Este trabajo representa muchas cosas a la vez. Puede significar una ruptura total con el concepto inicial, y el comienzo de una nueva etapa. También, a la vez es el trabajo más duro, pero a la vez el más melódico y suave, completamente alejado del Power Metal, pero acercándose al Heavy Metal y al Hard Rock. En definitiva, un trabajo lleno de contrastes y de sorpresas que dejaran descolocado a más de uno. AVALANCH son así. Como dijo un sabio, «me da igual que hablen bien o mal, lo que quiero es que hablen de mi», pues eso es lo que han conseguido. Por experiencia propia, hablar de AVALANCH es meterse en un terreno delicado, sobretodo por los chavalines susceptibles que antaño los adoraban, y que ahora los odian. A cambio, nuevos fans sedientos de una banda estandarte en la escena nacional, han encontrado un motivo para el orgullo propio. O los amas, o los odias, típico pero nunca mejor dicho.
El estilo del grupo ahora es más directo, los temas no poseen tantos arreglos, no en vano las teclas aparecen en contadas ocasiones. Las guitarras tienen una afinación más aguerrida. El bajo de Fran ha ganado en presencia, al igual que la batería de Marco, más contundente e imaginativa. La voz de Ramón, perfectamente modulada a lo largo de todo el trabajo, se desgarra en los temas más feroces y muestra todo su potencial melódico en las más lentas y calmadas. Las partes instrumentales, son más breves, pero el trabajo de Alberto en algunos de los solos es sobresaliente. Alberto, no solo se ha destacado como un compositor y letrista de gran nivel, el sonido logrado en los estudios Bunker es alucinante, no hay nada que sobresalga, todo encaja a la perfección. El aspecto lírico es más directo que en «LPHM», temas sociales y personales, con un trasfondo pesimista aunque esperanzador, se unen a letras más abstractas con sentido incierto, como la portada; la cual seguro que simboliza algo, pero… vamos, que yo no veo el qué.
Las primeras escuchas dejan muy descolocado, es como lo que dijimos al principio, que no sabes si estas ante un disco muy duro, o muy blando, hasta que lo vas asimilando. En primera instancia, y tras escuchar los adelantos de tres temas, pocos podían prever este resultado. A las primeras de cambio el corte que más llama la atención es «Papel Roto» por su irrechazable melodía, pero a medida que te vas adentrando, otras como «Tu Fuego en Mi» o «Mar de Lágrimas» van ganando puestos.
Comentando un poco los temas, decir que el inicio es poco esperado con «Alas de Cristal», con un piano simple pero efectivo, que quizás podría sobrar. Es la más comercial del trabajo sin duda. Delicada y con un buen estribillo; en la estrofa podemos encontrar nuevos enfoques en la voz de Ramón. Un Ramón, que si ya en los conciertos lo vimos completamente seguro y asentado, en el trabajo final de este disco, da la misma sensación.
«Semilla de Rencor» tiene el riff más duro de toda su carrera, con un sonido muy crossover, pero Marco con un fantástico cambio de ritmo, nos adentra en un estribillo melódico, con posterior solo ultra speed.
«Aún Respiro» fue una de las piedras de choque colgada en su web días antes, y con la que iniciaron los sendos conciertos en Madrid y Barcelona. Quizás para iniciar el disco hubiera sido más acertada, por la entrada en fila de teclas, batería, bajo y guitarras. Estrofa y estribillo sin concesiones, Ramón resquebrajándose la voz, cantando con toda la pasión del mundo, completamente sobrado.
«La Cara Oculta de la Luna» se acabará convirtiendo en una de las favoritas a buen seguro. El inicio es delicado, con voz y piano, un medio tiempo que va ganando intensidad a medida que transcurren las notas, hasta que un riff poderoso nos adentra en el estribillo. Muchos de estos riffs rompedores, me han recordado a algunos de METALLICA, sencillos pero solventes, muy del estilo del Black Album.
«Tu Fuego en Mi» es de las mejores para mi (¡toma rima!!!!!), un inicio desafiante, con un sobresaliente bajo de Fran es roto de cuajo en un puente perfecto, que encuentra su destino en un imponente y pegadizo estribillo. Un medio tiempo repleto de intensidad, con un órgano hammond durante el solo de Alberto que le da un aire vacilón y añejo.
«Papel Roto», musicalmente hablando es perfecta de principio a fin. Reconozco que se ha pasado pegada a mi cabeza como una garrapata muchos días, hasta incluso acabar harto de ella. Tiene una melodía embriagadora (siento el adjetivo tan lamentable, pero no ha encontrado un sinónimo mejor), parece que fuera a romperse en cualquier momento, como si fuera un jarrón chino de la dinastía de la catapum.
«Mar de Lágrimas» culmina este trío de temazos a medio tiempo, que a más de uno le hará soltar improperios varios, pero que más da si hay caña o no mientras haya calidad, ¿no? Bueno, no se, yo solo soy un plumilla. Pues esta es la balada correspondiente, con una emotiva y fantástica letra, y una vez más un estribillo que solo puede salir de la cabeza de un genio; solo de guitarra española fundido en una armonía de eléctrica, que te pondrá los pelos de la cabeza rizados y los del pubis lisos.
«Un Paso Más», tiene un inicio que me ha recordado por el riff y las teclas, un poco a «Home» de DREAM THEATER. Y el tema, ya que estamos en tesituras un tanto progresivas, es más complejo en su estructura que el resto, para nada pegadizo, duro y potente como decían los BANZAI. Alberto se marca un solo que empieza muy rockero, y acaba en plan guitar-heroe.
«Lágrimas Negras» casi es un clásico. El odio que desprende este tema es imparable. La letra, la música, y el tono rasgado de Ramón lo dotan de una mala ostia incontestable. Heavy Metal!!!!!!!!! El final es para «El Hijo Pródigo», quizás con influencia de U2? Si, quizás. Es un tema arriesgado, con un sonido diferente en las rítmicas, más en un segundo plano, dando más protagonismo a la melodía vocal de Ramón. Un tema pendiente de asimilación.
Si te haces con la edición especial, te encontrarás con «Volviendo a Casa», un tema extra instrumental de poco más de dos minutos, con inicio de piano, y una guitarra que se va adentrando con timidez, dando paso a una flauta (tocada por Roberto, imagino), y acabando de forma épica, realmente bella. Me ha recordado al trabajo de Mark Knopfler.
Un trabajo de contrastes sin duda. Reconozco que AVALANCH me han gustado siempre, aunque cambien de estilo, la esencia sigue intacta, y el que era buen compositor antes, por mucho que cambie de estilo seguirá siéndolo. Me siento afortunado por saber apreciar la música del señor Rionda y por extensión de AVALANCH, sean cuales sean sus etapas. Por muchos años.
Àlex Sánchez Cerro (Era Del Metal ‘zine) – alex_sanchez@rafabasa.com
El Hijo Pródigo (2005)
1. Alas de cristal
2. Semilla de rencor
3. Aún respiro
4. La cara oculta de la luna
5. Tu fuego en mí
6. Papel roto
7. Mar de lágrimas
8. Un paso más
9. Lágrimas negras
10. El hijo pródigo
11. bonus track: Volviendo a casa (instrumental) *
(*) sólo en la edición especial digipack