Escribir sobre IRON MAIDEN es siempre un peligroso y complicado placer. Siendo miembro del club de fans oficial, habiéndolos visto catorce veces en directo, teniendo un rincón de mi casa dedicado exclusivamente a todo tipo de memorabilia/discografía de la banda, es difícil abstraerse y hacer una llamada de socorro a la objetividad.
La polémica con MAIDEN está siempre servida. Abundan las acusaciones de abuso de fans con premeditación, alevosía y discografía, a base de singles (en tres formatos distintos cada uno), directos (parece ser que se empeñan en tener más material en directo que enlatado), DVDs y recopilatorios. Pero la única verdad es que Eddie no va tras de nadie con el hacha obligando a comprarlo. Si lo quieres lo tienes, si no, te olvidas y media vuelta, así de sencillo.
Aunque eso sí, como fan que ha caído en el oscuro pozo del coleccionismo me veo en la obligación de pedir al señor Harris que por favor reduzca el ritmo, pues tal como se va engrosando su oferta de mercado va disminuyendo mi capacidad de acapararla (debo destinar a MAIDEN cada mes casi un 10% de mi sueldo).
Pero centrémonos en el álbum. Una vez me he afincado el CD, el vinilo, un póster, varias pegatinas y un cartón promocional, la primera pregunta que me surge es: ¿Qué puede aportar este «Death On The Road» que no hayan hecho ya los anteriores directos? Pues básicamente es un reflejo fidedigno de lo que fue la gira presentación del «Dance Of Death» en el 2003. Si tuviste la oportunidad de verlos en Barcelona o Madrid, y disfrutaste del concierto, te gustará este álbum. Si quedaste alucinado con la escenografía (muy trabajada/importante en esta gira) y tienes paciencia, es recomendable esperar a la edición del DVD correspondiente en fechas próximas. Si en cambio eres impaciente y te haces con el doble CD no te arrepentirás de tu compra.
La producción como era de esperar es excelente, de manos de nuevo de Kevin Shirley bajo supervisión de Steve Harris. Este tándem es sinónimo de calidad y casi de perfección. Cada instrumento suena en su justa medida, manteniendo un sonido compacto pero a la vez directo.
Las canciones son exactamente las mismas que se oyeron durante toda la gira y en idéntico orden de interpretación, habiéndose escogido Dortmund como sede de la grabación. El contenido pues, seis canciones de «Dance Of Death» y clásicos ineludibles como «The Number Of The Beast», «Run To The Hills», «Iron Maiden», «Hallowed Be Thy Name», «The Trooper», «Wrathchild», «Can I Play With Madness» o «Fear Of The Dark». Completan el cuadro un futuro clásico, «Brave New World», y un tema de la era Bayley , «Lord Of The Flies».
Y agrupadas así las comentaré. Del grupo de canciones de «Death Of Death», comentar que me gustan más que en el álbum, suenan con más fuerza y evidentemente la interpretación de Dickinson es más acorde con el original (cosa que no se puede decir de los grandes dinosaurios del repertorio). «Wildest Dreams» es excelente para comenzar el concierto y levantar ánimos, y suena con fuerte energía por parte de banda y público. Gracias a este directo he redescubierto «Dance Of Death», con su atmosférico inicio y su in crescendo, marca de la casa que desemboca en uno de los mejores instantes musicales, precisos y complejos tanto en estudio como en directo. En «Rainmaker» el trabajo del trío de guitarras es excepcional, si por excepcional entendemos clavarlo a lo grabado dándole el toque personal del directo. Por encontrar algún aspecto negativo, la batería de Nicko suena algunas veces descompensada, y el sonido de su ride despista sobre la voz de Bruce. En «Paschendale» es una lástima no poder ver la escenografía, pues para el tema era espectacular. Se hecha especialmente de menos en la intro de disparos y speech de Bruce, desmerecida si no está acompañada de imágenes. El inicio de «No More Lies» viene marcado por los coros y palmas unánimes del público, siendo uno de los temas más celebrados de la última entrega de la bestia. La balada «Journeyman» pasaría sin pena gloria sino fuera por el coreado estribillo (la habría sustituido por la olvidada «Montségur») y los sentidos instantes instrumentales.
