Sábado10 de Junio – Sölvesborg – Suecia
Al contrario de lo que cabía esperar, la jornada de cierre del festival fue la más floja con diferencia de los tres días.
Gran cantidad de bandas, aunque la mayoría de ellas carentes de punch, y con poco que aportar realmente digno de reseñar.
Una de las "perlas" del concierto fue la actuación de ANVIL. Yo la verdad es que como buen Heavy nostálgico de los 80´s tenía curiosidad por ver al grupo porque aunque nunca fue de mis preferidos recordaba canciones como Metal on metal como buenos temas. Pues bien, antes de que acabara el primer tema Wences y yo nos estábamos mirando el uno al otro con cara de asombro de como unos elementos tan malos podían estar tocando en un festival de este prestigio. Una cosa es que los músicos no tengan mucho nivel instrumental siempre que se compense con un buen nivel en la composición de las canciones. Pues bien, estos tíos tocaban pero que cualquier grupo de quinceañeros que llevan ensayando unos meses y los temas eran absolutamente insulsos y aburridos. Logramos aguantar tres temas más para ver si tocaba el dichoso "Metal on Metal", pero no fuimos capaces de aguantar mas y nos fuimos sin oír el tema, con un considerable nivel de indignación, a tomar una cervecita porque apretaba mucho el calor. Creo que el panorama actual tiene una infinidad de nuevos grupos con infinito más nivel instrumental y compositivo para que tengamos que estar aguantando a estas viejas glorias que llevan muchos años sin tocar y solo desenfundan sus viejas guitarras para sacar un buen puñado de euros a costa de los nostálgicos de turno como yo.
CRUCIFIED BARBARA repetían en el festival. Banda sueca integrada por un puñado de chicas de cara bonita pero con algo más que ofrecer a una audiencia ávida de fuertes sensaciones.
Su álbum de debut "In distortion we trust" fue algo más que un comienzo prometedor, conjugando una gran imagen y una actitud y sonido áspera y rockera.
Una vez comenzada la actuación la falta de técnica y su puesta en escena algo estática hizo que perdieran algo de chispa.
Sin embargo la voz rasgada de la cantante y las tres rubias desafiantes machacaron temas de cierto octanaje como "Play me hard", "losing the game", o la que da nombre a su trabajo, "In distortion we trust" ante un público muy respetuoso y atento a lo que sus paisanas les ofrecieron.
A las 13:30 MICHAEL SCHENKER y su banda desafiaron al sol en el escenario principal.
La afluencia de público, más baja de lo que esperaba se calentaba la espalda mientras que el guitarrista teutón hacía una de sus gélidas salidas a escena tirándose media hora para afinar su guitarra.¿Es que no tiene roadies para hacer ese trabajo?
El nuevo cantante dejó claras sus carencias desde el primer momento, destripando de mala manera el "Are you ready to rock" o el clásico de UFO "Let it roll".
A MICHAEL SCHENKER le debe seguir molestando la hernia, porque no levantó la vista de su flying ni para saludar a la concurrencia.
En "Angel of Babylon" salió a la arena otro cantante a la arena, sinceramente desconozco su identidad, pero que entonó con más acierto que el solista de marras.
En "Into the arena", el bajista de peinado a lo Gengis Khan nos sacó un poco del hastío con un brillante solo de contrabajo eléctrico, dando entrada al más que manido solo de batería que logró que la gente comenzara a tumbarse a tomar el sol en la hierba, entre los que me incluyo.
Menos mal que el repertorio de Schenker es de lo más completito de lo que te puedes encontrar entre las viejas glorias en activo, y consiguió que la sangre comenzara a fluir de nuevo por nuestras venas a base de temazos de estribillos gloriosos: "Too hard to handle", "On and on"o la marchosa "Armed and ready".
El show acabó con el predecible "Doctor Doctor", que al menos consiguió que la gente cantara un poco.
En general aburrido y soso.
Si el año pasado fueron BLACKFOOT los encargados de enarbolar la bandera sudista en tierras escandinavas, este año le tocó el turno a MOLLY HATCHET.
El show que ofrecieron fue recio y contundente, con el guitarrista fundador, Dave Hubedx metiendo cera al más puro estilo Southern y con el cantante, "Phil Mc. Cormack" muy serio pero activo en el escenario, desgranando con rudeza temas clásicos, como "Satisfied man", "Whiskey man" o el que da título a su último trabajo de estudio, "Flirtin’ with disaster".
Buena descarga que nos ayudó a despertarnos del coma tras M.S.G. y a guardar fuerzas para aguantar el indescriptible tostón que nos ofreció el surrealista de la mueca torcida, ALEX HARVEY, el cual no congregó a más de 200 personas frente al escenario principal, (craso error de la organización).
Digno de reseñar el acompañamiento rítmico que curiosamente era pieza básica de la mejor época de la MSG: Ted Mckenna a las baquetas y Chris Glen al bajo, éste con una treintena de kilos de más.
Ni el guitarrista disfrazado de Joker, ni los chistes de resignación de A. HARVEY ante el fracaso de público impidieron que un servidor aprovechara la coyuntura para practicar la "typical spanish siesta on the green".
