HELLOWEEN – JADED HEART – Barcelona

+ JADED HEART

Miercoles 21 de Diciembre de 2005 – Sala Razzmatazz I – Barcelona

Con siete álbumes en su haber, JADED HEART repartieron generosas dosis de elgante hard rock melódico, en lo que fue un concierto muy ameno y de calidad.

La formación presentaba dos novedades. La principal era el cantante Johan Fahlberg, que reemplazaba al veterano Michael Bormann al micrófono. A la guitarra Barish Kepic ha sido sustituido en estas fechas españolas por el multiinstrumentista francés Frédéric Lecrercq, proveniente de HEAVENLY, un amigo de la banda que ya giró con el grupo en su presentación de “Trust”. En esa ocasión ocupó el lugar de Henning Wanner, tras las teclas en la gira de Tramp’s White Lion. Es curioso que también este mismo año haya ido de gira con DRAGONFORCE por los Estados Unidos, esta vez tocando el bajo.

El grupo alemán venía presentando un nuevo (y buen) álbum, “Helluva Time”, estrenando nuevo sello y nuevo cantante. Tenía curiosidad por ver como Fahlberg se desenvolvía en directo, y tanto la imagen como la voz que ofreció fueron muy positivos. Actuó de perfecto front-man, animando y bajando a saludar al público, lanzándose por el suelo, y lo crucial, cantando a un gran nivel y en un registro ideal para el grupo, apoyado por los coros del bajista Michael Mueller y de Henning Wanner, quien participó activamente como ayudante en las tareas de animación.

El repertorio contó con un poco de todo, pero se centró especialmente en el nuevo “Helluva Time”, del cuál interpretaron “Tomorrow Comes”, “Somewhere” (con las que empezaron), “Shores Of Paradise”, donde los coros fueron cruciales para definir el un tema muy bueno, y la rockera versión del tema “Paid My Dues” de ANASTACIA. La que sin duda me gustó más fue la interpretación de “Anymore”, de su anterior “Trust”, muy ambientada y que sirvió para lucimiento de Lecrercq y sobretodo de Johan Fahlberg, que por un momento hizo olvidar por completo a Bormann.

Completaron el set “The Journey Will Never End”, del álbum homónimo, “Live And Let Die”, el tema que da nombre a su álbum debut, “Inside Out”, y una cañera “Feels Like Home”, con la que los germanos se sintieron como en casa, y con la que se despidieron de Barcelona entre grandes aplausos de un público que fue cediendo tema a tema al poder del corazón cansado.

Tras la pausa de rigor era el turno de HELLOWEEN, un grupo al que, como la mayoría de los grandes, se le analiza con lupa todos y cada uno de sus movimientos. Andi Deris siempre será el eterno sustituto, y será comparado hasta la saciedad con su predecesor Michael Kiske, en un acto similar al que sufrieran en su día Blaze Bayley o Ripper Owens. Cualquier álbum que publiquen será comparado con los dos primeros Keepers, y más si lo llaman “Keeper Of The Seven Keys: The Legacy” para conseguir más tirón comercial. “Keeper Of The Seven Keys: The Legacy” es un buen álbum, si lo conseguimos mantener ajeno a la pretensión de su título, pero es indiscutible que el público sigue disfrutando más con los clásicos de los Keepers I y II.

Vinieron a Barcelona con la misión de ratificar en directo el buen álbum que presentaban ante una sala Razzmatazz I a poco menos de tres cuartos de entrada, discreta pero algo previsible teniendo en cuenta las fechas en las que nos encontramos.

La actuación de HELLOWEEN, satisfactoria en su conjunto, sufrió altibajos tanto musicales como de sonido. En el terreno mera y estrictamente musical, el punto más débil de su directo fue la voz de Andi Deris, que fue descaradamente de más a menos, notándose en exceso el cansancio en los temas finales, donde los agudos se tornaron falsetes. El usar falsete en vez de un potente agudo, símbolo indiscutible del género, se nota y afecta mucho a la efectividad de los temas. Como front-man sí estuvo perfecto, algo muy importante en un grupo como HELLOWEEN, abanderados del llamado happy metal. Y de eso se trata, de hacer que la gente lo pase bien, y en eso Deris sí que sacó excelente.

El resto del grupo estuvo a un gran nivel en sus respectivos puestos. Markus Grosskopf, junto a Deris, fue el alma del grupo, sin parar ni un instante bajo en mano. Michael Weikath estuvo en su línea habitual, fumando sin parar, en su particular mundo, pero haciendo bien lo que realmente importa que es tocar la guitarra. Y lo hizo perfectamente cuadrando los solos, combinándolos muchas veces con un Sascha Gerstner al que se vio muy asentado en la banda, adquiriendo mucho protagonismo, y ejecutando solos a un gran nivel, incluso en los más delicados de la época inicial del grupo. A la batería, Dani Loeble demostró una buena apuesta para sentarse tras los parches en HELLOWEEN.

Lo del sonido sí fue algo curioso. Empezó correcto en los primeros temas, pero fue perdiendo calidad hasta llegar a niveles realmente esperpénticos, como sucediera en el tema “Occasion Avenue”. Luego se fue recuperando poco a poco, hasta llegar a una calidad casi excelente.

En la elección del setlist hay para todos los gustos. En mi opinión personal, si realmente se quiere tratar el nuevo álbum como la tercera parte de la trilogía Keepers , el set list se podría haber centrado en estos tres álbumes, lo que hubiera satisfecho a muchos. En el momento en que se abre la veda a temas de la era Deris pre-Legacy se abre otro debate: ¿Por qué se han obviado álbumes como “Master Of The Rings” o “Better Than Raw”?. Pero lo dicho, esta es una opinión subjetiva, seguro que habrá a quien este set list le parezca perfecto tal y como fue elegido.

El repertorio empezó con una enérgica “The King For A 1000 Years”, una de las mejores de su nueva entrega, para seguir con el clásico “Eagle Fly Free”, que sonó perfecta y en la que Deris estuvo a un buen nivel. Le siguió una sorprendente (por su inclusión en este set list) “Hell Was Made In Heaven”, tras la cuál llegó uno de los temas más esperados de la velada, “Keeper Of The Seven Keys”.

En él vimos a una banda muy sólida, muy compenetrada, y bien liderada por un Andi Deris que animaba a cantar al público aún y cuando no tocaba, como por ejemplo en el momento instrumental lento de la canción, uno de los más bellos pasajes musicales que nos ha dado nuestra música, y que invita a disfrutar en silencio. El mismo Deris nos regaló algún agudo gran reserva, reverberizado como la gran mayoría de los que hizo durante el concierto, que colaboró a aumentar el ambiente festivo con que se recibió.

Bajamos de Keepers y nos plantamos en el I con “A Tale That Wasn’t Right”, uno de los temas más emotivos del concierto, prueba de fuego para un Andi Deris que la superó con buena nota. Aún y así, significó un bajón en la energía (que no en la calidad) del concierto, que se prolongó con el solo de batería de Loeble, y posteriormente con una “Occasion Avenue” para olvidar. Al momento más desangelado del set list se le unió el peor sonido de la noche, lo que hizo que el bajón fuera considerable.

Del solo de batería, comentar que Dani jugó al inicio con un Markus que le replicaba con percusión de juguete, y que destacó más por lo chistoso y por fomentar la participación del público que por su aportación musical. Creo que Dani Loeble tiene mucha más calidad que la demostrada en el larguísimo solo.

Lo de “Occasion Avenue” fue un desastre. A la que yo creo que es una mala inclusión en el set list (aunque es una canción que enlatada me gusta), se le unió un sonido pésimo. A Deris apenas se le oía, y una distorsionada sección rítmica cubría casi por completo a las guitarras, lo que hizo que el tema se hiciera largo y aburrido.

Pero el concierto remontó el vuelo con uno de los dos Misters de HELLOWEEN. Esta vez el escogido fue “Mr. Torture” (el señor Ego se quedó en Hamburgo, con el resto de sus compañeras de álbum). Deris estuvo muy bien, como sucediera con todos los temas en los que canta él originalmente, y Sascha regaló un buen solo, rápido y técnico. La remontada coincidió con una mejora en el sonido, con lo que el concierto volvió a encauzarse.

A “If I Could Fly” (que sonó incluso gótica) le siguió un solo de Sascha, en el que apareció Dani con una mini-guitarra retándole. El bromista batería simulaba aburrirse con los solos del guitarrista, y respondía con los suyos. Acabada la broma, el ex-Freedom Call siguió con su solo, en el que tocó los riffs iniciales de Dr. Stein. El solo, al igual que el de batería, fue más efectivo por su incitación a la participación que por lo estrictamente musical, quedándose corto en la exposición de las habilidades del músico, que sin duda las tiene. De nuevo se hizo largo, y me hizo preguntarme el por qué de tanto solo. Divertidos sí fueron, fomentando el característico espíritu alegre de HELLOWEEN, pero yo hubiera hecho un dos por uno, dos solos por una canción.

Con “Power” el público volvió a cantar, pero nada comparado con la siguiente “Future World”, donde se desgañitó, en un corte que se alargó para el típico sing-along, y para que Andi Deris nos mostrara todo el repertorio de insultos y palabrotas que ha aprendido en Tenerife. Los mismos insultos sirvieron para ir presentando a los diferentes miembros del grupo, que saludaron con pequeños solos. El más curioso fue el de Weikath, que lo simuló con la voz mientras movía los dedos.

“The Invisible Man” sirvió para finalizar el set, que se reinició en forma de bis con “Mrs. God”. Antes se había hinchado una enorme calabaza, que se mantenía imponente sobre la cabeza de Dani. Y llegó el turno de disfrutar de la esperada “I Want Out”, en la que Deris acusó el cansancio y abusó del falsete, sin ser inconveniente para hacer de la canción fiesta.

Pero toda fiesta tiene su fin, y qué mejor fin que Dr. Stein, en la que aparecieron los componentes de JADED HEART con gorros navideños, algunos de ellos en calzoncillos, algunos con gafas de sol, a liarla sobre el escenario.

Buen final para más de dos horas de concierto, en la que pese a sus altos y bajos, hubo diversión, buenos momentos y sobretodo música, que es de lo que se trata.

Texto y fotos: Hèctor Prat

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