Del grupo de Clásicos (con mayúsculas) pues sinceramente nada a destacar respecto a anteriores versiones ya grabadas en directo. Raro sería descubrir algún aspecto distinto de «Run To The Hills» o «The Number Of The Beast» a estas alturas. Sí sirven para evaluar el estado de voz de Bruce Dickinson. Un subjetivo termómetro para medir tal estado es la duración del grito inicial del vocalista en «Hallowed Be Thy Name», ese en el que todos tomamos aire para (tratar de) emularlo. Pues bien, con únicamente siete segundos se queda muy por detrás de los once de «Rock In Rio» o de los casi catorce (y por que no tiene más tiempo) del DIRECTO de MAIDEN «Live After Death». Está claro que la voz de Dickinson (ni la de nadie, a excepción del eterno Dio) no es la misma que hace 20 años, pero sí ha sabido trabajarla para adaptarla a las canciones sin hacerles perder ni un ápice de intensidad. A excepción quizás de «Can I Play With Madness?», cuya versión en directo no me acaba de convencer, y donde Bruce hace suya la tonalidad de la segunda voz de los coros, lo cual hace perder profundidad y garra al estribillo. Si quieres escuchar los clásicos de MAIDEN en su mayor esplendor, hazte con «Live After Death».
El siguiente nominado para engrosar la lista de clásicos es sin duda «Brave New World», aunque aún no ha alcanzado la mayoría de edad para obtener la categoría, que con su saltable estribillo hace siempre la delicia de los asistentes. La versión de este directo consigue trasladarte a la pista del Westfalenhalle Arena, haciéndote sentir como si estuvieras allí, saltando con el público germano y acompañándolo en los coros. Hablando del público, su presencia pasa más desapercibida que en «Rock In Rio», pero no deja de tener su importancia en los instantes clave.
La más grata sorpresa del álbum llega con el único testimonio de la muy defenestrada y poco defendida etapa Bayley, «Lord Of The Flies». Casualmente en este tema Bruce sube el tono original de manera más que destacable, forzando al máximo su voz. El resultado no puede ser mejor, y redecora uno de los mejores temas de la era Blaze.
En resumen, es un buen álbum en directo, apto especialmente para quien guste de «Dance Of Death». Si eres de los que no te acaba de convencer la era post-Bailey olvídate de comprarlo, pues puedes prescindir de las versiones actuales de los clásicos. Si quieres obtener una visión total de la gira es mejor esperarse a la edición del DVD, pero si eres un fan impaciente no dudes en hacerte con él.
Si consideras que Sharon Osbourne está en sus casillas, ¡aléjate inmediatamente de él o vendrá Eddie guadaña en mano!
Hèctor Prat
Mucha gente es la que los acusa de lanzar mucho material, singles, directos, recopilatorios… y mi pregunta es: ¿dónde está el problema? Si hay gente como yo, que somos unos putos frikazos y necesitamos tenerlo todo, qué hay de malo. Mirad, yo tengo la sensación de que a esta gente le debo algo más que la vida, así que si me pedís objetividad, no la vais a encontrar aquí, soy un maldito fanático enfermizo, y a fin de cuentas la objetividad no es más que un invento de los que quieren decir mentiras sin que sus pretextos sean analizados profundamente, simplemente diciendo lo que la mayoría quiere escuchar.
