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+ PRIMAL FEAR
Viernes 19 de Octubre de 2007 – Sala Macumba – Madrid
En este año cargadísimo de buenos conciertos en el que ya estamos directamente involucrados, una de las citas obligadas para los amantes del heavy más clásico era el tour conjunto que están realizando los liderados por el legendario Udo Dirkschneider, junto a unos geniales PRIMAL FEAR, ambos presentado sus respectivos nuevos trabajos: «Mastercutor» y «New religion».
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En Madrid coincidía en viernes con lo que, ante tan interesante cartel doble, se esperaba una entrada más que interesante en Macumba pero lamentablemente no fue así y la sala alcanzó unas 400/500 personas que dejó el concierto un tanto desangelado con respecto a lo que suelen ser los shows de estas bandas en España, tanto en solitario como en festivales. De todos modos, es entendible pues hay muchos conciertos, son bastante caros (26 euros en este caso), y es cierto que U.D.O ofreció un show bastante similar en Julio gratis en Villalba y PRIMAL FEAR no es precisamente la primera vez que nos visitan.
De todos modos, y dejando estos detalles aparte, no deja de ser una gira realmente interesante, con dos bandas viviendo un excelente estado y demostrando que, al menos en directo, siguen estando en lo más alto. En Madrid en concreto pudimos ver un espectáculo supremo, con hora y media de cada banda sobre el escenario, ambos flanqueados por dos inmensos telones de sus respectivos logos (impresionante el de U.D.O. con la portada de su último trabajo y algo más sobrio el de PRIMAL FEAR, aunque estos a su vez llevaban dos paneles laterales con el llameante Ave Fénix que adorna su reciente lanzamiento). El sonido fue más que aceptable, y es que yo sigo defendiendo contra viento y marea que Macumba es una sala perfecta para ver conciertos, tanto a nivel visual (con un escenario muy amplio y una disposición de la sala en ligera cuesta y abierta a lo ancho que permite ver perfectamente el concierto desde cualquier lugar), además de ofrecer un sonido siempre correcto.
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Antes de meterme más en harina hablando de cada concierto por separado, comentar que a nivel conjunto el espectáculo fue excelente, con tres horas de puro heavy metal clásico de la mejor calidad, ofreciendo ambas bandas una experiencia, actitud, saber hacer y personalidad sobre el escenario, que ya la quisieran para sí el 99,9% de nuevas bandas que no terminan de conseguir aproximarse siquiera a la actitud, ilusión incluso y pundonor que este tipo de formaciones clásicas siguen aportando en escena una y otra vez. Esta vez en concreto me gustó más el concierto de PRIMAL FEAR porque lo cierto es que es impresionante el nivel que han alcanzado en directo en 10 años, cómo suenan, lo que imponen en directo, además de contar sin duda con uno de los mejores vocalistas de heavy metal que se pueden escuchar en directo en la actualidad. U.D.O. estuvo en su línea: muy bien… aunque es cierto que el concierto fue muy similar a lo visto tres meses antes en el Granito Rock, además de estar el propio Udo esta vez más tocado de la voz que otras veces, y que el set list empieza a hacerse peligrosamente repetitivo (la única novedad reseñable esta vez, bendita novedad, eso sí, fue el recuerdo a la inmensa «Midnight mover» de ACCEPT, además de un par de temas nuevos que no cayeron en Villalba).
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Pero vamos por partes y hay que comenzar por PRIMAL FEAR, que fueron los encargados de abrir el show. A eso de las 20:00/20:15 y con la sala sorprendentemente muy vacía (es que incluso estaban puestos los sillones laterales que siempre retiran en todos los conciertos), comenzaban los alemanes a dar cera y lecciones de cómo tocar heavy metal en directo. Afortunadamente, fue comenzar el concierto y arremolinarse la gente en torno a las primeras filas con lo que el desolador aspecto inicial se convirtió simplemente en un «aforo de media entrada», detalle muy positivo para el desarrollo del show completo. Comenzaron muy potentes con la intro y «Sign of fear» que abren el último disco y desde el principio quedaron demostradas varias cosas: que los músicos son impresionantes (y todo un acierto la inclusión de Alex Beyroth para esta gira pues el viraje tanto de guitarras más heavies y melódicas, como estético incluso, con respecto al punto netamente cañero y más actual de el habitual Stefan Leibnig, fue total), que Matt Sinner es el jefe absoluto de la banda (impresionante verle en primera línea, con su bajo, con esa bandolera amarilla de «police line, don’t cross» tan curiosa, dominando el cotarro y haciendo unos coros absolutamente excelentes que, en conjunción con el sonido poderosísimo de su bajo, aportan al show una fuerza inusitada), que las poses, actitud y personalidad no iban a parar en todo el show, que Randy Black es una máquina de matar precisa, técnica y brutal, y que Ralf Scheepers es, por si quedaba alguna duda, el discípulo más aventajado de Rob Halford en directo, (con el permiso de Ripper que también impresiona en directo pero Ralf sigue siendo mucho, mucho más clásico y cercano a lo que fue el «Metal God»).
