VIERNES 22 de junio – Fería de Muestras – Zaragoza
MEGADETH
A las 21:00, con total puntualidad con respecto al horario estipulado ( tónica de todas las actuaciones del festival) hacían su aparición los americanos MEGADETH bajo la intro acústica de «Sleepwalker» disparada desde la mesa de mezclas. Su set list estaba pensado de manera que se pudieran presentar las canciones del nuevo disco «United Abominations» en directo, intercaladas con sus temas más clásicos (haciendo especial hincapié en el disco «Rust in Peace» del que tocaron cuatro temas) lo que nos hizo ver a muchos que la vuelta a las raíces más thrashers de la que Mustaine hace gala en sus declaraciones más recientes es realmente sincera. Quizás oyendo las canciones nuevas, con una producción distinta a la de discos como «So Far, So Good… So What!» o «Rust in Peace» no se aprecie del todo, pero oyendo las nuevas composiciones tocadas en el mismo concierto y con el mismo sonido, junto con clásicos como «Take no Prisioners» (que unieron sin dar tregua a la primera y es un tema sorpresa rescatado de su obra de 1990 y que no tocaban desde aquella gira) te das cuenta de que el estilo compositivo no está tan alejado, pese a los más de dieciséis años que han pasado por medio.
Con un sonido perfecto, donde todos los instrumentos y las voces se apreciaban con claridad, continuaron con «Wake up Dead», uno de los clásicos imprescindibles en su discografía, que siempre consigue arrancar las voces de las primeras filas en la parte rítmica que hay hacia la mitad de la canción. El único parón significativo entre canciones vino al terminar este tema, momento en el que Dave Mustaine, haciendo gala de sus conocimientos del castellano, aprovecha para saludarnos, nos dice que tiene un nuevo disco llamado «United Abominations», y presenta «Washington is Next» como la siguiente en caer, en la que de nuevo recalco la cercanía del nuevo material al estilo compositivo que el grupo defendía allá por finales de los ochenta, o principios de la década siguiente.
Sin descanso, «Hangar 18» fue para mi el momento estelar del guitarrista Glen Drover. Desde que se unió a MEGADETH en la gira de «The System has Failed» me ha parecido un músico excelente, y de hecho en aquel tour me encantaba la forma de ejecutar los solos de las canciones clásicas, sobre todos los del muchas veces añorado Marty Friedman, haciéndome olvidar a aquel, cosa que con el anterior reemplazo Al Pitrelli no me ocurría. Pues bien, el tiempo ha pasado, Glen se ha asentado dentro de la banda, ha hecho muchos conciertos, y lo que considero más importante: ha grabado un disco de estudio como miembro oficial del grupo, lo que le ha dado rienda suelta para explorar el estilo de MEGADETH y darle su sello particular como intérprete. Los solos de los temas clásicos no sólo siguen siendo respetados como originalmente fueron concebidos, sino que además Glen añade ahora su propio toque personal, adornándolos a su manera, en definitiva, haciéndolos suyos.
«She Wolf», como única representante de «Cryptic Writings» demostró que, pese a ser una canción más reciente, ya se ha ganado un hueco dentro de los clásicos de la banda, consiguiendo que la gente coreara la parte melódica del final. «Gears of War», mi tema favorito del nuevo disco, fue la siguiente, seguida de otro trallazo de «Rust in Peace»: «Tornado of Souls», de nuevo con lucimiento de Glen Drover a la hora de ejecutar el intrincado solo de guitarra. Y después, dos de las canciones más conocidas del grupo: «Peace Sells…but Who’s Buying» que daba título a su segundo disco y provoca el delirio con su intro de bajo fácilmente reconocible, y «Symphony of Destruction», que aunque muchos consideren demasiado trillada, en directo sigue arrancando pasiones (pese a que en nuestro país aún estemos muy lejos de ese «Megadeth, Megadeth, aguante Megadeth» del público argentino, y si no comprobadlo vosotros mismos en el Dvd «That one Night»).
Llegando al ocaso del concierto, aún tuvieron tiempo de presentar «Never Walk Alone… a Call to Arms» del nuevo disco (cuyo comienzo cada vez que lo oigo me recuerda mucho al de «Lucretia») y terminando, Mustaine nos dice que a ver si somos capaces de reconocer lo que viene ahora, dando paso a la ejecución de los famosos cromatismos en tresillo que sirven de intro para «Holy Wars», parando hacia la mitad de la canción (en la parte donde entran los arpegios de guitarra) para atacar con «The Mechanix» (la revisión de «The Four Horsemen» de Metallica, aunque alguno seguía diciendo por ahí que era muy curioso que MEGADETH versioneara a Metallica, pero en fin…) y volver luego a la parte arpegiada de «Holy Wars».
La despedida, como viene siendo habitual de unos años hasta aquí, vino con la banda saludando todos juntos al público con la instrumental «Silent Scorn» de fondo, y el ya clásico momento en el que Dave Mustaine se queda solo en el escenario y dice aquello de «You’ve been great, we’ve been MEGADETH«.
