Nunca es tarde para reseñar un álbum cuando su calidad es incuestionable. Este tercer álbum de 3 INCHES OF BLOOD vio la luz el pasado mes de junio y por algún motivo, traspapeleos o lo que fuera, se quedó en el tintero. Aún así, no quiero perder la ocasión ahora que el grupo nos visitará en noviembre de exponer un gran disco de una banda atípica donde las haya.
Esta sexteto canadiense sigue ofreciendo lo que mejor sabe hacer, Power Metal genuino, cañero y poderoso. A pesar de su extraño y moderno aspecto, este combo que cuenta con dos cantantes, desarrolla un metal clásico y actualizado a la vez.
Tras la épica introducción, «Night Marauders» nos introduce en el álbum con un gran ritmo machacón y galopante. El comienzo de la estrofa y el pre estribillo pueden recordar levemente a ARCH ENEMY, pero lo que hay realmente es una avalancha de Heavy Metal de verdad. Con «The Goatrider’s Horde» el Speed Metal se apodera del grupo, combinando su ataque frontal con unas armonías de guitarra superiores. Quiero hacer un inciso en este aspecto porque es sin duda, uno de los puntos fuertes de la banda, las armonías de guitarra. El mencionado «The Goatrider’s Horde», la apertura «Through The Horned Gate» o «Forest King» son ejemplos evidentes de la maestría de estos músicos a la hora de compenetrar sus guitarras.
Siguiendo con las canciones que dan forma a esta obra, «Trial Of Champions» tiene un rollo más heavy clásico con un órgano Hammond que le da un ambiente totalmente distinto logrando un gran estribillo. Por el contrario, «God Of The Cold White Silence» inicia con un riff que puede recordar a los antiguos SLAYER o evocar reminiscencias de Black Metal para dar paso a un tema atmosférico y oscuro. «Forest King» vuelve al Heavy Metal con un gran riff que podría acercarse a CHILDREN OF BODOM, mientras que «Demon Blade» ofrece un lado más thrasher del grupo. Las dos voces están muy bien compenetradas, el vocalista agudo Cam Pipes, empaca a la perfección con los gritos de Jamie Hooper, creando unos contrastes muy interesantes. «The Great Hall Of Feasting» tiene un aire más setentero con un ritmo de batería muy BLACK SABBATH, y en «Infinite Legions» pasan de baterías con blast beats totalmente blackmetaleras a ritmos igual de oscuros pero mucho más heavies, mientras que «Nocturnal Command» tiene un aire mucho más hímnico. Algo que me ha gustado del álbum es que algunos de los mejores temas están al final, cosa muy raro debido a las estratégicas colocaciones de las canciones dispuestas por las compañías. Una muestra de este hecho es «The Hydra’s Teeth», con un estribillo sensacional, y ya para concluir la instrumental y breve «Rejoice In The Fire Of Man’s Demise», que nos deleita con unas armonías que me han recordado mucho a los IN FLAMES de discos como «Subterranean» (aunque ambos grupos sean herederos directos de IRON MAIDEN) en este aspecto.
Un gran álbum digna continuación de su anterior y también excelente «Advance & Vanquish», no os dejéis guiar por las pintas, aquí lo que hay es Heavy Metal y Power Metal de calidad con sabor añejo a raudales. A ver que tal se lo hacen en directo en noviembre.
Antonio Cerezuela
Temas:
- Through the Horned Gate
- Night Marauders
- The Goatriders Horde
- Trial of Champions
- God of the Cold White Silence
- Forest King
- Demon’s Blade
- The Great Hall of Feasting
- Infinite Legions
- Assassins of the Light
- Black Spire
- The Hydra’s Teeth
- Rejoice in the Fire of Man’s Demise