vocal de The Heathen y un riff que esta vez sí suena como debería sonar, aunque el tema entre intro y outro se queda en nada realmente, más o menos como la cachonda “Hair Doesn’t Grow On Steel”, que por título y música me recuerda a “tributo” a MANOWAR (la tonalidad que utiliza The Heathen en este tema es ligeramente diferente a las anteriores y cercana en cierto modo a la de Eric Adams), siendo un tema por cierto de los que más me ha gustado, con las guitarras más limpias y unas notas de teclado de fondo muy apropiadas.
«What’s My Name…Evil!” es un tema largo en el que predominan las voces ‘death’ y las guitarras muy pesadas, un tema algo pesadote y quizás el más cercano al death, por lo que no deja de ser un final curioso para un disco que no lo es menos, y que podemos resumir que simplemente se trata de un trabajo muy singular, con gente que está ya de vuelta de todo y que a modo de guasa pretende defender y practicar un género que, consideran, se ha pervertido demasiado con el paso de los años, siendo este CD una contestación a todo eso, a su manera…claro está.
Jorge del Amo Mazarío