![]() |
![]() |
Martes 8 de Noviembre de 2005 – Razzmatazz – Barcelona
Siempre es un lujo contar con una nueva visita de STEVE VAI. Para quien se quedó con las ganas de disfrutar de más tiempo de VAI tras el paso del G3 por nuestro país, ya no tenía excusa para perderse ahora a este genio de la guitarra. En esta ocasión, el señor VAI nos deleitó con nada más y nada menos que 3 horas de actuación, lo que dio mucho de sí, con momentos álgidos y otros más pasables.
Una vez más, ERIC SARDINAS fue el telonero de rigor. De nuevo, fue entretenido verle en los escenarios y poder disfrutar de su música, fuertemente influenciada por el blues. Su presencia y su vestuario hacen de él un rockero auténtico. Su música, repleta de sonidos sucios, nos traslada al lado más macarra del rock. Todo ellos con gran dosis de originalidad, creatividad y diversión. Porque diversión no falta en sus conciertos y pese a soportar la dura faena que les toca a los teloneros, él sabe contagiar el buen rollo a la audiencia como pocos.
Sardinas disfrutó, se tiró al público, hizo slides sobre el mástil de su guitarra con una botella de cerveza… en definitiva, como el mismo dijo «Barcelona is feeling good!». Sin duda una propuesta totalmente diferente a lo que vendría luego, no por ello muy apetecible. Fueron unos escasos 40 minutos de actuación, pero que sirvieron para animar a la gente antes del plato fuerte de la noche. Como único aspecto criticable, la pobre iluminación y juego de luces con que contó Sardinas, que a los fotógrafos nos llevó de cabeza.
Con gran puntualidad, VAI y su magnífica banda saltaron al escenario, ejecutando «Glorious», de su reciente «Real Illusions: Refelections». La audiencia desató su locura, sin perder ápice de los movimientos y técnicas del reconocido músico, que se presentó con una de sus espectaculares guitarras de doble mástil. La verdad es que Vai es por si mismo todo un showman. Su vestuario, sus movimientos, sus poses, todo ello junto a su virtuosismo y puesta en escena. Durante el siguiente tema «The audience is listening», Vai tiene algunos problemas técnicos que se solucionan rápidamente, sin dejar de bromear. Posteriormente, el maestro presenta a su banda (Dave Weiner, a la guitarra rítmica, acústicas y sitar; Jeremy Colson, a la batería; Tony McAlpine, guitarras y teclados; y Billy Sheehan , al bajo). Sin duda, una formación de lujo con unos integrantes que podrían ser cabezas de cartel por sí mismos. Todos ellos nos presentan sus «armas» particulares, que causan la envidia de cualquier músico aficionado (bajo de dos mástiles, guitarras de siete cuerdas con sonidos atronadores, etc).
Continúan repasando varias canciones del Real Illusions, intercalando temas antiguos como «The Crying Machine». Vai es consciente de la calidad de los músicos que le acompañan y, generosamente, les cede el protagonismo a lo largo del concierto, lo cual es de mucho agradecer. Es el turno de Dave Weiner que nos deleita con un solo inicialmente acústico y luego eléctrico, junto a Mc Alpine y Colson. Posteriormente, llega uno de los momentos más emotivos con el tema «Whispering a Prayer», con un Vai que parece estar hablando y dialogando con su guitarra como si de cualquier persona se tratase. Tras el nuevo tema «Freak Show Excess», Tony Mc Alpine nos ofrece un solo a los teclados (al principio con un sonido más clásico y luego más vanguardista), mostrando su calidad compositiva. Con esta intervención finaliza la primera parte del concierto, dando lugar a la segunda, que se trata de un set acústico.
Con la banda de nuevo en escena, en esta parte del concierto se muestran canciones y pequeños cortes de algunos de los temas más tranquilos de la trayectoria de VAI. Es evidente que el show retrocede en energía, pero no en momentos brillantes, con temas como «Melissas garden», «Rescue Me or Bury Me» o «Pusa Road». Cabe mencionar el esfuerzo de la banda en no caer en el aburrimiento, mediante continuas bromas y una gran empatía con el público, como si estuviesen tocando de forma desenfadada en un bar con unos colegas. Pudimos así oir a Steve cantando y verle divertirse con Jeremy Colson (esta vez detrás de un pequeño set de percusión), quien tocaba con sus baquetas distintas partes del escenario, para acabar golpeando la cabeza de VAI o su guitarra, con el supuesto enfado (en broma) de Steve. Jeremy Colson pone punto final a esta parte acústica con un solo de percusión y batería.