Pensad en lo que son IRON MAIDEN : ellos son un icono generacional para mucha gente, es el pilar sobre el que se sostiene nuestro movimiento cultural, una institución de la cual todos formamos parte, no en vano Eddie vende más merchandising que los odiosos personajes de la factoría Disney , y una manera de entender la vida. Para mi son bastante más que música
Y tras este comentario a título personal, decir que el disco que nos ocupa fue grabado en Dortmund, Alemania el 24 de Noviembre de 2003, con un sonido bastante respetable, aunque en ocasiones se nota demasiado las subidas y bajadas de sonido de los instrumentos, sobretodo en la voz, culpa de la grabación en si. Los músicos?, qué voy a decir yo, pobre mortal plumilla miserable de estos dioses. Impecables, los conciertos que están dando alcanzan una perfección arrogante. Lo más reseñable con respecto a sus anteriores conciertos, es que Harris se ha subido el bajo, y que Nicko está perfecto. Que Bruce, cuando coge la directa es imparable, y que el trío de hachas ha conseguido una simbiosis impecable. La presentación es de auténtico lujo, yo tengo la edición en doble vinilo, y os aseguro que es espectacular (menudo portadón!!!!!!!).
El inicio con «Wildest Dreams» es bastante dubitativo. Bruce como en todos los inicios de concierto, se le ve más desafinado, como si le costara, y el resto de instrumentos se muestra más apagado. Es un tema perfecto para calentar, sencillo, directo y sin complicaciones. El segundo turno es para un tema similar, aunque ya considerado clásico, «Wrathchild», suena enorme y a Bruce se le ve más cómodo, y el grito unánime de Dortmund aclamando al chico de la ira no es más que el inicio de este banquete de apocalípticas proporciones.
En «Can I Play With Madness» Bruce se baja un poco el tono, y se muestra en todo su esplendor la batería de Nicko, un tipo simpático y siempre mal vestido, al cual siempre se le ha infravalorado tras los tambores. Los teclados del estribillo están excesivamente altos, y los coros de Adrian son sensacionales.
Estos tres primeros temas, son un mero calentamientos para lo que se aproxima. El plato fuerte empieza con «The Trooper», y mi mente no puede dejar de pensar en Bruce vestido con la casaca roja ondeando la bandera inglesa, mientras Harris nos acribilla sin piedad alguna. Que complicado de cantar es este tema, y que bien lo hace la sirena anti aérea. Las ganas de ver el dvd de este mismo concierto se incrementan al ver semejante demostración de poderío inmenso. El solo a tres guitarras pone los pelos erectos.
«Dance Of Death», un corte que a medida que pasa el tiempo, se hace más y más impresionante, empieza con una introducción con voz profunda a cargo de Bruce. La suavidad con la que va entrando, contrasta con la frenética parte instrumental. Bruce a estas alturas ya está impecable, y las atmósferas recreadas en directo superan a las del trabajo de estudio. Me imagino a Bruce vestido con la capa negra dando vueltas… fff, necesito el dvd ya. El duelo de solos se agrupa al final de los mismos en una fantástica armonía donde el público participa sin complejos. La comunión entre banda y respetable es total en Dortmund y en la Conchinchina.
La entrada de «Rainmaker» es alucinante, lástima que solo repitan ese riff hacia el final. No entiendo como Bruce no se ahoga durante la estrofa. «Brave New World» en directo gana mucho, la participación del público vuelve a ser fundamental, y ese galope tan bien aposentado entre Harris y Nicko es marca registrada.
Mmm, fallo en la producción, se nota bastante el corte entre «Brave…» y el siguiente tema. Que no es otro que «Paschendale», con inicio de tiros y bombas (da la sensación de que van a empezar los acordes del «One»). Bruce recita unas frases explicativas sobre lo que fue esta batalla, antes de meternos en esta guerra que dura poco más de 10 minutos. Han introducido las mismas instrumentaciones que en el disco, las cuales le hacen ganar grandilocuencia y majestuosidad. La parte de los solos es digna de mencionar, cada uno encargándose de uno, cada uno en su estilo. Uno metódico (Adrian), otro locuaz (Janick), y otro perfecto y adornado (Dave).
«Lord Of The Flies» es interpretada con soltura por Bruce y lo intenta elevar al máximo, y es un tema que me gusta, y los dos álbumes con Blaze me gustan, pero no se, creo que está metido con calzador en el repertorio. Pese a ser el segundo single de «X Factor», creo que en ese disco había temas mucho mejores. El final muy bueno, donde en los estribillos finales, Bruce va subiendo el tono hasta el infinito.
Vamos por el segundo disco, con «No More Lies», la sustituta natural de «The Clansman». La participación del público se hace patente desde el principio, y el in crescendo vertiginoso nos lleva al delirio colectivo, con el clamor unánime reclamando ni una puta mentira más.
A partir de aquí, llega el turno de los clásicos, los insustituibles. «Hallowed Be Thy Name» es el primero. Bruce la interpreta como hacía años que no se le oía. Hasta hace poco, en este tema se le veía sufrir de mala manera, ahora llega sin dificultad. Se oyen los primeros SCREAM FOR ME DORTUMUND!!!, y decir que todavía me sigue impresionando el cambio de ritmo del final. Los solos han sido modificados por punteos más veloces y espectaculares. En fin, que bendito sea este tema.
«Fear Of The Dark» no es ni siquiera presentada, y en la primera estrofa Bruce adquiere un tono grandilocuente / cachondo, hasta que empieza la traca. Otro tema que en directo gana muchísimo, donde la participación del público coreando las armonías es indispensable, aunque la interpretación en esta ocasión no es tan grande como en otras.
«Iron Maiden» sirve para ponerlo todo patas arriba, aplastante. Tras 25 años, este tema sigue teniendo algo que lo hace irresistible y te obliga a reventarte la cabeza. Tras la tormenta viene la calma, o eso dicen. «Journeyman» es toda una sorpresa en directo, sobretodo visual, ya que el hecho de verlos sentados contrasta con su habitual hiperactividad, aunque el estribillo, con todo el público cantando y acompañando con palmas, es más potente que un cinturón de clavos.
Llegamos al final, y lo hacemos con dos clásicos de un disco de cabecera. «The Number Of The Beast» suena como siempre, con un Bruce ahogado, supongo que a causa de sus correrías. Y «Run To The Hills» pone el punto y final, en una galopada perfecta, sin fisuras, con 6 músicos con la lección más que aprendida.
Comentar o criticar un repertorio de Maiden es una absurdez. Pero bueno, yo diría que a mi me falta «Montségur» de su último trabajo. La dosis de clásicos está bien repartida, aunque quizás deberían jubilar alguno en pos de otro más sorpresivo. Se hecha en falta también «Clansman», el sentimiento que se producía durante este tema es indescriptible. Las dos sorpresas del repertorio son «Journeyman», muy acertada, creo que es otra manera de enfocar su música, y «Lord Of The Flies» pues si, es una sorpresa, aunque no es la más acertada según mi opinión.
Otro directo de los Maiden, si, y ojalá sacaran otro con la gira que han hecho por los USA, (concretamente el del cierre del Ozzfest), y otro, y otro y otro. Comprándolos con los otros directos, no creo que supere al «Live After Death», ni a «Live In Rio», y es que el primero es prácticamente una Biblia, y el segundo ante 250.000 personas no es obra de humanos. Pero supera con creces las dos partes de «A Real Live/Dead One», y al «Live At Donington». Es encomiable que hayan grabado un directo de una sola actuación. Queda más natural, a mi estos directos con un cacho de aquí, y otro de allá, más me recuerdan a un recopilatorio que a otra cosa; me encantan estos discos, sus imperfecciones y su pureza; cierto es que habrá retoques, pero os aseguro que habiéndolos visto en este tour, son mínimos. Pues eso, que MAIDEN son como las lentejas, así que tú mismo. A mi, personalmente, me dan vida.
UP THE IRONS COÑO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Àlex Sánchez Cerro
alex_sanchez@rafabasa.com
Track List:
CD 1
- Wildest Dreams
- Wrathchild
- Can I Play With Madness
- The Trooper
- Dance Of Death
- Rainmaker
- Brave New World
- Paschendale
- Lord Of The Flies
CD 2
- No More Lies
- Hallowed By Thy Name
- Fear Of The Dark
- Iron Maiden
- Journeyman
- The Number Of The Beast
- Run To The Hills