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Me encantó comprobar in situ el cambio que la actual pareja de guitarristas (vamos, la que vimos) ha dado a la banda, pues tanto Henny Wolter (roquero y macarrilla al 100%) como Alex Beyroth (ochentero y más clásico y elegante) son excelentes guitarristas de heavy metal clásico, con gran gusto por las melodías y un toque roquero que acerca a estos PRIMAL FEAR a los que tuve oportunidad de ver en su momento en las giras de «Jaws of death» (en la misma sala, por cierto, y también con el gran Alex Beyroth en sus filas) y en la de «Nuclear fire» (disco al que sigo diciendo que es el que más se asemeja «New religion», con las lógicas actualizaciones en el sonido, eso sí). Tras las experimentaciones de «Seven seals» y la actualización progresiva del sonido en los últimos años, esta vez en Macumba volví a ver a esos PRIMAL FEAR durísimos y 100% clásicos que me maravillaron en los 5 primeros discos (con la excepción del mucho más flojo «Black sun», del que creo recordar que no cayó ni un tema).
«Rollercoaster» y la pegadiza «Running in the dust» supusieron la continuación del concierto y ya la gente se mostraba entregada al 100%, impresionada por la fuerza que la banda estaba ofreciendo en escena, el gran sonido que iba mejorando tras un inicio algo titubeante, y comenzaban a oírse los primeros «oés, oés», «Primal Fear, Primal Fear» y demás que fueron bastante habituales durante todo el show, ante el regocijo y sonrisa constante de los propios músicos, encantados con la recepción de la gente.
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La verdad es que había ganas de ver un show completo de PRIMAL FEAR tras las últimas experiencias en festivales, buenas pero no es lo mismo, y es que en estos tiempos el estar casi dos años sin ver a una banda habitual en nuestro país nos parece demasiado. «Nuclear fire» sonó como un cañón aunque provocó menos reacción ante uno de los temas supuestamente más queridos de la banda. Una más tranquila «Face the emptiness» (que me encantó) del último trabajo y la propia «Seven seals» pararon un punto el show aunque fue interesante ver al grupo desenvolverse perfectamente bien en este caso con temas más a medio tiempo (aunque sonando poderosos, ojo). Una cañerísima «Angel in black» despertó definitivamente al público, que ya no pararía de disfrutar y aplaudir hasta el final del show. Un Ralf ya sin camiseta (con los suspiros inevitables entre la audiencia femenina) nos presenta un tema especial que dice que no tocan habitualmente pero que es un regalo para nosotros porque en España nos encanta: ¡ni más ni menos que «Iron fist in a velvet glove»!, que la mayoría no esperábamos y que supuso un momento realmente intenso. «Battalions of hate» del primer disco sonó muy pesada y dura, mucho más que el original, al igual que «Demons and Angels» de «Seven seals».
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Me parece muy interesante destacar el hecho de que todos los músicos no pararon de acercarse continuamente a primera fila, saludando y sonriendo constantemente, los guitarras y Matt sin parar de correr de un lado a otro, derrochando actitud, simpatía y ese espíritu heavy que sinceramente tanto se agradece en directo. Un 10 para ellos de verdad en actitud, profesionalidad y entrega.
Seguimos con el desarrollo de lo que fue el show y seguidamente nos presentaron «Fighting the darkness» a mitad ya del concierto, que tocaron entero y que demostró en directo que es posiblemente el mejor tema de su último trabajo, desde su primera parte más tranquila y a medio tiempo (y con Ralf diciéndonos que cogiéramos a la chica/chico de turno que nos acompañara y aprovecháramos el momento romántico), incluidos unos ligeros y suaves arreglos orquestales que, sinceramente, no deslucieron en absoluto en directo, la brutal parte intermedia instrumental (donde destaco sobremanera la brutal batería de Randy Black, además de los dos guitarristas que me parecieron una vez más excelentes), y el final con Ralf imprimiendo mucho sentimiento en el estribillo. Genial.
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La recta final del show comenzó con una «Final embrace» que sonó 100% JUDAS PRIEST (y es que, aunque en los últimos discos y en directo ya no suenan tanto a los dioses, está claro que son la principal influencia de la banda y esto no se puede esconder en ciertos temas). Tras la correspondiente presentación de los músicos por parte de Matt (y es que ya digo que los galones están cada vez más claros aquí, si alguna vez hubo duda), incluido «the voice of metal», quien a su vez presentó finalmente al rubio bajista, compositor y productor (y cantante en su banda SINNER, que a nadie se le olvide), sería la esperada «Metal is forever» la que pondría inicial punto final al show (eso sí, con demasiados efectos en la voz de Ralf esta vez, y eso que en los temas anteriores había tirado muy poco de ellos).
