+ SARATOGA
Ponferrada, miércoles 6 de septiembre de 2006
Fue una noche histórica a todas luces. Ponferrada brilló a máxima intensidad, dentro de las Fiestas de la Encina y lució sus mejores galas metaleras porque así lo quiso su Ayuntamiento quien rompió una importante lanza a favor del rock potente dentro de su programa de fiestas, lo que claramente hay que aplaudir. Como siempre digo, y dije encima del escenario presentando el evento, “Que aprendan otros Ayuntamientos y tomen nota y ejemplo”. Aprovecho desde estas líneas para saludar a parte del equipo que hizo posible la gran fiesta, capitaneado por la presidenta del Patronato de Fiestas, María Gutiérrez, que muy simpática posó con algunos de sus compañeros y Tito de Music Tour con los mismismos protagonistas de la noche, como podemos ver en la foto.
Ojala el próximo año se repita el evento con otra gran banda o varias. La noche, a pesar de ser miércoles y jugar la Selección Española a la misma hora por la tele, congregó a más de seis mil almas ponferradinas, además de gentes venidas de muchos lugares colindantes como León, Coruña, Asturias, etc.Todo ello en un recinto precioso, ideal para cualquier tipo de espectáculo, una especia de anfiteatro con gradas donde estaba la gente sentada, un enorme ruedo, y un gigantesco escenario cubierto. Todo ello con un buen equipo de sonido y luces que hicieron que el espectáculo sonara y se viera redondo.
La noche la iniciaron los madrileños SARATOGA, quienes gozaron de un lugar en el escenario bastante grande, casi todas las luces y un sonido bastante decente. No sonaron tan “a lo grande” y con el mismo lujo y volumen que SCORPIONS, pero ya se sabe…
Artísticamente hablando, la banda estuvo brutal, muy heavy, sonó muy compacta y poderosa. Como ya noté la última vez que los vi en directo, en el festival Leyendas del Rock,SARATOGA se han embrutecido en cuanto a actitud y sonido. Estuvieron bestiales como digo, encabezados por un Leo en plan Phil Anselmo, que cantó muy agresivo y no paró de hacer molinillos con su larga melena. Algunas veces no solo fue él, ya que también Andi, el batería, movía de forma loca su cabeza, a la par que “La Bestia” y el propio Niko del Hierro, loco, loco, loco, como siempre, pero más. ¡¡Estos tíos están cada vez más imparables!!
Internamente tuvieron algunos problemas técnicos, sobre todo centrados en el sonido de la guitarra de Jero, pero por lo demás, como digo, fue una actuación estupenda, que solo tuvo un pequeño eclipse sonoro en la preciosa balada “Si Amaneciera” cuando la guitarra de Jero le jugó una mala pasada. Por lo demás, genial.
El repertorio fue el casi habitual de esta gira, recortado a poco más de una hora, para la ocasión. Los temas más reseñables fueron “A Morir”, “Ave Fénix”, donde los molinillos de melenas fueron protagonistas, “Tras las rejas”, y los finales “Heavy Metal” y un “Vientos de Guerra” que sonó brutalmente atronador en ejecución y actitud, cantado por Leo de manera muy agresiva, alternando su voz normal con fraseos guturales más propios de PANTERA que del estilo mostrado hasta la fecha por SARATOGA.
En resumen, un gran aperitivo para lo que vino a continuación.
Texto y fotos: Rafa Basa
Nuevamente los alemanes recalaban en la piel de toro, tercera ocasión en lo que va de verano, tras sus participaciones en el MONSTERS OF ROCK en Zaragoza el 18 de Junio y en los actos culturales de conmemoración del año santo lebaniego (similar al compostelano en Santiago) en Torrelavega el 15 de Julio. Tocaba el turno ahora de las fiestas de la localidad leonesa de Ponferrada.
Reseñar, en primer lugar la actuación de los ediles ponferradinos, que en su política de contratación para sus fiestas populares de La Encina han apostado por este tipo de sonido y haciéndolo además con bandas del calibre de las que hoy nos visitan.
El concierto que se iniciaba próximo a la medianoche en el Auditorio Municipal de Ponferrada, magnifico espacio al aire libre con una disposición similar a la de un anfiteatro romano (no en vano la ciudad fue sede de una de sus legiones en la época imperial y los vestigios de su paso por la península se pueden localizar fácilmente en un paseo por la misma). Lo hacia con una muy buena calidad de sonido (desde el primer momento) y una visibilidad perfecta desde cualquiera de sus localidades, que en número de unas 6.000 se hallaban ocupadas.
La banda que sigue presentando sus actuaciones dentro del prolongado Unbreakable World Tour ha retocado significativamente su set list para convertirlo en un «Grandes Éxitos», recuperando viejos clásicos y fijándose en tan solo dos ocasiones en su último álbum, algo lógico cuando sus pensamientos están ya en una próxima grabación.
