Diez años han sido los que han pasado nada más y nada menos desde que se tuvieron noticias por última vez del inseparable dúo formado por John Walker (guitarra y voz) y Carl Stokes (batería), diez años desde la edición de su experimental y para muchos muy poco afortunado «Black faith», ya que si bien se les perdonó su giro hacia el thrash dejando atrás su death originario con «The sins of mankind», no se les perdonó un álbum tan para todos los públicos o «mainstream» como gusta de decirse ahora.
Siempre es una buena noticia el regreso de toda banda que marcara una época, recientemente hemos podido verlos por la península teloneando a sus paisanos NAPALM DEATH, (y sobre todo si dicho regreso se produce en suelo británico, lugar totalmente entregado en los últimos años a las modas imperantes y poco dado a reírle las gracias a ninguna banda de rock o metal), y más si al menos la banda en cuestión vuelve en forma y tocando como se supone que deben hacerlo.
Me encuentro ante un disco que mezcla a partes igual thrash metal con bases rítmicas propias del death de la más vieja escuela europea, todo ello aderezado con algunas pinceladas electrónicas y algún que otro guiño a otros estilos, como se ve claramente en la batería inicial de «Seance», claramente influenciada por el jazz hasta que se torna más ruda. La producción del disco es totalmente old school, lo que hará las delicias de la vieja guardia.
Ahora bien, el disco en si no es precisamente ninguna obra de arte, ni mucho menos es suficiente el sonar como las bandas de antaño para justificar una nota alta, puesto que son varios los defectos que saltan a la primera escucha y sin tener que profundizar en el disco.
Si bien se agradecen los detalles como la citada batería de «Seance» o las guitarras acústicas en el final de «Hell house», lo cierto es que este «Spirit in flames» se hace bastante difícil de escuchar del tirón. Cortes como «Insides out» o «Devils playground» tienen partes bastante aceptables, pero también es verdad que en general todos los temas se acaban haciendo bastante repetitivos y cansinos. Es una pena añadida tener que decir que la voz de Walker (no se si por la producción o por su estado actual) suena bastante plana y lineal.
Rompiendo una lanza a su favor y sin mentir, cabe destacar la precisión milimétrica de Carl Stokes a la batería, sin lugar a dudas lo mejor y más destacable del álbum, álbum que por otra parte sin ser un regreso por todo lo alto anunciado a bombo y platillo, este «Spirit in flames» cuando menos deja entrever que el potencial de la banda sigue intacto de cara al futuro. Veremos que tal para la próxima.
Ángel Ruiz
Track List:
- Insides Out
- Mindless Reactions
- Spirit In Flames
- Hell House
- Solar Prophesy
- Devils Playground
- Fistula
- Seance
- Ouija
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