La trallerísima «Blood on your hands» del último disco fue la encargada de abrir el bis (además me sonó mejor que en el disco, sin los arreglos industriales del estribillo y un toque menos brutal) para poner punto y final con el clasicazo «Chainbreaker» que terminó de poner patas arriba la sala con el tema más netamente heavymetalero y JUDAS de su discografía. Es cierto que en el set estaba «Eye of an eagle» para cerrar pero imagino que por falta de tiempo no pudo ser.
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Un diez para el concierto de PRIMAL FEAR en Madrid, pura pose (en el buen sentido) y actitud y demostrando que es un grupo que, si bien en disco suelen dar una de cal y a veces otra de arena, en directo son solventes al 100% y son una de esas bandas en las que se debería sustentar el heavy metal clásico en los próximos años.
…Y tras ellos y el correspondiente cambio de escenario, equipo, backline y demás, se presentaba imponente el logo de U.D.O. junto con la impresionante batería de Francesc Jovino (con «tubos» en la parte superior y algunos platillos colgando, al estilo de las impresionantes baterías de QUEENSRŸCHE en los 80, por poner un ejemplo) para decirnos que en cuanto sonara la intro circense que abre «Mastercutor», ya estaría otra de las bandas más queridas por los heavies españoles de nuevo encima de un escenario.
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Es curioso que con gente que nos visitan habitualmente como DORO, SAXON, GAMMA RAY o el propio U.D.O., sabes que siempre te lo vas a pasar bien y que el concierto cuanto menos va a ser muy bueno. Es lo que tiene ser una banda legendaria, haberlo conseguido todo en este mundo (en este caso más con ACCEPT que con U.D.O. pero «aceptamos barco» como se suele decir), tener himnos inmortales y sobre todo seguir demostrando tal solvencia, experiencia, clase y fuerza en directo, pero además sin perder la ilusión, el respeto a tus fans y a ti mismo, y también la calidad y personalidad en tu música.
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De todos modos, ya digo que es peligroso caer en la autocomplacencia y pensar que, pese a que la gente va a responder y que sabes que tienes una banda detrás que es soberbia, conformarte sin más. Con esto quiero decir que es obvio que hay pocas bandas que hagan sombra a U.D.O. en directo y que, al igual que ocurre con SAXON, cada concierto es un éxito y una fiesta general. La diferencia es que SAXON, por ejemplo, siempre ofrecen conciertos diferentes y U.D.O. en los últimos años se ha abonado a una fórmula y un set list y no sale casi nada de ahí… y ya digo que es peligroso y puede llegar a ser decepcionante en un futuro.
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Aún así, ya digo que cuando se toca con el corazón y se mantiene al 100% el espíritu clásico y heavy que hizo nacer a ACCEPT, nada puede fallar, incluso cuando «Mastercutor» creo que ha bajado un peldaño con respecto a lo que fue «Mission nº X», y que reitero una vez más que es peligroso limitarse a tocar los dos o tres temas nuevos de turno, los «temas título» de los últimos discos, los dos o tres clásicos más conocidos de U.D.O., junto con las inevitables referencias a ACCEPT, que parece que siempre es el resumen de los conciertos del «pequeñín» en los últimos tiempos.
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Yendo ya al concierto en sí, fue «Mastercutor» la que dio el pistoletazo de salida (tras la intro), seguida del single del disco anterior «24/7», fantásticamente recibida por la gente. Un Udo con su clásico uniforme militar, sus gafas de sol, su camiseta del último trabajo y su pose habitual mezcla de abuelo entrañable, viejo cascarrabias y roquero de escuela clásica, comandaba el escenario, flanqueado por Stefan Kauffmann, comandante en jefe de la tropa, más sonriente que nunca (ya lo destaqué en Villalba y lo repito ahora porque me sigue llamando la atención con respecto a lo seco que era hace años) y protagonista al 1000% del sonido de la banda, un Igor Gianola más roquero y protagonista cada vez, además de la suprema base rítmica de un muy activo Fitty, de nuevo en directo con la banda, y totalmente entregado, y un excelente batería que me sigue pareciendo el italiano Francesc Jovino. Toda una locomotora en directo y máquina engrasadísima, demostrando absolutamente lo que debe ser una banda de heavy metal en concierto: actitud, poses continuas, acercamientos a primera fila, equidad de protagonismo y continuas sonrisas en los músicos, síntoma inequívoco de que ellos son los primeros que están disfrutando con la actuación… «buen rollo» y punto macarra que se transmite inmediatamente a la gente para que todo el concierto sea una fiesta.
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Ya decía antes que Udo no se encontraba en su mejor estado vocal (parece que estaba resfriado) y lo cierto es que, entre eso y que ya está mayor y hay que entenderlo (además de que no es nada fácil cantar en su estilo, claro), no fue ni de lejos la mejor actuación vocal del germano, aunque por supuesto que en actitud siempre cumple de sobra, como hizo una vez más en Madrid… Y es que al final se demuestra quién está aquí de verdad, quién siente de verdad lo que hace y quién estará encima de un escenario haciendo rock y heavy metal hasta que se muera. Siempre admirable y destacable aunque sean detalles que todos sabemos de sobra pero a mí siempre me gusta primero constatarlos una y otra vez, y luego reseñarlos.
Una primera sorpresa fue que cayera tan pronto la preciosa «They want war» del primer disco de U.D.O. , además del sorpresón que supuso volver a bailar al ritmo de la gran «Midnight mover» de los inmortales ACCEPT. Tras la menos conocida por la mayoría «Bullet and the bomb»de «Thunderball», además de una muy rítmica y 100% Kauffman «Vendetta» del último disco, se acabaron prácticamente las novedades con respecto a lo que vimos en Villalba (y/o últimos conciertos de la banda). Nos sorprendió entonces Igor Gianola con un interesante y roquero sólo de guitarra, para dar paso a «Princess of the night», muy conocida por todos y que siempre queda de lujo en directo… y es que los superclásicos nunca fallan.
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Estuvieron perfectos todos en su papel y dándole a la gente lo que siempre ofrece U.D.O. en directo: sinceridad, honestidad y mucha calidad, tanto individual como a nivel de conjunto, además de un detalle que siempre me encanta, una unidad y coherencia a nivel de banda (además de muchas tablas y la actitud del que siente el heavy de verdad, claro) que pienso que sigue siendo uno de los secretos para que sigan funcionando tan bien en directo.
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En estos temas iniciales más rítmicos, es obvio que los protagonistas eran Stefan Kauffman y Fitty Wienhold, aunque en la bonita balada «One lone voice» fue Igor y la interesante voz «limpia» de Udo los que pusieron la guinda. De nuevo vuelta a la caña con la buenísima «Thunderball», seguida de una más floja «Men and machine» (cambiando Igor su bonita guitarra blanca y negra por una Les Paul envejecida que daba un toque muy añejo al tema). «Animal house» siempre es especial y además es un tema que da pie a muchos juegos entre Udo y Steffan, que juntan las cabezas, hacen coros juntos… Gran tema que siempre funciona tanto entre las viejas como nuevas generaciones que, como es lógico, se dividían prácticamente al 50% (bueno, algo más «tarrillas» en U.D.O. y más jóvenes en PRIMAL FEAR, pero es lógico, aunque me sorprendió mucho el que hubiera «de todo» esta vez en Macumba), y acuerdo popular para alabar «Metal heart» (introducida por Igor y Stefan) como uno de los himnos del heavy metal que nunca puede faltar en un concierto de U.D.O., además de dar mucho pie a corear, bailar…, detalles que siempre dan una vidilla especial al concierto, ¿o no?
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A modo de bis, «Holy» y la inevitable «Balls to the wall» pusieron el punto final, mientras una curiosa pancarta que rezaba «CojonU.D.O.» adornaba las primeras filas. Perfecto final con una banda realmente agradecida y demostrando que se llevan realmente bien entre ellos (al menos lo parece totalmente) y además que disfrutan de verdad con esto: es decir, dando lecciones de rock y heavy metal de vieja escuela.
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Para el fin de fiesta nos quedaba una última sorpresa que no fue otra que un inmenso y divertido «Burning» de ACCEPT que atronó la Macumba (incluso terminaron el tema «a toda hostia» y con Udo con la guitarra de Igor colgada) como pocas veces, y poniendo guinda de oro a un concierto muy correcto, divertido y totalmente heavymetalero, pero que no pude evitar sentir que no me había gustado tanto como otras veces pese a todo.
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Finalmente, la sensación general de los asistentes creo que era que el cartel fue supremo y el concierto excelente pero si tuviéramos que escoger ganadores «esta noche», esta vez la copa grande va para PRIMAL FEAR (que, por cierto, estuvieron al final firmando y haciéndose fotos con la gente ya fuera de la sala) aunque por supuesto que el cabeza de cartel cumplió de sobra como es totalmente habitual en una banda con su categoría y leyenda. Eso sí… ¿qué poca gente, no?
Texto: Diego L. Pérez
Fotos: David Esquitino (david_esquitino@rafabasa.com)
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