+ NOCTURNIA
Viernes 12 de Enero 2007 – Sala Heineken – Madrid
El nuevo año aún está despuntando, como aquel que dice, y para muchos de nosotros empezaba una, espero que larga y próspera, nueva temporada de conciertos en la capital madrileña. Dicha temporada no pudo empezar mejor, pues grato fue el placer de comprobar como dos bandas no catalogadas exactamente como punteras a dia de hoy, consiguieron abarrotar la céntrica sala Heineken de Madrid. Muchas eran las ganas de disfrutar de STRAVAGANZZA, grupo que por fin se ha podido poner las pilas en cuanto a conciertos y lanzamientos discográficos tras la salida de Leo Jiménez de SARATOGA, asi como de ver a NOCTURNIA, una banda de Toledo que poco a poco se están haciendo un nombre dentro del territorio nacional. Las cifras proporcionadas por la organización superan la cantidad de setecientas personas, lo cual para esta sala es prácticamente un sold out en toda regla.
Pasadas las siete y media de la tarde se abrían las puertas del recinto, con extrañamente aun mucho público por llegar. Los más madrugadores no tardaron en copar las primeras filas para recibir cálidamente a NOCTURNIA. Los toledanos ponían esta misma semana a la venta “Espejismos”, su segundo álbum en el que han contado con la producción de Leo Jiménez. Debido a lo pronto que salió el disco, la primera toma de contacto con sus nuevas canciones para muchos, incluido yo, fue en este concierto, y he de decir que no estaban nada mal. Temas como “Arde el Sol” o “Volverás” engancharon a la primera con el respetable, muchos de ellos, supongo, descubridores de NOCTURNIA esa misma noche. No faltaron guiños a su debut discográfico con “Herederos del Odio” o, la que le da nombre “En Busca del Tiempo”, con la que consiguieron que toda la sala cantara el estribillo.
Al principio tenía mis dudas sobre si un grupo de estilo más clásico, u ochentero como NOCTURNIA gustaría a los fans de STRAVAGANZZA, abanderados de un sonido más moderno dentro del metal, pero tras “En Busca del Tiempo” la sala entera pedía otra canción, voz en grito, a la banda, quienes acabaron con “En el Silencio”, tema muy melódico que me recordó por momentos a Sangre Azul.
Una gran noche para Rober y Salva (guitarras) César (voz) José (batería) César (bajo) y Chema (teclados). NOCTURNIA es un grupo que está dando y dará que hablar. La única pega que les pongo siempre es que su vocalista César necesita formarse más como cantante, y aunque esta vez le vi en una actuación mejor que las anteriores, en mi opinión aún le queda un gran camino por delante, si bien su carisma como frontman es indiscutible.
Los más rezagados iban ocupando sus puestos en la sala, dejando menos espacio libre a los que allí ya estábamos. Era la primera vez que tenía la oportunidad de ver a STRAVAGANZZA en directo. Reconozco que no he sido el fan más acérrimo de ellos, y que de hecho su “Primer Acto” ha tardado lo suyo en entrarme, gustándome mucho más “Sentimientos”. Sin embargo me descubro ante el directo de una banda con una propuesta tan peculiar tanto escénica como musical, consiguiendo que en vivo disfrutara tanto las canciones del segundo disco como las del primero.
Tras la clásica intro instrumental, Pepe (guitarra) Patricio (bajo) Leo (voz y guitarra) y Carlos (batería) saltaban al escenario acompañados de los tres músicos que en directo les ayudan a alcanzar su completa sonoridad: Aroa Martín en los coros, Fernando Martín a las teclas y Rodrigo Calderón al violín. Empezaron con “Dios”, tema bandera de “Primer Acto” en el que se hizo patente el cariño de los fans hacia este grupo, recibiéndoles con una ovación por todo lo alto.
Es de reseñar la calidad de los cuatro músicos principales, con un Patricio Babasasa a día de hoy muy querido por la gente (de hecho no paraban de gritarle desde el público para que botase entre tema y tema) que es un headbanger en toda regla. Carlos Expósito aporta la técnica y la elegancia a la hora de tocar la batería, en consonancia con la maestría y el buen gusto de Pepe Herrero, que no para de poner caras raras mientras toca, aparentemente muy serio, pero denotando que por dentro se lo está pasando genial y un Leo Jiménez volcado al cien por cien, añadiendo a su faceta como cantante una muy importante que hasta día de hoy no había explotado tanto: la interpretación.
