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Con un ligero retraso motivado por algún contratiempo
durante la prueba de sonido, pasadas las 4 y media de la tarde, llegó
el turno de AFTER FOREVER. La verdad es que me sorprendió
la notable cantidad de público expectante por el concierto, pues no tenían
una papeleta fácil en medio de un festival eminentemente hard rockero.
Realmente AFTER FOREVER es un grupo que pese
a su juventud ya se ha ganado una más que merecida reputación
como excelente banda en directo, y su actuación aquí no fue sino
una confirmación más de su talento sobre el escenario.
Liderados por una Floor Jansen espectacular -en todos
los sentidos- realizaron una actuación apoteósica, de sobresaliente,
que de no ser por los recurrentes problemas de sonido que tuvieron que sufrir,
les habría coronado con matrícula de honor. Floor demostró
una vez más que en cualidades tanto escénicas como vocales no
hay frontwoman que la iguale hoy en día.
No paró un solo momento sobre el escenario, con una
energía inagotable, agitando las melenas, hablando con el público,
y siempre con esa cautivadora sonrisa que enamoró a toda la audiencia.
Su versatilidad vocal volvió a quedar de manifiesto, con una potencia
arrolladora en las partes más fuertes y una exquisita dulzura en los
fragmentos más líricos. Pletórica, su voz lo llenaba todo.
Los demás miembros de la banda no desmerecieron, mostrando
grandes dosis de entusiasmo y ganas, y una puesta en escena muy dinámica,
especialmente los guitarristas, Sander Gommans y Bas Maas (a cargo de las adicionales
voces guturales y limpias, respectivamente), y el recientemente incorporado
teclista Joost van den Broek, que incluso sacó su teclado portátil
rojo (muy feo en mi opinión) en un par de temas.
Personalmente, tenía muchas ganas de comprobar qué
tal sonaban en directo las canciones de su último disco, el impecable
«Invisible Circles», y efectivamente basaron gran parte de su repertorio
en temas de este disco. Tras sonar la intro «Chilhood in Minor»
comenzaron con los 3 primeros temas de dicho álbum, «Beautiful
Emptiness», «Between Love and Fire» -con ese pasaje
espectacular en el que cantan a la vez los 3 vocalistas, cada uno con una melodía
diferente- y «Sins of Idealism», toda una exhibición vocal
por parte de Floor, mostrando su versatilidad inigualable.
Siguieron con «My Pledge of Allegiance 1» del
«Decipher». Ésta es en mi opinión la mejor canción
de AFTER FOREVER, y en la que disfrutaron de un buen sonido
tras un comienzo problemático, sobre todo en cuanto a voces y teclados,
que a veces no se oían todo lo bien que deberían. Impresionante
Floor de nuevo, sobre todo en el estribillo, sobradísima de potencia.
No podía faltar «The Evil That Men Do»,
la versión de Iron Maiden que ya se ha convertido en un clásico
de su repertorio en directo. Durante esta canción salió Alfred
Romero, vocalista de Dark Moor, realizando un excelente cover a dúo con
Floor.
A estas alturas ya se habían ganado la audiencia por
completo, y quedaba más de medio concierto. «Glorifying Means»
del mini-cd «Exordium» precedió al single de su último
disco, «Digital Deceit». El público estaba entregado y Floor
respondía con su «muchas gracias» en español. «Through
Square Eyes» y «Monolith of Doubt» fueron las siguientes en
caer, y en la progresiva «Two Sides» Joost van den Broek sacó
su teclado portátil para lucirse, en una canción en la que también
pudimos escuchar el protagonismo del guitarrista Bas Maas con su muy buena voz
limpia.
La veloz «Victim of Choices» nos llevó
hasta el último tema del concierto, «Follow in the Cry»,
única canción del «Prison of Desire» que tocaron,
introduciendo en la parte intermedia las melodías del tema de Pippi Calzaslargas…
en fin , quedó bastante graciosa la cosa.
Un sensacional concierto que lamentablemente quedó algo
deslucido por los problemas de sonido, pero que no impidió a AFTER
FOREVER coronarse como unos de los grandes triunfadores de un festival
en principio poco apropiado para un grupo de sus características.
