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UDO
Viernes 25 de Junio – Plaza de toros de Valencia
Tras un fantástico concierto de Pretty Maids, grupo que sigue estando incomprensiblemente infravalorado por el gran público, y el pertinente descanso a modo de charla con viejos conocidos y «refresco cervecil» para mitigar el calor, llegaba la hora de disfrutar del pequeñito teutón y sus secuaces.
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A estas alturas ya se registraba una entrada importante y se notaba en la plaza un hambre de heavy clásico cómo aperitivo a lo que se avecinaba horas más tarde. Creo que sobra decir que UDO en la actualidad es la continuidad lógica de Accept y cómo tal, todos y cada uno de los miembros de la banda se comportan sabiendo que el legado de los alemanes es muy grande y deben rendir pleitesía a la banda que, junto a Judas Priest por supuesto, siempre representó el heavy metal en su faceta más clásica y pura. Si a esto le unimos que la carrera en solitario de UDO siempre ha sido sólida y coherente, que ha sacado siempre discazos desde aquel ya lejano «Animal house», que la banda que le acompaña es de lujo, que Udo Dirkschneider en concreto está pletórico a sus muchos años y con su clásica voz de cuervo más afilada que nunca, y que todo el público le tiene un cariño especial, pues tenemos una formula que no puede fallar.
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Metal Mania no fue una excepción y UDO fue sin ninguna duda la banda triunfadora de esta edición (Judas jugaba en otra liga directamente, así que no entran en la comparación). Además, tenemos que reseñar que contaron con un sonido fantástico y con un gran apoyo de la gente desde el principio para que su actuación fuera redonda. El concierto empezó con dos temas de su último y fantástico disco (el disco más Accept de la banda desde «Mean machine» a mi modo de ver) cómo son la cañera «Thunderball» y una algo más lenta pero igualmente intensa «Pull the trigger». Me encantó ver cómo desde el principio toda la banda se sintió protagonista del show haciendo que las miradas no se centraran sólo en UDO y su pose de niño malo, rebelde y rabioso.
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Aparte de esto había que tener en cuenta también las ganas de Stefan Kaufman, indudable segundo de a bordo de la banda desde su papel de guitarrista rítmico (para los que no lo sepan, era el batería de Accept), del buen hacer de Igor Gianola, demostrándonos que en el heavy no siempre funcionan mejor los más virtuosos, de la fuerza y magnetismo animal del bajista Fitty y de la calidad e importancia en el sonido de la banda de la poderosa batería de Lorenzo Milani. Cuando una banda es sólida, tiene ganas, actitud y mucha calidad, todo funciona de maravilla en directo y por supuesto esto fue lo que pudimos constatar en este concierto.
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Tras el comienzo más actual, todo cambió de tercio con la interpretación del clásico «Metal heart» que fue el que dio de verdad el pistoletazo de salida para un concierto de autentico lujo que dejó plenamente satisfechos a propios (heavies de pro) y extraños (menos heavies de pro, je,je). Tras esto sonó «Living for tonight», uno de esos temas que definen por sí mismos lo que es el heavy metal: caña, melodía y feeling a partes iguales. Por supuesto puso la plaza patas arriba con todo el mundo cantando y bailando al ritmo de este temazo de Accept del 84. «Restless & wild» y «Son of a bitch» fueron los siguientes pelotazos con los que UDO siguió acariciándonos el corazón metálico a ritmo de los Accept más cañeros. Tras esto interpretaron el tema que daba nombre a su disco anterior, «Man and machine», con la lógica reacción algo más indiferente del público que seguía con hambre de más pedazos de historia en forma de canción.
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Vuelta atrás de nuevo con uno de los mejores temas de UDO en solitario cómo es aquel mítico «Animal house» que dio nombre a su primer disco en solitario en 1987. Por aquel entonces la voz de UDO seguía rasgando cómo una cuchilla desde ese cuerpecillo embutido en su clásico uniforme militar que le acompaña en directo desde tiempos inmemoriales, la banda no paraba de atacarnos frontalmente y de hacer poses al ritmo de la música (cómo me gustan estas cosas, para que nos vamos a engañar) y el público estaba totalmente entregado olvidándose de la hora, calor y de lo que quedaba para ver a los Judas. Con «Balls to the walls», otra de las imprescindibles, dieron por terminado el concierto antes de los bises, con todo el público coreando el estribillo puño en alto y moviendo las melenas (ya fueran las de la cabeza o simplemente las del corazón) al ritmo de uno de los mayores clásicos del heavy de todos los tiempos.
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¿Qué faltaba para poner broche de oro a la actuación?, pues los «otros dos» clásicos imprescindibles de Accept (yo nombraría 20 más pero las cosas son así) cómo son la exquisita «Princess of the dawn», que me puso los pelos de punta una vez más, y la inyección de adrenalina pura que siempre supone tocar «Fast as a shark» (con la consiguiente intro coreada por todo el mundo antes del grito inicial de Udo, claro).
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Lo cierto es que los he visto ya varias veces y siempre me han dejado un sabor supremo. Ya no se trata de ser fan de Accept, de que la banda en directo siempre «se lo curre» o de que UDO sea un personaje entrañable y querido por todos los heavies. Accept fue siempre una banda especial y UDO ha sabido continuar con esta aura de leyenda para dotar a su banda en solitario de este carisma, excelencia y punto especial que sólo tienen los grupos grandes. Para mí fueron lo mejor del festival tanto objetiva cómo subjetivamente (ya hemos dicho que Judas no cuenta por ahora, je,je) y creo que no fui el único que terminé con una sonrisa de oreja a oreja después de su actuación.
Texto: David Esquitino
(david_esquitino@rafabasa.com)
Fotos: Rafa Basa
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