MERCENARY – The hours that remain

Hay bandas que parecen ser intocables y de las que según algunos siempre se habla bien por obligación, no voy a entrar al trapo por que no es el tema que nos ocupa, y sin embargo hay bandas de las que apenas se habla y cuando se hace no hay más remedio que decir cosas buenas, por qué no queda otra salida, hay que rendirse ante su calidad y deprimirse por el hecho de que sean tan poco reconocidos por esa masa metalera que gusta de poner en el altar en muchos caso a bandas que no se lo merecen. Meto a estos daneses en el segundo caso.

Para mucho serán unos desconocidos solo por el hecho de ser daneses y no alemanes, suecos o fineses, pero por el simple hecho de ser este ya su cuarto larga duración y habiendo cosechado los tres anteriores excelentes críticas se merecen un poco más de atención, calidad les sobra, y muy pocas bandas pueden presumir de haber recibido tantos elogios disco tras disco. Originalmente practicaban un death melódico de altísimo nivel, estilo en el que podrían ser incluidos aún en la actualidad sobre todo musicalmente, aunque tras la marcha de Henrik «Kral» Andersen, bajista, vocalista (voz rasgada/semi gutural) y uno de los máximos compositores de la banda, el futuro de la misma era algo incierto hasta la inclusión de René Pedersen en sus mismas labores, aunque la falta de Kral creo que ha tenido mucho que ver en el hecho de que Mikkel Sandager cuente con mucho más protagonismo con su voz clara. Mucho se habla de la calidad y buen hacer de vocalistas como Jeff Scout Soto, Michael Kiske o Jorn Lande, pero puedo asegurar que Mikkel poco tiene que envidiar, cuenta con una elegancia y versatilidad al alcance de muy pocos.

El disco comienza con «Redefine me», donde enseguida se percibe la claridad de una producción inmaculada y el giro que han dado a su música, siendo muy escasas las voces rotas de René salvo como mero acompañamiento de Mikkel en un estribillo que roza la perfección sensitiva, mezclando melodía con contundencia y momentos puntuales donde René puede vociferar a sus anchas, sin olvidarnos del hecho que flota en el ambiente cierto aire a metal progresivo innegable, algo que se nota en la duración de los temas, casi todos por encima de los seis minutos, llegando a sobrepasar los ocho.

«Year of the plague» es un tema más agresivo en las partes rápidas en las que es René quien parte el bacalao a las voces, cambiando por completo de tercio la orientación del corte al cantar Mikkel, tornándose más parsimonioso y más cercano al metal clásico que al death melódico. Los teclados de «My World is ending» son un delicia total, totalmente opuestos a unas guitarras de riffs repetitivos y un tanto rudos a veces, aunque evolucionan en pasajes instrumentales como para quitarse el sombrero.

Nada más empezar a sonar los primeros acordes de «This eternal instant» se vislumbra que será un tema con más garra de nuevo con la presencia de René a las voces y una mayor velocidad en todo el conjunto en ciertos momentos, sobresaliendo por encima de todo la calidad de Mikkel como vocalista, lastima no poder disfrutar de el alguna banda de corte más clásico, sería grande. «Lost reality» es un tema muy extenso y donde por primera vez Mikkel y René comparten casi a partes iguales las labores vocales sobre los alucinantes teclados de Morten Sandager, sutiles pero a la vez omnipresentes.

El inicio de «Soul decision» es sin lugar a dudas el más «Headbanger» y cercano a lo que entendemos como death metal de todos, guitarras veloces y sección rítmica potente, aunque creo que habría ganado enteros si la voz de René estuviera por encima en las voces dobladas junto a Mikkel, aunque esta claro que éste borda su labor en los tonos más altos de los estribillos. «Simplicity demand» comienza con una melancolía inusitada que para nada hace presagiar la tormenta que llegara tras esa dulce guitarra inicial, suavizándose al ganar protagonismo unos teclados que servirían perfectamente de acompañamiento para la lectura de cualquier relato germano de terror gótico. Nada más comenzar a sonar la dubitativa «Obscure indiscretion» se sabe de antemano que la voz de René va hacer acto de presencia de un momento a otro, aunque en esta especie de medio tiempo extraño el protagonista es sin duda el bajo de René, que suena con fuerza.

«My secret window» es un corte mucho más agresivo de lo que inicialmente parece, tiene momentos en los que las guitarras son pesadas como pocas, y ambas voces se funde en una al igual que hacen los 3 INCHES OF BLOOD, salvo en las partes en las que canta cada uno por su lado. «The hours that remain» aparte de darle nombre al disco pasa por ser su punto y final y quien le da nombre, un tema cuyos teclados suenan ligeramente a power metal finlandés, siendo en general un tema bastante emotivo y alejado del death metal, genero del que para bien o para mal cada vez parecen alejarse más.

Un disco elegante, sobrio y como pocas veces se ven hoy en día donde abundan los clones, de esos que cuanto más los escuchas más te gustan y no porque sean complicados de entrada, sino por que está lleno de matices y detalles que con una simple escucha pueden pasar desapercibidos. Un trabajo muy por encima de la media actual.

Angel Ruiz

Track List:

La edición especial incluye el siguiente DVD: