Llega el esperadísimo nuevo trabajo de Michael Kiske, el primero tras destapar la caja de los truenos renegando y medio despotricando del género que le dio a conocer a nivel mundial, y tercer álbum de su carrera en solitario (bajo el nombre de Michael Kiske) después de que en 1999 viese la luz su segundo trabajo, Readiness to Sacrifice.
Ya en su último proyecto, PLACE VENDOME,podían adivinarse más o menos los derroteros por los que se iba a mover este nuevo y homónimo disco, proyecto (PLACE VENDOME) en el que ya había desechado el metal y todo lo que este significase, dando como resultado un disco muy melódico y bastante flojo a nivel instrumental (que aún se atrevió a decir que había quedado demasiado duro para su gusto) no por ello mal disco, cuidado. Con este nuevo ‘Kiske’, el ex-HELLOWEEN ha vuelto a inventarse a sí mismo, dando una vuelta más de tuerca a su sonido, que a buen seguro no dejará indiferente absolutamente a nadie.
Lo primero que entra por los ojos obviamente es la portada, sobria hasta decir basta, en la que aparecen dos hojas secas cayéndose, con una bandada de ¿gaviotas? volando sobre un azulado mar y un fondo totalmente blanco, o sea, muy al gusto del nuevo Michael.
Antes de comenzar la descripción pormenorizada del álbum, decir ya de antemano que lo que es de ‘metal’ tiene más bien poco, vaya, que no tiene absolutamente nada, así que nadie se espere por supuesto nada parecido a HELLOWEEN (doy por hecho que nadie se lo espera), ni siquiera nada parecido a sus anteriores ‘Instant Clarity’ o ‘Readiness to Sacrifice’ ni a SUPARED ni a PLACE VENDOME tampoco, nada.
En este nuevo trabajo Kiske explora una nueva faceta compositiva “libre de ataduras” en la que apenas tienen lugar las guitarras eléctricas, donde las guitarras acústicas mandan, el bajo es prácticamente imperceptible y la batería marca un ritmo cansino a más no poder. Los temas muy lentos y muy, muy parecidos entre sí y cuyo objetivo es despertar los sentidos y emociones del ¿metalhead? con unas canciones cargadas, a veces de positivismo, a veces de melancolía, cosa que, hay que ser justos, si que logra en mayor o menos medida en cada uno de os 11 temas que componen este nuevo disco.
En lo referente a la voz de Kiske poco que decir, suena muy a Kiske, desde luego, lo que hará que se le caigan los lagrimones a más de uno recordando tiempos mejores (como a un servidor). Una voz muy suave en todo momento, con muy poquitos alardes o “agudos”, si es que se les puede llamar así, sólo en chispazos esporádicos y que para mí que sigue en forma aun con el paso de los años (para zanjar posibles suspicacias).
La principal losa que castiga el disco, en mi opinión, es el vacío musical del que hace gala. Un álbum en el que la instrumentación está en un segundo plano y lo que prima es la voz de Michael, que rige las melodías en cada uno de los temas, con un tufillo a cantautor que tira para atrás y que está omnipresente, siendo la guitarra un mero elemento de acompañamiento sin ningún peso en el CD, de ahí que Kiske se haya acompañado de músicos totalmente desconocidos como su ex – compañero de la escuela Karsten Nagel a la batería o Fontaine Burnett y Sandro Giampietro al bajo y guitarra solista respectivamente, que no dudo de su calidad como músicos, pero que tampoco estarán para demasiadas florituras.
El otro punto a tener en cuenta ya lo he mencionado antes y no es otro que el tremendo parecido entre los temas, que junto con la lentitud de las canciones y la poca presencia de las guitarras harán que la mayoría se aburra, sólo apto para fans incondicionales del vocalista teutón.
De todas formas, a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del Cesar, y es justo reconocer algunos puntos positivos como sería lo bien conseguidos que están los ambientes, que despiertan el ‘feeling’ buscado desde la primera escucha o el buen trabajo de Kiske en su faceta compositiva a nivel de letras, pero claro, hacer un disco es bastante más que eso.
Además ha conseguido también unas melodías y armonías muy interesantes y trabajadas, que seguro será lo que más atraiga al público en general, sobre todo si te gusta el rock melódico, aquí rock encontrarás poco, pero melodía tendrás toda la que quieras.
En un breve repaso por el LP destaca el tema que abre el disco, Fed by Stones, tema lento, melancólico, y con algún arreglo electrónico, donde al final aparece la eléctrica para hacer más épico el final.
All- Solutions es un tema igualmente lento (como todos) de estribillo pegadizo y muy alegre y positivo, aderezado por los acordes de guitarra que siguen al estribillo, que le dan al tema una ‘gracia’ muy característica y que además tiene solo, nada del otro mundo, eso sí, lo que a priori parece uno de los temas más interesantes.
Kings Fall tiene más aire de balada y es la más lenta del CD con diferencia y en Hearts are Free Kiske canta casi a duo con una voz femenina que desconozco…
King of it All es mi tema preferido, quizás en el que más pone a prueba su voz (dentro de lo que cabe) en un estribillo muy sólido y también impregnado de un sentimiento a caballo entre la melancolía y la esperanza, agudizado seguramente por la parte de violín que sigue al estribillo.
El resto de los temas son más de lo mismo; Sing my Song en mi opinión es de los temas más flojos y sosos del disco, Truly es otro de esos temas que inspiran positivismo y tanto Painted como Sad as the World tienen los elementos característicos de toda la grabación sin ningún elemento novedoso, que es precisamente a lo que ya me refería antes, un final bastante agónico, pesado…
En definitiva, un disco ideal para que mentes abiertas se tumben en la cama a pensar en lo maravillosas que son sus vidas, eso sí, con el volumen bajito, para no romper la magia.
Decía Kiske en una entrevista que recientemente yo mismo tuve la oportunidad de traducir que en este nuevo disco “…He sido capaz de escribir y producir una grabación que podría ser un buen final o un buen comienzo de una nueva carrera.”
Pues bien, yo, sinceramente, me inclinaría más por la primera que por la segunda.
Jorge del Amo
Tracklisting:
- Fed by Stones
- All – Solutions
- Knew I Would
- Kings Fall
- Hearts are Free
- The King of it All
- Sing my Song
- Silent Craving
- Truly
- Painted
- Sad as the World