Hacía tiempo que no escuchaba nada que captara tanto mi atención como este «Salvation» del grupo sueco «CULT OF LUNA«. Es un álbum estremecedor en todos los sentidos.
El estilo que practica es tan difícil de definir como compleja la música que realizan. Es un grupo en el que prima más la ambientación creada en sus temas que la (por otro lado muy trabajada) música en sí. Son capaces de sacrificar posibles momentos de lucidez compositiva por monótonos teclados o repetitivos sonidos de guitarra que evocan melancolía, cosa que no gustará a los menos pacientes. Pero sin lugar a dudas la combinación final no puede ser mejor que la conseguida con «Salvation». Intentaré ir desgranando una a una las características de su sonido.
Atmosférico y ambiental. Son capaces de dibujar nostálgicos y sombríos paisajes con sus instrumentos. Si algo tiene este disco es la capacidad de absorberte al máximo y hacerte adentrar en los parajes de su mundo sónico. Provocan suave pero atrayente tristeza como sólo grupos como (los antiguos) Katatonia o Anathema saben hacer. Con esto ya queda claro que es un álbum para mentes complejas y algo desordenadas.
Lento. Promueve ese doom de lentitud contundente de grupos como Neurosis o Isis. No por lento pierde su potencia, al contrario. El efecto que produce el pesado sonido es de extrema fuerza. Esta pesadez junto con los monótonos gritos desgarrados del vocalista Klas Rydberg provoca diversas y claustrofóbicas sensaciones.
Melódico. El organizador del caos de la banda es la melodía, que se encarga de encarrilar distorsiones y desvaríos para darle cuerpo a los temas. Incluso llega a extremos de romanticismo exacerbado en niveles The Cure en temas como «Crossing Over». Por cierto, si por algún casual alguien ha escuchado y disfrutado Slowdive disfrutará con este tema.
Del álbum comentar que te puede fascinar o lo puedes odiar, nunca dejarte indiferente ni a medias tintas. El detractor dirá que es monótono, aburrido y lento. Su parte de razón tendrá. En el polo opuesto estará quien considere que el resultado del experimento es impresionante. En mi caso soy de los que han salido bien parados de la apuesta.
Empieza el álbum con «Echoes». Y empieza con cuatro minutos de relajación, con unas notas de guitarra seguidas de eco (de ahí el título) que van cayendo como gotas de agua. Luego arranca con percusión casi tribal, para acabar acompañando compactamente los pesados riifs de guitarra y resonando por primera vez los gritos desperados de Rydberg, que no variará el registro en todo el resto del álbum. Se completan así doce minutos de subidas y bajadas de tensión en una atmósfera enfermiza.
Empieza mucho más directa «Vague Illusions», un tema basado en ráfagas de guitarras, en lo que es el primer tema que se acerca a las raíces de Katatonia en cuanto a la melancolía transmitida con contundencia a través de riffs de dobles guitarras. Las ráfagas se acentúan a principio y fin del tema, donde entre descarga y descarga de sonido se suceden intervalos de silencio, que le acaba de dar el toque agonizante. Se corta completamente aletargándose por instantes a los cinco minutos, para pasar a un crescendo de intensidad en la que los instrumentos se van sumando hasta llegar al punto máximo de combinación de melodía y desesperación, para acabar apagándose poco a poco.
«Leave Me Here» mezcla indistintamente momentos de poderoso doom metal intenso con la melodía más intimista y sosegada. Ambos polos opuestos se fusionan sin cortes bruscos. En los pasajes melódicos aparece por primera vez la voz limpia de Tiger Lou, un compositor y cantante sueco invitado.
«Waiting For You» es una canción lenta que puede aburrir en sus seis primeros minutos (ni más ni menos) de sosas guitarras y batería contenida, pero que recupera toda su grandeza al arrancar, con unos espléndidos riffs melódicos de guitarra como base, adornados con teclados y una distorsionada guitarra. Uno de los mejores momentos del álbum, que hace olvidar los primeros minutos de sopor, convirtiéndolo en uno de los mejores cortes.
«Adrift» sigue con potente nostalgia expresada basada en fuerza y melodía. Nos regala grandes momentos de batería de manos de Thomas Hedlund, protagonista en los fragmentos instrumentales, perfectamente acompañado por los arreglos del dúo de guitarras de Persson/Oloffson. Otro temazo.
«White Cell» es un corte más lento aún si cabe que los anteriores, donde los acordes parecen salir a empujones. Dispone de momentos de íntimo dúo guitarra/batería, haciendo sonar siniestras notas, para finalizar como empieza, definiendo a la perfección la palabra «doom».
«Crossing Over» es un tema distinto. Es completamente melódico, sin distorsiones ni riffs enérgicos. Incluso Klas Rydberg parece más tímido al micro, sensación aumentada por la bajada de volumen de su voz a favor de la instrumentación. Suenan lentamente notas suaves de guitarra sobre una base rítmica relajada. A mitades el tema se torna incluso pop rock de corte The Cure, con Tiger Lou a la voz para acabar de definir la sensación. Podría perfectamente ser un tema de la factoría de los grandes Slowdive. Impresionante el dúo de voces Lou/Rydberg final, cada uno explotando su registro.
«Into The Beyond» cierra el álbum, con un tema marca de la casa donde se exageran al máximo los extremos. Momentos de mucha quietud se entrelazan con momentos de exagerada rabia. Este contraste acentúa más los dos mundos entre los que se mueve el sonido del grupo, la melancolía y la furia.
Un disco arriesgado para el oyente, para oídos acostumbrados a experimentar y sobretodo abiertos a todo. Una experiencia que puede ser absolutamente gratificante si eres amante de la oscuridad y de la melancolía expresada con contundencia. Grupos afines: Los primeros Katatonia y Anathema, Neurosis, Isis, algo de Porcupine Tree, y en esporádicos momentos Slowdive. No apto para los acérrimos de estructuras estrofa-estrofa-estribillo y vuelta a empezar.
Héctor Prat
Track listing:
- Echoes
- Vague Illusions
- Leave Me Here
- Waiting For You
- A Drift
- White Cell
- Crossing Over
- Into The Beyond