A las 18:15 otros dos grupos que se pisan.
Aunque EDGUY comenzaron con muy buen pie su actuación, evidenciando un gran estado de forma y con un Tobías Sammet pletórico, un servidor no tardó más de 20 minutos en emigrar al Stage donde THE SWEET o lo que queda de ellos, concretamente el guitarrista Andy Scott, el cual ataviado con unas pintas menos glamurosas que el Fary en pijama, se pegó un conciertazo con la ayuda inestimable de otros tres grandes músicos que supieron muy bien hacer suya la inmensa colección de hits que atesoró esta banda en su momento.
El que suscribe se quedó alucinado ante el sarao que montaron estos tíos gracias a un repertorio fabuloso, con gemas como "Cockroach", la más cañera "Action", "Hellraiser", "Teenage Rampage", o "Live is like oxygen", dedicada a los difuntos Brian y Mick, fundadores de la banda.
Era gracioso ver como metaleros de la muerte coreaban estribillos super poppies al son de Andy Scott, el cual bromeo diciendo que cantaran todo fuerte que quisieran, que el no se chivaría a nadie.
El medley "Coco", "Funny funny" y "Poppa joe" rozaba lo grotesco y a la vez lo hilarantemente divertido al ver cantar y bailar a la peña.
Con "Fox on the run", "Ballroom Blitz" y "Set me free" reviví momentos entrañables del pasado; al igual que lo hacían personajes de la talla de Carmine Ápice, o Kai Hansen, quienes disfrutaron de todo el concierto desde el lateral del escenario,
Para mí y para muchos, de lo mejorcito del día.
La oscuridad, (no mucha), se cernía sobre nuestras cabezas, y ALICE COOPER hacía su aparición en el Rock Stage con "No more Mr. Nice Guy", seguido de sus terroríficos secuaces, enfundados en caretas que les hacían parecer los violentos protagonistas de la Naranja Mecánica.
En "Dirty diamonds", que da título a su genial último trabajo, Alicia nos arroja cristales falsos, no como los geniales solos de guitarra del polifacético Keri Kelly.
En "Billion dollar babies" llovieron los billetes trinchados por su espada; y en "Woman of mass distraction", de su último disco, la gente ya había petado el recinto.
A partir de "I’m eighteen", Alice comenzó a sacar de su chistera sus recursos de vodevil, ayudado por su hija, guillotina, camisa de fuerza, y demás avalorios que ayudaron a que la gente disfrutara de verdad con "Feed my Frankenstein", "Welcome to my nightmare", donde pone a caldo a su consorte, "only women bleed", on en su resurrección de punto en blanco en "School’s out".
Brillante el solo de batería del exKISS, Eric Singer, y grand finalle con "Poison", coreado a muerte por la multitud, y "Under my wheels", con la que se despidió uno de los mejores entertainers de la historia del Rock, dejando al público a huevo para disfrutar del plato final.
Y llegó el turno de WHITESNAKE. Coverdale es un icono del Rock, su sola presencia sobre un escenario y un movimiento sensual de su pie de micro con tres acordes de "Burn" son suficientes para poner patas arriba el stage principal repleto de público que se resistía a que el macro evento llegase a su final.
"Slide it in" y "Love ain’t no stranger" nos empujaron de sopetón 20 años atrás, levantando el ánimo al personal a golpes de pie del micro de David.
Lo que no acababa de levantarse era la voz de éste en ninguno de los pasajes comprometidos, hecho que ocultaba con alejamientos continuos del micro y la adición de varios kilos de reverb y delays variados; cuando me metí en la tienda de campaña todavía sonaba el eco del último tema.
Pero Coverdale es una estrella , y supo camuflar sus carencias vocales con su carisma y la ayuda de los grandes músicos que le acompañan.
A destacar, sobre todo la pericia y el temple de Doug Aldrich con su Gibson.
El solo de batería a base de mamporros a cargo del gran Tommy Aldridge para el que no lo haya visto está muy bien, pero debería empezar a plantearse el reciclarlo un poquito.
En "Is this love" a Coverdale no le hizo falta cantar, y "Crying in the rain lo bordaron todos, incluido el nuevo fichaje, Uriah Duffi, quien ayuda a Reb Beach a salvar la vida a David en más de un pasaje.
"Bad boys" y "Still of the night" dejaron exhaustos al personal, que ya hace planes para la próxima edición.
Una vez más, felicidades a los organizadores de un festival con una infraestructura increíble, con más de 2000 operarios trabajando durante más de una semana para que todo salga como debe ser; felicidades a los suecos por ser gente entrañable y hospitalaria, al sol por calentarnos los tres días, y a las nubes por no traernos las lluvias de otras ediciones; felicidades a Jato, mi eterno compañero de fatigas, y a Juan, Marisol y David por aguantar el tipo como leones.
Y sobre todo, felicidades a las bandas que nos ofrecieron, sin excepción, su arte y su pasión por lo que a todos nos une: "Rock&Roll".
Nos vemos el año que viene.
Texto y fotos: Wences de la Rosa y Jato
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