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Madrid – Sala Caracol – 6 de abril de 2004
Una reunión más, otra superbanda de los 80 venida a menos tratando hacer ecos de su antiguo esplendor?, una formación incompleta en la que faltan piezas básicas que quizás no tengan sustituto posible?.
Bien, a simple vista todas estas cuestiones se nos vienen a la cabeza antes de comenzar el show de cualquiera de todas estas reuniones de viejas glorias, aunque si os soy sincero, en la mayoría de los casos se me han disipado de inmediato.
Basta con escuchar un par de temas y ver la energía que emana del escenario para darse cuenta, y ahora me centro ya en el show de SKID ROW, que por supuesto merece la pena disfrutar de las bandas que en su época dorada nos ignoraron, o en cuyos mapas no aparecíamos; si bien es cierto que en este caso si se acercaron por aquí, aunque ya en horas bajas.
La otra gran pregunta por responder era sin duda si el nuevo
vocalista John Solinger, lograría llenar, al menos en parte, el hueco
dejado por la ex megaestrella Sebastián Bach… El telón cayó
alrededor de las 10, dejando al descubierto el nuevo show de SKID ROW,
el cual comenzo de una forma bastante contundente con uno de los temas más
cañeros de toda su carrera, «Slave to the Grind», el sonido
en todo momento fue bastante bueno, aunque si se echa de menos una mayor potencia
en lo que a luces se refiere en esta sala, el espectáculo en general
ganaría bastantes enteros.
La formación actual de SKID ROW, como
ya sabréis, esta compuesta por los antiguos guitarras Dave «The
Snake» Sabo y Scotti Hill y Ráchel Bolan a las 4 cuerdas de la
antigua formación. Las nuevas adquisiciones sin duda están a la
altura, tanto John Solinger a las voces como el exbatería de los tristemente
disueltos «Saigon Kick», Phil Varone nos causaron muy buena impresión;
ya sabemos que a las féminas en lo que se refiere al plano estético,
no encontrarán comparación posible entre Solinger y Bach, pero
os aseguro que en directo la nueva voz no tiene nada que envidiar a la del guaperas
de Bach.
El repertorio nos pareció bastante bien escogido, siguieron «Piece of me» y «Makin’ a mess» de, sin duda, su mejor trabajo, y rápidamente se pudo apreciar un endurecimiento de los clásicos en su ejecución en directo, quizás con un sonido un poco más sucio, si habéis oído la versión nueva de «I remember you» sabréis a lo que me refiero. La actitud de la banda sobre las tablas también mostró una vertiente algo macarrilla, con botellas de birra y de whisky pululando por todo el escenario, y una imagen más a la moda angelina actual, dejando a un lado los pelos cardados y el glamour del cuero, sustituyéndolo por una indumentaria más zarrapastrosa, con cadenas, pelos cortos con trasquilones y tatoos por todos los lados.
Scotti Hill fue sin duda es el más «pintas»
de todos, fue el que más animó al público con sus muecas
infernales, parecía el mismísimo Joker , y no paró de recorrerse
el escenario de un lado para otro, lanzando púas sin parar y mostrando
una imagen muy divertida. La verdad es que yo creo que iba un poco «puestillo»
el chaval. Continuaron con el tema que abre su nuevo lanzamiento, «New
generation», el cual me trajo a la cabeza al mismísimo reverendo
Manson, con unas bases de batería entrecortadas y unos riffs de guitarra
bastante alejados del sonido clásico de la banda.
Con «18 and life» se metieron al público en
el bolsillo en un abrir y cerrar de ojos, con un Solingen muy metido en su papel,
que nos hizo olvidar a Bach, siempre dentro de lo posible. «Monkey businnes»
sonó como una bomba, y le siguieron dos nuevos temas, «Ghost»
y la remezcla al más puro estilo Greenday, Offspring de su medio tiempo
clásico «I Remember you», ejecutada a toda velocidad y bailada
y coreada por todo el público.
El ambiente se tornó aún más festivo con
la versión de la Ramoniana «Psycho Therapy», que ya apareciese
en su mini L.P. de versiones hace ya algunos añitos. La banda se tomó
un descanso para dejar sobre las tablas a Dave «Snake» y a John
Solinger los cuales con la única ayuda de una guitarra ácustica
y su voz, interpretaron de nuevo «I remember you», esta vez en un
versión mucho más fidedigna y dejando totalmente respondida la
pregunta que me hacía al principio del concierto; Solinger es sin duda
el repuesto adecuado en las voces para SKID ROW.
El resto de la formación volvió al escenario
con amplias sonrisas, y tras arremeter con otros dos nuevos temas «Thick
is the Skin» y «Lamb», y dejar momentáneamente las
tablas, teminaron el show como no, con uno de los temas más famosos de
finales de los 80, «Youth gone wild», en la que si es cierto que
eché a Sebas un poco en falta, tanto por sus poses como por su voz .
La sala no se llegó a llenar del todo, pero los que
asistimos no quedamos en absoluto defraudados de un show más del renacimiento
del Hard Rock de los 80, a falta de nuevas bandas que se escapen de la monotonía
del power metal imperante y de los miles de clones de Stratovarius o Helloween
que nos aburren como a las cabras cada día, seguiremos tirando de reuniones
de clásicos con bolsillos en horas bajas.
¡¡¡Nos vemos pronto con Menniketi o Bonnet!!!
Texto y Fotos: Wences
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