Texto: Saul Garrido
Aún con luz diurna y con el horario previsto por la
organización cumpliéndose casi a rajatabla, aparecían sobre
el escenario de Lorca AXEL RUDI PELL y su banda.
Con las notas de «Tear Down the Walls», tras el
intro basado en «The Arrival» de ABBA, comenzaba su actuación,
durante algo más de una hora tendríamos la oportunidad de ver
en directo las evoluciones del genial guitarrista alemán y los músicos
que le acompañan, pero como ya parece habitual, los duendes españoles
no tienen piedad con este hombre, de nuevo, como ya pasó en otra visita
anterior a nuestro país, el comienzo del show se vio salpicado por diversos
problemas con el sonido, los cuales duraron casi hasta el final de «Nasty
Reputation», aunque esto no tuvo ningún efecto negativo en la actitud
de la banda, sino justo al contrario, es posible que les motivara aún
más, porque el talante ofrecido durante el tiempo que estuvieron sobre
el escenario fue magnífico, sin dejar de estar centrados en agradar a
un público deseoso de ver que podían ofrecer.
AXEL RUDI PELL, es un caso extraño
de músico, al contrario que otros guitarristas, cuyo nombre es idolatrado,
y tienen la manía de ser la estrella y la referencia en el escenario,
él prefiere quedarse un pasito atrás y dejar todo el protagonismo
al frontman, aunque en este caso esto no es difícil, Johnhy Gioeli atrae
por si mismo toda la atención del público, es un ciclón
sobre la escena, además de no parar de moverse, el americano está
dotado de una voz prodigiosa, bella y potente a un tiempo, ahí arriba
destila personalidad y carisma, no dejando descansar al respetable y tomando
las riendas del show desde el inicio.
Por supuesto, no sólo estaban el guitarra y el vocalista,
a AXEL RUDI PELL le acompaña una formación de
verdadero lujo, Ferdy Doernberg al bajo, Volker Krawczak a las teclas y el portento
físico Mike Terrana a la batería. Después de verles en
directo es de comprender la cantidad de tiempo que llevan tocando junto al guitarra
alemán, la base rítmica es de lo mejor que he tenido la oportunidad
de escuchar en los últimos tiempos, qué potencia!! Y que calidad,
suenan como una máquina perfectamente engrasada, no dejando lugar a errores.
«Strong as a Rock», «The Masquerade Ball»
y la mágica «Casbah» sonaron tremendas, la guitarra de Pell
sonaba mágica, arrebatadora y la voz de Gioeli daba más y más
de si, tras esta última pudimos disfrutar del «solo» de batería
a cargo de Terrana, sin duda el batería es uno de los mejores del mundo,
pero a mí se me hizo quizás un poco largo, aunque por supuesto
fue una enorme demostración de técnica y contundencia. Así
casi sin darnos cuenta habíamos llegado ya a la mitad de la actuación
y nos estábamos divirtiendo de lo lindo, al menos yo.
A partir de este momento más caña, más
demostraciones de calidad por parte de todos, personalmente de esta segunda
mitad me quedaría con la interpretación de «Carousel»,
en mi opinión uno de los grandes temas de Pell, junto, por supuesto con
la antológica «Call her Princess».
En resumen, no había tenido aún la oportunidad
de ver en directo a este genio de las seis cuerdas, pero me parece que la espera
valió la pena, ir a un concierto de esta banda es entrar en su mundo,
un lugar donde prima la calidad y la contundencia por encima de todo, el sonido
limpio de la guitarra, la fuerza de la base rítmica y una increíble
voz , los temas suenan como deben sonar, sin demostraciones innecesarias de
virtuosismo barato ni sólos o canciones alargados hasta el extremo de
hacerse casi tediosos, cómo sucede a vedes con las bandas lideradas por
otros guitarristas, demostrando muchísimo nivel y realizando una actuación
amena tanto en el set escogido cómo en la interpretación y el
gran talante ofrecido por todos los músicos, todo esto muy de agradecer,
porque nos hizo olvidar, durante un rato al menos el enorme calor que llevábamos
pasando todo el día, pero con ratos cómo éste no importa
sufrir un poco.
Texto: Diego L. Pérez
Fotos:Rafa Basa y Diego L. Pérez
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