Y prosigue la variante más eléctrica de la velada, con la tercera parte del concierto. Suena el tema «Midway Creature» y VAI se presenta lleno de luces en la cabeza, manos y en el mástil de su guitarra, lo que produce un gran efecto escénico. Durante la ejecución de este tema, Steve lanza su guitarra, se la cambia de mano, la pasa por la espalda, la toca con la lengua, etc. Posteriormente, Billy Sheehan se marca un solo de bajo de quitar el hipo (¡menuda fiera!). Comienza con la pieza «The Suspense Is Killing Me» de su album en solitario «Cosmic Troubadour». Parece increíble la velocidad y precisión que adquiere tocando con la punta de los dedos. En los siguientes temas, vemos a la banda muy unida, recurriendo a jugadas como ir marcando en el mástil del compañero de al lado las notas que estos van tocando o repetir las mismas notas uno a uno, algo a lo que nos tiene ya acostumbrados Vai durante sus espectáculos. Tras la emocionante «Lotus Feet» y «I’m The Hell Outta Here», se entra en la parte final de la velada.
Los bises empiezan con la grandiosa y pegadiza «Liberty», corte que inicia su obra maestra «Passion & Warfare». A ésta, le sigue la versión de Frank Zappa «My Guitar Wants To Hill Your Mama», con Eric Sardinas como invitado. En este tema, Billy Sheehan toca la guitarra, atreviéndose incluso con un muy correcto solo, mientras que el bajo pasa a manos de McAlpine (¡qué hombre más polivalente!). El concierto está finalizando, cuando literalmente Vai dice al público que desea «tocar la próxima canción sobre vuestras manos». De este modo, la banda empieza a ejecutar el tema más esperado, «For The Love of God», con ese feeling que impregna Steve, sobre las notas del sitar eléctrico, a manos de Weiner. Entonces, es cuando VAI se lanza de espaldas sobre el público, mientras toca el tema. Sin duda, ahora si que el contacto con la audiencia es total, y la verdad es que no sale mal parado, ni físicamente ni musicalmente, a pesar de la dificultad añadida. Al finalizar el tema, la gente aplaude sin cesar y Steve se siente emocionado, explicando que justo este mes se cumplen 25 años desde que está girando por todo el mundo y que todavía le sigue pareciendo una experiencia fantástica. Todo ello con una sinceridad y buen gusto, que es correspondido con más aplausos, mientras que la banda se retira ya definitivamente del escenario.
Como punto final, me gustaría resaltar el gran sentido y esfuerzo que pone tanto STEVE VAI como el resto de su banda para realizar airosamente un concierto instrumental de más de 3 horas, lo cual no es tarea fácil. Lejos de caer en el aburrimiento, aquí tienen cabida los juegos, las bromas y, en definitiva una diversión contagiable. Es cierto, que durante el concierto hubieron momentos más fuertes y más flojos, quizás se alargaron demasiado algunas cosas, pero en su conjunto hubo un poco de todo. El set-list se centró en su último trabajo bastante (es obvio), pero sin olvidarse algunos temas clásicos. Respecto el set acústico, es otra oportunidad de ver a un VAI diferente. Muchos pueden criticar su duración, pero dentro de él se dieron algunos momentos excelentes. Y lo que si que es de quitarse el sombrero, es el aprecio que Vai tiene de sus compañeros (lo que no es de menos, con la calidad de éstos), a los que les cede el protagonismo en diferentes partes del show.
Texto: Carlos Oliver
Fotos: Carlos Oliver y Héctor Prat
Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre ellas.
Set list STEVE VAI :
Part 1:
Acoustic Set (Part 2):
|
Part 3:
Encore:
|
Más Fotos de Carlos Oliver:
Fotos de Héctor Prat: