En esta ocasión el título no engaña. MADE OF IRON son un grupo que hace heavy metal de corte ochentero, muy clásico y con claras referencias sonoras a los grupos de la NWOBHM.
Éste disco homónimo es el segundo de este cuarteto greco-alemán en el que dejan claro que en su sonido no hay lugar para innovaciones ni sonidos más actuales. Tanto la composición como la producción está enfocada a recordarnos la etapa ochentera de nuestro heavy metal. Buena muestra de ello son cortes como «Fight for the Cross…Die for Jerusalem», «The Storm just Began» o su particular himno «Made of Iron». Canciones en lo que predomina son los ritmos entresillados (o «a caballito») con melodías de guitarras dobladas y solos algo simples, pero que cumplen su propósito a la perfección.
Me ha gustado particularmente «Never Deny your Fate», canción dominada por un ritmo machacón que me recuerda bastante a Saxon.
Otro corte destacable es «King of all Kings» en el que superan los nueve minutos de duración. El modo de pasar de la intro acústica a la parte con guitarras distorsionadas me ha recordado bastante al «Sign of the Cross» de Iron Maiden, si bien MADE OF IRON están lejanos a la calidad compositiva de Harris y cia.
A nivel instrumental lo más destacable es el combo rítmico formado por Holger Zimmermann a la batería y Chris Dietrich al bajo. La guitarra de Nicko Nicolaidis, como decía más arriba, no es que esté mal, pero sí es un poco sosa. Se le pide algo más de técnica sobre todo a la hora de ejecutar los solos.
Lo que sí es una pequeña decepción es la voz de Jim Over. Su timbre de voz me ha recordado bastante a Joey Belladonna (tan en boca de todos estos días). Lo malo es que Jim canta siempre en el mismo registro, sin hacer ningún tipo de variación y además su técnica vocal deja mucho que desear, sobre todo a la hora de terminar las frases más alargadas. No es capaz de llenar los cambios de voz que hay de partes más cañeras a otras más lentas. Todo esto hace que el disco se haga bastante monótono y escuchar las nueve canciones seguidas se convierta en una tarea algo pesada.
Se aprecian algunos fallos de coordinación en la balada «Time to Repent», no en la base rítmica (que como decía antes es de lo más destacable) sino a la hora de meter las acústicas encima. Se nota que están tan influenciados por Maiden que ellos mismos intentan tocar sin metrónomo para no llevar la medida exacta, lo cual le da un gran aliciente al heavy metal en algunas ocasiones. Pero para saber hacer esto hay que tener mucha experiencia y hacerlo muy bien.
Otro gran fallo que advierto en el disco es la calidad compositiva. Quiero decir, que al que le guste el heavy metal ochentero sin más le va a gustar. Pero al tipo de oyente que pide un toque más personal seguro que le defraudará. Esto sólo se puede arreglar de cara al futuro con trabajo duro y mucha inspiración. Y es que el metal de los ochenta siempre será el mejor, pero lo que realmente hacía grandes a esos grupos es que cada uno tenía su sello personal, cosa que MADE OF IRON a día de hoy no ha conseguido.
J. José Jiménez
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