Domingo 18 de Junio de 2006 – Feria de Zaragoza
WHITESNAKE
Después de una hora a base de clásicos de W.A.S.P., la serpiente blanca me iba a inyectar su mágico veneno por tercera vez en tres días consecutivos. Como muchos de vosotros habéis podido ver el concierto ya fuera en Madrid, Lorca o el propio Monsters de Zaragoza, o habéis leído mil crónicas de dichos shows, no me voy a extender demasiado en detalles frikis esta vez.
Deciros que en Zaragoza fue posiblemente el mejor concierto de los tres que he podido ver hasta ahora de Coverdale y compañía en esta gira, el que mejor sonó (y eso que en Madrid fue una pasada) y, sinceramente, con el que más disfruté… y no sé muy bien porqué ya que, objetivamente, fue calcado a los otros dos (aunque un pelín más corto en este caso por razones de horario). David quizás fue en Lorca donde mejor cantó pero tanto en Madrid y Zaragoza tuvo más magia sobre el escenario, más feeling y es que, es inevitable reconocer que es mucho más vistoso tocar en un recinto abierto, con casi 10.000 personas entregadas, con un sonido de cine y miles de gargantas coreando al unísono todo tu conocido repertorio como ocurrió el domingo.
Respecto a éste en concreto, sólo puedo resumir el concierto de WHITESNAKE en tres palabras: clase, clase y más clase… La de los temas tanto setenteros como ochenteros que conforman el set list, la de David Coverdale ofreciendo magia en cada movimiento, en cada golpe de pie de micro hacia arriba, en cada mirada al público (la voz es otro cantar, nunca mejor dicho, pero es que, siendo sinceros, nunca ha cantado bien en directo por mucho que en estudio fuera uno de los dioses y, objetiva y subjetivamente, lo da todo e intenta llegar siempre y sólo por eso ya merece mi mayor aplauso pese a que le cueste horrores hacer los agudos y lleve muchos efectos, reverb y ecos varios grabados), y la clase de una banda conformada por mercenarios de lujo que es, para mí, la mezcla perfecta entre el feeling y la fuerza roquera de los 70 con el punto más melódico y comercial de los 80. Sin duda me quedó con la compenetración mágica entre la pareja de hachas Reb Beach y Dough Aldritch, y la fuerza inconmensurable e inagotable del señor Tommy Aldridge quien, a sus cincuenta y tantos nos sigue emocionando como en los tiempos de OZZY o los añorados finales de los 80 con los WHITESNAKE más guaperas.
En cuanto al set list, el concierto se abrió una vez más con el clásico grito «Here´s a song for yaaaaa!» para dar paso a «Burn» de DEEP PURPLE, intercalando un trozo de «Stormbringer» en la mitad… Y a partir de aquí, saltos mágicos y temporales por la discografía de la serpiente, mordiendo poco a poco con la gamberra «Slide it in», emocionando con «Love ain´t no stranger» o «Here I go again», haciendo bailar a todo el mundo con «Give me all your love» o «Ready and willing», rompiendo corazones en «Is this love» (otro de esos temas que no soporto por repetición en «la vida real» pero que en directo cobra otra dimensión), o mostrando la fuerza suprema y el feeling máximo de la banda con «Cryi´ng in the rain» (intercalada de nuevo con ese sólo de batería tan especial de Tommy Aldridge), «Fool for your loving» o «Still of the night».
En definitiva, magia, elegancia y fuerza desde el escenario del Monster of Rock y es que, lamentablemente sigo sin ver nadie, absolutamente nadie nuevo que pueda hacer sombra a la clase de los grandes encima de un escenario. Reflexión amarga pero que es la misma que me invadió una vez más después de ver a SAXON, WHITESNAKE o SCORPIONS sobre el escenario del Lorca.
Para terminar la crónica del concierto de WHITESNAKE en Zaragoza, comentar que tuvieron que recortar el set list por razones de tiempo y que, por un lado, fue bueno porque los sólos (especialmente los de guitarra no se hicieron pesados en ningún momento), pero dejarnos sin disfrutar de «Take me with you», «Ain´t no love in the heart of the city», «Bad boys» y el «Soldier of fortune» a capella fue una «putadilla», las cosas como son. Sigo pensando de todas formas que el set list es algo repetitivo pues es clavado al de la última gira de reunión donde se grabó «Live in the still of the night» (incluso con algún tema menos como «Love hunter» o «Walking on the shadow of the blues»), y que canciones como «Don´t break my heart again», «Lie down», «Slip of the tongue» o «Children of the night» son perfectas para oxigenar el set list de cara a próximas visitas de la serpiente blanca.
Bueno, no me enrollo más y recalco lo dicho: clase, elegancia y magia se conjugaron una noche más para disfrutar «a saco» del concierto de Coverdale y sus secuaces… Y lo cierto es que el veneno que nos inyectó la serpiente fue de nuevo, parafraseando al jefe Basa, una «sweet satisfaction in the heart of the city of Zaragoza». Grandes, muy grandes… y todavía nos quedaba SCORPIONS que fue otra pasada… ¡Fernando, te toca de nuevo!