Se inició la descarga con la típica intro de presentación que les dejó su participación con la filarmónica berlinesa (Hurricane 2000), para pasar a darnos la bienvenida ya con toda la banda en escena con el rapidísimo «Coming Home» y una versión de «Bad Boys Running Wild» que permitió que todos los que allí estábamos pudiésemos empezar a calentar.
Era el momento de recurrir a su último álbum, «Love’em Or Leave’em», su primer single fue el elegido, el público corea el estribillo, Rudolf se desplaza a uno y otro lado del escenario alzando su Flying V y sus 58 años pasan inadvertidos a la mayor parte del respetable. Volverían poco después a este disco para hacer también «Deep And Dark», siendo, como comentaba antes, la breve mención al álbum del 2004.
Tras una versión de «The Zoo» que permitió a Klaus vacilar un poco con el público y repartir sus características baquetas para pandereta; llegaría una de las joyas con las que la banda nos está obsequiando en esta última parte de su gira, recuperando el tema «Make It Real» (Animal Magnetism’80) que sonó realmente fresco y que no ejecutaban en directo desde hacía más de 20 años.
No era la única aportación de estas características que incluiría el set list.
Después de volver a la más cercana actualidad con el citado «Deep And Dark», Klaus descansa sus cuerdas vocales cogiendo una tercera guitarra para la instrumental «Coast To COSAT», consiguiendo alcanzar en este tema uno de los momentos álgidos del show con los cuatro mástiles en el centro del escenario.
Rudolf Schenker no ha parado ni un minuto moviéndose sobre el escenario y nos ha presentado a estas alturas del concierto varias de sus exclusivas guitarras, todas con la característica forma de flecha y en las que incluso marcas de automóvil como Mercedes o Ferrari han puesto su tecnología.
Mathias Jabs se mantiene tan austero como siempre, muy en su papel de guitar star y a pesar de los años continua siendo el técnico elegante que nos deslumbro en álbumes como «Lovedrive» (79), «Blackout» (82) o «Love At First Swing» (84); no obstante a diferencia de Rudolf su conexión con el público fue distinta a la conseguida por Klaus o Rudolf que no pararon de incitar a bailar y cantar cada uno de los temas.
Dicha conexión se manifestó de nuevo en los siguientes dos temas, «Holiday» y «Wind Of Change» sirvieron para que todos coreásemos sus estribillos y relajásemos un poco el ambiente que en este nuevo foro romano que es el Auditorio se había alcanzado.
Si bien es cierto que para un neófito o para alguien a quien nuestro rollo le quede bastante alejado, Scorpions pueden quedar exclusivamente como una banda heavy que sólo hace baladas, la última parte del show nos haría ver a todos que los alemanes saben perfectamente guardar los tempos y dosificar todas y cada una de las partes de su ya muy estudiado show en directo.
Nos quedaban hasta su primera retirada de escena dos nuevos temas de «Crazy World» (90), su disco más laureado y el de mayores ventas, como son «Don’t Believe Her» y «Tease Me Please Me» que nos hicieron bailar a todos; el típico sólo de batería del loco de James Kottak, en el que como es habitual rompió una botella de cerveza contra su cabeza y que sin ser de una calidad técnica excepcional si hay que reconocerle mucha fuerza. La esperadísima «Blackout» con un Rudolf completamente poseído y que fue apoyado por el público que cantó y bailó el tema casi tanto como él. Otra de las recuperaciones del pasado, «Another Piece Of Meat», que volvía a llevarnos a la frescura y rapidez de su álbum del 79 (Lovedrive) y finalizaban esta parte del show con una aplastante versión del clásico «Big City Nights» que fue seguida por el respetable ahora ya en plena armonía con la banda.
La vuelta a escena para el bis se inició con la consabida «Still Living You» y el imprescindible «Rock You Like A Hurricane» para las que Klaus pidió colaboración al público y que por supuesto obtuvo; convirtiendo la despedida en una auténtica fiesta y preparándonos para lo que sería la traca final con lo que para mi es lo más destacado de sus últimos shows y que es la vuelta al cierre de sus conciertos de la acelerada «Can’t Get Enough» del 79, tema habitual en esta posición en sus giras hasta mediados de los 80 y que hace forzar la maquinaria a toda la banda, sobre todo a Klaus en la última parte del concierto.
Pusieron punto final a la noche con la acústica «When The Smoke Is Going Down» y se despidieron de la noche leonesa.
Conciertos muy correctos los que están haciendo los alemanes en estas últimas fechas en nuestro país, sin grandes variaciones ni novedades, salvo las comentadas recuperaciones (que tanto nos gustan a los que las vimos en su momento), y que perfilan una más que buena perspectiva para el futuro. Sin Sorpresas, pero sin desengaños.
Texto: Juanma López
Fotos: Rafa Basa
Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre ellas.