Agradable sorpresa la que me he llevado con esta banda proveniente del país del sol naciente, aunque en un principio me mostré un tanto reticente, y es que ellos mismos se presentaban como una banda para fans de IN FLAMES, SOILWORK y TRIVIUM, lo cual no me hacia pensar nada bueno, ya que si bien las tres bandas son de mi agrado, semejante presentación no hacia sino inducir en mi la idea de una copia barata más, y es que desde que se puso «de moda» el llamado sonido de Goteborg, han aparecido mil y un imitadores, cada uno de ellos con mayor o menor suerte, todo sea dicho.
Ahora bien, intentando eliminar de mi mente cualquier prejuicio que pudiera ir en contra de estos chicos, empecé por hacerme a la idea que por muy influenciados que estén por esta o aquella banda, siendo japoneses y que están a medio camino entre las posible influencias americanas y europeas, algo de personalidad propia deberían de tener, y con esa premisa debajo del brazo, comencé a escribir estas líneas.
Pues bien, vamos a ver si acierto a decir lo que quiero sin que nadie se ofenda y selecciono las palabras adecuadas. Que el metalcore existe es un hecho, que esté aquí para quedarse, algo que está por verse, y que pese a ser una propuesta que me gusta, también veo que la escena comienza a estar saturada de bandas demasiado parecidas entre si, algo que por otro lado, también sucedió aquí con el llamado melodeath, sonido de Goteborg o como demonios queráis llamarlo, todo sabemos de lo que hablamos. ¿Y que tiene que ver todo esto con LOST EDEN?, pues es sencillo, si tuviera que hablar de este disco basándome en la originalidad, está claro que le caerían palos por todas partes, y vería el hecho de ser japoneses como un oportunismo para «vendernos la moto», como ya les ha pasado; y si yo fuera un fan ciego del metalcore cerrado a estilos mas clásicos, esta claro que lo pondría por la nubes, pero no todo es tan sencillo, ni yo veo/escucho solo en blanco y negro.
Puede que este «Cycle repeats» suene demasiado a otros productos que ya conocemos, pero…¿y si a pesar de ello suena bien?, ¿y si nos gusta?, ¿significa que por ello no tenemos personalidad musical?, ¿o que quizás nos tragamos lo que nos echen?. Pues no. Es una verdad como un templo que nos vamos a encontrar con todos los clichés habidos y por haber dentro de todos los «cores», pero también es cierto que nos encontraremos con riffs puramente thrashers, mucho death melódico al estilo europeo, buenas guitarras (cuando quieren), y una voz, la de Norio, potente, rasgada , rota, y en algún momento un tanto mas gutural, algo que no suele ser habitual en Matt Heafy (TRIVIUM), con quien le comparan algunos, superando el aprendiz al maestro en ese aspecto.
Analizando el disco tema a tema, nos encontramos que tras «Seed», la intro de rigor, «Squeze» es el primer corte como tal, cargado de pesadas guitarras muy en la onda del último disco de CATARACT, aunque estos nipones introducen muchas mas partes con voces claras que los suizos. Buen tema, potente y sencillo. En «Equation 999» les vence la vena americana y su sonido se mueve prácticamente únicamente en torno al metalcore o emocore, según se vea. Es gracias a temas como «Forsaken last» que me atrevo a pensar que en un futuro estos chicos podrán lanzar un material mas personal, ya que en esta ocasión se atreven a introducir una guitarra acústica y unos teclados que hacen que el conjunto suene de forma menos clónica y mas acorde con los gustos de este lado del charco.
«Time damage» vuelve a sonar mas cruda, un tanto mas ‘hardcoriana’, pero sin llegar a esas cotas de agresividad, ya que si bien una de las guitarras es pesada, la otra siempre suena de forma mas melódica, aunque nuevamente gracias a los teclados esta tema se hace bastante agradable al oído. «Sandglass» es la obligada y melosa pieza instrumental que siempre se incluyen en este tipo de lanzamientos (echando piedras a su propio tejado…), abriendo para una potente «Black report», tema potente y de rápida batería en momentos puntuales y guitarras muy pesadas por lo general aunque sin renegar de la melodía, pero pasando por alto esas partes con voz clara que tan poco bien les hace si quieren desmarcarse de frases como «se parece a…» o «suenan como…».
Si en algún momento del disco es evidente la influencia de IN FLAMES, ese momento sin duda alguna tiene nombre, «Planetoid», ya que aun dentro de su estilo mas ‘moderno’, las guitarras suenan 100% suecas en mas de un momentos, y los ritmos de batería son los típicos del death melódico sueco, hasta la voz de Norio se parece en algunos momentos a la de Anders, y es que una cosa esta clara, cuando este chico tiene un registro bastante variado. Mas de lo mismo sucede con «Story and reality», guitarras que dibujan melodías muy fáciles de recordar, voz rota…aunque aquí mezclan casi a partes iguales todas sus posibles influencias. Y para terminar «Before burning to ashes», uno de mis temas favoritos en este álbum, cargado de teclados y sintetizadores, tirando del rollo power/death con un estilo muy europeo y con espacio incluso para un correcto a la vez que sencillo solo de guitarra.
Lo dicho, tienen buenas maneras, se ve que saben lo que se hacen, pero aun tienen que pulir su música en pos de conseguir un estilo mas personal que los diferencie de entre la masa. Si lo consiguen tengo claro que sabremos de ellos otra vez en un futuro no muy lejano.
Angel Ruiz
Tracklist:
- Seed
- Squeeze
- Equation 999
- Forsaken Last
- Time Damages Me
- Sandglass
- Black Report
- Planetoid
- Story And Reality
- Before Burning To Ashes