Canciones de uno y otro disco se sucedían a lo largo del concierto con lo que el set list continuaba con “Frustración”, “Oveja Negra” y “Odio” una de mis favoritas de “Sentimientos” con esa melodía de violín tan hermosa, y con ese final apoteósico de riffs de guitarras, en el que el cantante se colgó las seis cuerdas para ayudar a que sonara aún más contundente, y en el que no dudó en sacar su vena más provocadora y terminar besándose en la boca con el bajista Patricio.
El concierto siguió con “En Soledad me Lamento”, “Desilusión” y una de las más aclamadas, “Impotencia” en el que el público comenzó cantando a capela ese estribillo que dice: “Gélida como una roca de acero y mal”. En esta última, así como en la siguiente “Mi Tempestad”, estaba previsto que salieran unas bailarinas a poner una nota de color en el escenario, cosa que no ocurrió, aunque sin saber por qué me imagino que las escasas dimensiones del escenario de la sala tendrían algo que ver.
Tiempo es para atacar con “Esperanza” una de las canciones más representativas de su segundo disco y, tras esta, presentar “Hijo de la Luna”, la versión de Mecano que tan famosa se ha hecho en la que, esta vez si, salio una chica a bailar y escenificar la canción junto al vocalista. De recibo es decir que éste fue uno de los momentos álgidos de la noche. STRAVAGANZZA han conseguido aunar inteligentemente el metal con música alejada a él en esta canción demostrando que no hay porqué tener una mentalidad cerrada para hacer vibrar a la gente, sea del estilo que sea.
Encarábamos el tramo final del concierto con otro de los pesos pesados sacado de su segundo disco: “Miedo”. En calmar tu dolor el esfuerzo se iba haciendo patente en el grupo, e incluso Leo se iba dosificando cantando los dos primeros estribillos en un tono más grave para, en el tercero y último darlo todo. “A Mil Años Luz” fue una sorpresa, un tema de lo que será su tercer disco del que me quedo con la impresión de que suena aún más moderno, si cabe, que lo anterior. Es sólo una primera toma de contacto con la nueva obra de STRAVAGANZZA, pero oída la canción, habrá que estar atentos porque la cosa promete.
“Cárcel de Piel y Huesos” fue escenificada por otra bailarina que apareció sin ropa, pero con el cuerpo pintado entero (body painting) dejando de lado la connotación erótica que esto pueda parecer a primera vista, y sin embargo, quedándonos con la connotación poética que representa a la letra de dicha canción.
Otra de las sorpresas reservadas fue tener de invitado a “César”, bajista de NOCTURNIA (también cantante en Dulcamara) que interpretó a la voz “Territory” de Sepultura, mientras Leo descargaba su fiereza a la guitarra.
Terminando el concierto, STRAVAGANZZA se guardaron dos de sus canciones más intimistas y que a mi son las que más me gustan: “Pasión” (que no tengo otra manera de describirla sino con eso mismo, es pura pasión, preciosa) y “Dolor”, acompañados a la guitarra por Alberto, del grupo KAOTHIC.
En definitiva, fue un gran concierto, con un sonido más que aceptable (el de NOCTURNIA un poco embarullado al principio y el de STRAVAGANZZA con quizás los graves demasiado acusados, pero bueno en general) en el que por fin no fue necesario quitar canciones del set list a los grupos para que la sala no cortara el sonido por la hora. No puedo más que alegrarme al ver como dos bandas que, como decía César cantante de NOCTURNIA no son “las de siempre”, consiguen llenar una sala y tener la esperanza de que quizás algo esté empezando a cambiar dentro del circuito de conciertos de nuestra música.
Hay quien opina que el 2006 fue un buen año para el metal, y hay quien dice que no pero, desde luego, el 2007 no podía haber empezado mejor.
Texto: J. José Jiménez
Fotos: Diego L. Pérez
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