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BARCELONA
Curiosa oferta cinematográfica la de este Lunes. Me transformo en crítico de cine para comentar el peliculón de la semana, ni más ni menos que «Live After Death».
Los actores los conocemos todos, el guión también, incluso el final, pero aún y así la sala 12 de Cinesa Maquinista se llenó de fans de IRON MAIDEN ávidos de revivir un concierto que muchos hemos visto hasta la saciedad en VHS. Aquí estar en primera línea no es sinónimo de ver mejor, más bien al contrario. Aún y así hasta esta fila llenó sus cómodas butacas.
En los aledaños había quien bebía cerveza como si de un concierto en directo se tratara, y de hecho en muchas ocasiones así se vivió durante la proyección, con espectadores aplaudiendo y coreando los estribillos más sonados. Nadie se puso de pie, pero sí se movían cabezas y en el suelo y asientos se notaban las vibraciones de quienes movían los pies al compás de Nicko. Las caras prácticamente las de siempre, la de los habituales de los conciertos, si bien esta vez se han sumado familias y jóvenes que desgraciadamente tienen prohibida la entrada a los mismos.
Cambiamos el bocata por palomitas, y la cerveza por cocacola. Eso sí, los precios de los avituallamientos igual de desorbitados en el cine que en los directos.
Ya dentro de la sala, en la pantalla aparece el bucle del menú del DVD. Desgraciadamente, del menú solo vimos una parte, la que todos conocemos, el concierto que se grabó en el Long Beach Arena de Los Angeles a mediados de Marzo del 1985.
Centrándonos en el DVD, lo primero que me sorprende es la (mala) calidad de la imagen. No mejora casi nada respecto al original, y es que no se puede sacar agua de las piedras. Los equipos de filmación de entonces no son los de ahora, y por mucho que haya avanzado la técnica poco más se puede hacer. Con el sonido no sucede lo mismo, y este sí ha ganado enteros. Con los acondicionamientos actuales de las salas de cine sonó espectacular.
Del contenido del concierto y sobretodo de los extras ya hablaremos en la crítica del DVD. Como adelanto y curiosidad personal, he redescubierto detalles que tenía olvidados, como el mal comienzo de Bruce en Aces High (cómo le cuesta llegar a los agudos) y como va calentando la voz hasta llegar a sus registros habituales. Se percibe que se va gustando más y sintiéndose más cómodo canción tras canción y cada vez juega más con su voz. También me resultó interesante verle tocando brevemente la guitarra en «Revelations» sin quitar ojo ni un segundo al mástil.
En resumen, una proyección especial, una experiencia nueva y distinta. En algún momento me metí tanto en el concierto que hasta pedí a la doncella que tocaran el «Flash of the Blade» y «The Duellists», pensando que así podría alterar el contenido del DVD. Pero mis esfuerzos resultaron en vano, como parece que también lo serán en la próxima gira en función de lo visto en el primer set list (que ya está generarando un amplio debate). Pero este es otro cantar.
Hèctor Prat
MADRID
Esta noche hemos tenido la oportunidad de vivir una experiencia especial y es que, como veníamos anunciando en estos días, en varios cines de España de la cadena Cinesa Proyecciones se ha estrenado el esperado DVD de IRON MAIDEN «Live alter death», el mismo día en que salía a la venta el propio doble DVD (el 4 de febrero). Por tanto, hemos podido ver en pantalla grande y con sonido de lujo el propio concierto grabado en 4 noches en el Long Beach Arena de Los Angeles en marzo de 1985 durante el famoso «World slavery tour» que tuvo a la banda durante once meses (de agosto del 84 a julio del 85) presentando su glorioso «Powerslave»… aunque el jugoso contenido del segundo DVD (documentales, Rock in Rio, videoclips…) lo tendréis que ver cada uno en vuestra casa.
Es cierto que ya se habían estrenado documentales musicales y conciertos en el cine anteriormente, aunque no es algo demasiado habitual y por ello la propuesta era cuanto menos interesante, teniendo en cuenta, además, que se trata de, si no el mejor, sin duda uno de los mejores documentos en directo de la historia: la banda más grande, en su gira más legendaria y en su mejor momento (y es que no he podido evitar emocionarme otra vez viendo a unos jóvenes y alocados IRON MAIDEN en mallas, calentadores, zapatillas de bota y sin parar de corretear y comerse el escenario sin dejar de demostrar que ya entonces eran los mejores cada uno en su faceta).
En Madrid se exponía en 3 cines, y nosotros hemos acudido al Cinesa de Príncipe Pío a vivir una noche cuanto menos curiosa e interesante. Lo primero es decir que sorprende ver a una fila de heavies y roqueros esperando para entrar al cine como si de un concierto se tratara. Después, de repente empieza la proyección y, aunque es cierto que ha habido menos ambiente y movimiento del que me esperaba (y eso que por supuesto que se han cantado canciones, aplaudido, coreado melodías…), es emocionante ver a una sala llena disfrutando sin el más mínimo incidente ni problema de ningún tipo de un concierto tan grande y especial como es el del «Live after death». Es todo un lujo poder ver en pantalla gigante un concierto que para muchos es la Biblia del heavy metal, para otros un show realmente único y para algunos más jóvenes quizás la primera oportunidad de ver y disfrutar tamaño concierto, como anticipo de lo que muchos tendremos el gran placer de ver en directo dentro de pocos meses. Además, escucharlo en un cine, en 5.1. y a un «volúmen brutal», es una experiencia acojonante, os lo aseguro. Desde el épico comienzo con el discurso de Winston Churchill y el «Aces high», pasando por la grandilocuencia y majestuosidad suprema de «Powerslave» (con máscara de Bruce incluida, por supuesto) o «Rime of the ancient mariner», la fuerza insuperable de «The trooper» o «Iron Maiden» (y ver en pantalla gigante abrirse el sarcófago y sentir aparecer al Eddie momificado entre fogonazos rojos es brutal, os lo aseguro), la magia inmortal de «Revelations» y sobre todo «Hallowed be thy name», además de la macarrería y feeling de «Running free» o “Sanctuary» para cerrar, toda una experiencia magnífica que ojalá se repita en más ocasiones con otros lanzamientos del estilo.
En definitiva, hora y media de buen heavy metal en pantalla grande y con sonido estratosférico. Todo un placer, toda una experiencia y un bonito paseo en la máquina del tiempo: ni más ni menos que 23 años atrás para volver a montarnos con las letras de crédito y darnos cuenta que, aunque no será exactamente lo mismo, en breve estaremos mirando embobados pirámides, sarcófagos, formas jeroglíficas sobre un escenario (además de partes futuristas y heladas, jeje), y telones apocalípticos mientras sobre el escenario unos ya no tan jóvenes ingleses seguirán sentando cátedra.
David Esquitino (david_esquitino@rafabasa.com)