Otro anunciado y esperado retorno que se consuma, los que antaño fueron los thrashers más jóvenes de toda la Bay Area ya tienen en la calle su cuarto trabajo de estudio, un disco que lejos de sorprenderme o encantarme, simplemente ha confirmado mis expectativas. Con ésto no quiero asustar a nadie, pero desde luego que aquí no vamos a encontrar la avalancha asesina de casos como los de Exodus, Destruction o Nasty Savage.
El disco no es malo, pero DEATH ANGEL siempre fueron una banda muy ecléctica y dada a ciertas sonoridades alejadas del Heavy Metal, hecho que constataron con creces en su último LP en estudio Act III, y aquí no han continuado a partir de Frolic Through The Park o The Ultra Violence, sino a partir de su ya mencionada tercera obra.
El disco empieza muy bien con Thrown To The Wolves, un tema muy cañero, pero a medida que el CD avanza, vas descubriendo el gran interés que tienen por explorar los de San Francisco. 3 Steps Of Freedom, tiene una estrofa muy potente, pero el estribillo está bastante cerca de álbumes como Sound Of White Noise de Anthrax, lo que más adelante se termina convirtiendo en tónica. The Devil Incarnate es un tema denso y pesado donde los haya, y es en este punto del disco donde la modernidad y el alejamiento de sus raíces si se hace realmente cansino, Famine es un insoportable ejercicio de neo punk (o Neo Hardcore, Hardcore melódico o como se llame) americano, más propio de bandas de niñatos como Sum 41, No, es una canción algo más Hardcore a la antigua usanza, algo Punk incluso, al igual que Land Of Blood, aunque ésta tiene un estribillo muy logrado, y en Spirit consiguen un curioso baremo entre velocidad y melodía. Never Me nos introduce de nuevo en el lado más experimental del grupo, y aunque tiene unos de los mejores solos del disco, el tema es bastante anodino, a pesar incluso de su llamativo estribillo. Tampoco creáis que no hay cosas buenas en The Art Of Dying, ahora eso si, el bagaje es bastante escaso. Aparte del ya mencionado Thrown To The Wolves, podemos encontrar avalanchas como Thicker Than Blood o Prophecy, que nos recuerdan porque el grupo es un clásico de la Bay Area y del Thrash Metal.
El sonido está bastante logrado, pero las guitarras de Rob Cavestany y del nuevo Ted Aguilar no tiene todo el protagonismo que deberían, tanto a nivel de composición como de presencia, y las bases de Denis Pepa y Andy Galeon se quedan un poco escasas. Lo que si ha salido ganando ha sido la voz de Mark Oseguera, quien hace muchas cosas distintas en el álbum, aunque ciertos registros en Word To The Wise me recuerdan demasiado a alguien tan desagradable como Eddie Veder, es cierto que hace un buen trabajo y con mucha personalidad.
No es un mal disco, pero para mentes abiertas, no creo que alguien que quiera escuchar Thrash Metal se sienta muy emocionado con éste disco, pero como ya he dicho, me lo esperaba. Un regreso repleto de ganas de hacer cosas y trabajado, pero no para llamarse DEATH ANGEL, y eso quita puntos.
A gusto del consumidor, solo depende de lo que busques.
Antonio Cerezuela