David Esquitino
SCORPIONS
Por tercer año consecutivo podía volver a disfrutar de SCORPIONS en España. Una de las formaciones más importantes en la historia de nuestra música que desgraciadamente estuvieron muy alejados del corazón de los fans españoles durante demasiado tiempo, y que poco a poco van volviendo a estar en el Olimpo del que nunca han bajado internacionalmente y que aquí, a veces, se les ha negado. Seamos justos: todos hemos oído mil veces la cantinela de «a mi no me gusta el Heavy pero las baladas de SCORPIONS…», de forma que desafortunadamente sigue quedando la idea de que es un grupo con menos revoluciones de las que realmente tienen y siempre han mantenido. Por si fuera poco, no lo iban a tener nada fácil. WHITESNAKE habían dado un concierto maravilloso, superando con creces su actuación de 24 horas antes en el festival de Lorca. Y por otro lado, lo tardío de la hora, hacía que la asistencia empezase a menguar, no de forma especialmente notable, pero si realmente.
El concierto comenzaba con una Intro y «Comming Home». Klaus Maine tocado con la gorra que le acompaña desde hace años, Mathias Jabs con una imagen auténticamente de Rock-Star y un inconmensurable Rudolf Schenker por el que no parecen pasar los años. Cercano, alegre, divertido y sin parar de correr y saltar un solo momento. Por supuesto la banda se completa con James Kottak, el batería loco que aporrea sus tambores a un ritmo infernal y un más que correcto Pavel Maciwoda en las cuatro cuerdas.
Los primeros acordes de «Bad boys running wild» hacía las delicias de todos los que disfrutamos con el clásico sonido del grupo, convirtiendo el tema en una grandiosa versión cantada a voz en grito por el respetable, que no dejaba de admirar el excelente estado de voz de Klaus, y en definitiva de un grupo pletórico de energía. De ahí a volver a lo que es hasta la fecha su último disco en estudio, «Love´me or live´me» gran tema que, lógicamente es menos conocido por parte del público. Me sigue sorprendiendo como grupos tan grandes no acaban de vender más copias en España de sus últimos trabajos, especialmente cuando estos son buenos. Y «Unbreakable» destila calidad por todos sus temas. Pero tal vez la noche era más propicia para viejas canciones, y así «The Zoo» tenía todas las papeletas para convertirse en tema ganador. Han pasado muchos años desde su fecha de composición, pero el feeling sigue siendo grandioso, y es imposible no disfrutar con ella.
Tras varios conciertos en España en los últimos años, era momento de incorporar nuevos temas al set list Y han decidido recuperar viejos clásicos. Tal vez menos conocidos, pero que es maravilloso ver en directo después de años. Así, «Lovedrive» atacó nuestros sentidos por la cantidad de tiempo que llevaban sin tocarla. Y de nuevo a la actualidad con «Deep and Dark», también integrado en su último disco en estudio, demostrando que no estaban dispuestos a hacer tan sólo un concierto de grandes éxitos.
La recuperación del disco de 1979 «Lovedrive» no quedaba en el tema que le da nombre. «Coast to coast» y una deliciosa versión de «Holiday», que por fin tocaron completa, y no simplemente la parte acústica, nos llevaron a muchos a sentirnos pletóricos. El sonido estaba siendo excepcional. Las luces estupendas. La voz, maravillosa. La actitud grandiosa. Era difícil pedir más.
Mucha gente no sabe que el disco más vendido de la historia de SCORPIONS es «Crazy Nights», y la siguiente parte del show se la dedicaron tocando hasta tres temas. El clásico «Winds of change» con su parte en castellano poniéndonos los pelos de punta a todos los que ya estábamos entregados, «Don´t believe», magia en estado puro, y «Tease me please me», vacile puro y energía absoluta.
Kottak realizaba un solo algo más comedido en esta ocasión, pero seguía demostrando que es un miembro de pleno derecho de la banda y cada día más querido. Esta vez no rompió una botella de cerveza contra su cabeza, pero cuando exhausto se elevaba sobre su batería, miles de gargantas le agradecían el esfuerzo de y la entrega tras los tambores. Y de ahí a la locura absoluta: «Blackout» es pura energía. Pura locura, y puro SCORPIONS, demencia en el escenario y fuera de él, con todo el mundo agitándose como posesos.
El final previo a los bises quedó a cargo de «Another piece of meat» otro de los grandes temas históricos y la catarsis absoluta llegó con un «Big city nights» apoteósico.
Tiempo quedó todavía para la emoción en estado puro. «Still loving you», tocada y oída millones de veces puede resultar hasta cargante, pero algo de magia debía tener la noche del domingo aragonesa, que hizo que se me saltaran las lágrimas como hacía muchísimos años que no me ocurría. No pude remediar emocionarme mientras el público coreaba el mítico tema y Klaus elevaba su voz con un sentimiento gigantesco. Indudablemente son momentos de carácter personal. Pero sólo por esa canción para mí valió la pena el festival. «Rock you like a hurricane» cerraba el show, pero aun había tiempo para una sorpresa final. «Can´t get enough» daba carpetazo definitivo al concierto y a un Monsters of Rock que ha superado con creces la expectativas de los más exigentes.
En síntesis, un set list diferente frente a ocasiones anteriores, incorporando viejos temas y haciéndolo más duro que las últimas veces que han tocado en nuestro país. Todavía les quedan por delante unas cuantas fechas en España. De forma que queda tiempo para disfrutarles de nuevo. Y vale la pena.
Fernando Checa
Fotos: Crazy Foto y David Esquitino
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