OZZY OSBOURNE
Fue el gran atractivo, el más deseado, el gancho del festival. Todo el mundo viajó a Zaragoza para ver al “Madman”. La figura, nombre y currículo de OZZY pesaba mucho, verle en directo tras tantos años de sequía significaba muchas cosas, era posiblemente la última ocasión, o una de las últimas para verle encima de un escenario, por ello nadie quiso perderse la actuación de uno de los grandes iconos vivos del heavy metal mundial. OZZY OSBOURNE era razón suficiente para recorrer kilómetros y kilómetros.
En mi opinión había dos formas dever y juzgar a OZZY en directo. Nunca sería igual para un viejo roquero que ya había disfrutado de él años atrás en sus dos venidas a nuestro país o en Donnington en el pasado, o en alguna gira europea o mundial, que para alguien que iba a verle por primera vez esta noche de viernes en Zaragoza. También es claro que la gran mayoría de los fans sabían que OZZY a sus 59 años no iba a saltar, cantar y moverse como hace 25 años, y más tratándose de un personaje famoso por sus abusos y múltiples adicciones, pero así mismo es cierto que a la hora de comprar el abono hasta minutos antes de sonar la introducción que daba paso a su actuación el 100% de los fans nos olvidamos de todo y fuera como fuera nos mostramos altamente expectantes, esperanzados y emocionados ante la aparición en escena del vocalista. Todos queríamos vibrar con sus clásicos, verle saltar, tirar cubos de agua, sonreír, hacer el símbolo de los cuernos levantando los brazos…
Para muchos de vosotros, simplemente verle ahí, encima del escenario,ya fue suficiente recompensa, pero para otros, sobre todo para los que hemos tenido la suerte de verle en anteriores ocasiones, su actuación de la pasada noche fue una decepción.
Como ya he dicho en mi resumen, hay que agradecer enormemente que OZZY, a sus años y tras miles de batallas, se siga subiendo a los escenarios, escenarios sin los que seguramente sería un ser infeliz, y más tratándose de un artista que ha ganado dinero para vivir a lo grande tres vidas. También hay que darle las gracias por no engañarnos y cantar en playback, algo que hacen otros artistas y que salvo los más detallistas nadie hubiese detectado. Perfectamente nos podía haber “tangado” y haber movido los labios sin más, y que sus frases y estribillos hubieran sonado perfectos, pero no lo hizo felizmente.
OZZY se entregó en cuerpo y alma, eso por encima de todo, fue feliz e hizo a los 20.000 metaleros felices, pero poco más. OZZY era de por si un gran regalo, pero si nos ponemos a analizar su actuación, cosa que yo como otros mucho hice, la cosa cambia y mucho.
OZZY destrozó cada canción, desafinó constantemente, iba “a su bola” sin importarle si cantaba bien o mal…Fue un desastre o mejor dicho…Una pena. A mi me dio mucha pena verle en ese estado, pero como digo doy gracias que siga estando encima de las tablas, siendo feliz y haciendo felices a sus seguidores, lo que ya es mucho.
Sonó la introducción clásica de Carmina Burana, y a todos se nos pusieron los pelos de punta. De repente OZZY salía a escena para arengar al público con un “Oe, oe, oe, oe…”, con palmas incluidas y el grito de “¡¡No os oigo!!”. Lo malo es que las tres cosas se repitieron decenas de veces a lo largo de la actuación y en medio de casi todos los temas. Arrancaron con “Bark At The Moon”. No sonó nada mal, con OZZY entonando bastante bien, y la banda dando “caña”, liderada por Zakk, más agresivo incluso que con sus BLACK LABEL.
Ante el rugir del público llegó la mágica “Mr. Crowley”. Su introducción de teclados, que sonó un tanto extraña, hizo que muchos casi llegaran al orgasmo, pero el clímax no fue total ya que fue a partir de este impresionante tema donde OZZY empezó a desentonar.
El nuevo “Not Going Away” enfrió un poco a los fans, pero por eso OZZY puso más ímpetu en sus palmas, gritos de «I can’t hear you» y saltos. Los coros pre-grabados le ayudaron bastante.
OZZY roció a las primeras filas con su manguera, no paró de animar y hacer participar a los fans, con los “Oes” y los “No os oigo” constantes y hasta enseñó su trasero. Todo ello mientras su show particular iba bajando enteros en cuanto a su labor vocal se refiere. Es claro que OZZY nunca ha sido un gran cantante, ni un Dio ni un Gillan, pero lo de la pasada noche dejó mucho que desear.
El clásico de BLACK SABBATH “War Pigs” no lo cantó del todo mal, sonó muy ácido, e hizo que los más nostálgicos recordaran los primeros años de unos SABBATH que ni Dios sabe si se volverán a unir al Madman tras la fructífera aventura de HEAVEN AND HELL.
“I Dont Know” fue uno de los temas más desvirtuados por OZZY, quien seguía con su particular guerra, sus gallos y desafines, mientras el resto de su grupo ponía el poder, la raza y la potencia, con Zakk Wilde como capitán general. Zakk se acercaba constantemente al “jefe”, se retorcía en poses con su hacha y se marcó un solo tras “Suicide Solution” en mi opinión un poco pesado y excesivamente largo.
No sonó mal “I Don’t Want To Change The World», seguido de un conmovedor «Mama I’m Coming Home». Tras este, llegaba el final, y llegó el momento para que «Paranoid» de BLACK SABBATH hiciera que la totalidad de los 20.000 metaleros se volvieran locos de remate cantando y saltando junto al Madman. Y se acabó lo que se daba, porque ni hubo bises, ni decenas de temas que todos los seguidores de OZZY queríamos escuchar, entre ellos “Crazy Train”.
En resumen, un OZZY en horas muy bajas hizo felices a 20.000 fans. Unos se fueron contentos y otros tristes, como yo. Es un pena ver como una estrella se apaga; eso sí, esperemos que las pocas baterías que le quedan hagan que OZZY siga siendo feliz como un niño encima del escenario y siga alegrando los corazones de los hardroqueros del planeta con sus saltos, palmas y manguerazos.
¿Morirá con las botas puestas? Seguro que lo hará,aunque las botas no le valgan, le aprieten o le corten la circulación de la sangre. Los médicos le han obligado muchas veces a descansar, olvidarse de la carretera, pero él sigue ahí. ¡¡POR MUCHOS AÑOS!!
Texto y fotos: Rafa Basa
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