En resumen, una gran actuación, para mi sin duda, y gustos a parte, la mejor del viernes (y de hecho la mejor del festival junto con la de Dream Theater del sábado, de la que hablaré en su momento). Un sonido muy nítido, gran actuación de los cuatro músicos que fueron a darlo todo, con un Mustaine que se le veía lo estaba pasando en grande, un Glen Drover del que ya lo he dicho todo, su hermano Shawn un auténtico destroza baquetas y un James Lomenzo al que vi mucho más suelto que el año pasado en el festival Metal Way de Gernika. Sin duda su paso por el festival Monsters of Rock ha sido la antesala de lo que promete ser una gran gira de presentación de «United Abominations» y, a la que por supuesto, muchos no faltaremos.
J. José Jiménez
Fotos: Rafa Basa y Diego L. Pérez
CHILDREN OF BODOM
Tras la caída de Velvet Revolver del festival, lo que provocó la decepción de muchos, CHILDREN OF BODOM se anunciaban como banda sustituta para ocupar su puesto en el cartel. No voy a entrar a valorar si perdimos o salimos ganando con el cambio, ya que esa es una cuestión de gustos de cada uno realmente subjetiva, pero si querría apuntar que, pese a que los fineses son una gran banda que ha hecho méritos más que sobrados para participar en eventos de este calibre, en mi opinión sí se les quedó un poco grande la posición de co-cabezas de cartel junto con un artista de la magnitud de Ozzy Osbourne, y más teniendo en cuenta que les precedía una banda con más de veinte años de historia como Megadeth.
En todo caso, «al César lo que es del César», seamos justos y reconozcamos que hicieron una gran actuación, pese a que el sonido no les acompañó demasiado, y aunque teclado a veces iba y venía, y la guitarra rítmica de Roope Ukk Latvala era prácticamente inexistente, descargaron en hora y cuarto sus temas más representativos, amén de dar alguna sorpresa a sus seguidores. Aún así, insisto, no tienen la trayectoria suficiente como para encandilar a toda una audiencia de las proporciones de un festival como Monsters of Rock, en una posición tan aventajada, y aunque las primeras filas hasta la mitad del recinto estaba repleta de seguidores suyos, no tuvieron una respuesta tan magnificada como la conseguida al día siguiente con Slayer, por poner un ejemplo.
A las 22:30 se apagaban las luces, y los teclados de Janne Jameson Warman expelían la famosa melodía de la escena de la bañera de «Psicosis», dando comienzo al concierto y a «Hate Me», uno de sus mejores canciones y de las más conocidas y representativas. El set list, como podréis comprobar, estuvo basado en temas de sus tres últimos discos de estudio, dando sólo dos ocasiones a rememorar sus comienzos.
Siguiendo con «Follow the Ripper», el disco que les dió a conocer multitudinariamente, la segunda en caer fue «Children of Decadence», tema sorpresa que hacía un tiempo que no tocaban en directo. «Neddled 24/7» y «Living Dead Beat», canciones que abren sus dos últimos discos respectívamente, mantuvieron alto el pabellón de la tralla más salvaje y técnica. Con «Angels don’t Kill» soltaron un poco el pie del acelerador, aunque el sonido no acompañaba del todo, y lo que debería haber sido un momento para llenar atmosféricamente el recinto con un tema más pausado, se quedó medias intenciones.
«In your Face» recuperó la velocidad y la brutalidad, y «Children of Bodom» fue una de las dos concesiones que hicieron a su segundo disco «Hatebreeder», haciendo alarde de la gran técnica y compenetración que hay entre Alexi Laiho y Janne Warman. Un machacón ritmo de batería nos introducía a «Bodom Beach Terror», y «Are you Dead Yet», que fue una de las triunfadoras de la noche, sobre todo en la parte en la que se recita el título de la canción, coreada por la gran mayoría del respetable.
Lo mismo ocurriría con «Sixpounder», haciéndonos gritar «six, six six» como si nos fuera la vida en ello. «Mask of Sanity» y esa maravilla de death melódico llamada «Everytime I Die», nos devolvieron al genial «disco azul», encarando la recta final con la canción con la que siempre suelen terminar: «Downfall». Como dato curioso decir que, al salir los músicos a saludar, empezó a sonar por la PA una versión rumbera del «Hotel California» de The Eagles, que según me comentó un compañero, estaba interpretada por los Gipsy Kings, dando muestra del buen humor del que suelen hacer gala.
Muy buen concierto de los de Espoo, haciendo como siempre, alarde de su más que sobrada técnica, pese a que el sonido en ningún momento llegó a estar a la altura de las circunstancias, y aunque entiendo que a los que no les guste la vertiente más extrema de nuestra música se les pudiera hacer un tanto pesado, los que somos afines a ella disfrutamos de lo lindo.
J. José Jiménez.
Fotos: Diego L. Pérez y Rafa Basa
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